miércoles, 20 de junio de 2012

La llamada


Aviso: Los libros aquí transcriptos y los personajes pertenecen a Stephenie Meyer y la historia original “Reading Twilight” a Choices HP, yo solo la traduzco, todo esto es sin ánimos de lucro, solo por mero entretenimiento.


“La llamada” leyó Rosalie
Edward gruño, el titulo le daba mal presentimiento,.
Me percaté de que otra vez era demasiado temprano en cuanto me desperté. Sabía que estaba invirtiendo progresivamente el horario habitual del día y de la noche. Me quedé tumbada en la cama y escuché las voces tranquilas de Jasper y Alice en la otra habitación. Resultaba muy extraño que hablaran lo bastante alto como para que los escuchara.
"En realidad creo que antes solo susurrábamos para no molestarla o algo," dijo Alice.
Rodé rápidamente sobre la cama y me incorporé. Luego, me dirigí trastabillando hacia el saloncito.
El reloj que había sobre la televisión marcaba las dos de la madrugada. Alice y Jasper se sentaban juntos en el sofá. Alice estaba dibujando otra vez, Jasper miraba el boceto por encima del hombro de ésta. Estaban tan absortos en el trabajo de Alice que no miraron cuando entré.
Me arrastré hasta el lado de Jasper para echar un vistazo.
— ¿Ha visto algo más? —pregunté en voz baja.
—Sí.
Todos estaban tensos, si Alice había tenido una visión, algo había cambiado.
—Algo le ha hecho regresar a la habitación donde estaba el vídeo, y ahora está iluminada.
Observé a Alice dibujar una habitación cuadrada con vigas oscuras en el techo bajo. Las paredes estaban cubiertas con paneles de madera, un poco más oscuros de la cuenta, pasados de moda. Una oscura alfombra estampada cubría el suelo. Había una ventana grande en la pared sur y en la pared oeste un vano que daba a una sala de estar. Uno de los lados de esta entrada era de piedra y en él se abría una gran chimenea de color canela que daba a ambas habitaciones. Desde este punto de vista, el centro de la imagen lo ocupaban una televisión y un vídeo —en equilibrio un tanto inestable sobre un soporte de madera demasiado pequeño para los dos—, que se encontraban en la esquina sudoeste de la habitación. Un viejo sofá de módulos se curvaba en frente de la televisión con una mesita de café redonda delante.
—El teléfono está allí —susurré e indiqué el lugar.
"¿Ella sabe dónde está?" Alice gimió.
"Probablemente es su casa", dijo Edward entrando en pánico.
Dos pares de ojos eternos se fijaron en mí.
—Es la casa de mi madre.
Alice ya se había levantado del sofá de un salto con el móvil en la mano; empezó a marcar. Contemplé ensimismada la precisa interpretación de la habitación donde se reunía la familia de mi madre. Jasper se acercó aún más a mí, cosa rara en él, y me puso la mano suavemente en el hombro. El contacto físico acentuó su influjo tranquilizador.
"Eso es verdad" dijo Jasper. "Y por supuesto ella ha llegado a la conclusión correcta”.
La sensación de pánico se difuminó y no llegó a tomar forma.
Los labios de Alice temblaban debido a la velocidad con la que hablaba, por lo que no pude descifrar ese sordo zumbido. No podía concentrarme.
—Bella —me llamó Alice. La miré atontada—. Bella, Edward viene a buscarte. Emmett, Carlisle y él te van a recoger para esconderte durante un tiempo.
"Bueno, ella te necesita", dijo Esme “Debemos ser my cuidadosos ahora”
— ¿Viene Edward?
Aquellas palabras se me antojaron como un chaleco salvavidas al que sujetarme para mantener la cabeza fuera de una riada.
Edward sonrió, si ellos estaban juntos nada malo le pasaría, él la protegería con su vida si fuera necesario.
—Sí. Va a tomar el primer vuelo que salga de Seattle. Lo recogeremos en el aeropuerto y te irás con él.
—Pero, mi madre... —a pesar de Jasper, la histeria burbujeaba en mi voz—. ¡El rastreador ha venido a por mi madre, Alice!
—Jasper y yo nos aseguraremos de que esté a salvo.
—No puedo ganar a la larga, Alice. No podéis proteger a toda la gente que conozco durante toda la vida. ¿No ves lo que está haciendo? No me persigue directamente a mí, pero encontrará y hará daño a cualquier persona que yo ame... Alice, no puedo...
"Puedo ver  porque ella piensa eso", dijo Jasper. "Pero nosotros seremos bastante cuidadosos."
"Sin embargo, desde este punto de vista, es fácil ver la trampa que él está haciendo", susurró Edward.
—Le atraparemos, Bella —me aseguró ella.
— ¿Y si te hiere, Alice? ¿Crees que eso me va a parecer bien? ¿Crees que sólo puede hacerme daño a través de mi familia humana?
"No," dijo Alice. "Creo que hasta ahora me he dado cuenta de lo mucho que se preocupa por nosotros."
Alice miró a Jasper de forma significativa. Una espesa niebla y un profundo letargo se apoderaron de mí y los ojos se me cerraron sin que pudiera evitarlo. Mi mente luchó contra la niebla cuando me di cuenta de lo que estaba pasando. Forcé a mis ojos para que se abrieran y me levanté, alejándome de la mano de Jasper.
—No quiero volverme a dormir —protesté enfadada.
"Ella es demasiado testaruda", dijo Edward sonriendo, se permitía sonreír en estas ocasiones donde ella dejaba a relucir su personalidad y se relajaba un poco o al menos disfrutando estas partes de la lectura.

Caminé hacia mi habitación y cerré la puerta, en realidad, casi di un portazo para dejarme caer en la cama, hecha pedazos, con cierta privacidad. Alice no me siguió en esta ocasión. Estuve contemplando la pared durante tres horas y media, hecha un ovillo, meciéndome. Mi mente vagabundeaba en círculos, intentando salir de alguna manera de esta pesadilla. Pero no había forma de huir, ni indulto posible. Sólo veía un único y sombrío final que se avecinaba en mi futuro.
“Eso no pasará, no lo voy a permitir” dijo Edward.
 La única cuestión era cuánta gente iba a resultar herida antes de que eso ocurriera.
Edward volvió a gemir meneando la cabeza
El único consuelo, la única esperanza que me quedaba era saber que vería pronto a Edward. Quizás, sería capaz de hallar la solución que ahora me rehuía sólo con volverle a ver.
"Algo me dice que eso no va a suceder", dijo Rosalie y Edward agachó la cabeza, estaba obviamente pensando lo mismo.
Regresé al salón, sintiéndome un poco culpable por mi comportamiento, cuando sonó el móvil. Esperaba que ninguno de los dos se hubiera enfadado, que supieran cuánto les agradecía los sacrificios que hacían por mí.
Alice hablaba tan rápido como de costumbre, pero lo que me llamó la atención fue que, por primera vez, Jasper no se hallaba en la habitación. Miré el reloj; eran las cinco y media de la mañana.
—Acaban de subir al avión. Aterrizarán a las nueve cuarenta y cinco —dijo Alice; sólo tenía que seguir respirando unas cuantas horas más hasta que él llegara.
— ¿Dónde está Jasper?
—Ha ido a reconocer el terreno.
— ¿No os vais a quedar aquí?
—No, nos vamos a instalar más cerca de la casa de tu madre.
Sentí un retortijón de inquietud en el estómago al escuchar sus palabras, pero el móvil sonó de nuevo, lo que hizo que abandonara mi preocupación por el momento. Alice parecía sorprendida, pero yo ya había avanzado hacia él esperanzada.
— ¿Diga? —Contestó Alice—. No, está aquí —me pasó el teléfono y anunció «Tu madre», articulando para que le leyera los labios.
— ¿Diga?
— ¿Bella? ¿Estás ahí?
Era la voz de mi madre, con ese timbre familiar que le había oído miles de veces en mi infancia cada vez que me acercaba demasiado al borde de la acera o me alejaba demasiado de su vista en un lugar atestado de gente.
Emmett sonrió, pensando probablemente en todos los desastres que Bella parecía causar en su día a día. Fuera lo que fuese que estaba pensando realmente causó que Edward sonriera también.


 Era el timbre del pánico.
Sip, definitivamente muchos desastres! Pensó Emmett  divertido incapaz de reírse en un momento así, no quería que Rose o alguien más le gruñera.
Suspiré. Me lo esperaba, aunque, a pesar del tono urgente de mi llamada, había intentado que mi mensaje fuera lo menos alarmante posible.
—Tranquilízate, mamá —contesté con la más sosegada de las voces mientras me separaba lentamente de Alice. No estaba segura de poder mentir de forma convincente con sus ojos fijos en mí—. Todo va bien, ¿de acuerdo? Dame un minuto nada más y te lo explicaré todo, te lo prometo.
Hice una pausa, sorprendida de que no me hubiera interrumpido ya.
“Algo va mal, algo va mal” repetía Edward estremeciéndose.
“Tranquil hijo, con el tiempo todo saldrá bien” le dijo Carlisle en tono tranquilizador.
— ¿Mamá?
—Ten mucho cuidado de no soltar prenda hasta que haya dicho todo lo que tengo que decir —
Edward gruñó más fuerte que nunca, mientras todos se tensaban.
"Realmente tiene la madre de Bella," dijo Esme devastada.
"¿Pero cómo, su madre no estaba allí?" Jasper dijo alzando las cejas “Podría ser una trampa”
"No sé", dijo Edward lentamente, tratando de descubrir que pasaba.
la voz que acababa de escuchar me fue tan poco familiar como inesperada. Era una voz de hombre, afinada, muy agradable e impersonal, la clase de voz que se oye de fondo en los anuncios de deportivos de lujo. Hablaba muy deprisa—. Bien, no tengo por qué hacer daño a tu madre, así que, por favor, haz exactamente lo que te diga y no le pasará nada —
Edward se tensó de nuevo, convirtiéndose en una estatua, no le gustaba en qué dirección iba todo esto.
hizo una pausa de un minuto mientras yo escuchaba muda de horror—. Muy bien —me felicitó—. Ahora repite mis palabras, y procura que parezca natural. Por favor, di: «No, mamá, quédate donde estás».
—No, mamá, quédate dónde estás —mi voz apenas sobrepasaba el volumen de un susurro.
—Empiezo a darme cuenta de que esto no va a ser fácil —la voz parecía divertida, todavía agradable y amistosa—. ¿Por qué no entras en otra habitación para que la expresión de tu rostro no lo eche todo a perder? No hay motivo para que tu madre sufra. Mientras caminas, por favor, di: «Mamá, por favor, escúchame». ¡Venga, dilo ya!
—Mamá, por favor, escúchame —supliqué.
Me encaminé muy despacio hacia el dormitorio sin dejar de sentir la mirada preocupada de Alice clavada en mi espalda.
Cerré la puerta al entrar mientras intentaba pensar con claridad a pesar del pavor que nublaba mi mente.
— ¿Hay alguien donde te encuentras ahora? Contesta sólo sí o no.
—No.
—Pero todavía pueden oírte, estoy seguro.
—Sí.
—Está bien, entonces —continuó la voz amigable—, repite: «Mamá, confía en mí».
—Mamá, confía en mí.
—Esto ha salido bastante mejor de lo que yo creía. Estaba dispuesto a esperar, pero tu madre ha llegado antes de lo previsto.
"Eso fue demasiado conveniente", dijo Jasper mientras sus ojos se empezaron a estrecharse.
"Charlie fácilmente podría haber llamado a la madre de Bella," dijo Carlisle.
"Ella querría ver a su hija lo más pronto posible" dijo Esme, luciendo malestar, probablemente imaginando a René preocupada por llegar y consolar a su hija y encontrándose con un monstruo sin saber en el peligro que estaba poniendo a su hija.
"Eso tiene sentido", suspiró Jasper, la sospecha iba disminuyendo, pero aún así algo no encajaba.
Es más fácil de este modo, ¿no crees? Menos suspense y menos ansiedad para ti.
Esperé.
—Ahora, quiero que me escuches con mucho cuidado. Necesito que te alejes de tus amigos, ¿crees que podrás hacerlo? Contesta sí o no.
"Por supuesto que no", dijo Alice. "No vamos a dejar que se aleje de nosotros."
"Pero entonces su madre..." Esme suspiró.
Edward cerró los ojos y luego se quejó, "Bella se va a escapar."
"¿Cómo podría?" Jasper dijo, incrédulo.
"Piensen en todo lo que ha hecho hasta el momento y nos toma por sorpresa" dijo Edward con voz muerta. "Cuando ella se propone algo… siempre lo consigue.
Cuando se dieron cuenta de ese pequeñísimo detalle todos silbaron frustración.
—No.
—Lamento mucho oír eso. Esperaba que fueras un poco más imaginativa. ¿Crees que te sería más fácil separarte de ellos si la vida de tu madre dependiera de ello? Contesta sí o no.
No sabía cómo, pero debía encontrar la forma. Recordé que nos íbamos a dirigir al aeropuerto. El Sky Harbor International siempre estaba atestado, y tal y como lo habían diseñado era fácil perderse...
—Eso está mejor. Estoy seguro de que no va a ser fácil, pero si tengo la más mínima sospecha de que estás acompañada, bueno... Eso sería muy malo para tu madre —prometió la voz amable—. A estas alturas ya debes saber lo suficiente sobre nosotros para comprender la rapidez con la que voy a saber si acudes acompañada o no, y qué poco tiempo necesito para cargarme a tu madre si fuera necesario. ¿Entiendes? Responde sí o no.
—Sí —mi voz se quebró.
Edward que estaba increíblemente tenso,  comenzó a temblar de ira y rabia. Sus ojos destilaban odio mirando a la distancia, como si estuviera frente a ese mounstro, sus  instintos le gritaban que lo buscara y le diera la muerte más lenta y dolorosa, quería que pague por el sufrimiento que le estaba ocasionando o que le ocasionaría a Bella.
“Edward basta” le dijo Jasper y se asombro al ver su propio rostro en los pensamientos de Jasper distorsionado por el odio, pero a la vez se asombro ya que el rostro de Jasper estaba casi en las mismas condiciones Al afectarme a mí afectas todos le dijo solo para él y volteo a ver a su familia que estaban igual que Jasper. Era algo shokeante ver una expresión de odio en el rostro de su padre, pero aun peor en el de su madre. Trato de serenarse.
“Lo siento” murmuró Edward.
—Muy bien, Bella. Esto es lo que has de hacer. Quiero que vayas a casa de tu madre. Hay un número junto al teléfono. Llama, y te diré adonde tienes que ir desde allí —me hacía idea de adonde iría y dónde terminaría aquel asunto, pero, a pesar de todo, pensaba seguir las instrucciones con exactitud.
"Al menos sabemos dónde va a ir", dijo Carlisle tratando desesperadamente de calmar a su hijo en alguna manera no le gustaba lo que había pasado hace un momento.
—¿Puedes hacerlo? Contesta sí o no.
_Sí.
—Y que sea antes de mediodía, por favor, Bella. No tengo todo el día —pidió con extrema educación.
“Educado mi culo” dijo Emmett enojado.
“Emmett” reprendió Esme.
Emmett no se disculpo, el también estaba enojado al ver como james jugaba con Bella.
— ¿Dónde está Phil? —pregunté secamente.
—Ah, y ten cuidado, Bella. Espera hasta que yo te diga cuándo puedes hablar, por favor.
Jasper entornó los ojos, no le gusta lo que eso significaba, James ocultaba algo.
Esperé.
—Es muy importante ahora que no hagas sospechar a tus amigos cuando vuelvas con ellos. Diles que ha llamado tu madre, pero que la has convencido de que no puedes ir a casa por lo tarde que es. Ahora, responde después de mí: «Gracias, mamá». Repítelo ahora.
—Gracias, mamá.
Rompí a llorar, a pesar de que intenté controlarme.
“Lo voy a matar” gruño Edward golpeando la mesa con los puños cerrados dejando abolladuras en la mesa, que parecía que pronto iba a colapsar.
“Por lo menos espera a que terminemos el libro para romper la mesa” se quejo Alice antes de que golpeara la mesa otra vez.
Edward solo la miro mal.
—Di: «Te quiero, mamá. Te veré pronto». Dilo ya.
—Te quiero, mamá —repetí con voz espesa—. Te veré pronto.
—Adiós, Bella. Estoy deseando verte de nuevo.
Y colgó.
Mantuve el móvil pegado al oído. El miedo me había agarrotado los dedos y no conseguía estirar la mano para soltarlo.
Sabía que debía ponerme a pensar, pero el sonido de la voz aterrada de mi madre ocupaba toda mi mente. Transcurrieron varios segundos antes de que recobrara el control.
Despacio, muy despacio, mis pensamientos consiguieron romper el espeso muro del dolor. Planes, tenía que hacer planes, aunque ahora no me quedaba más opción que ir a la habitación llena de espejos y morir.
"No", se quejó Edward, con tristeza y enojo
"Nosotros no dejaremos que eso suceda", dijo Carlisle con una voz convincente. "Aún si ella logra escaparse, no la dejaremos morir, llegaremos a tiempo".
No había ninguna otra garantía, nada con lo que pudiera salvar la vida de mi madre. Mi única esperanza era que James se diera por satisfecho con ganar la partida, que derrotar a Edward fuera suficiente.
"Basta", gruñó Edward. "James deseara no haber nacido si le toca un solo pelo”
Me agobiaba la desesperación, porque no había nada con lo que pudiera negociar, nada que le importara para ofrecer o retener. Pero por muchas vueltas que le diera no había ninguna otra opción. Tenía que intentarlo.
Situé el pánico en un segundo plano lo mejor que pude. Había tomado la decisión.
“Bien, yo la veré y no dejaremos que se escape” dijo Alice, nunca había estado tan feliz de tener su don.
No servía para nada perder tiempo angustiándome sobre el resultado. Debía pensar con claridad, porque Alice y Jasper me estaban esperando y era esencial, aunque parecía imposible, que consiguiera escaparme de ellos.
Me sentí repentinamente agradecida de que Jasper no estuviera. Hubiera sentido la angustia de los últimos cinco minutos de haber estado en la habitación del hotel, y en tal caso, ¿cómo iba a evitar sus sospechas?
"Tuve que elegir justo ese momento para salir", se quejó Jasper.
"Es como si el mundo estuviera conspirando contra nosotros", dijo Edward con voz muerta.
Contuve el miedo, la ansiedad, intentando sofocarlos. No podía permitírmelos ahora, ya que no sabía cuándo regresaría Jasper.
Me concentré en la fuga. Confiaba en que mi conocimiento del aeropuerto supusiera una baza a mi favor. Era prioritario alejar a Alice como fuera...
Era consciente de que me esperaba en la otra habitación, curiosa. Pero tenía que resolver otra cosa más en privado antes de que Jasper volviera.
Debía aceptar que no volvería a ver a Edward nunca más,
“No” susurró Edward, era increíble como sin conocerla, le dolía horrores esa frase, esa sola suposición de no verla más, “No” volvió a repetir, él tenía que conocerla, tenía que buscarla y sobretodo debía protegerla de todo, él se aseguraría de que nada de esto ocurra, y disfrutaría de ella mientras durará su vida humana.
ni siquiera una última mirada que llevarme a la habitación de los espejos. Iba a herirle y no le podía decir adiós. Dejé que las oleadas de angustia me torturaran y me inundaran un rato.
“Yo debería estar ahí para ella” se lamento Edward, si ella estaba sufriendo por no verlo más, ni siquiera quería imaginar cuando ella abandonará este mundo.
 Entonces, también las controlé y fui a enfrentarme con Alice.
La única expresión que podía adoptar sin meter la pata era la de una muerta, con gesto ausente. La vi alarmarse, y no quise darle ocasión de que me preguntara. Sólo tenía un guión preparado y no me sentía capaz de improvisar ahora.
—Mi madre estaba preocupada, quería venir a Phoenix —mi voz sonaba sin vida—. Pero todo va bien, la he convencido de que se mantenga alejada.
"Y debido a que ella se preocupa mucho, no me daré cuenta lo diferente que es ahora... la verdadera razón por lo que esta así", se quejó Alice.
—Nos aseguraremos de que esté bien, Bella, no te preocupes.
Le di la espalda para evitar que me viera el rostro.
Mis ojos se detuvieron en un folio en blanco con membrete del hotel encima del escritorio. Me acerqué a él lentamente, con un plan ya formándose en mi cabeza. También había un sobre. Buena idea.
—Alice —pregunté despacio, sin volverme, manteniendo inexpresivo el tono de voz—, si escribo una carta para mi madre, ¿se la darás? Quiero decir si se la puedes dejar en casa.
"Ella me va a escribir una carta?," dijo Edward confundido.
"Para explicarte por qué lo hizo", dijo Esme.
—Sin duda, Bella —respondió con voz cautelosa, porque veía que estaba totalmente destrozada. Tenía que controlar mejor mis emociones.
Me dirigí de nuevo al dormitorio y me arrodillé junto a la mesita de noche para apoyarme al escribir.
—Edward... —garabateé.
Me temblaba la mano, tanto que las letras apenas eran legibles.

Te quiero. Lo siento muchísimo—. Tiene a mi madre en su poder y he de  intentarlo a pesar de saber que no funcionará.  Lo siento mucho, muchísimo.
No te enfades con Alice y Jasper, si consigo escaparme de ellos será un milagro, dales las gracias de mi parte en especial a Alice por favor.
Y te lo suplico por favor no le sigas, creo que eso es precisamente lo que quiere. No podría soportar que alguien saliera herido por mi culpa, especialmente tú, por favor es lo único que te pido. Hazlo por mí.
"No hay ninguna posibilidad de que él siga viviendo, ni en esa realidad, ni en esta", gruñó Edward nublado por la ira, se levanto esperando que Rose terminara de leer para ir en busca de James.
Te quiero, perdóname
 Bella

Doblé la carta con cuidado y sellé el sobre. Ojala que lo encontrara. Sólo podía esperar que lo entendiera y me hiciera caso, aunque fuera sólo esta vez.
Y también sellé cuidadosamente mi corazón.
"Eso es todo", dijo Rosalie.
De repente todo paso muy rápidamente, Emmett y Jasper habían desaparecido en un segundo y al siguiente Edward estaba atado de pies hasta el cuello por lo que parecían kilómetros y kilómetros de sogas que eran sujetadas por sus hermanos. La escena era muy divertida, teniendo en cuenta que Edward parecía un barril de hecho por sogas mientras sus hermanos luchaban por no sonreír, pero a Edward no le pareció divertido.
“¿Qué demonios les pasa?” gruñó Edward.
“Nosotros te ayudaremos a descuartizar a James si quieres pero no es el momento todavía” le dijo Emmett
“Dame una razón” respondió Edward más calmado, él fácilmente podría liberarse de las sogas pero esos segundos le estaban aclarando la mente.
“Para empezar ellos son 3, y tú no estabas pensando, te estabas dejando guiar por la ira” contesto Jasper.
“¿Y qué harías tú si él le hubiera hecho algo a Alice?” le dijo Edward otra vez a la defensiva, él no entendía la necesidad de venganza que tenía en estos momentos.
“Probablemente lo mismos que tú, pero sería mucho peor su muerte en mis manos y lo sabes, tengo años de experiencia” dijo Jasper con voz dura, y continuo hablando “ pero ese no es el caso, además de que seguro contaría con mis hermanos para detenerme si quisiera cometer una estupidez como ir en busca de 3 vampiros para matar a su líder”
“Además de que no hemos terminado el libro todavía, podrían tener más detalles sobre James y Victoria que nos ayudarían a matarlos sin esfuerzo, además Laurent podría unírseles así que también tendríamos que deshacernos de él, lo cual no me desagrada, sería más divertido” continuo Emmett con una sonrisa.
“Pero eso solo lo sabremos si terminamos de leer” dijo Jasper.
“Está bien” dijo Edward aún amarrado “ pero solo hasta que terminemos ese libro”
“En realidad Edward, lo más conveniente sería terminar todos los libros” dijo Carlisle que se había mantenido en silencio hasta ahora.
“¿Por qué?” dijo Edward otra vez enojado.
“¿Sabes donde están? O mejor dicho ¿Tienes alguna idea de dónde empezar a buscarlos?” Esta ve Rosalie contesto, no quería que su hermano empezara una cacería suicida. Para eso Edward no tenía respuesta. “¿Qué pasa si te vas ahora y no los encuentras y tardas tanto en encontrarlos que no llegas a tiempo y no conoces a Bella?” continuo Rosalie.
Edward bajo la cabeza pero luego se dio cuenta de algo “Alice, tú puedes buscarlos, busca sus decisiones”
“No lo haré Edward, así que empieza a serenarte” le contesto Alice.
“Edward por favor, quédate, entiendo por lo que debes estar pasando, pero solo quédate  a terminar los libros” casi le imploro Esme.
“Está bien” Edward se rindió, estaba por romper las sogas, pero Emmett lo detuvo.
“Podemos necesitarlas más adelante por si te vuelves loco en el siguiente capítulo” dijo Emmett.
Edward rodo los ojos “Emmett te das cuenta que unas sogas no me detendrán verdad?”
“¿Si no te pueden detener porque sigues aquí y no estás matando a James?” le dijo Emmett en una risotada “Creí que eras más inteligente Edward, estas sogas solo eran para detenerte los minutos suficiente para que te detengas a pensar” termino Emmett con una sonrisa de oreja a oreja, siempre había querido decirle algo asía a Edward.
Edward solo sonrió por el bailecito de la victoria que su hermano hacía en su mente, pero se dejo vencer solo por esta vez “Bueno entonces desátenme yaaaaaa!” dijo Edward.
Y en unos minutos muy largos ya que Emmett y Jasper se tomaron su tiempo para liberar a Edward, en realidad solo quería que todo se calmará, el capitulo siguiente sería muy difícil de leer si es que Bella conseguía escaparse y entregarse a James.
Cuando por fin Edward estuvo desatado, todos tomaron sus asientos respectivamente para continuar la lectura.
Alice tomo el libro “Es mi turno de leer”.

 YYYY???? Que tal quedo??? Les gusto? Merezco un comentario??
(Hoy no hay imagen, por dioooooossss no pude encontrar ni una sola imagen de james  o bella o incluso edward hablando por celular, tarde mas en buscar y buscar que en arreglar el capitulo)


1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece genial la idea de edward atado como caricatura y enojado simplemente genial. Pero pobre si esta sufriendo:( atte: anais