Aviso: Los libros aquí transcriptos y los personajes pertenecen a Stephenie Meyer y la historia original “Reading Breaking Dawn” a Choices HP, yo solo la traduzco, todo esto es sin ánimos de lucro, solo por mero entretenimiento.
Traducción: Maryfer Vc
"Eddy," Emmett sacudió la cabeza con
incredulidad, "No creo que alguna vez sea capaz de entenderte.”
Mi entretenimiento se convirtió en la prioridad número uno de nuestra
estancia en isla Esme. Hicimos snorkel, aunque más bien fui yo quien lo hizo puesto que él alardeó de su
capacidad para pasar sin oxígeno de forma indefinida.
"No es que ella este resentida por eso ni mucho
menos," se burló Emmett.
Exploramos la pequeña sección de selva que rodeaba el pico rocoso.
Visitamos los papagayos que vivían en el verde dosel formado por la jungla para
ver qué había en el extremo sur de la isla. Contemplamos el crepúsculo desde
una cueva rocosa que había en la tona occidental. Nadamos con las marsopas que
jugaban en las cálidas y someras aguas. O al menos eso hice yo, porque cuando
Edward estaba en el agua, las marsopas desaparecían como si hubiera un tiburón
cerca.
"Peces sabios," dijo Jasper, "no es
como si pudiéramos hacer mucho uso de las marsopas de todas formas,”
Yo sabía qué era lo que pretendía.
"Todos sabemos lo que pretendía," dijo
Alice. "Edward está siendo un verdadero idiota."
“¿Y cómo es que esta vez es diferente de ser solo un
idiota normal?”, Preguntó Emmett
"No lo sé, pero Edward parece estar superándose”
dijo Alice
Estaba intentando mantenerme ocupada, distraída, de modo que no
pudiera continuar fastidiándole con el asunto del sexo. En el momento en que
hacía el intento de abordarle sacaba uno de los millones de DVD que tenía bajo
la pantalla gigante de plasma o me atraía fuera de la casa con palabras mágicas
como «arrecifes de coral», «cuevas sumergidas» y «tortugas marinas». Estábamos
todo el día de un lado para otro, de modo que cuando el sol se ponía me encontraba completamente famélica y exhausta.
"Ella no
puede resistirse a hacer esas cosas," dijo Emmett.
"Obviamente, ella quiere hacerlas," replicó
Edward.
"Y ella probablemente también quiere hacerte
feliz,” suspiró Esme. “Estas dejando claro que quieres que haga esas cosas
aunque tal vez no por las razones que debería.”
Me quedaba casi dormida sobre el plato cuando terminaba de cenar todas
las noches, incluso una vez me adormecí de verdad en la mesa y mi marido tuvo
que llevarme a la cama en brazos.
"Pobre, esa no es una muy buena luna de miel,”
dijo Alice.
"Si, ella debería estar totalmente exhausta por
una razón diferente, si ustedes sabes a lo que me refiero,” Se burló Emmett
moviendo las cejas.
Parte del asunto era que Edward hacía demasiada comida para una sola
persona, pero yo tenía tanta hambre después de nadar y escalar todo el día que
me lo comía casi todo. Entonces, llena y molida, apenas podía mantener los ojos
abiertos. Y esto formaba parte del plan, sin duda.
"Sin duda," agregó Emmett riendo.
Mi agotamiento no ayudaba mucho a mis intentos de persuasión, pero no
me rendía.
"Por supuesto que no," dijeron Edward y
Emmett en completamente diferentes tonos.
Intentaba razonar con él, le suplicaba y rezongaba, todo ello en vano.
Aunque la verdad es que generalmente estaba inconsciente antes de que pudiera
llevar mi caso muy lejos. Y entonces mis sueños se convertían en algo tan real
(en su mayoría pesadillas que se volvían más vividas, suponía yo, por los
colores demasiado brillantes de la isla) que me levantaba cansada no importaba
cuánto durmiera.
"Eso tiene que ser difícil," dijo Emmett.
"Necesitas dejarla dormir un poco más," le
regaño Esme, “Ella no suele hacer mucho ejercicio.”
"Lo siento," murmuró Edward.
Una semana o así después de que llegáramos a la isla, decidí intentar
alcanzar un compromiso
"¿Porque no? Funcionó muy bien en el pasado,"
se burló Emmett.
Porque eso ya nos había funcionado en el pasado.
Ahora dormíamos en la habitación azul, porque el equipo de limpieza no
llegaría hasta el día siguiente, así que la habitación blanca todavía estaba
bajo una manta de plumón como la nieve.
Esme hizo un gesto a la mención del daño cometido a su
habitación.
"Eres tan flojo," dijo Alice. "¿Cómo es
que nunca puedes arreglar las cosas
después por ti mismo?"
"Lo siento," dijo Edward luciendo un poco
divertido.
La habitación azul resultaba más pequeña, y la cama de unas
proporciones más razonables. Las paredes lucían oscuras, cubiertas con paneles
de madera de teca y los accesorios eran todos de una lujosa seda marina.
Me había acostumbrado a ponerme toda la colección de lencería de Alice
para dormir por la noche,
Emmett y Jasper
silbaron a eso y Edward gruño poniendo los ojos en blanco
"Sabía que encontraría un uso para eso," dijo
Alice con orgullo.
La cual ni siquiera era tan reveladora como los breves bikinis que,
terminé por darme cuenta, me había puesto en la maleta. Me pregunté si habría
tenido alguna visión en la que podría haber deducido que me iban a hacer falta
cosas como ésas, y después me estremecí, avergonzada por la idea.
"Si… No creo que a mí me gustaría tener esa
visión,” se carcajeo Emmett.
"Ella tendrá que darme las gracias por esto,”
dijo Alice soltando risitas
Comencé poco a poco, con inocentes prendas de satén color marfil,
preocupada porque al mostrar mi piel obtuviera justo el resultado contrario al
que buscaba, aunque la verdad es que estaba dispuesta a probarlo todo. Edward
no pareció notar nada, como si siguiera llevando los viejos pantalones de
chándal raídos que solía usar en casa.
"¿Cómo pudiste hacer eso?,” preguntó Emmett más allá
de lo confundido por Edward.
"Estoy seguro de que lo note todo," dijo Edward.
"Solo que tengo mucha practica escondiendo cosas como esas.”
"¿Cómo pudiste hacer eso?,” preguntó Emmett
nuevamente en el mismo tono, su hermano era muy raro, por no decir estupido.
Pasados unos días los cardenales habían mejorado mucho, amarilleando
en unos sitios y desapareciendo completamente en otros, de modo que esa noche
me puse una de las piezas más intimidantes mientras me preparaba en el cuarto
de baño de panes. Era negro, de encaje, y daba vergüenza nada más verlo,
incluso sin llevarlo puesto.
"Ves… estas empezando a estar nervioso solo por
pensarlo," dijo Emmett riendo todo el tiempo.
"Cierra la boca," siseó Edward.
Tuve cuidado de no mirarme al espejo antes de salir del baño, ya que
no quería perder los ánimos.
Tuve la satisfacción de ver cómo se le ponían los ojos como platos
justo un segundo antes de que consiguiera controlar su expresión.
Todos los “jovenes” estaban riendo a excepción de
Edward quien pinchaba su nariz luciendo bastante avergonzado.
— ¿Qué te
parece? —le pregunté, haciendo posturitas para que pudiera verlo desde todos
los ángulos.
Emmett y Jasper rieron aún más fuerte.
“Ve por él Bella” se carcajeo Alice, incluso Rosalie
soltó una risita.
El
carraspeó.
—Estás muy
hermosa. Como siempre.
"Vas a herir sus sentimientos si sigues haciendo
eso,” le advirtió Alice dejando de reírse.
"¿Qué otra cosa se supone que haga?" preguntó
Edward.
Todos parecían tener la misma respuesta a esa pregunta,
sin embargo nadie dijo una palabra en voz alta.
“Empieza con la letra S” dijo Emmett sin poder
quedarse callado, pero su mirada lo decía todo.
—Gracias
—contesté en un tono algo amargo.
Estaba demasiado cansada para resistir la tentación de subir con
rapidez a la cama blandita. Me envolvió en sus brazos y me apretó contra su
pecho, pero esto ya era una rutina, y hacía demasiado calor para dormir sin su
cuerpo frío tan cerca.
—Quiero
hacer un trato contigo —le dije medio dormida.
—No voy a
hacer ningún trato—repuso él.
—Ni
siquiera has oído lo que iba a proponerte.
—No
importa.
Suspiré.
—Maldita
sea. Realmente quería... Bueno, vale.
Puso los
ojos en blanco.
Yo cerré los míos y dejé que el cebo actuara.
Bostecé.
"Eso debe estar matándome, no saber lo que está
pensando," dijo Edward.
"¿Es eso lo que te está matando?" preguntó
Emmett exasperado.
"Si...con ella eso siempre está matándome, estoy
seguro," dijo Edward.
"No lo dudo..." Emmett rió entre dientes.
Pasó un minuto escaso, ni siquiera el tiempo suficiente para que me
quedara frita.
—De
acuerdo, ¿qué es lo que quieres?
Apreté los dientes un segundo, luchando para reprimir una sonrisa. Si
había algo que no podía resistir era la oportunidad de darme algo.
"Eso es tan cierto… pero no voy a darle lo que
tiene en mente… alguna otra cosa tal vez…” empezó Edward
"Tu ciertamente quieres darle lo que tiene en
mente,” se burló Emmett
—Bueno,
estaba pensando... Sé que toda la historia está de Dartmouth se supone que es
simplemente una cobertura, pero siendo sincera, creo que un semestre de
facultad no me matará —le comenté, haciéndome eco de sus palabras hacía ya
tanto tiempo, cuando intentaba quitarme la idea de convertirme en vampiro.
"Ahí tienes Edward… encontraste la única cosa que
puede hacer aplazar el convertirse en vampiro,” dijo Alice
“Lástima que sea algo que sientes que no puedes
hacer,” bromeó Jasper.
“Casi lo logras Eddy, es una pena que no puedas
alargar su humanidad, ¿no?” Emmett estaba extasiado con todo el material que le
estaba dando este libro.
—Y te
apuesto a que Charlie se emocionará con el rollo ese de Dartmouth. Seguro que
voy a pasar vergüenza si no puedo alcanzar el ritmo de todos esos cerebritos.
Además... dieciocho, diecinueve... Tampoco es tanta diferencia. No es que me
vaya a llenar de patas de gallo el año que viene.
“Ella sí que sabe cómo llegar a ti, ¿cierto?" Alice
sonrió con orgullo.
"Si... ella es muy innovadora en la forma en que
consigue lo que quiere," agregó Jasper sonriendo.
Se quedó silencioso durante un buen rato. Después, en voz muy baja, me
respondió:
—Estás
dispuesta a esperar, a conservar tu humanidad.
"Dilemas, dilemas... ¿Lo harás?" se burló
Emmett.
"¡Cállate!" silbó Edward.
"Sabes, esto no es realmente algo inteligente… a
menos que dejes de preocuparte por su transformación,” dijo Jasper.
Me sujeté la lengua, dejando que la oferta arraigara.
— ¿Por qué me haces esto? —me preguntó entre dientes, en un tono
súbitamente enfadado—. ¿Es que no es ya lo bastante duro? —cogió un puñado de
encaje que se había arrugado en mi muslo. Durante un momento pensé que le iba a
desgarrar las costuras, pero después su mano se relajó—. Pero no importa. No
voy a hacer ningún trato contigo.
—Quiero ir a la facultad.
—No, no lo
harás. Y no hay nada que merezca la pena tanto como para volver a arriesgar tu
vida. Nada merece que te hagan daño.
—Pero yo
quiero ir. Bueno, la cuestión no es exactamente el ir a la facultad, sino el
hecho de que quiero seguir siendo humana un poco más.
"Hmm...Después de los últimos dos libros donde
ella quería convertirse en vampiro ¿de repente quiere permanecer humana?,"
se mofó Edward.
“Ella está asustada sobre lo que va a pasar cuando
ella se transforme," Carlisle le recordó a Edward. "Ella no se
sentirá de la misma manera que ahora porque lo menos en un años… y ella lo sabe..."
"Lo sé," suspiró Edward.
Cerró los ojos y expiró por la nariz.
—Vas a conseguir volverme loco, Bella. ¿Acaso no
hemos tenido esta discusión un millón de veces y tú siempre me estabas
suplicando que te convirtiera en vampiro sin demora?
—Sí,
pero... bueno, ahora tengo una razón para ser humana que no tenía antes.
— ¿Cuál es?
"Oh vamos hombre, debes saberlo," dijo
Emmett exasperado. “Realmente dan ganas de golpearte, Bella debería hacerlo”
—Adivina
—respondí y me deslicé por las almohadas para besarle.
El me devolvió el beso, pero no de una manera que pudiera hacerme
creer que había ganado. Era algo más bien destinado a tener cuidado con no
lastimar mis sentimientos. Estaba completa y enloquecedoramente bajo control.
"Realmente desearía que dejaras de controlarte
tanto," dijo Emmett.
"¿En serio?" dijo Edward fijando la mirada
en su hermano quién sonreía
"No vas a hacer nada," dijo Esme antes de
que cualquiera de los dos pudiera moverse. La mirada emocionada de Emmett se
desvaneció.
Con dulzura, me apartó después de un momento y me acunó contra su
pecho.
—Eres tan humana, Bella, siempre arrastrada por tus
hormonas —se echó a reír entre dientes.
"Y tu eres tan alíen Edward... No tengo ni idea
de lo que te controla," dijo Rosalie.
—Pues ése es el asunto, Edward. Me gusta este
aspecto de ser humana y no quiero perderlo tan pronto. No quiero tener que
esperar un montón de años convertida en un neófito enloquecido por el deseo de
sangre antes de volver a vivir algo como
esto de nuevo.
Bostecé y él sonrió.
—Estás
cansada. Duérmete, amor —y comenzó a tararear la nana que había compuesto para
mí cuando nos conocimos.
"No la estas escuchando,” dijo Alice. "Una vez más estás haciendo lo
que crees que es correcto sin dejarla decir nada al respecto."
"Oye, es cierto," sonrió Emmett.
"¿Por qué estás sonriendo?" preguntó Rosalie
mientras Edward sacudía la cabeza.
"Porque todos sabemos cómo funciono esto para
Eddy en el pasado… Apuesto a que la próxima cosa que sabrás es que ustedes
están teniendo…”
"Eso no va a pasar," dijo Edward.
"Apuesto a que te atacará y todo eso," dijo Emmett
mientras todos reían aparentemente de acuerdo.
—Me
pregunto por qué estoy tan cansada —mascullé, en plan sarcástico—. No creo que
esto forme parte de un plan ni nada parecido.
Soltó una sola risita y después volvió a tararear.
—Tú crees
que cuanto más cansada esté, mejor dormiré.
La canción se detuvo de repente.
—Duermes
como si estuvieras muerta, Bella. No has dicho ni una sola palabra en sueños
desde que llegamos aquí. Si no fuera por los ronquidos me habría dado miedo que
hubieras entrado en coma.
"Eso es raro... ¿Porque dejaría de hablar en
sueños?" preguntó Edward nerviosamente.
"No lo sé," dijo Carlisle pensativamente.
Ignoré esa burla respecto a los ronquidos. Yo no roncaba.
— ¿Y no te
he dado patadas? Qué extraño. Generalmente me muevo por toda la cama cuando
tengo pesadillas, y grito.
— ¿Tienes
pesadillas?
—Unas muy
vividas. Por eso me siento tan cansada —bostecé de nuevo—. No me puedo creer
que no haya estado parloteando sobre eso toda la noche.
— ¿De qué
van?
—Cosas
distintas, pero parecidas, ya sabes, por el colorido.
"Er... ella no está teniendo mucha lógica",
dijo Emmett alegremente.
— ¿Qué
colorido?
— Todo es tan brillante, tan real.
Generalmente cuando sueño sé quién soy, pero en éstas no sé qué estoy dormida,
lo que las hace más terroríficas.
Sonó algo molesto cuando volvió a hablar de nuevo.
— ¿Qué es
lo que te asusta?
Me estremecí un poco.
—Principalmente...
—vacilé.
— ¿Principalmente?
—me urgió.
No estaba segura de por
qué, pero no quería hablarle del
niño que aparecía en mis pesadillas recurrentes,
"Ella sigue soñando con eso," suspiró Edward luciendo
pensativo y triste a la mención de eso.
Había algo que quería mantener en privado en ese horror en concreto.
Así que en vez de darle una
descripción completa, sólo le mostré uno de los elementos. Ciertamente
suficiente para asustarme a mí o a cualquiera.
—Los
Vulturis —murmuré.
Edward puso los ojos en blanco, "Voy a hacerme
una idea completamente errónea de eso”
Él me abrazó con más fuerza.
—No nos van a molestar nunca más. Pronto
serás inmortal y no tendrán motivo para ello.
Le dejé que me consolara, sintiéndome un poco culpable porque él me
había malinterpretado. Para ser exactos, mis pesadillas no tenían que ver con
eso, porque yo no tenía miedo por mí misma, sino por el niño.
“No es algo raro... ella nunca tiene miedo de sí misma
", dijo Emmett
"Pero siempre por los demás," agrego Esme
sonriendo.
No era el mismo chico que el del primer sueño, el niño vampiro con los ojos de color sangre sentado sobre una pila formada por gente
a la que yo amaba, muerta. El chico
con el que había soñado al menos cuatro veces en la última semana era
definitivamente humano; tenía las mejillas coloradas y sus grandes ojos eran
verde claro. Pero al igual que el otro niño, temblaba de miedo y desesperación
cuando se nos acercaban los Vulturis.
"Oh," dijo Edward luciendo más abatido que
antes. Era más que evidente que ella quería tener un hijo.
“Ojos color verde” dijo Carlisle pensando en cómo
lucia Edward antes de la transformación.
Edward lo miró, su expresión estaba cerca de la que
era en el libro pasado, pero una expresión nostálgica estaba ahí también.
En este sueño, que era nuevo aunque parecido al anterior, yo lo único que tenía que hacer era proteger al chico
desconocido. No había ninguna otra opción, pero al mismo tiempo, sabía que
terminaría fallando.
“Es un sueño horrible” dijo Rosalie
frunciendo el ceño.
Él vio la desolación retratada en mi rostro.
— ¿Qué puedo hacer para ayudarte?
Sacudí la cabeza negando.
—Son sólo sueños, Edward.
— ¿Quieres que te cante? Cantaré toda la
noche si eso mantiene a raya tus pesadillas.
—No son tan
malas, algunas son estupendas, tan llenas de... colorido, bajo el agua con los
peces y el coral. Todo tiene el
aspecto de estar sucediendo en la realidad y no sé qué estoy soñando. Quizá el
problema sea la isla, porque aquí todo es
tan alegre...
— ¿Quieres
volver a casa?
—No, no
todavía. ¿Podemos quedarnos aquí un poco más?
—Podemos
quedarnos aquí todo el tiempo que tú quieras, Bella —me prometió.
— ¿Cuándo
comienza el semestre? No me he preocupado por ello antes.
"Nop... Ella definitivamente no se rinde," sonrió
Emmett.
Él suspiró. Quizás empezó a entonar la nana otra vez, pero antes de
darme cuenta, ya estaba dormida.
Más tarde, cuando me desperté en la oscuridad, estaba aturdida por
completo. El sueño que había tenido era tan real, tan vivido, tan sensorial...
Jadeé con fuerza, ahora desorientada en la negra habitación. Sólo un segundo
antes me encontraba bajo el sol brillante.
“¿Qué era esta vez?” pregunto Emmett
sospechando.
— ¿Bella? —Murmuró
Edward, con los brazos apretados a mí alrededor, sacudiéndome con amabilidad—. ¿Te sientes bien, corazón?
—Oh
—exclamé de nuevo, respirando con agitación; no había sido más que un sueño,
algo no real. Las lágrimas se derramaron de mis ojos sin aviso previo, para mi
profundo asombro, chorreando por mi cara.
“¿Está llorando?” pregunto Emmett totalmente confundido.
“Esto es culpa de Edward” Rosalie le frunció el ceño a su hermano.
— ¡Bella!
—exclamó él, en voz más alta, algo alarmada ahora—. ¿Qué es lo que va mal?
—restañó las lágrimas de mis calientes mejillas con unos dedos fríos y frenéticos,
pero éstas caían más y más.
—Era sólo
un sueño —no podía contener el sollozo sordo que quebraba mi voz. Aquellas
lágrimas sin sentido me molestaban, pero no podía controlar la pena asombrosa
que se había apropiado de mí. Deseaba tanto que ese sueño fuera real...
Edward suspiró pensando en su anterior sueño con el
bebé… algo que nunca iba a pasar.
"No sabes de que trata este sueño,"
dijo Alice. "Ella dijo que ha
soñado un montón de otras cosas también,”
—Todo va bien, cielo, estás bien, y yo estoy aquí —me acunó hacia atrás y hacia
delante, quizás con demasiada rapidez como para que realmente me ayudara a calmarme—.
¿Has tenido otra pesadilla? No es
real, no lo es.
—No era una
pesadilla —sacudí la cabeza, frotando el dorso de mi mano contra los ojos—. Era un buen
sueño —y mi voz se quebró de nuevo.
—Entonces, ¿por qué lloras? —me preguntó, perplejo.
—Pues porque me he despertado —gemí
Emmett resopló. "Ella prefiere estar en un sueño
que estar contigo Eddy."
"Si, estoy seguro de que es porque el Edward de
su sueño no tiene problemas dándole lo que quiere," bromeó Jasper
"¿Que te hace pensar que el sueño tiene algo que
ver con eso?” silbó Edward
Ninguno de sus hermanos respondió mientras reían a
carcajadas.
Envolviendo su cuello entre mis brazos con tanta fuerza que casi lo
ahogaba y sollozando contra su garganta.
Él se echó a reír ante mi lógica, pero el sonido tenía un matiz de
tensión, debido a su interés por mi angustia.
—Todo va bien, Bella. Respira hondo.
—Es que era tan real —lloré yo—. Y yo quería que fuese real.
“Realmente es un poco humillante” dijo Alice negando con la cabeza
mirando mal a Edward.
—Cuéntamelo
—me urgió él—. Quizás eso te ayude.
—Estábamos
en la playa... —la voz se me desvaneció, devolviendo la mirada de mis ojos
llenos de lágrimas a su rostro de ángel lleno de ansiedad, apenas discernible
en la oscuridad. Le miré con
amargura mientras aquella pena irracional comenzaba a disminuir.
— ¿Y?
—insistió él, finalmente.
Parpadeé para limpiarme los ojos de lágrimas, alicaída.
—Oh, Edward...
—Cuéntamelo,
Bella —me suplicó él, con los ojos desencajados por la preocupación que le
provocaba la pena que destilaba mi voz.
Los jóvenes sonrieron sabiendo que el Edward del libro estaba
verdaderamente perdido.
Pero yo no podía. En vez de eso, colgué mis brazos de nuevo en torno a
su cuello y trabé mi boca en la suya con un afán casi febril. No era deseo en
absoluto, era pura necesidad, agudizada por el dolor. Su respuesta fue
instantánea, pero seguida a continuación por su rechazo.
"Te lo dije... ella va a atacarte," se
carcajeó Emmett.
"Argh," gruño Edward ya que todos parecían
reír más fuerte que antes.
Luchó por deshacerse de mí con tanta dulzura como pudo debido a la
sorpresa, apartándome mientras me sujetaba por los brazos.
—No, Bella
—insistió él, mirándome como si le preocupara que hubiera perdido la cabeza.
Dejé caer los brazos, derrotados, con aquellas lágrimas derramándose
por mi rostro como un fresco torrente y con un nuevo sollozo alzándose en mi
garganta. Él tenía razón, debía de estar loca.
"Eso va a herirla... siempre la rechazas de esa
forma," dijo Rosalie.
"Definitivamente..." empezó Esme pero se
detuvo… no quería avergonzar a Edward más de lo que ya estaba
Me miró con ojos confusos, llenos de angustia.
—Lo ss...
ssiento —tartamudeé.
Pero él me abrazó de nuevo, apretándome con fuerza contra su pecho
marmóreo.
— ¡No
puedo, Bella, no puedo! —su gemido sonaba lleno de angustia.
—Por favor
—supliqué, con la voz sofocada contra su piel—, por favor, Edward...
No sé si fueron las lágrimas que temblaban en mi voz lo que le
conmovió, o que no estaba preparado para resistirse a lo repentino de mi
ataque, o simplemente, que su necesidad era tan insoportable en ese momento como
la mía. Fuera cual fuera la razón, presionó sus labios contra los míos,
rindiéndose con un gemido.
"Finalmente," dijo Emmett.
"Más vale que lo le des quejas esta vez,” dijo
Alice. "Y mantén tu boca cerrada… no arruines el momento de nuevo,”
Y comenzamos allá donde había terminado mi sueño.
Me quedé muy quieta cuando me desperté por la mañana e intenté
mantener mi respiración acompasada. Tenía miedo de abrir los ojos.
Estaba tumbada atravesada sobre el pecho de Edward, pero él permanecía
completamente inmóvil y no me había ceñido con sus brazos. Eso era mala señal.
Tenía miedo de admitir que estaba despierta y enfrentarme a su ira, sin
importarme a quién la dirigiera en estos momentos.
"Porque él va a estar enojado," dijo Emmett.
"Bueno, no si esta vez fue mejor para él,"
dijo Jasper. "O ella, debo decir."
"Claro, si el idiota no la lastima. Estoy segura
de que todo va estar bien," dijo
Alice.
“Realmente espero que te comportes” dijo Rosalie.
Con cuidado, espié entre las pestañas. Tenía la mirada clavada en el
techo oscuro. Con los brazos detrás de la cabeza. Me alcé apoyándome sobre un
codo de modo que pudiera ver mejor su cara. Su expresión era tranquila,
impasible.
— ¿Estoy
metida en un buen lío? —le pregunté en voz baja.
—En uno muy
grande —me respondió, pero volvió la cabeza y dejó ver una sonrisita de
suficiencia.
Suspiré algo aliviada.
—Lo siento
—confesé—, yo no quería... Bueno, no sé exactamente cómo fue la cosa anoche
—sacudí la cabeza ante el recuerdo de mis lágrimas irracionales y aquella pena
apabullante.
"Hmm," dijo Carlisle pensativo.
"¿Qué pasa?" preguntó Edward.
"Aún no estoy seguro, pero ella parece estar un
poco diferente en la isla," dijo Carlisle.
"No piensas que está enferma, ¿O sí?" pregunto
Edward.
"No, estoy seguro que está bien," le aseguró
Carlisle.
—Al final,
no me dijiste de qué iba tu sueño.
—Supongo
que no, pero creo que te he mostrado más o menos de lo que iba —comenté y luego
me eché a reír con nerviosismo.
—Oh
—respondió él y después pestañeó—. Qué interesante.
—Era un
sueño muy, muy bueno —murmuré yo. Él no hizo ningún comentario,
así que unos cuantos segundos más tarde yo pregunté a mi vez—. ¿Me has
perdonado?
—Me lo
estoy pensando.
"Oh vamos Eddy," dijo Emmett. "Es obvio
que no la lastimaste esta vez o de nuevo estarías como…’Soy la peor criatura
del planeta’. Deberías disfrutar el momento.”
Me senté, planeando examinarme el cuerpo, aunque al menos esta vez no
parecía estar llena de plumas. Pero cuando me moví, me asaltó un extraño mareo
repentino. Me tambaleé y caí de nuevo contra las almohadas.
"Eso es raro," dijo Carlisle.
"¿Qué fue lo que le hice?" preguntó Edward nerviosamente.
"No está claro que tú le hayas hecho algo," dijo
Carlisle.
"Solo debe estar hambrienta o algo," dijo Alice
luciendo un poco preocupada.
—Guau., Se
me va la cabeza.
Sus brazos me envolvieron de nuevo.
—Has
dormido un montón de horas. Doce.
— ¿Doce?
—qué raro.
Me eché una rápida ojeada mientras hablaba, intentando que no se
notase el examen.
"Eso no es posible con Eddy estando ahí," bromeó
Emmett.
"Especialmente si tu estas tan preocupado y todo
eso,” se burló también Jasper
Tenía buen aspecto. Los cardenales de mis brazos amarilleaban ya
porque tenían una semana de antigüedad. Me estiré para probar y seguía
sintiéndome bien. En realidad, mejor que bien.
— ¿Está
completo el inventario?
Asentí algo avergonzada.
—Y las
almohadas parece que han sobrevivido también.
—Desafortunadamente, no podemos decir lo mismo de tu, esto,
camisón
Alice frunció el ceño por un segundo antes de asentir
con la cabeza, “Cumplió su propósito.”
“Eso no es como si pensaras que usaría un camisón de
nuevo de todas formas,” dijo Jasper.
"Cierto," acordó Alice.
Señaló con
un asentimiento hacia los pies de la cama,
donde se encontraban los restos de encaje negro destrozados sobre las sábanas
de seda.
—Qué mal
—repliqué—, ése me gustaba de verdad.
—A mí
también,
"Obviamente," Emmett rió ente dientes.
— ¿Hay
alguna otra baja? —le pregunté con timidez.
—Tendré que
comprarle a Esme un cabecero nuevo —confesó, echando una ojeada sobre su
hombro.
Esme frunció el ceño.
"Lo siento," Edward hizo una mueca.
"No, está bien," dijo Esme. Mejor el
cabecero que Bella.
Seguí la
dirección de su mirada y me quedé atónita cuando vi que faltaban unos trozos
grandes de madera de la parte izquierda del cabecero, que parecían haber sido
arrancados.
—Mmm
—fruncí el ceño—, supongo que debería haber oído esto.
"Wow... debiste ser realmente bueno para que ella
no lo notara” rió Emmett.
"Eso es todo lo que vas a decir sobre eso," dijo
Esme fuertemente, ya que era obvio que Emmett solamente estaba empezando.
"Ay por favor," Emmett hizo un mohín.
"No," dijo Esme. "Este es un momento
privado y debes respetar más a Bella."
"Yo solo estaba burlándome de Eddy," murmuró
Emmett. “No quería ofender a Bella”
"Sí, claro," Rosalie fue la única que dijo
lo que todos estaban pensando.
—Creo que,
en gran medida, pierdes la capacidad de observar cuando tienes la atención fija
en alguna otra cosa.
—Sí, puede
que estuviera algo absorta —admití, enrojeciendo hasta alcanzar un rojo
profundo.
Emmett trataba de no reír mientras Esme lo miraba.
Él acarició mis mejillas que parecían arder y suspiró.
—De verdad
que voy a echar esto de menos.
Me quedé mirando su rostro, esperando encontrar los signos de ira o de
remordimiento que tanto temía. Me devolvió la mirada tranquilamente, con la
expresión serena pero a pesar de todo ilegible.
— ¿Qué tal
te sientes?
Él se echó a reír.
— ¿Qué? —le
exigí.
—Tienes un
aspecto tan culpable... como si hubieras cometido un crimen.
"Bueno, ¿puedes culparla después de la última
vez?” Pregunto Alice chillando. "Nadie puede seguir tus cambios de humor”
—Es que me siento culpable —mascullé entre dientes.
—Sólo
porque has seducido a un marido que por otro lado lo estaba deseando. Pues eso
no parece un crimen capital.
"Apuesto a que estarías cantando una melodía
diferente si algo malo hubiera sucedido” señalo Jasper
“Cierto… pero es bueno escuchar que puedo controlarme”
dijo Edward con una sonrisa en el rostro
"Así que...’’ ¿En qué estás pensando Eddy?" se
burló Emmett. " Apuesto a que quieres conocerla aún más ahora.”
"Cállate,” siseo Edward.
Me dio la sensación de que estaba de broma.
Se me enrojecieron aún más las mejillas.
—La palabra
«seducir» implica una cierta cantidad de premeditación.
—Quizás sea
una palabra equivocada —concedió él.
— ¿No estás
enfadado?
Él sonrió con arrepentimiento.
—No estoy
enfadado.
— ¿Por qué
no?
—Bueno...
—de pronto, enmudeció—. No te he hecho daño, para empezar. Me ha resultado más
fácil esta vez controlarme, canalizar los excesos —sus ojos regresaron de nuevo
al cabecero dañado—. Quizá porque tenía una idea más exacta de lo que podía
esperar.
Una sonrisa esperanzada comenzó a extenderse por mi rostro.
—Ya te dije
que todo era cuestión de práctica.
Emmett y Jasper se rieron pero no dijeron nada, Edward
solo le rodo los ojos pero se río.
Él puso los
ojos en blanco.
Mi estómago rugió y él se echó a reír.
— ¿Hora de
desayunar para los humanos?
—Por favor
—rogué yo, saltando de la cama. Pero me moví con demasiada rapidez y tuve que
trastabillar como una borracha hasta recuperar el equilibrio. El me cogió antes
de que me tropezara con el tocador.
"Ya veo, torpe como siempre," Emmett rió
entre dientes.
"Tal vez aún más," murmuró Carlisle,
contando cada síntoma que parecía estar teniendo.
Edward por supuesto lo miraba pensando nerviosamente
mientras él estaba pensando en eso, pero no dijo nada.
— ¿Te
encuentras bien?
—Si no
adquiero mejor sentido del equilibrio en mi próxima vida, plantearé un reclamo.
Emmett empezó a reír. "Imagínala... seguir
tropezando todo el tiempo siendo vampiro.”
Todos estaban riendo ahora.
"Bien, si alguien puede manejar eso estoy seguro
que sería Bella,” Sonrió Edward
"Oh, apuesto que estará bien," dijo Alice.
Esa mañana fui yo quien cocinó, y me freí unos huevos, ya que estaba
demasiado hambrienta para hacer algo más elaborado. Con impaciencia, los puse
en un plato apenas unos minutos después.
— ¿Desde
cuándo te gustan los huevos fritos sólo por un lado? —me preguntó.
"Desde que ella se volvió demasiado impaciente
como para esperar… ¿No estas escuchando Eddy?" se burló Emmett.
Edward frunció el ceño, obviamente molesto por el comentario.
—Desde hoy.
— ¿Sabes
cuántos huevos te has comido durante la semana pasada? —sacó el basurero de
debajo del fregadero que estaba lleno de contenedores azules vacíos.
"¿Que tanto ha comido?" preguntó Carlisle.
"No lo dice," respondió Rosalie.
—Qué extraño —repliqué después de tragarme un bocado
que quemaba—, este sitio parece que me desarregla el apetito —y también parecía
alterar mis sueños y mi ya dudoso equilibrio—.
Algunos vampiros en la habitación entrecerraron los
ojos pero nadie estaba seguro de que significaba todo eso.
Pero me
gusta estar aquí. Probablemente tendremos que irnos pronto, supongo, ¿no?, si
queremos llegar a Dartmouth con tiempo. Guau, y también es de suponer que
tendremos que buscar un sitio para vivir y todo eso.
"Ella sigue queriendo ir a la universidad," sonrió
Edward.
"Claro Eddy, ella..." empezó Emmett con una
sonrisa maligna pero Esme lo miro nuevamente así que adoptó un gesto inocente y
pensativo sobre lo que iba a decir.
La cara de Edward
probó que Emmett no estaba siendo tan inocente pero nadie más podía saber lo
que él pensaba.
Él se sentó justo a mi lado.
—Ya puedes
dejar de fingir que quieres ir a la facultad, porque te has salido con la tuya.
Y no llegamos a ningún tipo de trato al que tengas ahora que plegarte.
"No está fingiendo tonto," gruñó Alice.
"Bueno... ¿Cómo se supone que voy a saberlo?"
preguntó Edward.
"Escuchándola," dijo lentamente Alice.
Resoplé. —No estaba
simulando nada, Edward. No me paso mi tiempo libre conspirando como hacen
algunos.
Todos rieron entre dientes.
¿Qué es lo
que podemos hacer hoy para dejar rendida a Bella? —inquirí haciendo una pobre imitación de su voz. Él se echó a reír, sin
rastro de culpabilidad—. Realmente me apetece seguir siendo humana un poco más
—me incliné para recorrer con la mano su pecho desnudo—. Todavía no he
terminado contigo.
El me dedicó una mirada cargada de suspicacia.
— ¿Por esto? —Preguntó, cogiéndome la mano que ahora
se deslizaba hacia abajo por su estómago—. ¿El sexo ha sido siempre la clave de
todo? —Puso los ojos en blanco—.
"Y ahora lo sabes," dijo Emmett. "Puedes
mantenerla fuera de esa idea por un largo tiempo… en ambas realidades.”
¿Cómo no se
me ocurrió? —masculló en tono sarcástico—. Me hubiera ahorrado una gran
cantidad de discusiones.
Me eché a reír.
—Ah, sí, ya
lo creo, casi seguro.
—Eres tan humana —insistió de nuevo.
—Ya lo sé.
Una sonrisa casi inexistente elevó ligeramente las comisuras de sus
labios.
— ¿Quieres
que vayamos a Dartmouth? ¿De verdad?
—Es
probable que me carguen en el primer semestre.
"No tiene esperanza," Edward sacudió la
cabeza con tristeza.
—Yo te daré
clase —su sonrisa se amplió ahora—. Te va a encantar la facultad.
— ¿Y crees
que se podrá encontrar un apartamento a estas alturas?
Edward sonrió a eso al igual que Alice. Ambos estaban
seguros de que ya habrían adquirido por lo menos un apartamento, probablemente
una casa esperando que él pudiera necesitarla.
Él hizo una mueca, con aspecto culpable.
—Bueno, ya tenemos una especie de casa allí. Ya sabes, sólo por si
acaso.
"Por supuesto que la tienes," Emmett rodó
los ojos.
— ¿Has comprado una casa?
—La
propiedad inmobiliaria es una buena inversión.
"Muy buen argumento Eddy," se burló Emmett.
Alcé una
ceja pero decidí dejarlo estar.
—Así que
estamos preparados, entonces.
—Tendré que
ver si podemos mantener tu coche «de antes» un poco más de tiempo...
—Sí, no
quiera el cielo que tenga un vehículo sin protección antitanque.
Todos se rieron de eso.
Sonrió con todas sus ganas.
— ¿Cuántos
días podemos quedarnos aquí? —le pregunté.
—Vamos bien
de tiempo. Si quieres, unas cuantas semanas más. Y después, ir a visitar a
Charlie antes de irnos a New Hampshire. Podríamos pasar las Navidades con
Renée...
Sus palabras me pintaron un futuro inmediato muy feliz, uno libre de
dolor para todos los implicados. El cajón donde estaba encerrado Jacob, aunque
no lo había olvidado de ninguna manera, se agitó en mi memoria, así que corregí
la idea, al menos para casi todos.
"Ah, olvida ese cajón ya," dijo Rosalie.
"Era solo un pensamiento extraviado," dijo Alice.
Pero esto no iba a ser nada fácil. Una vez que había descubierto lo
bien que me podía ir siendo humana, tenía la tentación de posponer
indefinidamente mis planes: hasta los diecinueve o los veinte o... ¿es que
tenía alguna importancia en realidad?
Edward sonrió sacudiendo la cabeza. "Esa es
realmente la clave, Si eso se necesita me aseguraré de utilizarla.
Y continuar siendo humana con
Edward a mi lado... era algo que cada día se volvía más tentador.
—Unas
cuantas semanas —accedí, y después como nunca parecía bastante, añadí—. Así que
estaba pensando... ¿te acuerdas de lo que acabo de decirte acerca de la práctica?
"Estoy seguro que es en lo único que Eddy está pensando” dijo Emmett
moviendo las cejas.
Él se echó a reír. —No creo
que vayas a dejar que se me olvide pero…
"¿Que pasa esta vez?" preguntó Emmett
exasperado.
"No lo sé," dijo Edward realmente confuso también.
Oigo una
lancha. El equipo de limpieza debe de estar viniendo hacia aquí.
"Oh, está bien entonces," Emmett se encogió
de hombros.
Él tampoco quería que le dejara olvidarse, o sea, ¿que no me iba a dar
más problemas en cuanto a la práctica? La idea me hizo sonreír.
"Solo piensa en eso, lo juro," Edward rió
entre dientes.
"Así es como debe ser," dijo Emmett.
—Déjame que
le explique el desastre de la habitación blanca a Gustavo, y después podemos
salir. Hay un sitio en la selva, al sur...
—No quiero
salir, no me voy a pasar todo el día de excursión por la isla. Deseo quedarme
aquí y ver una película.
El apretó los labios, intentando contener la risa ante mi tono
contrariado.
—De
acuerdo, lo que tú quieras. ¿Por qué no vas escogiendo una mientras abro la
puerta?
—No he oído
llamar.
Él inclinó la cabeza hacia un lado, atento. Medio segundo más tarde,
se escuchó un golpe ligero, tímido, en la puerta. Sonrió y se volvió hacia el
vestíbulo.
"Tonto," dijo Alice.
Me entretuve revolviendo en las estanterías que había debajo de la
gran televisión y comencé a leer los títulos. Era difícil decidir por dónde
empezar, ya que había más DVD que en un videoclub.
Escuché la baja voz aterciopelada de Edward mientras se acercaba por
el vestíbulo, conversando de forma fluida en lo que supuse sería un perfecto
portugués. Otra voz humana, más áspera, le contestaba en la misma lengua.
Edward los
hizo entrar en la habitación, señalando hacia la cocina. Los dos brasileños
parecían muy bajitos y de piel muy oscura a su lado. Uno era grueso y la otra
una mujer delgada, ambos con los rostros arrugados. Edward hizo un gesto
señalándome con una sonrisa orgullosa y percibí mi nombre mezclado con un
chorro de palabras poco familiares. Me ruboricé un poco cuando pensé en el
desastre lleno de plumas de la habitación blanca, con el que se encontrarían
pronto.
Emmett por supuesto comenzó a burlarse de eso.
El hombre
bajito me sonrió educadamente.
Pero la pequeña mujer de piel color café no sonrió en absoluto. Se me
quedó mirando con una mezcla de sorpresa, preocupación y sobre todo, con ojos
dilatados por el espanto.
"¿Porque?" preguntó Emmett.
Antes de que pudiera reaccionar, Edward les pidió que le siguieran
hacia aquel gallinero lleno de plumas y se fueron.
Cuando regresó, venía solo. Caminó con rapidez hasta mi lado y me
envolvió en sus brazos.
— ¿Qué le
pasa a la mujer? —le susurré alarmada, recordando su expresión llena de pánico.
Él se encogió de hombros, imperturbable.
—Kaure es en parte una india ticuna.
"Si, Pienso que eso es el porqué," dijo Carlisle.
"Entonces, ella ha oído de nosotros… o alguna
leyenda al menos,” asumió Emmett,
"Si, existen algunas leyendas allá,” dijo
Carlisle.” Y una en particular parece ser apropiada.”
"¿Cuál?" pregunto Emmett al mismo tiempo que
Edward ponía los ojos en blanco.
"Podía haber esa clase de rumor ahí,"
suspiró Edward.
"¿Cuál?" preguntó Emmett esta vez
impaciente.
"Estoy seguro de que pronto saldrá a colación en
el libro," le aseguró Carlisle.
Se ha
criado de modo que es más supersticiosa, o quizás sería más apropiado decir más
consciente de lo sobrenatural, que el resto de la gente que vive en el mundo
moderno. Sospecha lo que soy o anda bastante cerca —sin embargo no sonaba
preocupado—. Aquí también tienen sus propias leyendas, el libishomen, un demonio
bebedor de sangre cuyas presas son exclusivamente mujeres hermosas —me dirigió
una mirada procaz.
"Oh," dijo Emmett.
"Es típico de ella estar inquieta," dijo
Esme apreciando la preocupación de Kaure.
¿Sólo mujeres hermosas? Bueno, eso sin duda era adulación pura y dura.
Rosalie y Alice sonrieron mientras Emmett empezaba a
carcajearse.
"Si, hermosas," dijo Edward rodando los
ojos.
—Parecía
aterrorizada —repuse.
—Y lo está,
pero sobre todo preocupada por ti.
— ¿Por mí?
—Tiene
miedo del motivo que tengo para retenerte aquí, sola —se echó a reír entre
dientes con aspecto misterioso y después se dirigió hacia la pared llena de
películas—. Oh, vale, ¿por qué no escoges una? Es algo que podemos hacer y es
propio de humanos.
—Sí, seguro
que una película la convencerá de que tú eres humano
"Si eso seguro lo hará," Emmett rió entre
dientes.
—me eché a
reír y junté las manos con firmeza alrededor de su cuello, estirándome sobre
las puntas de mis pies. Él se inclinó para que pudiera besarle y entonces sus
brazos se tensaron a mí alrededor, alzándome del suelo de modo que no tuviera
que inclinarse.
—La película, calla, la película —murmuré cuando sus labios se
deslizaron por mi garganta abajo, y yo retorcía los
dedos entrelazados en su pelo de color bronce.
Se oyó un jadeo violento y él me puso en el suelo con brusquedad.
Kaure estaba paralizada en el pasillo, con unas cuantas plumas enredadas en su
pelo negro, un saco grande lleno en los brazos, y una expresión de horror
pintada en el rostro. Se me quedó mirando con fijeza, con los ojos saliéndosele
de las órbitas, mientras yo me ruborizaba y bajaba la mirada.
“Todo parece estar destinado a
interrumpirlos” Emmett se quejo.
Entonces ella se recobró de la impresión y murmuró algo que sonaba
claramente a disculpa, incluso en aquel idioma que me era tan poco familiar.
Edward sonrió y le contestó en un tono amigable. Ella apartó los ojos oscuros y
continuó avanzando por el vestíbulo.
—Está
pensando lo que creo que está pensando, ¿no? —mascullé.
Él se echó a reír ante mi frase retorcida.
—Sí.
—Ésta
—comenté, rebuscando con la mano al azar y cogiendo una película cualquiera—.
Pon ésta y hagamos como que la vemos.
"De nuevo, eso definitivamente hará que Eddy
luzca más humano,” dijo Emmett
La portadilla mostraba un viejo musical lleno de rostros sonrientes y
trajes de faldas ahuecadas.
—Muy típico
de una luna de miel —aprobó Edward.
Mientras en la pantalla los actores bailaban al son de una animada
canción introductoria, yo me apoltroné en el sofá acurrucada en los brazos de
Edward.
— ¿Nos
vamos a mudar ahora a la habitación blanca? —le pregunté perezosamente.
—No lo
sé... Ya he destrozado un cabecero sin remedio en la otra habitación... así que
será mejor que limitemos los destrozos a una sola área de la casa, de modo que a Esme no le importe
volver a invitarnos en otro momento.
"Tendría que pensarlo," dijo Esme.
“Así que, ¿significa que si todo esto sucede en nuestra realidad, me
dejaras ir?” Preguntó Edward pensando que realmente sería un buen lugar para
llevar a Bella, además de que a ella parecía gustarle.
"Probablemente," dijo Esme, "pero tienes
que comportarte."
"Lo intentaré," sonrió Edward.
Sonreí con todas mis ganas. — ¿Así que
habrá más destrozos, eh?
Él se echó a reír al ver mi expresión. —Creo que será más seguro si es premeditado que si dejamos que me tomes
por asalto otra vez.
"En realidad, en mi vasta experiencia en este
tema” Emmett miro a Rosalie sonriente, ella solo pudo negar sonriendo y
poniendo los ojos en blanco “Es bueno ser asaltado de vez en cuando ",
dijo Emmett.
"Cállate," siseo Edward.
—Sería sólo
cuestión de tiempo —admití como quien no quiere la cosa, pero el pulso se
aceleraba en mis venas.
— ¿Le pasa
algo a tu corazón?
"Idiota, tu sabes porque late tan fuerte," le replicó Alice
—No. Está
sano como un caballo —hice una pausa—. ¿Quieres que vayamos ahora a explorar la
zona en estado de demolición?
—Quizá sea
más considerado si esperamos hasta que estemos solos. Puede que tú no te des
cuenta de cuándo me pongo a destrozar muebles, pero probablemente a ellos les
asustaría.
Siendo sincera, ya había olvidado a la gente que había en la otra
habitación.
"Ella en serio solo piensa en eso," sonrió Edward
orgullosamente pero luego se avergonzó al recibir las miradas de sus hermanos.
— ¡Vale,
vale!
Gustavo y Kaure se movían por toda la casa de modo silencioso mientras
yo esperaba impaciente a que terminaran e intentaba prestar atención al final
de la película en plan «vivieron felices y comieron perdices». Empecé a
sentirme amodorrada, aunque según decía Edward, había dormido casi la mitad del
día, pero me espabiló una voz brusca. Él se sentó, acunándome aún contra su
pecho, y le contestó a Gustavo en un portugués fluido. El hombre asintió y
caminó calladamente hacia la puerta principal.
—Han terminado
—me dijo Edward.
— ¿Y eso
quiere decir que ya estamos solos?
— ¿Qué te
parece si almuerzas primero? —me sugirió él.
Me mordí el labio, ante el dilema. Tenía muchísima hambre.
"Ah, pobre Bella," se rió Emmett.
Con una sonrisa, me cogió la mano y me llevó a la cocina. Conocía mi
rostro tan bien, que no me importaba que no pudiera leerme la mente.
"Oh, importa," dijo Edward. "Siempre
importará."
—Esto se me
está yendo de las manos —me quejé cuando me quedé llena por fin.
— ¿Quieres
que vayamos a nadar con los delfines esta tarde para quemar las calorías? —me
preguntó.
—Quizá más
tarde, porque ahora tengo otra idea para quemar esas calorías.
"Apuesto a que la tiene," Emmett movió las
cejas.
— ¿Y cuál
es?
—Bueno, nos
queda un montón de cabecero todavía...
Pero no pude terminar. Ya me había cogido en brazos y sus labios
silenciaron los míos mientras me llevaba a una velocidad muy poco humana hacia
la habitación azul.
"Ese es el final del capítulo," dijo Rosalie
mientras Alice tomaba el libro.
Yyyy, un capitulo más!!! Queda uno para terminar esta tanda de actualizacion!
¿Que les parecio?
Este capitulo me hizo reír mucho cuando lo lei por primera vez, era como volver a crepusculo, Bella queriendo estar con Edward y el siempre virgen alejandose.
Gracias a Maryfer por este capitulo, aplausos para ti ;)
Capitulo Siguiente
3 comentarios:
Al menos se puede decir que Bella logró su cometido y siguió con sus tácticas de seducción a su marido jejeje!!!, pero con todos esos detalles en el cambio de comportamiento de Bella, de seguro cuando se presente la gran sorpresa .... se van a dar cuenta de que Edward le atinó a la primera vez jejeje!!!, además podrían comprender un poco más sobre los extraños sueños que Bella está teniendo ya que es algo como que su subconciente le manda la información a través de sueños, sípi los sueños en los libros han sido parte importante para que Bella vaya descubriendo cosas a su alrededor y ese es un detalle que espero se den cuenta los Cullen's.
Al menos ya saben que Edward con práctica podrá hacer muy feliz a Bella jejeje!!! además de cumplirle todas las espectativas que se había trazado y otras tantas que ya ni tomaba en cuenta en el futuro.
Nos estamos leyendo, besos y abrazos
SALESIA
Muy buen capitulo, a leer el siguiente....
ay me encanto
Publicar un comentario