Aviso: Los libros aquí transcriptos y los personajes
pertenecen a Stephenie Meyer y la historia original “Reading Twilight” a
Choices HP, yo solo la traduzco, todo esto es sin ánimos de lucro, solo
por mero entretenimiento.
Cuentos de miedo leyó
Carlisle
"No
me gusta el sonido de eso", dijo Edward con el ceño fruncido, sabía qué
tipo de 'historias de terror iba a escuchar
En realidad, cuando me senté en mi
habitación e intenté concentrarme en la lectura del tercer acto de Macbeth, estaba
atenta a ver si oía el motor de mi coche. Pensaba que podría escuchar el rugido
del motor por encima del tamborileo de la lluvia, pero, cuando aparté la
cortina para mirar de nuevo, apareció allí de repente.
No esperaba el viernes con especial
interés, sólo consistía en reasumir mi vida sin expectativas. Hubo unos pocos
comentarios, por supuesto. Jessica parecía tener un interés especial por
comentar el tema,
"Bueno, es bastante divertido", se
rió Emmett.
pero, por fortuna, Mike había mantenido el
pico cerrado y nadie parecía saber nada de la participación de Edward. No
obstante, Jessica me formuló un montón de preguntas acerca de mi almuerzo y en
clase de Trigonometría me dijo:
— ¿Qué quería ayer Edward Cullen?
—No lo sé —respondí con sinceridad—. En realidad,
no fue al grano.
—Parecías como enfadada —comentó a ver si
me sonsacaba algo.
— ¿Sí? — mantuve el rostro inexpresivo.
Edward se rió de eso y dijo: "Yo puedo
imaginar la frustración de Jessica por las respuestas de Bella."
—Ya sabes, nunca antes le había visto
sentarse con nadie que no fuera su familia. Era extraño.
"Y también está
celosa", continuó Edward riéndose.
—Extraño en verdad —coincidí.
Parecía asombrada. Se alisó sus rizos
oscuros con impaciencia. Supuse que esperaba escuchar cualquier cosa que le
pareciera una buena historia que contar.
Lo peor del viernes fue que, a pesar de
saber que él no iba a estar presente, aún albergaba esperanzas. Cuando entré en
la cafetería en compañía de Jessica y Mike, no pude evitar mirar la mesa en la
que Rosalie, Alice y Jasper se sentaban a hablar con las cabezas juntas. No
pude contener la melancolía que me abrumó al comprender que no sabía cuánto
tiempo tendría que esperar antes de volverlo a ver.
"No te preocupes, estoy
seguro que nos veremos en la madrugada del lunes," rió Emmett
En mi mesa de siempre no hacían más que
hablar de los planes para el día siguiente. Mike volvía a estar animado,
depositaba mucha fe en el hombre del tiempo, que vaticinaba sol para el sábado.
Tenía que verlo para creerlo,
"Ella es incrédula", observó Edward.
"O realista", dijo Alice.
"O realista", dijo Alice.
pero hoy hacía más calor, casi doce
grados. Puede que la excursión no fuera del todo espantosa.
Intercepté unas cuantas miradas poco
amistosas por parte de Lauren durante el almuerzo, hecho que no comprendí hasta
que salimos juntas del comedor. Estaba justo detrás de ella, a un solo pie de
su pelo rubio, lacio y brillante, y no se dio cuenta, desde luego, cuando oí
que le murmuraba a Mike:
—No sé por qué Bella —sonrió con desprecio
al pronunciar mi nombre— no se sienta con los Cullen de ahora en adelante.
Hasta ese momento no me había percatado de
la voz tan nasal y estridente que tenía, y me sorprendió la malicia que
destilaba.
"Lauren es una chica vengativa que se
muere por la popularidad," dijo Edward entrecerrando los ojos. "Dudo
que le guste la apariencia de una chica que se roba toda la atención sin
siquiera intentarlo."
En
realidad, no la conocía muy bien; sin duda, no lo suficiente para que me
detestara..., o eso había pensado.
—Es mi amiga, se sienta con nosotros —le
replicó en susurros Mike, con mucha lealtad, pero también de forma un poquito
posesiva. Me detuve para permitir que Jessica y Angela me adelantaran. No
quería oír nada más.
Durante la cena de aquella noche, Charlie
parecía entusiasmado por mi viaje a La Push del día siguiente. Sospecho que se
sentía culpable por dejarme sola en casa los fines de semana, pero había pasado
demasiados años forjando unos hábitos para romperlos ahora. Conocía los nombres
de todos los chicos que iban, por supuesto, y los de sus padres y,
probablemente, también los de sus tatarabuelos. Parecía aprobar la excursión.
Me pregunté si aprobaría mi plan de ir en coche a Seattle con Edward Cullen.
"No lo creo", dijo Edward sonriendo.
"Sí, es demasiado parecido a una cita la verdad", se rió Emmett.
"Sí, es demasiado parecido a una cita la verdad", se rió Emmett.
Tampoco se lo iba a decir.
—Papá —pregunté como por casualidad—,
¿conoces un lugar llamado Goat Rocks, o algo parecido? Creo que está al sur del
monte Rainier.
—Sí... ¿Por qué?
"Porque ella quiere
saber donde está Eddy" sonrió Emmett.
Me encogí de hombros.
—Algunos chicos comentaron la posibilidad
de acampar allí.
—No es buen lugar para acampar —parecía
sorprendido—. Hay demasiados osos.
"Mi favorito", dijo Emmett feliz
lamiéndose los labios. "Y debe ser de primavera en el libro."
La mayoría de la gente acude allí durante
la temporada de caza.
—Oh —murmuré—, tal vez haya entendido mal
el nombre.
Pretendía dormir hasta tarde, pero un
insólito brillo me despertó. Abrí los ojos y vi entrar a chorros por la ventana
una límpida luz amarilla. No me lo podía creer. Me apresuré a ir a la ventana
para comprobarlo, y efectivamente, allí estaba el sol. Ocupaba un lugar
equivocado en el cielo,
"¿Qué significa eso?" Edward
preguntó. "El sol se puede ver en el mismo
lugar en cualquier parte del mundo, tal vez los cambió de tamaño o algo
así."
demasiado bajo, y no parecía tan cercano
como de costumbre, pero era el sol, sin duda. Las nubes se congregaban en el
horizonte, pero en el medio del cielo se veía una gran área azul. Me demoré en
la ventana todo lo que pude, temerosa de que el azul del cielo volviera a
desaparecer en cuanto me fuera.
La tienda de artículos deportivos
olímpicos de Newton se situaba al extremo norte del pueblo. La había visto con
anterioridad, pero nunca me había detenido allí al no necesitar ningún artículo
para estar al aire libre durante mucho tiempo.
"Eso es terrible", dijo Emmett con
sarcasmo.
En el aparcamiento reconocí el Suburban de
Mike y el Sentra de Tyler. Vi al grupo alrededor de la parte delantera del
Suburban mientras aparcaba junto a ambos vehículos. Eric estaba allí en
compañía de otros dos chicos con los que compartía clases; estaba casi segura
de que se llamaban Ben y Conner. Jess también estaba, flanqueada por Angela y
Lauren. Las acompañaban otras tres chicas, incluyendo una a la que recordaba
haberle caído encima durante la clase de gimnasia del viernes. Esta me dirigió
una mirada asesina cuando bajé del coche, y le susurró algo a Lauren, que se
sacudió la dorada melena y me miró con desdén.
De modo que aquél iba a ser uno de esos
días.
Al menos Mike se alegraba de verme.
— ¡Has venido! —gritó encantado—. ¿No te
dije que hoy iba a ser un día soleado?
—Y yo te dije que iba a venir —le recordé.
—Sólo nos queda esperar a Lee y a
Samantha, a menos que tú hayas invitado a alguien —agregó.
"Oh, ella lo hizo, pero no fue capaz de
unírseles", sonrió Alice.
"Imagine la reacción de Mike, si Eddy se presentaba allí" rió Emmett.
"Imagine la reacción de Mike, si Eddy se presentaba allí" rió Emmett.
—No —mentí con desenvoltura mientras
esperaba que no me descubriera y deseando al mismo tiempo que ocurriese un
milagro y apareciera Edward.
Mike pareció satisfecho.
— ¿Montarás en mi coche? Es eso o la
minifurgoneta de la madre de Lee.
—Claro.
Sonrió gozoso. ¡Qué fácil era hacer feliz
a Mike!
—Podrás sentarte junto a la ventanilla —me
prometió. Oculté mi mortificación. No resultaba tan sencillo hacer felices a
Mike y a Jessica al mismo tiempo. Ya la veía mirándonos ceñuda.
No obstante, el número jugaba a mi favor.
Lee trajo a otras dos personas más y de repente se necesitaron todos los
asientos. Me las arreglé para situar a Jessica en el asiento delantero del
Suburban, entre Mike y yo. Mike podía haberse comportado con más elegancia,
pero al menos Jess parecía aplacada.
Entre La Push y Forks había menos de
veinticinco kilómetros de densos y vistosos bosques verdes que bordeaban la
carretera. Debajo de los mismos serpenteaba el caudaloso río Quillayute. Me
alegré de tener el asiento de la ventanilla. Giré la manivela para bajar el
cristal —el Suburban resultaba un poco claustrofóbico con nueve personas
dentro— e intenté absorber tanta luz solar como me fue posible.
Había visto las playas que rodeaban La
Push muchas veces durante mis vacaciones en Forks con Charlie, por lo que ya me
había familiarizado con la playa en forma de media luna de más de kilómetro y
medio de First Beach.
"Bueno, nunca las hemos visto", dijo
Esme.
Seguía siendo impresionante. El agua de un
color gris oscuro, incluso cuando la bañaba la luz del sol, aparecería coronada
de espuma blanca mientras se mecía pesadamente hacia la rocosa orilla gris. Las
paredes de los escarpados acantilados de las islas se alzaban sobre las aguas
del malecón metálico. Estos alcanzaban alturas desiguales y estaban coronados
por austeros abetos que se elevaban hacia el cielo. La playa sólo tenía una
estrecha franja de auténtica arena al borde del agua, detrás de la cual se
acumulaban miles y miles de rocas grandes y lisas que, a lo lejos, parecían de
un gris uniforme, pero de cerca tenían todos los matices posibles de una piedra:
terracota, verdemar, lavanda, celeste grisáceo, dorado mate. La marca que
dejaba la marea en la playa estaba sembrada de
árboles de color ahuesado —a causa de la salinidad marina— arrojados a la costa
por las olas.
Una fuerte brisa soplaba desde el mar, frío
y salado. Los pelícanos flotaban sobre las ondulaciones de la marea mientras
las gaviotas y un águila solitaria las sobrevolaban en círculos. Las nubes
seguían trazando un círculo en el firmamento, amenazando con invadirlo de un
momento a otro, pero, por ahora, el sol seguía brillando espléndido con su halo
luminoso en el azul del cielo.
"Suena como una playa bonita," dijo
Esme.
"Supongo que tus pensamientos no cambiarían si no estuviera prohibida para ti dijo Edward
"Eso es probablemente cierto", dijo Esme.
"Supongo que tus pensamientos no cambiarían si no estuviera prohibida para ti dijo Edward
"Eso es probablemente cierto", dijo Esme.
Elegimos un camino para bajar a la playa.
Mike nos condujo hacia un círculo de lefios arrojados a la playa por la marea.
Era obvio que los habían utilizado antes para acampadas como la nuestra. En el
lugar ya se veía el redondel de una fogata cubierto con cenizas negras. Eric y
el chico que, según creía, se llamaba Ben recogieron ramas rotas de los
montones más secos que se apilaban al borde del bosque, y pronto tuvimos una
fogata con forma de tipi encima de los viejos rescoldos.
— ¿Has visto alguna vez una fogata de
madera varada en la playa? —me preguntó Mike.
Me sentaba en un banco de color
blanquecino. En el otro extremo se congregaban las demás chicas, que
chismorreaban animadamente. Mike se arrodilló junto a la hoguera y encendió una
rama pequeña con un mechero.
—No —reconocí mientras él lanzaba con
precaución la rama en llamas contra el tipi.
"No creo que yo lo halla viso tampoco
tanto", dijo Edward.
"Es todo un espectáculo", dijo Carlisle con una sonrisa.
"Es todo un espectáculo", dijo Carlisle con una sonrisa.
—Entonces, te va a gustar... Observa los
colores.
Prendió otra ramita y la depositó junto a
la primera. Las llamas comenzaron a lamer con rapidez la lefia seca.
— ¡Es azul! —exclamé sorprendida.
"Eso es genial," dijo Edward.
"Apuesto a que desearías estar ahí", bromeó Emmett. "Ya sabes, para ver su reacción
"Sí," dijo Edward, sonriendo a la idea
"Apuesto a que desearías estar ahí", bromeó Emmett. "Ya sabes, para ver su reacción
"Sí," dijo Edward, sonriendo a la idea
—Es a causa de la sal. ¿Precioso, verdad?
Encendió otra más y la colocó allí donde
el fuego no había prendido y luego vino a sentarse a mi lado. Por fortuna,
Jessica estaba junto a él, al otro lado. Se volvió hacia Mike y reclamó su atención. Contemplé las fascinantes llamas verdes y azules
que chisporroteaban hacia el cielo.
Después de media hora de cháchara, algunos
chicos quisieron dar una caminata hasta las marismas cercanas. Era un dilema.
"Apuesto a que ella
quiere ver las marismas pero no quiere hacer la caminata," rió Emmett.
"¿quién lo toma?
"Yo no lo creo", dijo Jasper.
"Eso suena muy plausible."
Por
una parte, me encantan las pozas que se forman durante la bajamar. Me han
fascinado desde niña; era una de las pocas cosas que me hacían ilusión cuando
debía venir a Forks, pero, por otra, también me caía dentro un montón de veces.
"Yo estaba en lo cierto", vitoreo Emmett
No es un buen trago cuando se tiene siete
años y estás con tu padre. Eso me recordó la petición de Edward, de que no me
cayera al mar.
"Yo no sé si realmente pensaba en esa
posibilidad," se rió Edward.
"Pero es bueno tomar precauciones", sonrió Emmett.
"Pero es bueno tomar precauciones", sonrió Emmett.
Lauren fue quien decidió por mí. No quería
caminar, ya que calzaba unos zapatos nada adecuados para hacerlo. La mayoría de
las otras chicas, incluidas Jessica y Angela, decidieron quedarse también en la
playa. Esperé a que Tyler y Eric se hubieran comprometido a acompañarlas antes
de levantarme con sigilo para unirme al grupo de caminantes. Mike me dedicó una
enorme sonrisa cuando vio que también iba.
"Ella no va por ti", susurró Edward.
"No, él no está celoso en absoluto", dijo Emmett.
"Sí, e incluso sabes lo que piensa ahora y sigues actuando de esa manera", sonrió Alice.
"No, él no está celoso en absoluto", dijo Emmett.
"Sí, e incluso sabes lo que piensa ahora y sigues actuando de esa manera", sonrió Alice.
La caminata no fue demasiado larga, aunque
me fastidiaba perder de vista el cielo al entrar en el bosque. La luz verde de
éste difícilmente podía encajar con las risas juveniles, era demasiado oscuro y
aterrador para estar en armonía con las pequeñas bromas que se gastaban a mí
alrededor. Debía vigilar cada paso que daba con sumo cuidado para evitar las
raíces del suelo y las ramas que había sobre mi cabeza, por lo que no tardé en
rezagarme. Al final me adentré en los confines esmeraldas de la foresta y encontré
de nuevo la rocosa orilla. Había bajado la marea y un río fluía a nuestro lado
de camino hacia el mar. A lo largo de sus orillas sembradas de guijarros había
pozas poco profundas que jamás se secaban del todo. Eran un hervidero de vida.
Tuve buen cuidado de no inclinarme
demasiado sobre aquellas lagunas naturales.
"Mira Eddy, ella está realmente prestando
atención a tus consejos", se rió Emmett.
Los
otros fueron más intrépidos, brincaron sobre las rocas y se encaramaron a los
bordes de forma precaria. Localicé una piedra de apariencia bastante estable en
los aledaños de una de las lagunas más grandes y me senté con cautela,
fascinada por el acuario natural que había a mis pies. Ramilletes de brillantes
anémonas se ondulaban sin cesar al compás de la corriente invisible. Conchas en
espiral rodaban sobre los repliegues en cuyo interior se ocultaban los
cangrejos. Una estrella de mar inmóvil se aferraba a las rocas, mientras una
rezagada anguila pequeña de estrías blancas zigzagueaba entre los relucientes
juncos verdes a la espera de la pleamar. Me quedé completamente absorta, a
excepción de una pequeña parte de mi mente, que se preguntaba qué estaría
haciendo ahora Edward e intentaba imaginar lo que diría de estar aquí conmigo.
"Hm... probablemente eso explica cada una
de las cosas que vimos fueron o algo así", reflexionó Eduardo.
"Sí, claro, ni siquiera estamos hablando de las marismas ", dijo Alice, riendo. "Tú estarías demasiado absorto viendo a Bella”
"Eso puede ser cierto", admitió a regañadientes Edward.
"Sí, claro, ni siquiera estamos hablando de las marismas ", dijo Alice, riendo. "Tú estarías demasiado absorto viendo a Bella”
"Eso puede ser cierto", admitió a regañadientes Edward.
Finalmente, los muchachos sintieron
apetito y me levanté con rigidez para seguirlos de vuelta a la playa. En esta
ocasión intenté seguirles el ritmo a través del bosque,
"Así que debe haberse caído", se rió
Emmett.
por lo que me caí unas cuantas veces, cómo
no.
Se echó a reír aún más y ahora estuvo
acompañado por el resto.
Me hice algunos rasguños poco profundos en
las palmas de las manos, y las rodillas de mis vaqueros se riñeron de verdín,
pero podía haber sido peor.
Cuando regresamos a First Beach, el grupo
que habíamos dejado se había multiplicado. Al acercarnos pude ver el lacio y
reluciente pelo negro y la piel cobriza de los recién llegados,
"Oh, genial los lobos están ahí",
siseó Rosalie.
"No son los lobos, son sólo sus descendientes", corrigió Carlisle y Rosalie encogió de hombros.
"¿Estás pensando lo que estoy pensando Edward?" Alice pensó cuando se dio cuenta de su ceño fruncido. ¿Crees que uno de ellos va a decirle a Bella de nosotros? " Él asintió con la cabeza insignificantemente y suspiró, encogiéndose de hombros.
"No son los lobos, son sólo sus descendientes", corrigió Carlisle y Rosalie encogió de hombros.
"¿Estás pensando lo que estoy pensando Edward?" Alice pensó cuando se dio cuenta de su ceño fruncido. ¿Crees que uno de ellos va a decirle a Bella de nosotros? " Él asintió con la cabeza insignificantemente y suspiró, encogiéndose de hombros.
unos adolescentes de la reserva que habían
acudido para hacer un poco de vida social.
La comida ya había empezado a repartirse,
y los chicos se apresuraron para pedir que la compartieran mientras Eric nos
presentaba al entrar en el círculo de la fogata. Angela y yo fuimos las últimas
en llegar y me di cuenta de que el más joven de los recién llegados, sentado
sobre las piedras cerca del fuego, alzó la vista para mirarme con interés
cuando Eric pronunció nuestros nombres.
“La conoce o es solo un admirador?
"Emmett preguntó sonriendo.
Me senté junto a Angela, y Mike nos trajo
unos sandwiches y una selección de refrescos para que eligiéramos mientras el
chico que tenía aspecto de ser el mayor de los visitantes pronunciaba los
nombres de los otros siete jóvenes que lo acompañaban. Todo lo que pude
comprender es que una de las chicas también se llamaba Jessica y que el
muchacho cuya atención había despertado respondía al nombre de Jacob.
Resultaba relajante sentarse con Angela,
era una de esas personas sosegadas que no sentían la necesidad de llenar todos
los silencios con cotorreos. Me dejó cavilar tranquilamente sin molestarme
mientras comíamos.
"No estoy segura si es una buena amistad
o no," dijo Esme confundida.
"Mientras las dos están a gusto con ellas - y estoy seguro de que sí, ya que Angela es una chica tímida también - deberían estar bien", dijo Edward.
"Mientras las dos están a gusto con ellas - y estoy seguro de que sí, ya que Angela es una chica tímida también - deberían estar bien", dijo Edward.
Pensaba de qué forma tan deshilvanada
transcurría el tiempo en Forks; a veces pasaba como en una nebulosa, con unas
imágenes únicas que sobresalían con mayor claridad que el resto,
"Sí, y en todas partes seguro esta
nuestro Eddy!" Emmett gritó.
"Debes admitir que la mayoría de ellas se destacan de todos modos, aunque no me gusta", dijo Edward. "Su muerte en la mira , los accidentes de tráfico y todo eso."
"Debes admitir que la mayoría de ellas se destacan de todos modos, aunque no me gusta", dijo Edward. "Su muerte en la mira , los accidentes de tráfico y todo eso."
mientras que en otras ocasiones cada
segundo era relevante y se grababa en mi mente. Sabía con exactitud qué causaba
la diferencia y eso me perturbaba.
Las nubes comenzaron a avanzar durante el
almuerzo. Se deslizaban por el cielo azul y ocultaban de forma fugaz y
momentánea el sol, proyectando sombras alargadas sobre la playa y oscureciendo
las olas. Los chicos comenzaron a alejarse en duetos y tríos cuando terminaron
de comer. Algunos descendieron hasta el borde del mar para jugar a la cabrilla
lanzando piedras sobre la superficie agitada del mismo. Otros se congregaron
para efectuar una segunda expedición a las pozas. Mike, con Jessica convertida
en su sombra, encabezó otra a la tienda de la aldea. Algunos de los nativos los
acompañaron y otros se fueron a pasear.
Para cuando se hubieron dispersado todos, me había quedado sentada sola sobre
un leño, con Lauren y Tyler
"Aw, las personas con las que ella quiere
estar ", dijo Alice.
muy ocupados con un reproductor de CD que
alguien había tenido la ocurrencia de traer, y tres adolescentes de la reserva
situados alrededor del fuego, incluyendo al jovencito llamado Jacob y al más
adulto, el que había actuado de portavoz.
A los pocos minutos, Angela se fue con los
paseantes y Jacob acudió andando despacio para sentarse en el sitio libre que
aquélla había dejado a mi lado. A juzgar por su aspecto debería tener catorce,
tal vez quince años. Llevaba el brillante pelo largo recogido con una goma
elástica en la nuca. Tenía una preciosa piel sedosa de color rojizo y ojos
oscuros sobre los pómulos pronunciados. Aún quedaba un ápice de la redondez de
la infancia alrededor de su mentón.
"Es mejor que tengas cuidado Eddy, parece
que tal vez ese le guste ", bromeó Emmett y los ojos de Edward se
entrecerraron involuntariamente.
En suma, tenía un rostro muy bonito. Sin
embargo, sus primeras palabras estropearon aquella impresión positiva.
—Tú eres Isabella Swan, ¿verdad?
Aquello era como empezar otra vez el
primer día del instituto.
—Bella —dije con un suspiro.
—Me llamo Jacob Black —me tendió la mano
con gesto amistoso—. Tú compraste el coche de mi papá.
—Oh—dije aliviada mientras le estrechaba
la suave mano—. Eres el hijo de Billy. Probablemente debería acordarme de ti.
—No, soy el benjamín... Deberías acordarte
de mis hermanas mayores.
—Rachel y Rebecca —recordé de pronto.
Charlie y Billy nos habían abandonado
juntas muchas veces para mantenernos ocupadas mientras pescaban. Todas éramos
demasiado tímidas para hacer muchos progresos como amigas. Por supuesto, había
montado las suficientes rabietas para terminar con las excursiones de pesca
cuando tuve once años.
"Wow, ella debe haber odiado en realidad
eso", se rió Edward. "Ella nunca pide nada para sí misma."
— ¿Han venido? —inquirí mientras examinaba
a las chicas que estaban al borde del mar preguntándome si sería capaz; de reconocerlas ahora.
—No —Jacob negó con la cabeza—. Rachel
tiene una beca del Estado de Washington y Rebecca se casó con un surfista
samoano. Ahora vive en Hawai.
— ¿Está casada? Vaya —estaba atónita. Las
gemelas apenas tenían un año más que yo.
"Eso no es tan extraño", dijo
Edward.
"Lo es en este caso", señaló Alice. "Las personas no se casan por lo menos hasta tener treinta.
"Sabes que estas hablando como una vieja, ¿no?" Edward sonrió.
"Bueno, lo soy", se encogió Alice.
"Lo es en este caso", señaló Alice. "Las personas no se casan por lo menos hasta tener treinta.
"Sabes que estas hablando como una vieja, ¿no?" Edward sonrió.
"Bueno, lo soy", se encogió Alice.
— ¿Qué tal te funciona el monovolumen?
—preguntó.
—Me encanta, y va muy bien.
—Sí, pero es muy lento
"Como si necesitara otra razón para odiar
a ese camión", dijo Rosalie.
—se rió—. Respiré aliviado cuando Charlie
lo compró. Papá no me hubiera dejado ponerme a trabajar en la construcción de
otro coche mientras tuviéramos uno en perfectas condiciones.
—No es tan lento —objeté.
— ¿Has intentado pasar de sesenta?
—No.
"¿Cómo es eso posible?" Edward dijo.
"Yo puedo caminar más rápido que eso."
—Bien. No lo hagas.
Esbozó una amplia sonrisa y no pude evitar
devolvérsela.
—Eso lo mejora en caso de accidente
—alegué en defensa de mi automóvil.
—Dudo que un tanque pudiera con ese viejo
dinosaurio —admitió entre risas.
"Ellos se llevan más que bien", dijo
Alicia, aún tomando el pelo, pero un poco más serio. "Va a ser tu
principal competencia."
"O hay atraparla y correr si es necesario," se rió Emmett.
"O hay atraparla y correr si es necesario," se rió Emmett.
—Así que fabricas coches... —comenté,
impresionada.
—Cuando dispongo de tiempo libre y de
piezas. ¿No sabrás por un casual dónde puedo adquirir un cilindro maestro para
un Volkswagen Rabbit del ochenta y seis? —añadió jocosamente.
"No es tan difícil de conseguir,"
dijo Rosalie. "Pero ¿por qué molestarse con un coche tan viejo?”
Tenía una voz amable y ronca.
—Lo siento —me eché a reír—. No he visto
ninguno últimamente, pero estaré ojo avizor para avisarte.
Como si yo supiera qué era eso. Era muy
fácil conversar con él. Exhibió una sonrisa radiante y me contempló en señal de apreciación, de una forma que había aprendido a reconocer. No
fui la única que se dio cuenta.
— ¿Conoces a Bella, Jacob? —preguntó
Lauren desde el otro lado del fuego con un tono que yo imaginé como insolente.
—En cierto modo, hemos sabido el uno del
otro desde que nací —contestó entre risas, y volvió a sonreírme.
— ¡Qué bien!
No parecía que fuera eso lo que pensara, y
entrecerró sus pálidos ojos de besugo.
—Bella —me llamó de nuevo mientras
estudiaba con atención mi rostro—, le estaba diciendo a Tyler que es una pena
que ninguno de los Cullen haya venido hoy. ¿Nadie se ha acordado de invitarlos?
Su expresión preocupada no era demasiado
convincente.
"Oh, mierda", dijo Emmett,
ensanchando los ojos. La mayor parte de su familia tuvo la misma reacción.
"¡No lo digas."
— ¿Te refieres a la familia del doctor
Carlisle Cullen? —preguntó el mayor de los chicos de la reserva antes de que yo
pudiera responder, para gran irritación de Lauren. En realidad, tenía más de
hombre que de niño y su voz era muy grave.
—Sí, ¿los conoces? —preguntó con gesto
condescendiente, volviéndose en parte hacia él.
—Los Cullen no vienen aquí —respondió en
un tono que daba el tema por zanjado e ignorando la pregunta de Lauren.
"Él lo dijo," suspiró Emmett.
"Para una persona normal eso no sería nada ..."
"Pero para Bella ... eso simplemente va a aumentar su curiosidad por nosotros", dijo Edward con las manos en su cabeza
"Los Quileutes saben que estamos aquí", dijo Jasper.
"Y esta generación no cree en las historias", agregó Carlisle.
"Ese lobo tonto va a contarle todo," dijo Rosalie dejando escapar un gruñido feroz. "Debemos arrancarles la cabeza a esos perros los perros, vamos a tener todo el derecho dentro de unos meses por lo que parece."
"Rosalie sabes que no podemos hacer eso", suspiró Carlisle.
Rosalie continuó hirviendo peligrosamente por los próximos dos minutos y Emmett trató de calmarla. Durante ese tiempo la boca Edward se convirtió en una sonrisa.
"¿Qué te tiene tan feliz Edward?" Jasper preguntó tratando de bajar la voz, pero realmente no tenía sentido.
"Creo que estoy feliz de saber que yo no le diré la verdad a Bella," Edward se rió aliviado. "Yo tenía miedo de que Rose arruiné uno de mis coches, cuando eso pasará."
"Edward," gruñó Rosalie. "No te atrevas a pensar que voy a dejar que te escapes de esto- es posible que no le hayas dicho nada, pero aún así es todo por tu culpa..."
"Ya sé", dijo Edward tratando de ser estoico. "Lo siento por todo... pero no me puedes culpar por esto."
"Obsérvame” resopló Rosalie y luego volvió a sentarse en su silla cruzando los brazos.
"Pero para Bella ... eso simplemente va a aumentar su curiosidad por nosotros", dijo Edward con las manos en su cabeza
"Los Quileutes saben que estamos aquí", dijo Jasper.
"Y esta generación no cree en las historias", agregó Carlisle.
"Ese lobo tonto va a contarle todo," dijo Rosalie dejando escapar un gruñido feroz. "Debemos arrancarles la cabeza a esos perros los perros, vamos a tener todo el derecho dentro de unos meses por lo que parece."
"Rosalie sabes que no podemos hacer eso", suspiró Carlisle.
Rosalie continuó hirviendo peligrosamente por los próximos dos minutos y Emmett trató de calmarla. Durante ese tiempo la boca Edward se convirtió en una sonrisa.
"¿Qué te tiene tan feliz Edward?" Jasper preguntó tratando de bajar la voz, pero realmente no tenía sentido.
"Creo que estoy feliz de saber que yo no le diré la verdad a Bella," Edward se rió aliviado. "Yo tenía miedo de que Rose arruiné uno de mis coches, cuando eso pasará."
"Edward," gruñó Rosalie. "No te atrevas a pensar que voy a dejar que te escapes de esto- es posible que no le hayas dicho nada, pero aún así es todo por tu culpa..."
"Ya sé", dijo Edward tratando de ser estoico. "Lo siento por todo... pero no me puedes culpar por esto."
"Obsérvame” resopló Rosalie y luego volvió a sentarse en su silla cruzando los brazos.
Tyler le preguntó a Lauren qué le parecía
el CD que sostenía en un intento de recuperar su atención. Ella se distrajo.
Contemplé al desconcertante joven de voz
profunda, pero él miraba a lo lejos, hacia el bosque umbrío que teníamos detrás
de nosotros. Había dicho que los Cullen no venían aquí, pero el tono empleado
dejaba entrever algo más, que no se les permitía, que lo tenían prohibido.
"Bueno, lo tenemos," dijo Edward,
casi con alegría, aunque en realidad debería haber estado preocupado por su
coches antes esto. Sin embargo, al segundo después sus hombros cayeron y parecía
ansioso.
"¿Qué pasa esta vez?" Jasper dijo y luego murmuró casi para sí mismo. Realmente disfrutas de la montaña rusa emocional que me haces sentir".
"Ella va a saber!" Edward exclamó. "Ella se va a asustar de mí."
"Oh, Edward, estoy seguro de que va a entender", dijo Esme convincente.
"¿Cómo podría?" Edward se deprimió aún mas. "Aunque es bueno que ella lo sepa y se aleje... así será capaz de vivir una vida normal en paz."
"Realmente no se da cuenta todavía", sonrió Alice. "Creo que te sorprenderás”
"Lo dices como si fuera un hecho" Edward dijo.
"No, no tengo idea de cómo va a terminar", dijo Alice sonando molesta y emocionada. "No voy tener ninguna visión acerca de lo que va a pasar en estos libros ya que no hay decisiones que tomar, pero aún así, sé que tengo razón."
"Ummm, hagamos una apuesta", dijo Emmett. "No creo que jamás tenga la oportunidad de apostar en contra tuya".
"Dime los términos", dijo Alice con confianza al igual que como lo hizo cuando tuvo una visión.
"Vamos a subir la apuesta esta vez, 400 dólares", dijo Emmett.
"Hecho", dijo Alice.
"¿Qué pasa esta vez?" Jasper dijo y luego murmuró casi para sí mismo. Realmente disfrutas de la montaña rusa emocional que me haces sentir".
"Ella va a saber!" Edward exclamó. "Ella se va a asustar de mí."
"Oh, Edward, estoy seguro de que va a entender", dijo Esme convincente.
"¿Cómo podría?" Edward se deprimió aún mas. "Aunque es bueno que ella lo sepa y se aleje... así será capaz de vivir una vida normal en paz."
"Realmente no se da cuenta todavía", sonrió Alice. "Creo que te sorprenderás”
"Lo dices como si fuera un hecho" Edward dijo.
"No, no tengo idea de cómo va a terminar", dijo Alice sonando molesta y emocionada. "No voy tener ninguna visión acerca de lo que va a pasar en estos libros ya que no hay decisiones que tomar, pero aún así, sé que tengo razón."
"Ummm, hagamos una apuesta", dijo Emmett. "No creo que jamás tenga la oportunidad de apostar en contra tuya".
"Dime los términos", dijo Alice con confianza al igual que como lo hizo cuando tuvo una visión.
"Vamos a subir la apuesta esta vez, 400 dólares", dijo Emmett.
"Hecho", dijo Alice.
Su
actitud me causó una extraña impresión que intenté ignorar sin éxito. Jacob
interrumpió el hilo de mis cavilaciones.
— ¿Aún te sigue volviendo loca Forks?
—Bueno, yo diría que eso es un eufemismo —hice
una mueca y él sonrió con comprensión.
Le seguía dando vueltas al breve
comentario sobre los Cullen y de repente tuve una inspiración. Era un plan
estúpido, pero no se me ocurría nada mejor. Albergaba la esperanza de que el
joven Jacob aún fuera inexperto con las chicas, por lo que no vería lo penoso
de mis intentos de flirteo.
“Sí, esto va a ser divertido", se rió
Emmett, y Edward se veía divertido a pesar de que todavía estaba temiendo lo
que iba a venir
— ¿Quieres bajar a dar un paseo por la
playa conmigo? —le pregunté mientras intentaba imitar la forma en que Edward me
miraba a través de los párpados.
"Ella te está usando como referencia para
coquetear con otro chico", señaló Alice y comenzó a reír.
No
iba a causar el mismo efecto, estaba segura, pero Jacob se incorporó de un
salto con bastante predisposición.
Las nubes terminaron por cerrar filas en
el cielo, oscureciendo las aguas del océano y haciendo descender la
temperatura, mientras nos dirigíamos hacia el norte entre rocas de múltiples
tonalidades, en dirección al espigón de madera. Metí las manos en los bolsillos
de mi chaquetón.
—De modo que tienes... ¿dieciséis años?
—le pregunté al tiempo que intentaba no parecer una idiota cuando parpadeé como
había visto hacer a las chicas en la televisión.
"Sólo puedo verla
haciendo el ridículo", dijo Emmett. "Estoy tan contento de que nos
mostraras la imagen Alice, se pueden imaginar más detalles así.
—Acabo de cumplir quince —confesó adulado.
— ¿De verdad? —mi rostro se llenó de una
falsa expresión de sorpresa—. Hubiera jurado que eras mayor.
—Soy alto para mi edad —explicó.
— ¿Subes mucho a Forks? —pregunté con
malicia, simulando esperar un sí por respuesta. Me vi como una tonta y temí
que, disgustado, se diera la vuelta tras acusarme de ser una farsante, pero aún
parecía adulado.
Por supuesto que lo sería, ella tiene
admiradores sin siquiera intentarlo", dijo Edward. "Pobre Jacob, él
no tiene ninguna posibilidad".
"Bueno, el pobre de Jacob está a punto de decirle todo acerca de nosotros, así que realmente no siento ninguna pena por él", siseó Rosalie - que afectivamente puso fin al estado de ánimo de Edward.
"Bueno, el pobre de Jacob está a punto de decirle todo acerca de nosotros, así que realmente no siento ninguna pena por él", siseó Rosalie - que afectivamente puso fin al estado de ánimo de Edward.
—No demasiado —admitió con gesto de
disgusto—, pero podré ir las veces que quiera en cuanto haya terminado el
coche. .. y tenga el carné —añadió.
— ¿Quién era ese otro chico con el que
hablaba Lauren? Parecía un poco viejo para andar con nosotros —me incluí a
propósito entre los más jóvenes en un intento de dejarle claro que le prefería
a él.
"No está mal", aprobó Alice.
—Es Sam y tiene diecinueve años —me
informó Jacob.
— ¿Qué era lo que decía sobre la familia
del doctor? —pregunté con toda inocencia.
— ¿Los Cullen? Se supone que no se acercan
a la reserva.
Desvió la mirada hacia la Isla de James mientras
confirmaba lo que creía haber oído de labios de Sam.
— ¿Por qué no?
Me devolvió la mirada y se mordió el
labio.
—Vaya. Se supone que no debo decir nada.
"Eso sería una invitación para cualquiera, no sólo alguien que es tan curiosa como lo es Bella," dijo Jasper sacudiendo la cabeza.
"Eso sería una invitación para cualquiera, no sólo alguien que es tan curiosa como lo es Bella," dijo Jasper sacudiendo la cabeza.
—Oh, no se lo voy a contar a nadie. Sólo
siento curiosidad.
Probé a esbozar una sonrisa tentadora al
tiempo que me preguntaba si no me estaba pasando un poco, aunque él me devolvió
la sonrisa y pareció tentado. Luego enarcó una ceja y su voz fue más ronca
cuando me preguntó con ton agorero:
¿—Te gustan las historias de miedo?
“Bueno, he disfrutado de
mi tiempo con Bella," suspiró Edward en eso.
"A pesar de que la ignoraba la mayoría del tiempo", bromeó Alice.
"Argh", se quejó Edward.
"A pesar de que la ignoraba la mayoría del tiempo", bromeó Alice.
"Argh", se quejó Edward.
—Me encantan —repliqué con entusiasmo,
esforzándome para engatusarlo.
Jacob paseó hasta un árbol cercano varado
en la playa cuyas raíces sobresalían como las patas de una gran araña
blancuzca. Se apoyó levemente sobre una de las raíces retorcidas mientras me
sentaba a sus pies, apoyándome sobre el tronco. Contempló las rocas. Una
sonrisa pendía de las comisuras de sus labios carnosos y supe que iba a
intentar hacerlo lo mejor que pudiera. Me esforcé para que se notara en mis
ojos el vivo interés que yo sentía.
—Conoces alguna de nuestras leyendas
ancestrales? —comenzó—. Me refiero a nuestro origen, el de los quileutes.
"No, y ella no se preocupa por esas
historias", dijo Emmett. "Ella sólo quiere oír hablar de Eddy."
—En realidad, no —admití.
—Bueno, existen muchas leyendas. Se afirma
que algunas se remontan al Diluvio. Supuestamente, los antiguos quileutes
amarraron sus canoas a lo alto de los árboles más grandes de las montañas para sobrevivir, igual que Noé y el arca —me sonrió
para demostrarme el poco crédito que daba a esas historias—. Otra leyenda
afirma que descendemos de los lobos,
"Esa no es una leyenda", dijo
Carlisle. "Me pregunto si la otra también es cierta."
y que éstos siguen siendo nuestros
hermanos. La ley de la tribu prohíbe matarlos.
»Y luego están las historias sobre los fríos.
“Y aquí vamos nosotros” sonrió Emmett.
"Me pregunto cuan malo va a ser", dijo Edward, de repente aún más preocupado que antes. "Tiene que ser peor de lo que le decía de sí mismo, el lobo no nos va a representar muy bien."
"Podría haber sido mejor sacrificar tu coche a manos de Rosalie", sugirió Alice.
Edward la miró y suspiró, "tal vez sí."
"Me pregunto cuan malo va a ser", dijo Edward, de repente aún más preocupado que antes. "Tiene que ser peor de lo que le decía de sí mismo, el lobo no nos va a representar muy bien."
"Podría haber sido mejor sacrificar tu coche a manos de Rosalie", sugirió Alice.
Edward la miró y suspiró, "tal vez sí."
— ¿Los fríos? —pregunté sin esconder mi
curiosidad.
—Sí. Las historias de los fríos son tan
antiguas como las de los lobos, y algunas son mucho más recientes. De acuerdo
con la leyenda, mi propio tatarabuelo conoció a algunos de ellos.
“Es un poco divertido que el descendiente de
Efraín, sea el que rompe el tratado", dijo Carlisle buscando el lado
realmente divertido.
"¿Por qué ninguno de ustedes se toma esto en serio?" Rosalie gruñó.
"Hay dos razones", dijo Carlisle decidiendo cual era lo mejor para responder a su pregunta. "En primer lugar, nada de esto sucedió aún así que podemos evitarlo si es necesario," debió de haber dicho esto primero sabiendo que sería lo que más apaciguaría a Rosalie. "Y en segundo lugar, creo que Alice tiene razón... Bella no va a reaccionar como un ser humano normal lo haría. Estoy seguro de que todo va a estar bien."
"¿Por qué ninguno de ustedes se toma esto en serio?" Rosalie gruñó.
"Hay dos razones", dijo Carlisle decidiendo cual era lo mejor para responder a su pregunta. "En primer lugar, nada de esto sucedió aún así que podemos evitarlo si es necesario," debió de haber dicho esto primero sabiendo que sería lo que más apaciguaría a Rosalie. "Y en segundo lugar, creo que Alice tiene razón... Bella no va a reaccionar como un ser humano normal lo haría. Estoy seguro de que todo va a estar bien."
Fue él quien selló el trato que los
mantiene alejados de nuestras tierras.
Entornó los ojos.
— ¿Tu tatarabuelo? —le animé.
—Era el jefe de la tribu, como mi padre.
Ya sabes, los fríos son los enemigos naturales de los lobos, bueno, no de los
lobos en realidad, sino de los lobos que se convierten en hombres, como
nuestros ancestros. Tú los llamarías licántropos.
— ¿Tienen enemigos los hombres lobo?
—Sólo uno.
Lo miré con avidez, confiando en hacer
pasar mi impaciencia por admiración. Jacob prosiguió:
—Ya sabes, los fríos han sido
tradicionalmente enemigos nuestros, pero el grupo
"Grupo", se mofó Rosalie, y esta vez
todo el mundo parecía igual de ofendido que ella. "Somos una familia perro
estúpido."
que llegó a nuestro territorio en la época
de mi tatarabuelo era diferente. No cazaban como lo hacían los demás y no
debían de ser un peligro para la tribu, por lo que mi antepasado llegó a un
acuerdo con ellos. No los delataríamos a los rostros pálidos si prometían
mantenerse lejos de nuestras tierras.
Me guiñó un ojo.
—Si no eran peligrosos, ¿por qué...?
—intenté comprender al tiempo que me esforzaba por ocultarle lo seriamente que
me estaba tomando esta historia de fantasmas.
—Siempre existe un riesgo para los humanos
que están cerca de los fríos, incluso si son civilizados como ocurría con este
clan —
"Tiene razón en eso," dijo Edward, a
pesar de que jamás habían cometido errores - no quiere decir que él no mató a
cientos de personas (todo con pensamiento criminales que lo justificaban, pero
lo hizo...) -, pero nunca mató a un transeúnte inocente. Había un montón de
otras personas en la habitación que podían dar fe de ello
instiló un evidente tono de amenaza en su
voz de forma deliberada—. Nunca se sabe cuándo van a tener demasiada sed como
para soportarla.
— ¿A qué te refieres con eso de
«civilizados»?
—Sostienen que no cazan hombres.
Supuestamente son capaces de sustituir a los animales como presas en lugar de
hombres.
"En realidad, no nos trató tan mal",
dijo Edward casi esperanzado. "Ella no debería estar disgustada conmigo...
a pesar de que debería estarlo."
"En serio, hermano, contrólate", dijo Jasper.
"Lo siento", suspiró Edward.
"En serio, hermano, contrólate", dijo Jasper.
"Lo siento", suspiró Edward.
Intenté conferir a mi voz un tono lo más
casual posible.
— ¿Y cómo encajan los Cullen en todo esto?
¿Se parecen a los fríos que conoció tu tatarabuelo?
—No —hizo una pausa dramática—. Son los mismos.
Edward se quejó en ese momento.
"Bueno, el cachorro es bueno contando historias", se rió Emmett.
"Todavía podría haber sido peor", dijo Alice
"Bueno, el cachorro es bueno contando historias", se rió Emmett.
"Todavía podría haber sido peor", dijo Alice
Debió de creer que la expresión de mi
rostro estaba provocada por el pánico causado por su historia. Sonrió
complacido y continuó:
—Ahora son más, otro macho y una hembra
nueva, pero el resto son los mismos. La tribu ya conocía a su líder, Carlisle,
en tiempos de mi antepasado. Iba y venía por estas tierras incluso antes de que
llegara tu gente.
Reprimió una sonrisa.
— ¿Y qué son? ¿Qué son los fríos?
Sonrió sombríamente.
—Bebedores de sangre —replicó con voz
estremecedora—. Tu gente los llama vampiros.
"Y ahora ella lo sabe", dijo Alice.
"Tú lo sabías," Edward la miró
"Sí," dijo Alice y abrió su mente a él.
"Argh... eso es lo que estaba en la parte posterior del libro", se quejó Eduardo. "Me podrías haber advertido."
"Y arruinar mi diversión", dijo Alice, sacudiendo la cabeza ante su declaración ridícula.
"Tú lo sabías," Edward la miró
"Sí," dijo Alice y abrió su mente a él.
"Argh... eso es lo que estaba en la parte posterior del libro", se quejó Eduardo. "Me podrías haber advertido."
"Y arruinar mi diversión", dijo Alice, sacudiendo la cabeza ante su declaración ridícula.
Permanecí contemplando el mar encrespado,
no muy segura de lo que reflejaba mi rostro.
—Se te ha puesto la carne de gallina —rió
encantado.
—Eres un estupendo narrador de historias
—le felicité sin apartar la vista del oleaje.
—El tema es un poco fantasioso, ¿no? Me
pregunto por qué papá no quiere que hablemos con nadie del asunto.
Aún no lograba controlar la expresión del
rostro lo suficiente como para mirarle.
—No te preocupes. No te voy a delatar.
"¿Quiere decir por su padre o por nosotros?"
Edward dijo. "Porque estoy seguro de que va a venir conmigo y no veo cómo
va a mantener al cachorro fuera de esto".
"Tiene que ser su padre," dijo Alicia.
"Tiene que ser su padre," dijo Alicia.
—Supongo que acabo de violar el tratado
—se rió.
—Me llevaré el secreto a la tumba —le
prometí, y entonces me estremecí.
"O no", se encogió Alice.
—En serio, no le digas nada a Charlie. Se
puso hecho una furia con mi padre cuando descubrió que algunos de nosotros no
íbamos al hospital desde que el doctor Cullen comenzó a trabajar allí.
—No lo haré, por supuesto que no.
— ¿Qué? ¿Crees que somos un puñado de
nativos supersticiosos? —preguntó con voz juguetona, pero con un deje de
precaución.
"Eso es gracioso, él cree que la asusto
diciéndole la historias sólo porque él
es muy supersticioso", dijo Edward divertido.
"Sí, ella ni siquiera siente miedo por nosotros que como vampiros, ¿por qué iba a estar juzgando al cachorro?", se rió Alice.
"Sí, ella ni siquiera siente miedo por nosotros que como vampiros, ¿por qué iba a estar juzgando al cachorro?", se rió Alice.
Yo aún no había apartado los ojos del mar,
por lo que me giré y le sonreí con la mayor normalidad posible.
—No. Creo que eres muy bueno contando
historias de miedo. Aún tengo los pelos de punta.
—Genial.
Sonrió. Entonces el entrechocar de los
guijarros nos alertó de que alguien se acercaba. Giramos las cabezas al mismo
tiempo para ver a Mike y a Jessica caminando en nuestra dirección a unos
cuarenta y cinco metros.
"Te apuesto a que Maicky va a estar
muerto de celoso", se rió Emmett.
"El no tiene derecho a estarlo", murmuró Edward con voz oscura.
"El no tiene derecho a estarlo", murmuró Edward con voz oscura.
—Ah, estás ahí, Bella —gritó Mike aliviado
mientras movía el brazo por encima de su cabeza.
— ¿Es ése tu novio? —preguntó Jacob,
alertado por los celos de la voz de Mike. Me sorprendió que resultase tan
obvio.
—No, definitivamente no —susurré.
Le estaba tremendamente agradecida a Jacob
y deseosa de hacerle lo más feliz posible. Le guiñé el ojo, girándome de
espaldas con cuidado antes de hacerlo. El sonrió, alborozado por mi torpe
flirteo.
"Ella no debió hacer eso, ella sólo va a
hacer que ese pobre muchacho piense que está interesada", dijo Esme.
"Yo realmente no creo que ella entienda cómo manejar a los chicos," se encogió Alice, a ella no le importaba los sentimientos del perro.
"Yo realmente no creo que ella entienda cómo manejar a los chicos," se encogió Alice, a ella no le importaba los sentimientos del perro.
—Cuando tenga el carné... —comenzó.
—Tienes que venir a verme a Forks.
Podríamos salir alguna vez —me sentí culpable al decir esto, sabiendo que lo
había utilizado, pero Jacob me gustaba de verdad. Era alguien de quien podía
ser amiga con facilidad.
“Caray relájate Eddy", dijo Emmett
tratando de disimular su risa ante la mirada colérica que le estaba dando
Edward al libro. "Ella sólo quiere ser su amigo."
Mike llegó a nuestra altura, con Jessica
aún a pocos pasos detrás. Vi cómo evaluaba a Jacob con la mirada y pareció
satisfecho ante su evidente juventud.
— ¿Dónde has estado? —me preguntó pese a
tener la respuesta delante de él.
—Jacob me acaba de contar algunas
historias locales —le dije voluntariamente—. Ha sido muy interesante.
Sonreí a Jacob con afecto y él me
devolvió la sonrisa.
—Bueno —Mike hizo una pausa, reevaluando
la situación al comprobar nuestra complicidad——. Estamos recogiendo. Parece que
pronto va a empezar a llover.
"La lluvia en Forks nunca para",
exclamó Emmett.
Todos alzamos la mirada al cielo
encapotado. Sin duda, estaba a punto de llover.
—De acuerdo —me levanté de un salto—, voy.
—Ha sido un placer volver a verte
—dijo Jacob, mofándose un poco de Mike.
—La verdad es que sí. La próxima vez que
Charlie baje a ver a Billy,
yo también vendré —prometí.
Su sonrisa se ensanchó.
—Eso sería estupendo.
—Y gracias —añadí de corazón.
Me calé la capucha en cuanto empezamos a
andar con paso firme entre las rocas hacia el aparcamiento. Habían comenzado a
caer unas cuantas gotas, formando marcas oscuras sobre las rocas en las que
impactaban. Cuando llegamos al coche de Mike, los otros ya regresaban de
vuelta, cargando con todo. Me deslicé al asiento trasero junto a Angela y
Tyler, anunciando que ya había gozado de mi turno junto a la ventanilla. Angela
se limitó a mirar por la ventana a la creciente tormenta y Lauren se removió en
el asiento del centro para copar la atención de Tyler, por lo que sólo pude
reclinar la cabeza sobre el asiento, cerrar los ojos e intentar no pensar con
todas mis fuerzas.
“Ese es el final del capítulo", dijo Carlisle. "Eh...
Rosalie quieres leer."
"¿Estás bromeando verdad?" Rosalie se burló
"Vamos nena, va a ser divertido", dijo Emmett.
"No hay nada divertido sobre esto," Rosalie sacudió su cabeza.
"Sería peligroso poner el libro en sus manos ahora mismo", dijo Edward. "Es probable que lo desgarre en el estado que está"
“Oh, no importa entonces”, dijo Emmett, el no quería que su nuevo medio de entretenimiento sea destruido tan pronto “¿Vas a leer hermano?”
"No creo que lo puedo manejar bien ahora mismo", Edward sacudió su cabeza.
"¿Estás bromeando verdad?" Rosalie se burló
"Vamos nena, va a ser divertido", dijo Emmett.
"No hay nada divertido sobre esto," Rosalie sacudió su cabeza.
"Sería peligroso poner el libro en sus manos ahora mismo", dijo Edward. "Es probable que lo desgarre en el estado que está"
“Oh, no importa entonces”, dijo Emmett, el no quería que su nuevo medio de entretenimiento sea destruido tan pronto “¿Vas a leer hermano?”
"No creo que lo puedo manejar bien ahora mismo", Edward sacudió su cabeza.
"Sí, es muy angustioso ver cómo Bella va a reaccionar a
estas noticias", sonrió Alice. "Voy a leer."
Les
gustó??? No les gusto??? Espero que si… al igual que el capítulo de las
invitaciones, siempre quise ver como interpretarían la escena donde bella como
se desmaya y Edward va en su ayuda molestando así a Mike, pero otra vez me
quede con las ganas , ya que no hicieron esa escena, y solo tuvimos una pequeña
charla de ellos en la cafetería y encima de pie :) pero no importa aun así amo la película.
No hay comentarios:
Publicar un comentario