viernes, 29 de agosto de 2014

Apuesta

 Aviso: Los libros aquí transcriptos y los personajes pertenecen a Stephenie Meyer y la historia original “Reading Eclipse” a Choices HP, yo solo la traduzco, todo esto es sin ánimos de lucro, solo por mero entretenimiento.




Traducido por: R.R. GRANT

Corregido por: Cary0605

“Apuesta” dijo Edward, lanzando una breve mirada a sus hermanos - sabiendo sin lugar a dudas que ellos habían apostado por algo que a él no le gustaría - antes de continuar leyendo.


Clavé los ojos en él durante más de un minuto sin saber qué decir. No se me ocurría nada.
La seriedad abandonó su cara cuando vio mi expresión de estupefacción.
—Vale —dijo mientras sonreía—. Eso es todo.
—Jake, yo... —sentí como si algo se me pegara a la garganta. Intenté aclarármela— Yo no puedo... Quiero decir, yo no... Debo irme.
Me volví, pero él me aferró por los hombros y me hizo girar.
—No, espera. Eso ya lo sé, Bella, pero mira... Respóndeme a esto, ¿vale? ¿Quieres que me vaya y no volver a verme? Contesta con sinceridad.
"Sí," murmuró Edward.
"No creo que esa es su respuesta", sonrió Emmett.
"Debe ser" dijo Rosalie. "Es cruel encadenar  el chico  de esa manera."
Incluso Edward la miró extrañamente.
"No estoy diciendo esto en defensa del chucho," Rosalie le gruñó a todos. "Simplemente no suena como ella ..."
"No, tienes razón" Edward estuvo de acuerdo y antes de que nadie pudiera decir nada más empezó a leer de nuevo.
Era difícil concentrarse en esa pregunta, así que me tomé un minuto antes de responder.
—No, no quiero eso —admití al fin. Jacob esbozó otra gran sonrisa.
—Pero yo no te quiero cerca de mí por la misma razón que tú a mí —objeté.
—En tal caso, dime exactamente por qué me quieres a tu alrededor. —
Me lo pensé con cuidado.
—Te echo de menos cuando no estás. Cuando tú eres feliz —puntualicé—, me haces feliz, pero podría decir lo mismo de Charlie. Eres como de la familia, y te quiero, pero no estoy enamorada de ti.
Edward parecía estar luchando para leer a aquellas palabras, especialmente la parte donde ella dice que es feliz cuando él lo es.
El asintió sin inmutarse.
—Pero deseas que no me vaya de tu vida. —
—Así es. —
"No estas hacienda un buen trabajo…" Murmuró Alice.
Suspiré. Era inasequible al desaliento.
—Entonces, me quedaré por ahí. —
—Lo tuyo es masoquismo —refunfuñé.
“Algo en común con mi hermano” se río Emmett.
—Sí —
Acarició mi mejilla derecha con las yemas de los dedos. Aparté su mano de un manotazo.
—¿Crees que podrías comportarte por lo menos un poquito mejor? —pregunté, irritada.
—No. Tú decides, Bella. Puedes tenerme como soy, con mi mala conducta incluida, o nada...
Le miré fijamente, frustrada.
—Eres mezquino. —
—Y tú también. —
Eso me detuvo un poco y retrocedí un paso sin querer. Él tenía razón. Si yo no fuera mezquina ni egoísta, le diría que no quería que fuéramos amigos y que se alejara. Me equivocaba al intentar mantener la amistad cuando eso iba a herirle. No sabía qué hacía allí, pero de pronto estuve segura de que mi presencia no era conveniente.
"Bien" dijo Edward, ahora realmente le gustaba la forma en que Bella estaba pensando. "¡Sal de ahí!"
—Tienes razón —susurré.
Él se rió.
—Te perdono. Intenta no enfadarte mucho conmigo. En los últimos tiempos, he decidido que no voy a arrojar la toalla. Lo cierto es que esto de las causas perdidas tiene algo irresistible.
—Jacob, le amo —miré fijamente a sus ojos en un intento de que me tomara en serio—. Él es mi vida.
Esme sonrió junto con Edward, pero a la vez, ella se está empezando a sentir un poco preocupada sobre esta conversación.
—También me quieres a mí —me recordó. Alzó la mano cuando empecé a protestar—. Sé que no de la misma manera, pero él no es toda tu vida, ya no. Quizá lo fue una vez, pero se marchó, y ahora tiene que enfrentarse a la consecuencia de esa elección: yo.
Edward gruñó ante eso, obviamente porque el chucho había sacado aquel tema y él no podía dejar de estar de acuerdo con este.
Sacudí la cabeza.
—Eres imposible. —
De pronto, se puso serio y situó su mano debajo de mi barbilla. La sujetó con firmeza para que no pudiera evitar su resuelta mirada.
—Estaré aquí, luchando por ti, hasta que tu corazón deje de latir, Bella —me aseguró—. No olvides que tienes otras opciones.
—Pero yo no las quiero —disentí mientras procuraba, sin éxito alguno, liberar mi barbilla—, y los latidos de mi corazón están contados, Jacob. El tiempo casi se ha acabado.
"No lo hagas enojar, Bella” Murmuró Edward.
Entornó los ojos.
—Razón de más para luchar, y luchar duro ahora que aún puedo —susurró.
Edward suspiró y Alice rodó los ojos. “No estás pensando realmente que sería mejor si ganara, ¿verdad?”
Edward levantó una ceja como diciendo “Podría ser
“Sé que quieres que se quede humana, pero, sinceramente, Edward, que lo dejes ganar...” Alice sacudió la cabeza. “¿No aprendiste ya la lección?  Que ella no quiere estar con nadie más que tú.”
Edward suspiró nuevamente, pero también sonrió levemente.
Todavía sostuvo con fuerza mi mentón, apretaba con tanta fuerza que me hacía daño. Entonces, de repente, vi la resolución en sus ojos y quise oponerme, pero ya era demasiado tarde.
—N...
Sintiendo el peligro, Emmett agarró el libro de las manos Edward. Probablemente fue justo a tiempo, porque las manos de él estaban apretadas en puños mientras gruñía y miraba el libro.
“¿Qué paso?” preguntó Jasper que ponía sentir olas de furia provenientes de Edward.
Emmett siendo serio como nunca antes se había visto, leyó lo que seguía en el libro en silencio, y luego trago grueso antes de continuar con la lectura en voz alta.
Estampó sus labios sobre los míos, silenciando mi protesta, mientras me sujetaba la nuca con la mano libre, imposibilitando cualquier intento de fuga. Me besó con ira y violencia. Empujé contra su pecho sin que él pareciera notarlo.
Edward no era el único que gruñía, la reacción de Rosalie parecía casi tan mala como la suya.
A pesar de la rabia, sus labios eran dulces y se amoldaron a los míos con una nueva calidez.
En ese momento, Edward se estremeció. No le gustaba eso por una razón muy diferente.
Jasper estaba teniendo dificultades para no explayar las emociones de Edward a los demás, eran demasiado intensas.
Le agarré por la cara para apartarle, pero fue en vano otra vez. En esta ocasión sí pareció darse cuenta de mi rechazo, y le exasperó. Sus labios consiguieron abrirse paso entre los míos y pude sentir su aliento abrasador en la boca.
Actué por instinto. Dejé caer los brazos a los costados y me quedé inmóvil, con los ojos abiertos, sin luchar ni sentir, a la espera de que se detuviera.
"Voy a romper la cara de ese estúpido chucho", gruñó Edward. "¿Cómo se atreve a hacer eso?"
"¡Es terrible!" Esme dijo, luciendo muy enojada.
Funcionó. Se esfumó la cólera y él se echó hacia atrás para mirarme. Presionó dulcemente sus labios contra los míos de nuevo, una, dos, tres veces. Fingí ser una estatua y esperé.
Al final, soltó mi rostro y se alejó.
—¿Ya has terminado? —le pregunté con voz inexpresiva.
—Sí. — Suspiró. Comenzó a sonreír cerrando los ojos.
"Estúpido chucho” Dijieron Edward y Rosalie al mismo tiempo.
Eché el brazo hacia atrás y tomé impulso para propinarle un puñetazo en la boca con toda la fuerza de la que era capaz.
Ante esto, Emmett perdió la seriedad que había surgido en el momento antes, él dejó caer el libro.
Se reía tan fuerte que parecía no poder con él mismo. Él no fue el único que se reía a todas estas. Parecía que lo sucedido había roto con éxito parte de la tensión que se había estado acumulando en la habitación.
"¡No puedo creer que en realidad le dio un puñetazo!" Emmett finalmente fue capaz de decir. “Realmente es digna de ser mi cuñada y hermana”
"Ella tiene bastante temperamento", dijo Jasper, riendo también.
"Ella tiene todo el derecho de golpear a ese estúpido chucho," dijo Rosalie. Ella todavía estaba enojada, pero, obviamente, satisfecha por la forma en que Bella había manejado la situación. Pero había algo que le molestaba... "Sólo desearía que fueses tú quien lo hubiese golpeado," se volvió hacia Edward, quien tenía una sonrisa de orgullo.
"Yo también" dijo Edward.
"¿Me estás tomando el pelo? ¡Esto es mucho mejor!" Emmett se rió. "¡Imagínense a la pequeña Bella dándole puñetazos al lobo feroz... es hilarante"
"Estoy totalmente de acuerdo contigo, Em," se rió Alice. "Ha sido perfecto."
Después de que todos se calmaron, Edward tomó el libro nuevamente de las manos de Emmett, pensaba que él podría manejar mejor la lectura, ahora.
Se oyó un crujido.
"Oh, querida... espero que esté bien", Esme jadeó. El hecho de que ella no hubiera protestado por el golpe en el primer lugar, dice mucho acerca de cómo se sentía en ese momento.
"Hm... ella debe de haberlo golpeado realmente fuerte" Dijo Carlisle, entre la diversión y la preocupación. "Ella podría haberse roto la mano."
La orgullosa sonrisa de Edward se tambaleó un poco y la preocupación se filtró en sus ojos.
—Ay, ay, ay —chillé mientras saltaba como una posesa con la mano pegada al pecho. Estaba segura de que me la había roto.
Jacob me miró atónito.
—¿Estás bien? —
—No, maldición... ¡Me has roto la mano! —
Emmett se rió de eso.
"Está herida..." comenzó a decir Edward, aunque él tampoco se veía tan preocupado como él normalmente lucía cuando Bella se encontraba herida.
"Sí, porque Jacob rompió su mano," Emmett siguió riéndose.
—Bella, tú te has roto la mano. Ahora, deja de bailotear por ahí y permíteme echar un vistazo.
—¡No me toques! ¡Me voy a casa ahora mismo! —
—Iré a por el coche —repuso con calma. Ni siquiera tenía colorada la mandíbula, como ocurre en las películas. Qué triste.
"No te preocupes, Bella. Serás capaz de infligir un daño real muy pronto", se rió Emmett.
Edward estaba de acuerdo con Emmett , pero no dijo nada.
—No, gracias —siseé—. Prefiero ir a pie.
Me volví hacia el camino. Estaba a pocos kilómetros de la divisoria. Alice me vería en cuanto me alejara de él y enviaría a alguien a recogerme.
—Déjame llevarte a casa —insistió Jacob.
Increíblemente, tuvo el descaro dé pasarme el brazo por la cintura.
“¿En serio?” Alice estaba indignada.
Me alejé con brusquedad de él y gruñí:
—Vale, hazlo. Ardo en deseos de ver qué te hace Edward. Espero que te parta el cuello, chucho imbécil, prepotente y avasallador.
"Ah, eso es debe ser música para tus oídos," Emmett se rió, mirando a Edward que estaba de hecho muy sonriendo con eso.
“Lo es” contesto Jasper por Edward.
Jacob puso los ojos en blanco y caminó conmigo hasta el lado del copiloto para ayudarme a entrar. Se había puesto a silbar cuando entró por la puerta del conductor.
—Pero... ¿no te he hecho nada de daño? —inquirí, furiosa y sorprendida.
— ¿Estás de guasa? Jamás habría pensado que me habías dado un puñetazo si no te hubieras puesto a gritar. Quizá no sea de piedra, pero no soy tan blando.
"Me gustaría mostrarte cuan blando puedes ser ..." murmuró Edward rápidamente antes de leer de nuevo.
—Te odio, Jacob Black.
—Eso es bueno. El odio es un sentimiento ardiente.
—Yo te voy a dar ardor —repuse con un hilo de voz—. Asesinato, la última pasión del crimen.
Emmett se rió de nuevo en esto. “Realmente esta furiosa”.
—Venga, vamos —contestó, todo jubiloso y como si estuviera a punto de ponerse a silbar de nuevo—. Ha tenido que ser mejor que besar a una piedra.
"En tus sueños, chucho", dijo Edward con orgullo.
—Ni a eso se ha parecido —repuse con frialdad.
Frunció los labios.
—Eso dices tú.
—Lo que es.
Eso pareció molestarle durante unos instantes, pero enseguida se animó.
—Lo que pasa es que estás enfadada. No tengo ninguna experiencia en esta clase de cosas, pero a mí me ha parecido increíble.
—Puaj —me quejé.
—Esta noche te vas a acordar. Cuando él crea que duermes, tú vas a estar sopesando tus opciones.
—Si me acuerdo de ti esta noche, será sólo porque tenga una pesadilla.
Redujo la velocidad del coche a un paso de tortuga y se volvió a mirarme con ojos abiertos y ávidos.
—Piensa en cómo sería, Bella, sólo eso —me instó con voz dulce y entusiasta—. No tendrías que cambiar en nada por mi causa.
"Ella no tiene que cambiar nada por mí tampoco ... Ojala no lo hiciera" Edward susurró. Su buen humor parecía estar disminuyendo cuanto más tiempo el chucho seguía alrededor.
Sabes que a Charlie le haría feliz que me eligieras a mí y yo podría protegerte tan bien como tu vampiro, quizás incluso mejor... Además, yo te haría feliz, Bella. Hay muchas cosas que él no puede darte y yo sí. Apuesto a que él ni siquiera puede besar igual que yo por miedo a herirte, y yo nunca, nunca lo haría, Bella.
Edward miró hacia abajo cuando el chucho  mencionó el hecho de que él siempre tuvo que contenerse porque podría fácilmente hacerle daño y herirla.
"Sí, excepto si te enojas un día, entras en fase demasiado rápido" añadió Alice, sabiendo exactamente por donde iban los pensamientos de Edward, al ver como ligeramente iban cayendo sus hombros.
"Y Edward nunca podría lastimar a Bella tampoco," dijo Esme.
Alcé mi mano rota.
Él suspiró.
—Eso no es culpa mía. Deberías haberlo sabido mejor.
—No puedo ser feliz sin él, Jacob.
—Jamás lo has intentado —refutó él—. Cuando te dejó, te aferraste a su ausencia en cuerpo y alma. Podrías ser feliz si lo dejaras. Lo serías conmigo.
—No quiero ser feliz con nadie que no sea él —insistí.
—Nunca podrás estar tan segura de él como de mí. Te abandonó una vez y quizá lo haga de nuevo.
"Yo nunca la dejaría de nuevo" suspiró Edward.
"Sí, el hecho de que ni siquiera quieras convertir a Bella es prueba de ello," Emmett se rió disimuladamente.
Edward miró a su hermano con los ojos entrecerrados.
—No lo hará —repuse entre dientes. El dolor del recuerdo me mordió como un latigazo y me llevó a querer devolver el golpe—. Tú me dejaste una vez —le recordé con voz fría. Me refería a las semanas en que se ocultó de mí y en las palabras que me dijo en los bosques cercanos a su casa.
“No sé cómo Bella los aguanta a los dos, ambos la han dejado” dijo Emmett con voz de falso horror.
—No fue así —replicó con vehemencia—. Ellos me dijeron que no podía decírtelo, que no era seguro para ti que estuviéramos juntos, pero ¡jamás te dejé, jamás! Solía merodear por tu casa de noche, igual que ahora, para asegurarme de que estabas bien.
No estaba dispuesta a permitir que me hiciera sentir mal por eso en aquel momento.
—Llévame a casa. Me duele la mano.
Suspiró y volvió a conducir a velocidad normal, sin perder de vista la carretera.
—Tú sólo piensa en ello, Bella.
—No —repuse con obstinación.
—Lo harás esta noche, y yo estaré pensando en ti igual que tú en mí.
Edward gimió ante ese pensamiento, y lo que obviamente le trajo a la cabeza.
—Como te dije, sólo si sufro una pesadilla.
Me sonrió abiertamente.
—Me devolviste el beso.
"Ese estúpido perro callejero está demente" se mofó Rosalie.
Respiré de forma entrecortada, cerré los puños sin pensar y la mano herida me hizo reaccionar con un siseo de dolor.
—¿Te encuentras bien? —preguntó.
—No te devolví el beso.
—Creo que soy capaz de establecer la diferencia.
—Es obvio que no. No te devolví el beso, intenté que me soltaras de una maldita vez, idiota.
“Realmente es una conversación altamente incomoda” dijo Jasper enviándole miradas a Edward.
Soltó una risotada gutural.
—¡Qué susceptible! Yo diría que estás demasiado a la defensiva.
Respiré hondo. No tenía sentido discutir con él. Iba a deformar mis palabras. Me concentré en la mano e intenté estirar los dedos a fin de determinar dónde estaba la rotura. Sentí en los nudillos fuertes punzadas de dolor. Gemí.
—Lamento de verdad lo de tu mano —dijo Jacob; casi parecía sincero—. Usa un bate de béisbol o una palanca de hierro la próxima vez que quieras pegarme, ¿vale?
"O a tú muy enojado novio" Emmett se rió entre dientes "Él estaría dispuesto a eso."
“Más que dispuesto” aceptó Edward.
—No creas que se me va a olvidar —murmuré.
No comprendí adonde íbamos hasta que estuvimos en mi calle.
—¿Por qué me traes aquí?
Me miró sin comprender.
—Creí que me habías dicho que te trajera a casa.
—Puaj. Supongo que no puedes llevarme a casa de Edward, ¿verdad? —le reproché mientras rechinaba los dientes con frustración.
Todos, sin excepción alguna, sonrieron ante esto, el hecho de que Bella estaba pensando en su casa como su hogar.
“Nada como una Bella diciendo que considera nuestra casa como suya para que Edward se sienta feliz de nuevo” se río Emmett.
El dolor le crispó las facciones. Vi que le afectaba más que cualquier otra cosa que pudiera decir.
"Algo mejor que un puñetazo" murmuró Rosalie.
—Ésta es tu casa, Bella —repuso en voz baja.
—Ya, pero ¿vive aquí algún doctor? —pregunté mientras alzaba la mano otra vez.
—Ah —se quedó pensando casi un minuto antes de añadir—: Te llevaré al hospital, o lo puede hacer Charlie.
—No quiero ir al hospital. Es embarazoso e innecesario.
“¿Qué responderá cuando le pregunten cómo se rompió  la mano?” Emmett esbozo una sonrisa burlona imitando voz seria, y luego puso voz de mujer “Estaba caminando por ahí cuando un lobo me beso y quise golpearlo, pero el condenado parecía una pared de hormigón.”
Dejó que el vehículo avanzara al ralentí enfrente de la casa sin dejar de pensar, con gesto de indecisión. El coche patrulla de Charlie estaba aparcado en la entrada.
Suspiré.
—Vete a casa, Jacob.
Me bajé torpemente del Volkswagen para dirigirme a la casa. Detrás de mí, el motor se apagó y estaba menos sorprendida que enojada cuando descubrí a Jacob otra vez a mi lado.
— ¿Qué vas a hacer? —preguntó.
—Ponerme un poco en hielo en la mano, telefonear a Edward para pedirle que venga a recogerme y me lleve a casa de Carlisle para que me cure la mano. Luego, si sigues aquí, iré en busca de una palanca de hierro.
"Eso suena como un plan razonable para mí" dijo Carlisle. "Bueno, a excepción de la última parte."
"¿De qué estás hablando? ¡Esa es la mejor parte!" Emmett se rió.
No contestó. Abrió la puerta de la entrada y la mantuvo abierta para permitirme pasar.
Caminamos en silencio mientras pasábamos delante del cuarto de estar, donde Charlie estaba repantigado en el sofá.
—Hola, chicos —saludó, inclinándose hacia delante—. Cuánto me alegra verte por aquí, Jake.
“Como olvidar que Charlie es Team Jacob” rezongo Emmett.
—Hola, Charlie —le contestó Jacob con tranquilidad y desparpajo.
Caminé sin decir ni mu hacia la cocina.
— ¿Qué tripa se le ha roto? —quiso saber mi padre. Escuché cómo Jacob le contestaba:
—Cree que se ha roto la mano. — Me dirigí al congelador y saqué una cubitera.
— ¿Cómo se lo ha hecho? — Pensé que Charlie debería divertirse menos y preocuparse más como padre.
"Él realmente debería preocuparse más" dijo Esme.
"Supongo que él puede notar las diferencias en sus comportamiento," Jasper sonrió. "Podría ser interesante para ver."
Jacob se rió. —Me pegó.
Charlie también se carcajeó. Torcí el gesto mientras golpeaba la cubitera contra el borde del fregadero. Los cubitos de hielo se desparramaron dentro de la pila. Agarré un puñado con la mano sana, los puse sobre la encimera y los envolví con un paño de cocina.
—¿Por qué te pegó?
—Por besarla —admitió Jacob sin avergonzarse.
—Bien hecho, chaval —le felicitó Charlie.
"¡Idiota!" Rosalie siseó. "Eso no es algo que por lo que debes felicitarlo".
"Bueno, ya sabes que Charlie prefiere el chucho sobre Edward" dijo Alice con frialdad.
"Idiota" repitió nuevamente Rosalie.
Apreté los dientes, me dirigí al teléfono fijo y llamé al móvil de Edward.
— ¿Bella? —respondió a la primera llamada. Parecía más que aliviado, estaba encantado. Oí de fondo el motor del Volvo, lo cual significaba que ya estaba en el coche. Estupendo.
"¿Sabías que esto iba a pasar?" Preguntó Jasper, mirando a Edward de manera extraña.
"No…Yo no sabía que sería así" dijo Edward.
"Pero si sabías que el chucho iba a declarársele" dijo Rosalie.
"Sí...Creo que sí." Edward frunció el ceño.
"Entonces, ¿por qué la dejaste ir?" Jasper preguntó con incredulidad.
"No lo sé" suspiró Edward, una vez más confundido por las acciones del Edward del libro.
— Te dejaste aquí el móvil. Lo siento. ¿Te ha llevado Jacob a casa?
—Sí —refunfuñé—. ¿Puedes venir a buscarme, por favor?
—Voy de camino —respondió él de inmediato—. ¿Qué ocurre?
—Quiero que Carlisle me examine la mano. Creo que me la he roto.
Se hizo el silencio en la habitación contigua. Me pregunté cuánto tardaría Jacob en salir por pies. Sonreí torvamente al imaginar su inquietud.
"Realmente espero que él se quedé" dijeron Emmett y Rosalie por la misma razón, pero usando tonos completamente diferentes.
— ¿Qué ha ocurrido? —inquirió Edward con voz apagada.
—Aticé a Jacob —admití.
—Bien —dijo Edward con voz siniestra—, aunque lamento que te hayas hecho daño.
"Oh, vamos, Eddy... ¿dónde está tu risa para todo eso?" Emmett puso mala cara.
Solté una risotada. Él sonaba tan complacido como lo había estado Charlie hacía unos instantes.
—Desearía haberle causado algún daño —suspiré, frustrada—. No le hice ni pizca.
—Eso tiene arreglo —sugirió.
—Esperaba que contestaras eso.
“Bella tiene una vena vengativa” Alice lo aprobaba totalmente, igual que Rosalie.
Hubo una leve pausa y él, ahora con más precaución, continuó:
—No es propio de ti. ¿Qué te ha hecho?
"¿Y el que lo haya golpeado en el primer lugar suena propio de ella?" Cuestionó Alice.
"O... bueno, supongo que estaba simplemente contento de que ella lo hubiera golpeado" Edward se encogió de hombros.
—Me besó —gruñí.
Al otro lado de la línea sólo se oyó el sonido de un motor al acelerar.
"O tal vez era Edward gruñendo" Jasper se rió entre dientes.
Charlie volvió a hablar en la otra habitación.
—Quizá deberías irte, Jake —sugirió.
—Creo que voy a quedarme por aquí si no te importa.
—Allá tú —murmuró mi padre.
Finalmente, Edward habló de nuevo.
—¿Sigue ahí ese perro?
—Sí.
—Voy a doblar la esquina —anunció, amenazador, y colgó.
“Pelea, pelea, pelea, pelea” coreo Emmett. “Ya es hora de darle su merecido al chucho”.
“Aunque quiera, no creo que eso ocurra” dijo Edward, pero antes de que Emmett opinara mas siguió leyendo.
Escuché el sonido de su coche acelerando por la carretera mientras estaba colgando el teléfono, sonriente. Los frenos chirriaron con estrépito cuando apareció de sopetón delante de la casa. Fui hacia la puerta.
—¿Cómo está tu mano? —preguntó Charlie cuando pasé por delante. Parecía muy violento, pero Jacob, apoltronado a su lado en el sofá, se hallaba muy a gusto.
Alcé el paquete con hielo para mostrárselo.
—Se está hinchando.
—Quizá deberías elegir rivales de tu propio tamaño —sugirió mi padre.
—Quizá —admití.
Me acerqué para abrir la puerta. Edward me estaba esperando.
—Déjame ver —murmuró.
Examinó mi mano con tanta delicadeza y cuidado que no me causó daño alguno. Tenía las manos tan frías como el hielo, y mi piel agradecía ese tacto gélido.
“Por lo menos algo bueno” susurro Edward.
—Me parece que tienes razón en lo de la fractura —comentó—. Estoy orgulloso de ti. Debes de haberle pegado con mucha fuerza.
"Toda la que ella tenía" Emmett se rió entre dientes. "Realmente creo que yo voy a ganar la apuesta, si ella es capaz de golpear su mejor amigo así”
"Lo que sea", dijo Jasper, luciendo cauteloso por el momento, pero aún así con confianza de que iba a ganar.
—Con toda la que tengo, pero no parece haber bastado. — Suspiré.
"Pronto..." Emmett comenzó a hablar, pero Edward le dio un golpe antes de que pudiera decir nada más. La mirada gélida de sus ojos le dijo a Emmett que él no iba a tolerar una broma más acerca de la transformación de Bella en esos momentos.
Me besó la mano con suavidad.
—Yo me haré cargo —prometió.
—Jacob —llamó Edward con voz sosegada y tranquila.
—Vamos, vamos —avisó Charlie, a quien oí levantarse del sofá.
Jacob llegó antes al vestíbulo y mucho más silenciosamente, pero Charlie no le anduvo a la zaga. Y lo hizo con expresión atenta y ansiosa.
"Bueno, parece que alguien está buscando una pelea", se rió Emmett.
"Argh", se quejó Edward, "Una que yo no puedo darle."
"¿Por qué no?" Preguntó Rosalie.
"No, él está en lo cierto" Jasper suspiró. "Los lobos pueden tomar esto como el inicio de una guerra."
"No creo que eso suceda" Dijo Carlisle. "Sin embargo, todavía no creo que debas pelear con él Edward, aunque no creo que esto comience una guerra entre nosotros. Dudo Jacob querría eso y no creo que Sam se lo permita de todas formas"
—No quiero ninguna pelea, ¿entendido? —habló mirando sólo a Edward—. Puedo ponerme la placa si eso consigue hacer que mi petición sea más oficial.
“Team Jacob oficialmente” se quejo Emmett “tu suegro no es divertido”
—Eso no va a ser necesario —replicó Edward con tono contenido.
—¿Por qué no me arrestas, papá? —sugerí—. Soy yo la que anda dando puñetazos.
Charlie enarcó la ceja.
—¿Quieres presentar cargos, Jake?
—No —Jacob esbozó una ancha sonrisa. Era incorregible—. Ya me lo cobraré en otro momento.
Edward gruñó ante eso.
“Chucho estúpido” siseo Rosalie.
Edward hizo una mueca.
—¿En qué lugar de tu cuarto tienes el bate de béisbol, papá? Voy a tomarlo prestado un minuto.
Emmett se rió de eso, al igual que los demas.
Charlie me miró sin alterarse.  —Basta, Bella.  
—Vamos a ver a Carlisle para que le eche un vistazo a tu mano antes de que acabes en el calabozo —dijo Edward.
“Es lo mejor” se río Carlisle.
Me rodeó con el brazo y me condujo hacia la puerta.
—Vale —contesté.
Ahora que él me acompañaba ya no estaba enfadada. Me sentí confortada y la mano me molestaba menos.
Esme no pudo evitar sonreír.
Caminábamos por la acera cuando oí susurrar a Charlie detrás de mí.
—¿Qué haces? ¿Estás loco?
—Dame un minuto, Charlie —respondió Jacob—. No te preocupes, enseguida vuelvo.
Volví la vista atrás para descubrir que Jacob hacía ademán de seguirnos. Se detuvo lo justo para cerrar la puerta en las narices a mi padre, que estaba inquieto y sorprendido.
Al principio, Edward le ignoró mientras me llevaba hasta el coche. Me ayudó a entrar, cerró la puerta y después se encaró con Jacob en la acera.
"Vamos, Edward. Tienes que hacer algo bueno," murmuró Emmett con anticipación.
Me incliné para sacar el cuerpo por la ventanilla abierta. Podía ver a mi padre mirando a hurtadillas a través de las cortinas del salón.
La postura de Jacob era despreocupada, con los brazos cruzados sobre el pecho, pero apretaba la mandíbula con fuerza.
Edward habló con voz tan pacífica y amable que confería a sus palabras un tono extrañamente amenazador.
—No voy a matarte ahora. Eso disgustaría a Bella.
“Aburridoooo” canturreo Emmett decepcionado.
—Um —rezongué.
"Bueno, obviamente, en ese momento  no" Edward se rió entre dientes, "pero, por desgracia, eso no va a durar mucho tiempo."
Edward!" Esme lo reprendió.
Edward se giró con ligereza para dedicarme una fugaz sonrisa. Conservaba la calma.
—Mañana te preocuparía —dijo mientras me acariciaba la mejilla con los dedos; luego, se volvió hacia Jake—. Pero si alguna vez Bella vuelve con el menor daño, y no importa de quién sea la culpa, da lo mismo que ella se tropiece y caiga o que del cielo surja un meteorito y le acierte en la cabeza, vas a tener que correr el resto de tus días a tres patas. ¿Lo has entendido, chucho?.
"Así que, ¿significa que será un brazo o una pierna?" Preguntó Emmett, riéndose.
"Idiota," dijo Rosalie, sacudiendo la cabeza hacia él y mirando a Edward al mismo tiempo. "Y tú, deberías hacer más que una simple amenaza.”
Jacob puso los ojos en blanco.
—¿Quién va a regresar? —musité.
Edward continuó como si no me hubiera oído.
—Te romperé la mandíbula si vuelves a besarla —prometió con voz suave, aterciopelada y muy seria.
—¿Y qué pasa si es ella quien quiere besarme? —inquirió Jacob arrastrando las palabras con deje arrogante.
"Como si ella quisiera" se burló Alice.
—¡Ja! —bufé.
—En tal caso, si es eso lo que quiere, no objetaré nada —Edward se encogió de hombros, imperturbable—. Quizá convendría que esperaras a que ella lo dijera en vez de confiar en tu interpretación del lenguaje corporal, pero… tú mismo, es tu cara.
"Muy bien dicho, Eddy," Emmett se rió entre dientes.
Jacob esbozó una sonrisa burlona.
—Lo está deseando —refunfuñé.
—Sí, así es —murmuró Edward.
Emmett se rió de eso, a pesar de que lucía un poco molesto al mismo tiempo. Odiaba cuando Edward decía algo así después de leer la mente de alguien.
—Bueno, ¿y por qué no te encargas de su mano en vez de estar hurgando en mi cabeza? —espetó Jacob con irritación.
—Una cosa más —dijo Edward, hablando despacio—. Yo también voy a luchar por ella. Deberías saberlo. No doy nada por sentado y pelearé con doble intensidad que tú.
“¡Aleluya!” dijeron todos  a coro.
“No es mi culpa” Edward rodo los ojos.
“¿Entonces de quien?” pregunto Alice.
“Del Edward del libro” respondió satisfecho de si mimo.
—Bien —gruñó—, no es bueno luchar con alguien que perderá
"Eddy no conoce el significado de la palabra perder" Se rió Emmett. "Quiero decir, una vez tuve su cabeza atrapada con una de mis súper llaves durante cuatro horas y no renunció..."
—Ella es mía —afirmó Edward en voz baja, repentinamente sombría, no tan contenida como antes—, y no dije que fuera a jugar limpio.
"Ella ya es tuya, así que tú no tienes por que luchar en absoluto” Esme frunció el ceño. Estaba claro que pensaba que Bella debería haber sido la primera en decir eso.
—Yo tampoco.
—Mucha suerte.
Jacob asintió.
—Sí, tal vez gane el mejor hombre.
—Eso suena bien, cachorrito.
"Buen trabajo, Eddy," Emmett se rió entre dientes. “Te he enseñado bien”
Jacob hizo una mueca durante unos instantes, pero enseguida recompuso el gesto y se inclinó esquivando a Edward para sonreírme. Yo le devolví una mirada llena de ira.
—Espero que te mejores pronto de la mano. Lamento de veras que estés herida.
De manera pueril, aparté el rostro.
No volví a alzar la mirada mientras Edward daba la vuelta al coche y se subía por el lado del conductor, por lo que no supe si Jacob volvía a la casa o continuaba allí plantado, mirándome.
—¿Cómo estás? —preguntó mi novio mientras nos alejábamos.
—Irritada.
Rió entre dientes.
—Me refería a la mano.
Me encogí de hombros.
—La he tenido peor.
"Sí, Eddy, esto no es nada," Emmett sonrió.
—Cierto —admitió, y frunció el ceño.
Edward rodeó la casa para entrar en el garaje, donde estaban Emmett y Rosalie, cuyas piernas perfectas, inconfundibles a pesar de estar ocultas por unos vaqueros, sobresalían de debajo del enorme Jeep de Emmett. Él se sentaba a su lado con un brazo extendido bajo el coche para orientarlo hacia ella. Necesité un momento para comprender que él desempeñaba las funciones de un gato hidráulico.
“Puff” Emmett estaba satisfecho.
Emmett nos observó con curiosidad cuando Edward me ayudo a salir del coche con mucho cuidado y concentró la mirada en la mano que yo acunaba contra el pecho. Esbozó una gran sonrisa
"Obviamente," Emmett se rió entre dientes. "Cualquier nueva lesión en Bella suele ser buena para una risa."
"Y ésta, más aún," Jasper añadió, riendo también.
—¿Te has vuelto a caer, Bella?
Le fulminé con la mirada.
—No, Emmett, le aticé un puñetazo en la cara a un hombre lobo.
El interpelado parpadeó y luego estalló en una sonora carcajada Edward me guió,
"Ven... no me decepciono de eso" sonrió Emmett.
"Nadie pensaba que lo hicieras” Dijo Edward.
pero cuando pasamos al lado de ambos, Rosalie habló desde debajo del vehículo.
—Jasper va a ganar la apuesta —anunció con petulancia.
"¿Qué apuesta?" Emmett miró a la espera, de una respuesta por parte de Jasper.
"¿Cómo voy a saberlo?" Jasper se encogió de hombros. "Pero estoy seguro de que Bella se va a enterar muy pronto."
La risa de Emmett cesó en el acto y me estudió con ojos calculadores.
—¿Qué apuesta? —quise saber mientras me detenía.
—Deja que te lleve junto a Carlisle —me urgió Edward mientras clavaba los ojos en Emmett y sacudía la cabeza de forma imperceptible.
"Tiene que ser bueno si Edward no quiere que ella sepa" Emmett sonrió.
"Tengo la sensación de que sé a dónde va esto" Dijo Edward, frunciendo el ceño.
"¿Dónde?" Preguntó Emmett, pero por supuesto Edward no le respondió.
—¿Qué apuesta? —me empeciné mientras me encaraba con Edward.
—Gracias, Rosalie —murmuró mientras me sujetaba con más fuerza alrededor de la cintura y me conducía hacia la casa.
Edward!" Rosalie gruñó. "Deja de leer tan lento.”
Edward estaba tratando de leer lo más despacio posible mientras ella sonreía a Emmett quien estaba haciendo todo lo posible por no mostrar su impaciencia, aunque en parte se molestaba por qué Edward podía leer su mente la cual era una incógnita para los demás. Edward se encogió de hombros y empezó a leer a su ritmo normal.
—Edward... —me quejé.
—Es infantil —se escabulló—. Emmett y Jasper siempre están apostando.
—Emmett me lo dirá. Intenté darme la vuelta, pero me sujetó con brazo de hierro.
Suspiré.
—Han apostado sobre el número de veces que la pifias a lo largo del primer año.
"Oh," Emmett se rió entre dientes. "Parece que pensamos de la misma manera a como lo hacemos ahora."
"¿De verdad crees que hubiéramos cambiado tanto en un año?" Preguntó Rosalie.
"No lo sé. Creo que podríamos haber cambiado un poco," Jasper sonrió.
"¿Qué quieres decir?" Preguntó Emmett.
"Bueno, llegamos a la misma apuesta, pero parece que lo hicimos de diferentes maneras" dijo Jasper.
"¿Quieres decir que estoy apostando el número pequeño y tú el grande?" Preguntó Emmett. "Sí, eso tendría sentido después de lo que mi Rose del libro dijo... Supongo que esto significa que de cualquier manera ella reaccionará, todavía sigo ganando"
"Lo siento, pero no del todo," Jasper sonrió. "En vista de que nunca va a suceder de la misma manera del libro, sólo los asuntos de apuesta."
"Lo que sea," Emmett se encogió de hombros, sonriendo también esta vez, todavía obviamente, pensando que iba a ganar.
—Vaya —hice un mohín que intentó ocultar mi repentino pánico al comprender el significado de la apuesta—. ¿Han apostado para ver a cuántas personas voy a matar?
—Sí —admitió él a regañadientes—. Rosalie cree que tu temperamento da más posibilidades a Jasper.
Me sentí un poco mejor.
—Jasper apuesta fuerte.
—Se sentirá mejor si te cuesta habituarte. Está harto de ser el eslabón débil de la cadena.
"Vaya, gracias Edward" Jasper se quejó.
"Lo siento" dijo Edward.
—Claro, por supuesto que sí. Supongo que podría cometer unos pocos homicidios adicionales para que Jasper se sintiera mejor. ¿Por qué no? —farfullé con voz inexpresiva y monótona. En mi mente ya podía ver los titulares de la prensa y las listas de nombres. Me dio un apretón.
"Y sigue haciendo eso... yo te ayudaré a detenerte” Jasper murmuro como si fuera su profesor.
—No tienes que preocuparte de eso ahora. De hecho, no tienes que preocuparte de eso jamás si así lo deseas.
Proferí un gemido y Edward, impelido por la creencia de que era el dolor de la mano lo que me molestaba, me llevó más deprisa hacia la casa.
"No, estoy seguro de que sabía lo que la estaba molestando. Sólo sé que la mano tenía que ser tratada de inmediato" Dijo Edward.
Tenía la mano rota, pero la fractura no era seria, sino una diminuta fisura en un nudillo. No quería que me enyesaran la mano y Carlisle dijo que bastaría un cabestrillo si prometía no quitármelo. Y así lo hice.
“Dudo que lo cumpla” se mofo Emmett.
Edward llegó a creer que estaba inconsciente mientras Carlisle me ajustaba el cabestrillo a la mano con todo cuidado y expresó su preocupación en voz alta las pocas veces que sentí dolor, pero yo le aseguré que no se trataba de eso.
Como si no tuviera que preocuparme por una cosa más después de todo lo que llevaba encima.
Las historias acerca de vampiros recién convertidos que Jasper nos había contado al narrarnos su pasado habían calado en mi mente y ahora arrojaban nueva luz con las noticias de la apuesta de Emmett. Por curiosidad, me detuve a preguntarme qué se habrían apostado. ¿Qué premio puede interesar a quien ya lo tiene todo?
"Bueno..." Emmett comenzó, pero Edward lo interrumpió.
"¿No ven lo que sus apuestas ridículas le han hecho?" Edward espetó a sus dos hermanos. Estaba claro que iba a romper este tema, tarde o temprano, pero antes no tenía una razón, hasta ahora. "Están haciendo que este más nerviosa de lo que ya esta"
"Lo siento," Jasper suspiró. "Estoy seguro de que no era mi intención de que ella se enterara de esto"
"Jazz, ustedes ni siquiera han apostado sobre lo que va a suceder en la vida real" Alice puso los ojos. Ellos simplemente están apostando sobre lo que sucederá en los libros, Edward!"
"Sí, Eddy, tienes que gritar al los otros Emmett y Jasper... ellos son los con los que deberías estar enojado" Emmett se rió entre dientes.
Edward lo miró por un segundo y luego se puso a leer de nuevo.
Siempre supe que iba a ser diferente. Albergaba la esperanza de convertirme en alguien fuerte, tal y como me decía Edward. Fuerte, rápida y, por encima de todo, guapa. Alguien capaz de estar junto a él sin desentonar.
“Otra vez con lo mismo” se quejo Edward. “Realmente voy a tener tomar medidas con su autoestima”.
Había procurado no pensar demasiado en las restantes características que iba a tener. Salvaje. Sedienta de sangre. Quizá no sería capaz de contenerme a la hora de no matar gente, desconocidos que jamás me habían hecho daño alguno, como el creciente número de víctimas de Seattle, personas con familia, amigos y un futuro, personas con vidas. Y quizá yo fuera el monstruo que iba a arrebatárselas.
"Hmm ...", dijo Carlisle.
"¿Qué sucede?" Preguntó Edward. Él estaba mirando todo lo que había leído y se sorprendió al escuchar el tono casi esperanzado en la voz de Carlisle.
"Estaba pensando en que es interesante la forma en que ella es consciente de este hecho, incluso antes de que ella sea transformada" Carlisle pensó. "Esto sin duda será interesante, ver cómo maneja la transformación cuando ella sea uno de nosotros."
Pero podía arreglármelas con esa parte, la verdad, pues confiaba en Edward, confiaba en él ciegamente, estaba segura de que no me dejaría hacer nada de lo que tuviera que arrepentirme.
“Por supuesto” Edward sonrió por su confianza.
Sabía que él me llevaría a cazar pingüinos a la Antártida si yo se lo pedía y que yo haría cualquier cosa para seguir siendo una buena persona, una «vampira buena». Me hubiera echado a reír como una tonta de no ser por aquella nueva preocupación.
¿Podía convertirme yo en algo parecido a los neófitos, a aquellas imágenes de pesadilla que Jasper había dibujado en mi mente? ¿Y qué sería de todos a cuantos amaba si lo único que quería era matar gente?
"¿Y te has preguntado por qué no le dije sobre el pasado de Jasper?" Edward suspiró.
"Sí" dijo Rosalie. "¿No te parece como un buen elemento disuasorio?"
"Es poner visiones horribles en su cabeza" Edward frunció el ceño.
Edward estaba demasiado obsesionado con que no me perdiera nada mientras era humana. Aquello solía resultarme bastante estúpido. No me preocupaba desaprovechar experiencias propias de los hombres. Mientras estuviera con él, ¿qué más podía pedir? Contemplé fijamente su rostro mientras él vigilaba cómo Carlisie me sujetaba el cabestrillo. No había en este mundo nada a quien yo amara más que a él. ¿Podía eso cambiar?
 "Sí, podría cambiar...hasta cierto punto" Edward frunció el ceño.
"Pero sólo por poco tiempo en el gran esquema de las cosas," dijo Alice. "La sed de sangre sólo dura un año o algo más, y después de eso, lo único que querrá es a ti."
¿Había alguna experiencia humana a la que no estuviera dispuesta a renunciar?
"Me pregunto sobre a cual experiencia humana se refiere.” Dijo Emmett,  meneando las cejas sugestivamente.
Edward trató de parecer que esto no le afectaba, pero él estaba luciendo  preocupado mientras le entregaba el libro a Emmett, diciendo que el capítulo había terminado.




Hola *.*/
Un nuevo capitulo que ya había subido pero que mi internet y blogguer hicieron lo que quisieron, jajajajjaj en fin...
Gracias a R.R Grant por traducir este capitulo, gracias por los comentarios y por la espera.
No puedo dejar de decir algo: Si a tu hija la besa alguien que no es su novio, y ella lo golpea, como padre no deberías enojarte un poco carajo!!!!! Mal charlie, muy mal!
Entiendo que el no quiera a Edward y bla bla bla, pero no me gusto que no se preocupara.
Hace millones de siglos lei un one-shoot de COMO DEBERÍA HABER SIDO esta escena, da risa, y te deja un buen sabor de boca, espero les guste.

Es un fic de The Brown Eyed Writer traducido por A Smile Can Change The World.



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7 comentarios:

Anónimo dijo...

hola oye que paso con el capitulo??? me gustaría leerlo

fuera de eso me encanta tu blog

Anónimo dijo...

Cary troll ;_;

Vengo ilusionada a leer el segundo cap del día y está en blanco T__T

Aún así, muchas gracias linda! ^^

Anónimo dijo...

cary algo raro sucede pero no aparece el capitulo, espero lo soluciones pronto!!! un abrazo

Lorria dijo...

caryyyyyyyyyy no esta el capitulo!!!!!!!!!!!!!
no sera que tu internet anda loco??? que no es algo muy raro.,...
buenoooo seguire esperando por una actulaizacion :D

Paulina dijo...

Porfin aparecio el capitulo, gracias

roCiio dijo...

Estoy de acuerdo contigo!!Si a tu hija la besa alguien sin que ella este de acuerdo deberías actuar al menos enfadándote! AMEEEE las reacciones,me encanta el cabreo de todos jaja

Anónimo dijo...

Sí las apuestas están a la orden del día y pueda ser que hasta los Emmett y Jasper que están leyendo quieran apostar por cuantas cosas del libro ocurrirán en la vida real jejeje!!!.

Lo que sí a todos emocionó desde el fondo de sus corazoncitos congelados fue el derechaso que Bella le plantó en la cara a Jake y el que ella considerara como su casa la casa de los Cullen's, bueno además de lo obvio que mencionó Bella y es que allá sí hay un doctor que la atienda sin la vergüenza de pasar por el hospital y que todo el pueblo se entere de que otra vez se accidentó jejeje!!!

Y a pesar de que Charlie en los libros le tiene cariño a Alice y viceversa, pues en la realidad de ellos pues en estos momentos Alice no lo tiene entre sus seres favoritos, creo que la enana se va a plantear el como hacer para que el suegrito de su hermano le tome un poco más de cariño, aunque no es del todo su culpa ya que al inicio a ningún papá le gusta para nada cualquier muchacho que su adorable hija les presente jejeje!!!!

SALESIA