jueves, 18 de septiembre de 2014

Pistas

Aviso: Los libros aquí transcriptos y los personajes pertenecen a Stephenie Meyer y la historia original “Reading Eclipse” a Choices HP, yo solo la traduzco, todo esto es sin ánimos de lucro, solo por mero entretenimiento.


Traducido por: Pau Macias

Corregido por: Cary0605


Pistas, Leyó Alice.
Me fastidiaba desperdiciar parte de la noche durmiendo, pero era inevitable.
Cuando me desperté, el sol brillaba con fuerza al otro lado del ventanal, y unas pequeñas nubes recorrían el cielo a gran velocidad. El viento sacudía las copas de los árboles con tanta fuerza que parecía que todo el bosque fuera a desgajarse.
Edward me dejó sola para que me vistiera, y yo agradecí disponer de un momento para pensar. Por alguna razón, mi plan para la noche anterior había resultado un completo desastre, y ahora tenía que afrontar las consecuencias.
“Si, tú no puedes tener un plan con Eddy sin terminar comprometida con él… Lo que es un resultado horrible” Dijo Emmett riendo.
“Estoy seguro que ella está de acuerdo contigo”, Dijo Edward con una pequeña sonrisa.
Aunque le había devuelto la alianza en cuanto me pareció que podía hacerlo sin herir sus sentimientos
Esme frunció el ceño y Edward rodó los ojos.
Notaba un peso en la mano izquierda, como si aún la llevara puesta y fuese invisible.
Me dije a mí misma que no tenía que preocuparme tanto. No era gran cosa, sólo un viaje en coche a Las Vegas.
Alice entrecerró los ojos ante eso. "Ella realmente no piensa que yo la  dejaría salirse con la suya, ¿verdad?”
“Alice” Suspiró Edward exasperado.
No voy a dejar que eso suceda Edward. Pensó Alice.
Y se me estaba ocurriendo algo aún mejor que unos vaqueros: un chándal.
Alice se estremeció ante eso.
La ceremonia no podía durar mucho; quince minutos como máximo, así que seguro sería capaz de soportarlo.
Y después, una vez pasado el trance, Edward tendría que cumplir su parte del trato. Lo mejor era que me concentrara en eso y olvidara todo lo demás.
“Ah, que hermosa visión de boda” Emmett se rio entre dientes, pero todo el mundo estaba frunciendo el ceño.
Me había asegurado que no tenía por qué contárselo a nadie, y yo tenía decidido tomarle la palabra. Desde luego, fue una solemne tontería por mi parte no haber pensado en Alice.
“¡Ella en realidad no iba a decirnos!”, Dijo Esme sorprendida.
“No te preocupes, la enana está ahí para salvar el día” Emmett rio.
Los Cullen llegaron a casa alrededor del mediodía. Parecían rodeados por un aura diferente, más seria y formal, que me recordó de golpe la enormidad de lo que iba a ocurrir.
Alice parecía estar de un humor de perros, algo raro en ella. Pensé que estaba frustrada por sentirse normal,
“Agh, qué palabra tan horrible”, dijo Alice.
Ya que las primeras palabras que dirigió a Edward fueron para quejarse por trabajar con los lobos.
—Creo —dijo, poniendo una mueca al pronunciar el verbo que recalcaba su falta de certeza— que deberías meter ropa de abrigo en la maleta, Edward. No puedo ver dónde estás exactamente, ya que esta tarde sales con ese perro, pero parece que la tormenta que se avecina será aún más intensa en toda esa zona.
Edward asintió.
—Va a nevar en las montañas —le advirtió Alice.
“Nieve…. ¿En Junio?” Dijo Edward “¿Por qué está nevando?”
“¿Qué importa?” Emmett se encogió de hombros.
“Bella es humana…Ella va a sentir frio” Dijo Edward.
— ¡Ew, nieve! —murmuré—. ¡Pero, por Dios, si estamos en junio!
—Llévate una chaqueta —me dijo Alice.
Su tono era hostil, cosa que me sorprendió. Intenté interpretar su rostro, pero ella lo apartó.
Miré a Edward. Estaba sonriente; lo que molestaba a Alice, a él parecía divertirle.
“Idiota” Le dijo Alice a Edward ganándose una sonrisa por parte de este.
Edward tenía equipo de acampada de sobra para elegir: los Cullen eran buenos clientes del almacén Newton, donde compraban artículos para mantener la farsa de que eran humanos.
“Oh…Al fin alguien va a usar algunas de esas cosas” Dijo Emmett.
Cogió un saco para dormir, una tienda de campaña pequeña y varios botes de comida deshidratada -sonrió al reparar en la cara de asco que puse al verlas-, y lo metió todo en una mochila.
Alice entró en el garaje mientras estábamos allí y se dedicó a observar en silencio los preparativos de Edward. Él la ignoró. Edward me dejó su móvil cuando terminó de hacer el equipaje.
—Llama a Jacob y dile que pasaremos a recogerle en una hora, más o menos. Él ya conoce el lugar de la cita.
Jacob no estaba en casa, pero Billy prometió buscar a algún otro licántropo para que le diera el mensaje.
—No te preocupes por Charlie, Bella —me aseguró Billy—. La parte que me toca está controlada.
—Sí, ya sé que Charlie estará bien —no estaba tan convencida como él sobre la seguridad de su hijo, pero me abstuve de decir nada.
“Estoy seguro de que Billy sabe que su hijo va a estar bien” Dijo Carlisle.
—Me encantaría estar con ellos mañana —Billy se rio con tristeza—. Qué duro es ser viejo, Bella.
Emmett se rio de eso “Estoy seguro que eso es lo que Bella quería oír”
El impulso de pelea debía de ser una característica propia del cromosoma Y. Eran todos iguales.
“Y no hay nada malo en eso” Emmett se rio más fuerte.
—Pásatelo bien con Charlie.
—Buena suerte, Bella —me deseó—. Y... díselo también a los Cullen, de mi parte.
“¿Eh? ... no me esperaba eso” Dijo Jasper.
"Estamos luchando del mismo lado," Carlisle sonrió. "Por supuesto que ellos quieren que ganemos esta vez."
"Además no querrá que los otros vampiros lleguen a nuestro alrededor para hacerle daño a algún lobo o a las personas que ellos protegen" Agrego Edward.
"Está bien, eso tiene más sentido," Jasper sonrió.
—Lo haré —le prometí, sorprendida por el detalle.
Cuando fui a devolverle el teléfono a Edward, vi que él y Alice discutían en silencio. Ella le miraba a él con ojos suplicantes, y él a ella con el ceño fruncido; no debía de gustarle lo que ella le estaba pidiendo.
Jasper se rio a carcajadas y todos lo miraron inquisitivamente. "Lo siento... es sólo que... bueno, Edward y tú no serán capaces de seguir haciendo eso con Bella teniendo un ojo siempre en ustedes”.
"Sí, no más conversaciones silenciosas entre ustedes dos monstruos," Emmett añadió riendo también.
“Nosotros tendremos que ajustar las cosas un poco” Respondió Alice encogiéndose de hombros pero con una pequeña sonrisa.
—Billy os desea buena suerte.
—Muy amable por su parte —dijo Edward, apartándose de Alice.
—Bella, ¿puedo hablar contigo a solas? —me dijo ella.
—Vas a complicarme la vida sin necesidad, Alice —le advirtió mi novio—. Preferiría que no lo hicieras.
“Fuera de esto Edward, es entre ella y yo” Dijo Alice.
“Ehh… ¿No vas a hablar sobre mi boda con Bella?” Pregunto Edward.
“Probablemente” Respondió Alice en un tono que decía ¿Y tú punto es?
“Correcto” Edward solo rodó los ojos.
—Esto no va contigo, Edward —le contestó.
Él soltó una carcajada.
Algo en la respuesta de Alice, al parecer, le resultaba gracioso.
—No es asunto tuyo —insistió Alice—. Son cosas de mujeres.
Él arrugó el ceño.
—Deja que hable conmigo —le dije a Edward.
“No sabes en lo que te estas metiendo” Emmett rio entre dientes.
—Tú lo has querido —murmuró.
Volvió a reírse, a medias enfadado, a medias divertido, y salió del garaje.
Me volví hacia Alice, preocupada, pero ella no me miró a mí. Todavía no se le había pasado el mal humor. Fue a sentarse sobre el capó de su Porsche, con gesto abatido.
Yo la seguí y me puse a su lado, apoyada contra el parachoques.
—Bella... —me dijo en tono triste. De pronto se encogió y se acurrucó contra mi costado. Su voz sonaba tan afligida que la abracé para consolarla.
“¿Tienes que agrandarlo tanto?” Edward gimió.
“Si” Alice se encogió de hombros.
— ¿Qué ocurre, Alice?
— ¿Es que no me quieres? —me preguntó en el mismo tono lastimero.
“El viejo truco de nadie me quiere suele funcionar” dijo Emmett convencido.
—Pues claro que sí, y lo sabes.
—Entonces, ¿por qué veo que te vas a Las Vegas para casarte a escondidas y sin invitarme?
—Oh —murmuré, con las mejillas encendidas. Me di cuenta de que había herido sus sentimientos y me apresuré a defenderme.
Edward puso los ojos en blanco “Ella solo esta manipulándote”
“Hmph” Bufó Alice “No, no lo hago… Bueno si lo hago, pero eso no quiere decir que no me sienta herida.
—Ya sabes que no soporto hacer las cosas con tanta pompa. Además, ha sido idea de Edward.
Edward rodó los ojos de nuevo.
“¿No se da cuenta de que solo dijiste eso solo porque ella estaba de acuerdo?” Alice suspiró.
—No me importa de quién ha sido la idea. ¿Cómo puedes hacerme esto? Me habría esperado esto de Edward, pero no de ti. Yo te quiero como si fueras mi propia hermana.
—Alice, eres mi hermana.
—Bla, bla, bla —dijo con un gruñido.
—Vale, puedes venir. No habrá mucho que ver.
"Agh," Alice se estremeció ante eso.
“Sin embargo, prefieres ir a las Vegas a no verlos casarse en absoluto” Le recordó Jasper.
"Sí... pero será una boda de neón... Agh," Repitió Alice. “Incluso Elvis estará”
“Cuando lo pones así, también me siento ofendido por no ser invitado” Emmett estaba indignado.
Alice seguía poniendo caras raras.
— ¿Qué? —le pregunté.
— ¿Hasta qué punto me quieres, Bella?
Edward gruño ante eso mientras Alice y Emmett se reían.
— ¿Por qué me preguntas eso?
Se me quedó mirando con ojos suplicantes. Tenía las cejas levantadas como un payaso triste y le temblaban las comisuras de los labios. Aquello podía partirle el corazón a cualquiera.
“Y ella lo sabe", dijo Jasper con cariño.
—Por favor, por favor, por favor —susurró—. Por favor, Bella, por favor, si de verdad me quieres, déjame organizar tu boda.
—Oh, Alice —le respondí, apartándome de ella—. No me hagas esto.
—Si me quieres de verdad, deja que lo haga.
Me crucé de brazos.
—Esto es injusto. Edward ya ha utilizado ese mismo argumento conmigo.
—Apuesto a que Edward prefiere que te cases con él a la manera tradicional, aunque no te lo haya dicho. Y Esme... ¡Imagínate lo que significaría para ella!
“Gracias” dijo Esme viendo que su hijo realmente estaba dispuesto a casarse en las Vegas.
Solté un bufido.
—Preferiría enfrentarme a los neófitos yo sola.
—Seré tu esclava diez años.
— ¡Tendrás que ser mi esclava un siglo!
“¡Ah, ella está de acuerdo!” Celebró Alice.
“No realmente” Dijo Edward.
“Ella lo estará, estoy segura” Dijo Alice.
"Oh, va a ser una gran boda", dijo Esme con entusiasmo. "No puedo esperar a verla."
“Eh… Sabes que esto no va a pasar de esa forma…” Dijo Edward.
"Silencio... Sólo déjame disfrutar esto", Esme frunció el ceño.
Los ojos de Alice brillaron de alegría.
— ¿Eso es un sí?
— ¡No, es un no! ¡No quiero hacerlo!
—Lo único que tienes que hacer es andar unos cuantos metros y repetir lo que diga el sacerdote.
— ¡Puaj!
— ¡Por favor! —Dijo, dando saltitos—. ¡Por favor, por favor, por favor, por favor, por favor!
—Esto no te lo voy a perdonar en la vida, Alice.
— ¡Yupi! —gritó mientras aplaudía.
—No he dicho sí.
—Pero lo harás —respondió canturreando.
— ¡Edward! —Grité mientras asomaba la cabeza fuera del garaje—. Sé que nos estás escuchando. Ven aquí un momento.
Alice seguía aplaudiendo detrás de mí.
—Muchas gracias, Alice —repuso Edward en tono agrio, a mi espalda.
Me di la vuelta para hablarle, pero vi en su semblante tal expresión de angustia y preocupación que fui incapaz de quejarme. Me abracé a él y escondí el rostro, porque tenía los ojos humedecidos de ira y no quería que pensara que estaba llorando.
“No estoy seguro de que ocultando su cara valla a parecer como si no estuviera llorando” Dijo Jasper riéndose entre dientes.
—Las Vegas —me prometió Edward al oído.
—Ni de broma —nos contradijo Alice con regocijo—. Bella nunca me haría algo así. ¿Sabes, Edward? Como hermano, a veces me decepcionas.
—No seas mezquina —la regañé—. El intenta hacerme feliz, al contrario que tú.
—Yo también lo intento, Bella, sólo que sé mucho mejor qué es lo que te puede hacer feliz... a largo plazo. Ya me lo agradecerás. Quizá tardes cincuenta años, pero al final lo harás.
—Jamás pensé que apostaría alguna vez contra ti, Alice, pero ese día ha llegado.
"No estés tan seguro de eso... incluso sin ser capaz de ver todo, la enana sigue haciendo buenas apuestas," Emmett gruñó.
Alice dejó escapar su risa de plata.
—Bueno, ¿me vas a enseñar el anillo o no?
No pude contener un gesto de horror cuando Alice me agarró la mano izquierda, para soltarla al instante.
—Um. Vi cómo te lo ponía. ¿Es que me he perdido algo? —se extrañó Alice. Se concentró durante medio segundo, arrugando el entrecejo, antes de contestar a su propia pregunta—. No, la boda sigue en pie.
—Bella tiene prejuicios contra las joyas —le explicó Edward.
"Edward, no seas grosero",  Dijo Esme.
"Lo siento... yo sólo desearía que ella usará el anillo", Suspiró Edward.
"Yo también," Esme suspiró también.
— ¿Y qué pasa porque lleve un diamante más? Bueno, supongo que el anillo tiene muchos diamantes, pero me refiero a que lleva uno en...
— ¡Ya basta, Alice! —La interrumpió Edward, mirándola con tal furia que volvió a parecer un vampiro—. Tenemos prisa.
"Tenías que decir eso," Edward gruñó.
"Deberías haberle dicho lo que era", Alice se encogió de hombros.
"Pero entonces no lo habría tomado," Edward murmuró.
—No lo entiendo. ¿Qué rollo es ése de los diamantes? —pregunté.
—Hablaremos de eso más adelante —respondió Alice—. Edward tiene razón: será mejor que os vayáis. Tenéis que tender una trampa y acampar antes de que se desate la tormenta —frunció el ceño y su expresión se volvió seria, casi nerviosa—. No te olvides del abrigo, Bella. Presiento que va a hacer un frío impropio de esta estación.
“Genial” Dijo Edward con su rostro ensombrecido.
—Ya he cogido su abrigo —la tranquilizó Edward.
—Que paséis una buena noche —nos dijo a modo de despedida.
El camino hasta el claro fue el doble de largo que otras veces. Edward tomó un desvío para asegurarse de que mi aroma no aparecía en ningún lugar cercano al rastro que Jacob iba a disimular más tarde.
Me llevó en brazos, y se echó la voluminosa mochila a la espalda donde, por lo general, cargaba mi peso. Se detuvo en el extremo más lejano del claro y me puso en el suelo.
—Bien. Ahora camina un trecho hacia el norte tocando todas las cosas que puedas. Alice me ha dado una imagen clara de su trayectoria, y no tardaremos mucho en cruzarnos con ella.
— ¿Hacia el norte?
Edward me sonrió y señaló la dirección exacta que debía seguir.
“Supongo que ella no conoce las direcciones de la parte superior de su cabeza” Jasper rio entre dientes.
Me adentré en el bosque, dejando atrás el claro y la luz amarilla y traslúcida de aquel día extrañamente soleado. Tal vez la visión borrosa de Alice le había hecho equivocarse con respecto a la nieve. Al menos, ésa era mi esperanza.
Alice gruño ante eso
El cielo estaba casi despejado, aunque el viento silbaba con furia en los espacios abiertos. Entre los árboles soplaba con más calma, pero aun así era demasiado frío para el mes de junio: a pesar de que llevaba un jersey grueso y debajo una camiseta de manga larga, tenía la piel de gallina en los brazos.
Caminé despacio para dejar mi rastro con los dedos sobre todo lo que quedaba a mi alcance: la corteza rugosa de los árboles, los helechos húmedos, las piedras cubiertas de musgo.
Edward me acompañaba, andando en paralelo a unos veinte metros de distancia.
— ¿Lo estoy haciendo bien? —le grité.
—Perfecto.
De pronto, se me ocurrió una idea.
— ¿Crees que esto ayudará? —le pregunté, pasándome los dedos por la cabeza y quitándome algunos pelos sueltos para dejarlos caer sobre los helechos.
“Si, definitivamente eso va a ayudar, pero no creo que lo necesitemos” Jasper se rio.
—Sí, eso hará el rastro más intenso, pero no hace falta que te arranques toda la melena, Bella. Con eso vale.
—Me sobran algunos más.
Bajo los árboles reinaba la oscuridad. Me habría gustado caminar más cerca de Edward para aferrarle la mano.
“Sin embargo, eso dañaría el propósito del recorrido” Emmett sonrió.
—No tienes por qué dejar que Alice se salga con la suya —me dijo Edward.
—No te preocupes por eso. Pase lo que pase, no pienso dejarte plantado en el altar —tenía el triste presentimiento de que Alice iba a salirse con la suya; más que nada porque cuando quería conseguir algo no se andaba con escrúpulos, y además era experta en lograr que los demás nos sintiéramos culpables.
“Ah, ya puedo ver la bonita amistad que vamos a tener las dos” Dijo Alice con una sonrisa.
—Eso no es lo que me preocupa. Mi único deseo es que todo salga como tú quieres.
“Ehhh… No creo que ella quiera nada cuando se trata de eso” Dijo Emmett.
Contuve un suspiro.
No quería herir sus sentimientos diciéndole la verdad: que en realidad lo de Alice no me importaba, porque sólo suponía un punto más en el grado de horror que ya sentía.
“Por lo menos la forma de terror más pequeña es la que yo quiero” Edward sonrió.
—Aunque se salga con la suya, podemos hacer que sea una boda íntima. Únicamente nosotros. Emmett puede conseguir una licencia de cura en Internet.
“Wow… Pienso que esa es una idea excelente” Emmett rio.
“Tú no vas a hacer eso” Dijo Rosalie con una mueca de disgusto “Las Vegas sería mejor que eso”
“Vamos nena… Eso sería genial” Dijo Emmett riendo aún más fuerte. “Es más, además de oficiar la boda puedo dar el discurso de los votos, e incluso el brindis de bodas, estos dos son capaces de no decir ni una palabra”
“Es realmente terrorífico ver cómo te lo imaginas en tu pequeña mente” Edward agrando los ojos a medida que leía los pensamientos de Emmett.
Me eché a reír.
—Eso suena mejor.
La boda ya no parecería tan oficial si Emmett leía los votos, lo cual era un punto a favor, pero me iba a costar mucho no reírme.
“Bella esta a mi favor” Emmett no cabía mas de alegría.
— ¿Ves? —Me dijo con una sonrisa—. Siempre se puede llegar a un acuerdo intermedio.
Me llevó un rato llegar al lugar donde la tropa de neófitos iba a cruzarse con mi rastro, pero Edward no perdió la paciencia a pesar de la lentitud de mi paso.
Tuvo que guiarme un poco más por el camino de regreso para asegurarse de que volvía a seguir el mismo rastro. Todo me resultaba demasiado parecido.
Casi habíamos llegado al claro cuando tropecé.
“Bueno, al menos solo fue una vez” Se rio Emmett.
Ya alcanzaba a divisarlo, y quizá ésa fue la razón por la que me emocioné y olvidé vigilar mis pasos. Conseguí agarrarme antes de darme de cabeza contra un árbol, pero mi mano izquierda partió una ramita que me hizo un corte en la palma.
— ¡Ay! Vaya, genial —mascullé.
— ¿Estás bien?
—Sí, sí. Quédate donde estás. Estoy sangrando, pero cortaré la hemorragia en un minuto...
No me hizo caso y llegó a mi lado antes de que pudiera terminar la frase.
—Llevo un botiquín —me dijo mientras se descolgaba la mochila—. Tuve el presentimiento de que podía hacernos falta.
“Siempre hay que estar preparado…Un buen lema cuando estas con Bella” Dijo Emmett con una sonrisa.
—No es nada. Puedo curarme yo sola, no tienes por qué pasar un mal rato.
—No te preocupes por eso —repuso con toda calma—. A ver, deja que te lo limpie.
—Espera un segundo. Acabo de tener otra idea.
Sin mirar la sangre y respirando por la boca para evitar que se me revolviera el estómago, apreté la mano contra una piedra.
“Ahh… Eso definitivamente hará el rastro más fuerte” Sonrió Jasper.
"Su mano podría infectarse, sin embargo," Carlisle frunció el ceño, "pero estoy seguro de que es sólo un rasguño... no habrá ningún problema."
— ¿Qué estás haciendo?
—A Jasper le va a encantar —murmuré.
“Y esta en lo correcto” Se rio Emmett al ver como Jasper asentía conforme.
Reanudé el camino de vuelta al claro, tocando todo lo que tenía a mi alcance con la palma de la mano.
—Seguro que esto los atrae.
Edward suspiró.
—Contén la respiración —le pedí.
—Estoy bien, pero me parece que te estás pasando.
—Esta es mi única misión, así que quiero hacer un buen trabajo. 
"Hmm... Supongo que entiendo su punto allí", Suspiró Edward.
"Pero no tienes que hacer nada tampoco," Emmett señaló, sonriendo.
Mientras hablaba, pasamos junto al último árbol antes del claro. Dejé que mi mano herida rozara contra los helechos.
—Pues lo has conseguido —dijo Edward—. Los neófitos se pondrán frenéticos, y Jasper se quedará impresionado por la dedicación que has puesto en ello. Ahora deja que te cure la mano. Te has ensuciado la herida.
—Deja que lo haga yo, por favor.
Edward me cogió la mano y sonrió al examinarla.
—Esto ya no me molesta como antes.
“¿Será que realmente ya no me molesta?” Preguntó Edward. Él obviamente había estado observando algunas señales de que le molestada en el libro, pero en realidad parecía que no.
"Parece que no", dijo Carlisle. "Me pregunto por qué es así."
Le examiné atentamente, en busca de algún signo de inquietud mientras me limpiaba el corte. Él seguía respirando de forma regular, con la misma sonrisa en los labios.
— ¿Por qué no te molesta? —le pregunté por fin, mientras me vendaba la mano.
Él se encogió de hombros.
—Lo he superado.
“¿Superado?” Dijo Edward con el ceño fruncido “¿Cómo es que eso es algo que se puede Superar?”
“Nadie puede darte respuesta a eso Edward” Dijo Carlisle. Dejando de lado la parte en la que los humanos raramente vivían lo suficientemente cerca para que los vampiros se acostumbraran. “Pero de todas formas no creo que sea posible”
— ¿Que lo has superado? ¿Cuándo? ¿Cómo?
Traté de recordar la última vez que había tenido que contener la respiración cerca de mí.
Lo único que se me ocurrió fue mi cumpleaños, en septiembre, aquella fiesta que acabó en desastre.
Jasper y Edward se estremecieron, otra vez.
"Hmm... Esto podría explicar por qué has estado más juguetón de este libro," Emmett se rio y la mirada que Edward le envío de amenaza no sirvió mucho porque también había un poco de vergüenza en ella “¿Qué? Te la has pasado todo el libro encima de ella”
“Él tiene razón” Agrego Alice “Tú eres el que con más frecuencia comienzas las cosas”
“Cállense” Les dijo Edward en un susurro.
Edward apretó los labios; parecía estar buscando las palabras adecuadas.
—Durante veinticuatro horas creí que estabas muerta, Bella. Eso cambió mi modo de ver las cosas.
Edward frunció el ceño ante eso.
— ¿Y también cambió la forma en que percibes mi olor?
—En absoluto. Pero... tras ver cuáles eran mis sentimientos al creer que te había perdido... mis reacciones han cambiado. Todo mi ser huye aterrorizado de cualquier acción que pueda inspirar de nuevo ese dolor.
“¿Es algo que me tocará vivir?” Dijo Edward soltando un suspiro y bajando la cabeza.
“No lo sé hijo”  Dijo Carlisle. “Tú mente parece saber ya que es lo que ella necesita… Tú nunca la podrías lastimar de ese modo, pero tu cuerpo… Lo sabremos cuando la conozcamos”.
“Voy a querer matarla como la primera vez que la vi” Dijo Edward.
“No” Dijo Esme “Eres más fuerte que eso Edward, no le hiciste daño cuando solo era una estudiante más, no le vas a hacer nada cuando es tu otra mitad”.
"Pero... yo todavía voy a querer..." Edward se encogió; la solo idea era muy repulsiva para él.
"Edward," dijo Jasper. "Va a ser difícil, y no puedes cambiar lo que eres, pero te puedes controlar ti mismo si pones tu mente en ello."
Carlisle le sonrió, era algo que le recordó a Jasper muchas veces.
Jasper sabía que sería mejor viniendo de él, porque él fue el que luchó al máximo.
"Jasper tiene razón, Edward... y tú has pasado por muchas cosas en estos libros. Estoy seguro de que debes haber aprendido algo del control necesario para lidiar con esto."
“Bien” Suspiró Edward.
No supe qué responder a eso.
Edward se rio al ver mi expresión.
—Supongo que la experiencia puede calificarse como instructiva.
En ese momento atravesó el claro una ráfaga de viento que me echó el pelo sobre la cara y me hizo sentir un escalofrío.
—Bueno —dijo, cogiendo de nuevo la mochila—, ya has cumplido con tu parte —sacó mi chaquetón de invierno y me ayudó a ponérmelo—. Lo demás ya no está en nuestras manos. ¡Nos vamos de acampada!
Aquel entusiasmo fingido me hizo soltar una carcajada. Edward me cogió la mano vendada -la otra estaba peor, aún en cabestrillo- y nos encaminamos hacia el otro lado del claro.
— ¿Dónde hemos quedado con Jacob?
—Aquí mismo —señaló hacia los árboles que teníamos frente a nosotros, al mismo tiempo que Jacob salía con paso cauteloso de entre las sombras.
No debería haberme sorprendido el verle en su forma humana. No sé por qué estaba buscando un enorme lobo color castaño.
"Porque le gusta más así", Se rio Emmett.
"Sí, él no puede hacer ninguno de sus comentarios retrasados ​​de esa manera," Rosalie siseó.
Jacob volvió a parecerme más grande, sin duda por culpa de mis expectativas. De forma inconsciente, debí de creer que ante mí aparecería el Jacob de mis recuerdos, que era más pequeño y apacible y no me ponía las cosas tan difíciles. Tenía los brazos cruzados sobre el pecho desnudo y llevaba una prenda de abrigo en la mano.
Nos miró con gesto inexpresivo. Edward curvó hacia abajo las comisuras de la boca.
—Tendría que haber otra forma mejor de hacer las cosas.
—Demasiado tarde —murmuré en tono pesimista.
Edward sonrió ante eso.
“Piensas lo mismo, ¿Eh Eddy? Emmett rio.
Edward lanzó un suspiro.
—Hola, Jake —le saludé cuando estuvo más cerca.
—Hola, Bella.
— ¿Qué tal estás, Jacob? —le saludó Edward.
Jacob se ahorró los cumplidos y fue al grano.
— ¿A dónde la llevo?
Edward sacó un mapa de un bolsillo lateral de la mochila y se lo dio. Jacob lo desplegó.
—Estamos aquí —informó Edward estirando el brazo para señalar el lugar exacto. El licántropo reculó instintivamente para apartarse de su mano, pero luego volvió a enderezarse. Mi novio fingió no darse cuenta. —Y tú la llevarás hasta aquí —prosiguió Edward, trazando un camino sinuoso que seguía las líneas de relieve del mapa—. Apenas son quince kilómetros.
Jacob asintió una sola vez.
—Cuando estés más o menos a un kilómetro y medio, vuestro sendero se cruzará con el mío. Síguelo hasta el punto de destino. ¿Necesitas el mapa?
—No, gracias. Conozco la zona como la palma de mi mano. Creo que sé a dónde voy.
Parecía que a Jacob le costaba más trabajo que a Edward mantener un tono educado y cortés.
"Me sorprende que incluso este tratando", Dijo Emmett.
—Yo tomaré la ruta más larga. Os veré en unas horas.
Después me miró con gesto infeliz. Esa parte del plan no le gustaba.
"No, sin duda no," Dijo Edward.
"Apuesto a que era suficiente con dejar su lado malo, pero con el cachorro... realmente debe llegar a ti," Emmett se rio entre dientes.
—Hasta luego —murmuré.
Edward desapareció entre los árboles, en dirección contraria. En cuanto se esfumó, Jacob volvió a estar contento.
— ¿Qué ocurre, Bella? —me preguntó con una amplia sonrisa.
Puse los ojos en blanco.
—La historia de mi vida.
—Entiendo —me dijo—. Una pandilla de vampiros que intentan matarte. Lo de siempre.
—Lo de siempre.
—Bueno —añadió mientras se ponía el abrigo para tener las manos libres—. Nos vamos.
Hice una mueca y di un paso hacia él. Jacob se agachó y pasó el brazo por detrás de mis rodillas.
Mis piernas se elevaron en el aire, pero antes de que mi cabeza se estampara contra el suelo me agarró con el otro brazo.
Edward frunció el ceño ante esto.
—Idiota —murmuré.
Él se echó a reír y arrancó a correr entre los árboles. Llevaba un ritmo constante, un trote que podría haber mantenido cualquier humano en forma... siempre que fuera por terreno llano y sin una carga extra de cincuenta kilos.
"Hmm… Me pregunto qué tan fuerte son los lobos cuando están en su forma humana," Carlisle pensó. "Obviamente, mucho más fuerte que un humano normal, pero no cerca de su forma de lobo... Hmm..."
"Bueno, sólo vamos a tener que hacernos amigo de uno de los lobos para que puedas hacer todas las pruebas en ellos," Emmett se rio entre dientes.
"Me gustaría eso", Dijo Carlisle con nostalgia.
—No hace falta que corras. Te vas a cansar.
—Correr no me cansa —Jacob respiraba con el ritmo regular de un corredor de maratón—. Además, pronto hará más frío. Espero que Edward termine de instalar el campamento antes de que lleguemos.
Toqué con el dedo el grueso relleno de su abrigo.
—Pensé que tú ya no pasabas frío.
—Y así es. Lo he traído para ti, por si acaso no venías equipada —miró mi chaqueta, casi decepcionado al ver que sí—. No me gusta cómo está el tiempo. Me pone nervioso. ¿Te has fijado en que no hemos visto ningún animal?
—La verdad es que no.
—Me imaginaba que no te darías cuenta. Tus sentidos están demasiado embotados.
"Definitivamente no diría eso de ella," Dijo Jasper. "solo son demasiado humanos".
Pasé por alto ese comentario.
—A Alice también le preocupa la tormenta.
—No es normal que el bosque esté tan silencioso. Habéis elegido la peor noche para ir de acampada.
—No ha sido del todo idea mía.
"No, es sólo tu suerte trabajando en contra de ti otra vez," Murmuró Edward.
El sendero que había tomado era cada vez más empinada, pero eso no le hizo aminorar la marcha. Saltaba con agilidad de una roca a otra, sin necesitar la ayuda de las manos. Su equilibrio era tan perfecto que me recordaba a una cabra montesa.
Emmett se rio de eso.
"Bueno, ciertamente tienen una manera de escalar una montaña", Dijo Carlisle, mirando divertido también.
— ¿Qué has colgado en el brazalete? —me preguntó.
Miré hacia abajo y me di cuenta de que llevaba el corazón de cristal boca arriba sobre la muñeca.
Me encogí de hombros, con cierto sentimiento de culpa.
—Otro regalo de graduación.
Jacob soltó un bufido.
—Ya me lo olía yo. Una piedra preciosa.
Edward entrecerró los ojos ante eso, no parece muy amable en este libro.
¿Una piedra preciosa? De pronto recordé la frase que Alice había dejado sin terminar en el garaje. Miré el cristal blanco y brillante e intenté acordarme de lo que había comentado sobre los diamantes. ¿Habría querido decir «ya llevas un diamante de Edward»? No, imposible. Si el corazón era un diamante, debía de pesar cinco quilates o alguna burrada parecida. Edward no habría...
Edward negó con la cabeza, sonriendo a eso.
"Piénsalo bien," Emmett sonrió.
—Hace ya tiempo que no bajas a La Push —me dijo Jacob, interrumpiendo el inquietante rumbo de mis conjeturas.
"Vaya... Me pregunto por qué," Rosalie siseó. "Chucho estúpido."
—He estado muy liada —le respondí—. Y... de todos modos, creo que no habría ido.
Jacob torció el gesto.
—Creí que tú eras la compasiva y yo el rencoroso.
"Hay una cantidad de veces limitadas para dar el perdón," Rosalie escupió.
"No sabía que eras de las que perdonaban", bromeó Edward y Rosalie lo miró mal.
Me encogí de hombros.
—He pensado mucho en la última vez que nos vimos. ¿Y tú?
—No —respondí.
Jacob se echó a reír.
—O estás mintiendo, o eres la persona más testaruda sobre la faz de la tierra.
"Bueno, ella podría ser la persona más terca con vida, pero por lo que puedo ver, ella no está mintiendo tampoco", se rio Emmett.
No me gustaba mantener una conversación de esa clase en las condiciones del momento, rodeada por aquellos brazos demasiado cálidos y sin poder evitarlo. Tenía su cara muy cerca para mi gusto, y me habría gustado poder dar un paso atrás.
"Tortura... eso es una verdadera tortura," Rosalie se estremeció.
—Una persona inteligente tiene en cuenta todos los aspectos de una decisión.
—Y yo los he tenido en cuenta —repliqué.
—Si no has vuelto a pensar en la... eh..., conversación que tuvimos la última vez que viniste a verme, es que no es cierto.
“La conversación no tiene nada que ver, la decisión la tomó hace mucho” Dijo Edward.
“¿Pero cuando tomó la decisión? Pregunto Emmett.
“Pues, cuando se conocieron” Dijo Esme.
“No, eso no puede ser, el lobo ni siquiera estaba en el cuadro entonces… La verdad es que no había nada que decidir” Dijo Emmett.
“Entonces, fue cuando Bella salvó la vida de este idiota” Agregó Alice “Ahí ella decidió lo que era más importante”.
“Correcto” Admitió Emmett.
—Aquella conversación no es relevante para mi decisión.
“Es lindo ver lo similar que piensan ustedes dos” Esme sonrió.
—Hay gente que hace lo que sea para engañarse a sí misma.
—Me he dado cuenta de que los licántropos, en particular, tienen tendencia a cometer ese error. ¿Crees que es algo genético?
— ¿Significa eso que él besa mejor que yo? —preguntó Jacob.
De repente, se había puesto de mal humor.
—La verdad es que no sabría decirlo, Jake. El único chico al que he besado en mi vida es Edward.
—Eso sin contarme a mí.
—Yo no cuento aquello como un beso, Jacob. A mí me pareció más bien una agresión.
—Uf... Eso suena un poco frío.
“Es verdad” Edward y Rosalie dijeron con un siseo.
Me encogí de hombros.
No pensaba retirarlo.
—Ya te pedí disculpas —me recordó.
—Y yo te perdoné... casi del todo, pero eso no cambia la forma en que recuerdo lo que pasó.
Murmuró algo ininteligible.
Durante un rato guardamos silencio; sólo se escuchaba su rítmica respiración y el rugido del viento en las copas de los árboles. A nuestro lado se erguía un escarpado farallón de piedra gris. Seguimos por su base, que se alejaba del bosque dibujando una curva ascendente.
—Sigo creyendo que esto es una irresponsabilidad —dijo Jacob de pronto.
—No sé de qué estás hablando, pero te equivocas.
—Piénsalo, Bella. Según tú, en toda tu vida sólo has besado a una persona, que ni siquiera es una persona de verdad, y dices que con eso te vale. ¿Cómo sabes que eso es lo que quieres? ¿No deberías salir con otra gente?
"¿Por qué?" Preguntó Alice. "Cuando encuentras lo que deseas, no tienes que seguir buscando. Sabes que es lo que realmente quieres."
Jasper sonrió; Nunca supo lo que era vivir hasta que ella se dio la vuelta, ahora ya tenía una idea. La única persona con la que él había estado era ella y definitivamente no estaba buscando otra.
Mantuve la voz calmada.
—Sé perfectamente lo que quiero.
—Entonces no sería tan malo que lo confirmaras. Tal vez tendrías que intentar besar a alguien más. Sólo por comparar... ya que lo que ocurrió el otro día no cuenta. Podrías besarme a mí, por ejemplo. No me importa que me utilices para experimentar.
Edward lanzo una dura mirada y un leve siseo “Ese es un horrible plan”
Emmett, por supuesto, sólo se rio a carcajadas de eso.
Me apretó contra el pecho, de modo que mi rostro quedó aún más cerca de él.
Estaba sonriendo por su propio chiste, pero yo no pensaba correr ningún riesgo.
—No juegues conmigo, Jake, o juro que cuando Edward intente partirte la cara no le detendré.
En mi voz había un timbre de pánico que le hizo sonreír más.
—Si tú me pides que te bese, él no tendrá razón para enfadarse. ¿No dijo que no pasaba nada?
"Chucho estúpido… Eso no me impediría enojarme", Gruñó Edward.
"Creo que podría hacerlo aún más molesto," Agregó Jasper.
“No sé si más… Sería un distinto malestar” Dijo Edward.
—Si crees que voy a pedírtelo, aguarda sentado, Jake. Aunque seas un hombre lobo, te vas a cansar de esperar.
—Pues sí que estás hoy de mal café.
—Me pregunto por qué será.
—A veces, pienso que te gusto más como lobo.
—Pues mira, sí, a veces yo también lo creo. Es posible que tenga que ver con que cuando eres lobo no puedes abrir el pico.
“Si, tiene que ser eso” Dijo Rosalie “Cualquier cosa que logre callarlo”
Frunció los labios con gesto pensativo.
—No, dudo que sea por eso. Me parece que te resulta más fácil estar cerca de mí cuando no soy humano porque así no tienes que fingir que no te atraigo.
"Tienen que amar a su estilo," rio Emmett.
"No, no tenemos", Edward y Rosalie murmuraron.
Me quedé boquiabierta al oírle; pero, al darme cuenta, cerré la boca y rechiné los dientes. Él lo oyó, y sonrió de oreja a oreja en gesto de victoria.
Respiré hondo antes de hablar.
—No. Estoy bien segura de que es porque no puedes hablar.
Jacob suspiró.
— ¿Nunca te cansas de engañarte a ti misma? Sabes de sobra que siempre me tienes presente en tu cabeza. Físicamente, quiero decir.
— ¿Cómo podría alguien no tenerte presente físicamente, Jacob? —le pregunté—. Eres un monstruo gigante que se niega a respetar el espacio vital de los demás.
—Te pongo nerviosa, pero sólo cuando soy humano. Te sientes más cómoda cerca de mí cuando soy un lobo.
—El nerviosismo no es lo mismo que la irritación.
“Vamos Bella, destroza al cachorro” se rio Emmett viendo como su cuñada golpeaba verbalmente al chucho.
Jacob se me quedó mirando por un instante. Aminoró la marcha, y su gesto de diversión desapareció.
Entrecerró los ojos, que se volvieron negros bajo la sombra de sus cejas. Su respiración, tan regular mientras corría, empezó a acelerarse. Lentamente, agachó la cara y la arrimó a la mía.
Le miré a los ojos.
Supe con exactitud lo que pretendía.
—Es tu cara —le recordé.
Soltó una carcajada y empezó a aligerar el ritmo de nuevo.
—Prefiero no pelearme con tu vampiro esta noche. En cualquier otro momento me daría igual, pero mañana los dos tenemos un trabajo que hacer, y no quiero dejar a los Cullen con uno menos.
"No te preocupes por eso, Eddy no va a estar allí de todos modos", Dijo Emmett.
“No significa que no puedan luchar” Dijo Esme “Ojala y se comporte bien”
“Si, o mejor le enseñas una lección” Emmett sonrió.
Esme se veía un poco nerviosa ante eso, pero dijo: "Si tienes que hacerlo."
Un repentino ataque de vergüenza hizo que se me demudara el gesto.
—Lo sé, lo sé —me dijo, malinterpretando mi expresión—. Crees que podría conmigo.
"Bueno, obviamente," Emmett rodó los ojos. "No tendría ninguna oportunidad."
Me sentía incapaz de hablar. Era yo, y no Jacob, quien iba a dejarles con uno menos. ¿Y si alguien resultaba herido por culpa de mi debilidad?
"Chucho estúpido, ahora ella tiene que preocuparse más", Edward siseó. "¿Por qué tuvo que sacar el tema?"
¿O si, por el contrario, me mostraba valiente y Edward...? No quería ni pensarlo.
— ¿Qué te pasa, Bella? —Su gesto dejó de ser jocoso y bravucón, y debajo apareció el Jacob que yo conocía, como si se hubiese quitado una máscara—. Si he dicho algo que te ha molestado, quiero que sepas que sólo estaba bromeando. No era mi intención decir nada que... Oye, ¿estás bien? No llores, Bella —me pidió.
Intenté dominarme.
—No voy a llorar.
— ¿Qué es lo que he dicho?
—No es nada que hayas dicho, es... Es por mi culpa. He hecho algo... terrible.
Edward rodó los ojos. "No es terrible”.
Me miró aturdido, con los ojos como platos.
—Edward no va a luchar mañana —le expliqué en susurros—. Le he obligado a quedarse conmigo. ¡Soy una cobarde asquerosa!
Jacob arrugó el ceño.
— ¿Y crees que no va a salir bien? ¿Piensas que te van a encontrar aquí? ¿Es que sabes algo que yo no sepa?
"No, eso no es lo que ella está pensando," Dijo Emmett mientras Edward y Jasper intercambiaron miradas de preocupación.
—No, no. Eso no me da miedo. Es que... no puedo dejarle ir. Si no regresara... —me estremecí, y tuve que cerrar los ojos para ahuyentar esa idea.
Jacob se quedó callado.
Yo seguí hablando, sin abrir los ojos y en voz baja.
—Si alguien resulta herido, la culpa siempre será mía. Y aunque ninguno... Me he portado fatal. Pero tenía que hacerlo, tenía que convencerle de que se quedara conmigo. Estoy segura de que él no me lo va a echar en cara, pero yo sabré siempre qué cosas soy capaz de hacer —me sentí un poco mejor al purgar todo eso de mi interior, aunque tan sólo se lo pudiera confesar a Jacob.
Edward frunció el ceño ante eso, y no sólo por lo que dijo, sino por la última frase.
"Pobre chica," Dijo Esme, frunciendo las cejas. "Me gustaría poder decirle que está bien... que lo entendemos."
"Estoy seguro de que hiciste, mamá," Dijo Edward.
"Pero, Bella no se preocuparía menos," dijo Alice. "Aun a sabiendas de que todo el mundo habría tomado la misma decisión, no la haría sentir mejor."
Él resopló. Abrí los párpados despacio, y me entristeció ver que había vuelto a enfundarse aquella máscara de dureza.
—No puedo creer que haya dejado que le convenzas para que no participe. Yo no me perdería esto por nada del mundo.
—Lo sé —repuse con un suspiro.
—De todas formas, eso no quiere decir nada —empezó a recular—. No significa que te quiera más que yo.
"Tal vez eso no lo hace, pero yo la quiero más", Declaró Edward con vehemencia.
—Pero tú no te habrías quedado conmigo, aunque te lo hubiese suplicado.
Arrugó los labios por un instante, y me pregunté si iba a intentar negarlo. Los dos sabíamos cuál era la verdad.
—Pero sólo porque yo te conozco mejor —respondió por fin—. Todo va a ir como la seda. Y aunque me lo pidieras y te dijera que no, sé que después no te enfadarías tanto conmigo.
"Y no piensa que yo no lo sé," Susurró Edward. "No se trata de perdón... se trata de lo que... No puedo dejarla así de nuevo."
—Quizá tengas razón. Si todo saliera bien, a lo mejor no me enfadaría contigo. Pero aun así, todo el tiempo que estés fuera voy a estar muerta de preocupación. Me voy a volver loca.
— ¿Por qué? —Me preguntó con brusquedad—. ¿Qué más te da si me ocurre algo?
—No digas eso. Sabes de sobra cuánto significas para mí. Lamento que no sea de la forma en que tú querrías, pero así son las cosas. Eres mi mejor amigo. Al menos, antes lo eras. Y aún sigues siéndolo... cuando bajas la guardia.
Jacob puso aquella sonrisa de antaño, la que yo adoraba.
—Siempre lo seré —me prometió—. Incluso aunque no... Aunque no me comporte tan bien como debería. Pero, en el fondo de mi ser, siempre estaré contigo.
—Lo sé. Si no, ¿por qué crees que aguanto todas tus chorradas?
Edward cerró los ojos ante eso.
Jacob se rio conmigo, pero después su mirada se entristeció.
— ¿Cuándo te vas a dar cuenta por fin de que también estás enamorada de mí?
—Siempre tienes que arruinar un buen momento.
—No digo que no le ames a él, no soy tonto, pero se puede querer a más de una persona a la vez, Bella. Es algo que pasa a menudo.
—Yo no soy un lobo chiflado como tú, Jacob.
Al ver que arrugaba la nariz, estuve a punto de pedir disculpas por lo que acababa de decir; pero él cambió de tema.
—No estamos muy lejos. Puedo olerle.
Suspiré aliviada. Jacob malinterpretó el significado de mi suspiro.
—Iría más despacio, Bella, pero supongo que querrás estar a cubierto antes de que eso se nos venga encima.
Los dos levantamos la mirada al cielo. Por el oeste se acercaba un sólido muro de nubes púrpura, casi negras, y el bosque se sumía en sombras a su paso.
"¿Por qué tiene que ser hoy?" Edward preguntó muy enojado.
"¿Qué te pasa, Eddy?" Preguntó Emmett. "¿Por qué estás tan molesto por el clima?" Edward no respondió.
— ¡Guau! —murmuré—. Será mejor que te des prisa, Jake. Querrás llegar a casa antes de que la tormenta descargue.
—No me voy a casa.
Me quedé mirándole, exasperada.
—No vas a acampar con nosotros.
—Si te refieres al pie de la letra, no, no pienso meterme en vuestra tienda. Prefiero la tormenta antes que ese olor. Pero seguro que tu chupasangre querrá mantenerse en contacto con la manada para coordinar las acciones, así que yo, amablemente, voy a facilitarle ese servicio.
—Creía que ése era el trabajo de Seth.
—Él se hará cargo de ese cometido mañana, durante la batalla.
"Creo que preferiría que Seth estuviera con nosotros," Susurró Edward, su mirada cada vez más oscura.
Cuando me la recordó, guardé silencio por un instante. Me quedé mirando a Jacob; de repente, volvía a estar tan preocupada como antes.
—Supongo que, ya que estás aquí, no hay forma de convencerte de que te quedes... —le dije—. ¿Y si me pongo a suplicarte, o te ofrezco convertirme en tu esclava el resto de mi vida?
"No te preocupes por el chucho estúpido," Rosalie siseó.
—Suena tentador, pero no. Aun así, debe de ser divertido verte suplicar. Si quieres, puedes intentarlo.
— ¿Es que no hay nada que pueda decir para convencerte?
—No. A menos que puedas prometerme una batalla mejor.
Edward se estremeció inevitablemente ante eso.
—En cualquier caso, quien da las órdenes es Sam.
Eso me recordó algo.
—Edward me dijo algo el otro día... sobre ti.
Jacob se alarmó.
—Seguro que era mentira.
Edward rodó los ojos. "¿Por qué mentiría?"
"Para hacerlo quedar mal", Respondió Emmett riendo, y Edward se limitó a rodar los ojos de nuevo.
— ¿Ah, sí? ¿Entonces no eres el segundo al mando de la manada?
Jacob parpadeó. Se quedó pálido por la sorpresa.
—Ah, ¿era eso?
— ¿Por qué no me lo has dicho nunca?
— ¿Por qué iba a hacerlo? No es gran cosa.
—No lo sé. ¿Por qué no? Es interesante. ¿Cómo funciona? ¿Cómo es que Sam ha acabado de macho Alfa y tú de... de macho Beta?
"¿Beta? Esa es una manera interesante de decirlo," Carlisle sonrió, mirando interesado de nuevo.
Jacob se rio de los términos que se me acababan de ocurrir.
—Sam es el primero, el mayor. Es lógico que él tome el mando.
Arrugué la frente.
—Pero entonces, ¿el segundo no debería ser Jared, o Paul? Fueron los siguientes en transformarse.
—Bueno, es complicado de explicar —se evadió.
Jacob exhaló un suspiro.
—Tiene más que ver con el linaje. Ya sé que está un poco pasado de moda. ¿Qué más da quién era tu abuelo? Pero es así.
"Parece que tenías razón, Edward," dijo Carlisle. "Eso es interesante... y tiene sentido, también."
"No lo sé, sólo porque has nacido de un linaje superior, no te hace necesariamente el más preparado para el trabajo", dijo Jasper. Él tuvo que hacer frente a algunos comandantes ineptos en el ejército. "Pero, de nuevo, es diferente con ellos, ¿no es así? Parece que el perro estaba creciendo más rápido, más grande y probablemente más fuerte que los otros y sus genes podría tener algo que ver con eso."
Entonces recordé algo que Jacob me había dicho mucho tiempo atrás, antes de que ninguno de los dos supiéramos nada sobre hombres lobo.
— ¿No me dijiste que Ephraim Black fue el último jefe que habían tenido los Quileutes?
—Sí, es cierto. Él era el Alfa. ¿Sabías que teóricamente Sam es ahora el jefe de toda la tribu? —Soltó una carcajada—. Qué tradiciones tan estúpidas.
"Pero tiene sentido," dijo Jasper, probablemente a punto de hacer otro apunte militar, pero pareció pensarlo mejor y dejar que Alice continuara leyendo.
Cavilé sobre ello durante un instante, tratando de encajar todas las piezas.
—Pero también me dijiste que la gente escuchaba a tu padre más que a ninguna otra persona del Consejo por ser nieto de Ephraim, ¿no?
— ¿Adónde quieres ir a parar?
—Bueno, si tiene que ver con el linaje... ¿No deberías ser tú el jefe?
Jacob no me respondió. Se quedó mirando al bosque, cada vez más tenebroso, como si de pronto necesitara concentrarse para saber por dónde iba.
"Eso sería un sí", se rio Emmett.
"Pero no parece que quiera esa responsabilidad," Carlisle frunció el ceño.
"Yo no lo culpo", dijo Jasper. "Es mucho para manejar."
— ¿Jake?
—No, ése es el trabajo de Sam —mantuvo los ojos clavados en el agreste sendero que seguíamos.
— ¿Por qué? Su bisabuelo era Levi Uley, ¿no? ¿Levi no era también un Alfa?
"Vamos, no puede haber dos Alphas," Emmett se burló.
"Si es algo como lobos reales, se matarían unos a otros si eso sucediera", dijo Carlisle. "No, eso definitivamente no sería una buena cosa."
—Sólo hay un Alfa —respondió de forma automática.
—Entonces, ¿qué era Levi?
—Un Beta, supongo —resopló al pronunciar el término con que le había bautizado—. Como yo.
—Eso no tiene sentido.
—Tampoco importa.
—Sólo quiero entenderlo.
Jacob se decidió por fin a mirarme, y al verme confusa volvió a suspirar.
—Sí. Se supone que yo debería ser el Alfa.
Fruncí el ceño.
 — ¿Es que Sam no ha querido renunciar?
—No es eso. Es que yo no he querido ascender.
— ¿Por qué no?
Jacob puso un gesto de contrariedad ante mis preguntas. Que se aguante, pensé, ahora le toca a él sentirse incómodo.
—No quería nada de esto, Bella. No quería que las cosas cambiaran. No me apetecía ser un jefe legendario ni formar parte de una manada de hombres lobo, y mucho menos ser su líder. Cuando Sam me lo ofreció, lo rechacé.
“¿Y no piensa que Sam tampoco quiere serlo? Edward cuestionó. "Parecía como si hubiera tenido una buena vida... él no habría roto su promesa a Leah... y luego se convirtió. Perdió mucho en esto también."
Carlisle tenía el ceño fruncido, la culpa brillaba en sus ojos, sabiendo que no había nada que pudieran hacer por Sam ahora. Él ya se había transformado, ya se había imprimido de Emily, y perdió el control frente a ella al mismo tiempo. Sin embargo, le dijo a Edward: "Él ya ha encontrado algún tipo de paz con él mismo como un hombre lobo. Jacob todavía es joven, y aunque él parece capaz de mucho, todavía está impaciente y se lanza las cosas sin pensar. Yo creo que su manada sería más fuerte bajo el mando de Sam”.
"Lo que sea," Dijo Edward, en realidad no pareciera que estaba interesado en esto. Probablemente estaba tratando de expresar algo de su enojo con su último comentario.
Me quedé pensando en eso un buen rato. Jacob, sin interrumpir mis cavilaciones, volvió a escrutar las tinieblas del bosque.
—Yo creí que eras feliz, que estabas contento con tu situación —le dije, por fin.
Jacob sonrió para tranquilizarme.
—Sí, no está tan mal. A veces es emocionante, como lo de mañana. Pero al principio fue como si me hubieran reclutado para una guerra de cuya existencia no sabía nada. No me dejaron elegir. Fue algo irrevocable —se encogió de hombros—. De todos modos, supongo que ahora estoy contento. Tenía que ser así y, además, ¿en quién más podía confiar para tomar la decisión? No hay nadie mejor que uno mismo.
Me quedé mirando a mi amigo con una inesperada sensación de respeto. Era mucho más maduro de lo que había creído hasta entonces. Igual que me había pasado con Billy la otra noche junto a la hoguera, había una grandeza en él que nunca habría sospechado.
"Me parece que él tiene algunas cualidades principales... pero solo si él quiere", Se rio Emmett.
—El jefe Jacob —murmuré, sonriendo ante el sonido de esas tres palabras juntas. Él puso los ojos en blanco.
En ese momento, el viento sacudió con fuerza los árboles, tan gélido como si bajara soplando de un glaciar. Los fuertes crujidos de la madera resonaron en el monte.
Aunque la luz se debilitaba a medida que aquella tenebrosa nube cubría el cielo, pude distinguir unos pequeños copos blancos que revoloteaban sobre nosotros.
Jacob apretó el paso y concentró toda su atención en el suelo mientras corría a toda velocidad. Me acurruqué contra su pecho para protegerme de aquella molesta nevada.
“Estúpida nieve” Murmuró Edward.
Minutos después, Jacob llegó al lado de sotavento del farallón, y vimos la pequeña tienda montada contra la pared de roca, al abrigo de la tempestad. Los copos caían en remolinos sobre nosotros, pero el vendaval era de tal intensidad que no dejaba que se posaran en ningún sitio.
— ¡Bella! —gritó Edward con alivio. Le sorprendimos dando paseos nerviosos por aquel reducido claro.
Apareció a mi lado como un rayo, tan rápido que apenas lo vi como un borrón. Jacob se encogió sobresaltado, y después me dejó en el suelo. Edward hizo caso omiso a su reacción y me abrazó con fuerza.
—Gracias —dijo Edward por encima de mi cabeza. Su tono era sincero—. Has sido más rápido de lo que me esperaba. Te lo agradezco de veras.
Me giré para observar la respuesta de Jacob, que se limitó a encogerse de hombros; toda cordialidad se había esfumado de su rostro.
—Llévala dentro. Esto va a ir a peor: se me están poniendo de punta los pelos de la cabeza. ¿Esta tienda es segura?
—Sólo me ha faltado soldarla a la roca.
—Bien.
Jacob alzó la mirada al cielo, que ahora estaba negro por la tormenta y salpicado de remolinos de nieve. Sus ollares se ensancharon.
—Voy a transformarme —anunció—. Quiero saber cómo va todo por casa.
Colgó el abrigo en una rama corta y ancha y se adentró en las tinieblas del bosque sin volver la vista atrás.
"Ese es el final del capítulo," Dijo Alice, entregándole el libro a Edward.



Hola *.*/
Nuevo capitulo, y nuevo manoseo entre Jacob y Bella, jajajajja  Realmente Eclipse es el libro Anti EdwardxBella, en cambio he escuchado en vivo y en directo que Eclipse es lo más lindo que hay para las que pensaban que Bella debía quedarse con Jacob, así que chicas que aman a la pareja JacobxBella: ¡Bien por ustedes! creo que ellos se sobaron mas que la pareja principal.


En fin: un capitulo menos, yeiiiiiiii.... 



Muchas gracias a Pau Macias por traducir este capitulo, no he tenido que editar nada, solo el color ¬¬ 


Nos leemos en el siguiente capitulo. Saludos *.*/





2 comentarios:

Paulina dijo...

Un capitulo menos, ahora.a seguir con el siguiente

Anónimo dijo...

Bueno no puedo negar que cuando leía estos capis, sobre todo el siguiente y en el cual Bella va a ver a Jake por todas las fracturas .... me daban ganas de cachetearla porque ella misma en cierta forma le daba alas a Jake grrrrr!!!! la verdad que el personaje de Bella me deja mucho que desear y sólo la "apreció" porque llegó a ser el amor de mi vampi favorito jejeje!!! bueno toooodos los Cullen's son mis favoritos jajja!!!.

Me causa mucha gracia que tanto Rosalie como Edward muchas veces tengan comentarios similares o renieguen en el mismo momento siendo los únicos, si bien se llevan como perros y gatos, se puede decir que también son los que tienen muchas cosas en común.

Y Alice, a que no es adorable la pequeña duende??? saber como manipular a Bella y no morir en el intento a manos de Edward es todo un reto jajaja!!!! además tiene todo el respaldo de Esme para tratar de convencer a Bella de organizar la boda como se debe y no largarse a Las Vegas a que los case Elvis, si por ese lado a Bella le salió más el lado egoísta hasta que por fin vió que tenía que darle a muchas personas los "últimos" momentos felices antes de su conversión.

Ahora me paso corriendo a seguir leyendo ya que muero por saber las expresiones de todo el mundo cuando Bella le pida a Jake que la bese muajaja de seguro que muchos van a querer matar a Bella en ese momento, pero con lo que cuente Edward sobre como la manipuló .... no van a querer que Bella y Jake lleguen a conocerse jejeje (peor aún cuando lleguen con Renesmee)

SALESIA