viernes, 29 de agosto de 2014

Declaración

 Aviso: Los libros aquí transcriptos y los personajes pertenecen a Stephenie Meyer y la historia original “Reading Eclipse” a Choices HP, yo solo la traduzco, todo esto es sin ánimos de lucro, solo por mero entretenimiento.


Traducido por: Esme

Corregido por: Cary0605

"Declaración" Leyó Alice.


—No puedes hablar en serio —dije el miércoles por la tarde—.  ¡Te has vuelto loca!
—Di lo que quieras de mí —replicó Alice—, pero no se suspende la fiesta.
"¿Realmente pensó que algo como esto podría pararme?" Alice sonrió.
"Es un..." Edward comenzó a decir, pero Alice le miró.           
“Parece que no tienes algo que decir en este asunto", Emmett se rió entre dientes.
La miré fijamente, con ojos tan desorbitados por la incredulidad que pensé que se me salían de las cuencas y caían sobre la bandeja de la comida.

—¡Venga, Bella, tranquila! No hay razón para no celebrarla. Además, ya están enviadas las invitaciones.

—Tú... estás... tocada... del... ala... como... una cabra —farfullé.
"Sí... eso lo resume todo," Emmett se carcajeo recibiendo miradas molestas.
—Encima, ya te he comprado mi regalo —me recordó—. Basta con abrirlo.
"Tienes que decirle de todas las personas que invitaste” Emmett estaba mas que encantado con esto de la fiesta "No olvides mencionarlo."
"Quiero que venga, Em," Alice rodó los ojos, "No la asustaré."

Hice un esfuerzo para conservar la calma.

—Una fiesta es lo menos apropiado del mundo con la que se nos viene encima.

—Lo más inmediato es la graduación, y dar una fiesta es tan apropiado que casi parece pasado de moda.

"Entonces ¿por qué quieres hacerlo? Nunca haces algo que este pasado de moda", preguntó Edward.

"Porque es una fiesta," dijo Alice, mirándolo con incredulidad.

"Cierto," Edward se rió entre dientes. "Por un segundo olvidé con quién  estaba hablando".

—¡Alice!

Ella suspiró e intentó ponerse seria.
—Nos va a llevar un poco de tiempo poner en orden las cosas pendientes. Podemos aprovechar el compás de espera para celebrarlo. Vas a graduarte en el instituto por primera y única vez en la vida. No volverás a ser humana, Bella. Esta oportunidad es irrepetible.

"Y eso también", sonrió Alice.

"Eso podría ser así, pero ¿tienes que hablar de ello en la cafetería? No es apropiado." Edward gruñó.

"Honestamente Edward, ¿crees que alguno de ellos incluso me escucha?" Alice rodo los ojos.

Edward, que había permanecido en silencio durante nuestra pequeña discusión, le lanzó a su hermana una mirada de advertencia y ella le sacó la lengua. Su tenue voz jamás se había dejado oír por encima del murmullo de voces de la cafetería y en cualquier caso, nadie comprendería el significado oculto detrás de sus palabras.

—¿Qué es lo que hemos de poner en orden? —pregunté, negándome a cambiar de tema.
"No es una sorpresa", se rió Emmett y Edward sonrió.
—Jasper cree que un poco de ayuda nos vendría bien —respondió Edward en voz baja—. La familia de Tanya no es nuestra única alternativa. Carlisle está intentando averiguar el paradero de algunos viejos amigos y Jasper ha ido a visitar a Peter y Charlotte. Ha sopesado incluso la posibilidad de hablar con María…
"NO!" Alice gritó, mirándolo con las cejas fruncidas. 
"Eh... esta bien," Jasper tartamudeó incómodamente.

Pero a nadie le apetece involucrar a los sureños— Alice se estremeció levemente.

"¿Cómo uno puede estremecerse levemente?" Emmett se mofó.

"No sé", Alice se encogió de hombros.

No iba a sernos difícil convencerlos de que echaran una mano —prosiguió—, pero ninguno queremos recibir visitas desde Italia.

—Pero esos amigos... Esos amigos no son «vegetarianos», ¿verdad? —protesté, utilizando en tono de burla el apodo con el que los Cullen se designaban a sí mismos.

—No —contestó Edward, súbitamente inexpresivo.

"¿Por qué?" Dijo Emmett.
"No quiero que vengan aquí", dijo Edward.
"Pero si nos ayudan..." Jasper respondió, confundido.
"Sería bueno, pero aun así no me gusta la idea de ellos en cualquier lugar cerca de Bella," explicó Edward.
—¿Los vas a traer a Forks?
—Son amigos —me aseguró Alice—. Todo va a salir bien, no te preocupes. Luego, Jasper debe enseñarnos unas cuantas formas de eliminar neófitos...
"Será divertido," Jasper asintio cuando Emmett aplaudió.
 Al oír eso, una sonrisilla iluminó el rostro de Edward y los ojos le centellearon.
"Parece que Eddy está a la espera de las lecciones también," Emmett se rió entre dientes.
"O la idea de poner fin a lo que está amenazando a Bella", agregó Edward.
 Sentí una punzada en el estómago, que parecía repleto de esquirlas de hielo.

—¿Cuándo os marcháis? —pregunté con voz apagada.
La idea de que alguno no regresara me resultaba insoportable.
Esme, Alice y Rosalie se estremecieron.
"Bien, nos estamos…” dijo Emmett y obtuvo un golpe de su esposa y su hermana.
¿Qué pasaba si era Emmett, tan valeroso e inconsciente que jamás tomaba la menor precaución?
"No te preocupes, yo también soy fuerte e imposible de atrapar," Emmett se rió, pero Rosalie estaba mirando a su marido con una expresión de preocupación; como si ella estaba de acuerdo con lo que Bella acababa de decir.
¿Y si era Esme, tan dulce y maternal que ni siquiera la imaginaba luchando?
Todo el mundo se estremeció ante esa idea. Esme realmente no era una para la lucha, y nadie le gusta la idea de su estar ahí.
 ¿Y si caía Alice, tan minúscula y de apariencia tan frágil?
"La minúscula y frágil Alice," Emmett se rió entre dientes y fue golpeado duramente por la 'frágil' Alice. "¡Ay!"
"Sabes que no soy débil", resopló Alice.
¿Y si...? No podía pensar su nombre ni sopesar la posibilidad.
—Dentro de una semana —replicó Edward con indiferencia.
Los fragmentos de hielo se agitaron de forma muy molesta en mi estómago y de repente sentí náuseas.
—Te has puesto verde, Bella —comentó Alice.
"Sí, de preocuparse por nosotros otra vez," Emmett rodó los ojos.
"Es lo normal," Esme se inquietó.
Edward me rodeó con el brazo y me estrechó con fuerza contra su costado.
—Va a ir bien, Bella. Confía en mí, tranquila.
 ¡Y un cuerno!, pensé en mi fuero interno. Confiaba en él, pero era yo quien se iba a quedar sentada en la retaguardia, preguntándome si la razón de mi existencia iba o no a regresar.
"Hmm... supongo que tiene razón en eso," dijo Alice, mirando a Edward. No hay manera de que tu podrías tolerar eso si los papeles se invirtieran.

Edward no respondió. La mirada en sus ojos parecía transmitir tanto que sabía que era cierto y que él sabía que nunca dejaría que Bella lo hiciera.

Fue entonces cuando se me ocurrió que quizá no fuera necesario que me sentara a esperar. Una semana era más que de sobra.

—Estáis buscando ayuda —anuncié despacio.

—Sí. —Alicia ladeó la cabeza al percibir un cambio de tono en mi voz. La miré sólo a ella cuando hice mi sugerencia con un hilo de voz poco más audible que un susurro.

—Yo puedo ayudar.

De repente, Edward se envaró y me sujetó con más fuerza. Espiró con un siseo.
"Argh", se quejó Edward. "¿Ella siempre tiene que pensar en eso?"

"No te preocupes, Edward, no lo dejaré pasar esta vez," Alice negó con la cabeza.

—En realidad, eso sería de poca utilidad. —Fue Alice quien respondió sin perder la calma.
—¿Por qué? —repliqué. Detecté una nota de desesperación en mi voz—. Ocho es mejor que siete y da tiempo de sobra.
—No hay suficientes días para que puedas ayudarnos —repuso ella con aplomo. ¿Recuerdas la descripción de los jóvenes que hizo Jasper? No serías buena en una pelea. No podrías controlar tus instintos y eso te convertiría en un blanco fácil, y Edward resultaría herido al intentar protegerte.

Alice se cruzó de brazos, satisfecha de su irrefutable lógica. Estaba en lo cierto.
Emmett se rió entre dientes. "Puedo imaginarlo revoloteando alrededor de ella, tratando de protegerla de todo..."
Edward rodó sus ojos a la imagen en la mente de Emmett.
Siempre se ponía así cuando tenía razón. Me hundí en el asiento cuando se vino abajo mi fugaz ilusión. Edward, que estaba a mi lado, se relajó y me habló al oído.

—No mientras tengas miedo —me recordó.
"Eso no era miedo... ella estaba tratando de proteger a su familia", dijo Emmett.

"Sigue siendo miedo," Edward respondió con su voz molestamente engreída que no había utilizado mucho en estos últimos días. "Además ella nunca tiene miedo de si misma."

"Lo que sea," Emmett gruñó, odiando el tono casi tanto como el hecho de que Edward siempre tenía razón.

—Ah —comentó Alice con rostro carente de expresión, pero luego se volvió hosca—: Odio las cancelaciones en el último minuto, y ésta rebaja la lista de asistentes a la fiesta a sesenta y cinco.

"Por lo tanto, puedo ver que sólo va a ser una pequeña reunión", Alice frunció el ceño.

"No creo que eso sea lo que Bella piense," Emmett y Edward comenzaron a reír.

—¡Sesenta y cinco! —los ojos se me salieron de las órbitas otra vez. Yo no tenía tantos amigos, es más, ¿conocía a tanta gente?

—¿Quién ha cancelado su asistencia? —preguntó Edward, ignorándome.

—Renée.

"Oh, eso es muy malo," Esme suspiró, "Seguro que ella quería estar allí para la graduación de Bella."

—¿Qué? —exclamé con voz entrecortada.

—Iba a acudir a tu fiesta de graduación para darte una sorpresa, pero algo ha salido mal. Encontrarás un mensaje suyo en el contestador cuando llegues a casa.

Me limité a disfrutar de la sensación de alivio durante unos instantes. Ignoraba qué le había salido mal a mi madre, pero fuera lo que fuera, le guardaba gratitud eterna. Si ella hubiera venido a Forks ahora..., no quería ni imaginarlo, me hubiera estallado la cabeza.

"Supongo que tiene razón en eso," dijo Esme, sin dejar de mirar un poco triste por
la noticia.

La luz del contestador parpadeaba cuando regresé a casa. Mi sensación de alivio volvió a aumentar cuando oí describir a mi madre el accidente de Phil en el campo de béisbol. Se enredó con el receptor mientras hacía una demostración de deslizamiento y se rompió el fémur, por lo que dependía de ella por completo y no le podía dejar solo. Mi madre seguía disculpándose cuando se acabó el tiempo del mensaje.

"Me sorprende que no llamó de nuevo para continuar pidiendo disculpas," Emmett se rió entre dientes.

—Bueno, ahí va una —suspiré.

—¿Una? ¿Una qué? —inquirió Edward.

—Una persona menos por la que preocuparse de que la maten la semana próxima

—puso los ojos en blanco—. ¿Por qué Alice y tú no os tomáis en serio este asunto? —Exigí saber—. Es grave. Él sonrió.

—Confianza.

—Genial —refunfuñé.

Descolgué el auricular y marqué el número de Renée a sabiendas de que me aguardaba una larga conversación, pero también preveía que no iba a tener que participar mucho.

Me limité a escuchar y asegurarle cada vez que me dejaba meter baza que no estaba decepcionada ni enfadada ni dolida. Ella debía centrarse en ayudar a la recuperación de Phil,
"En otras palabras,  eres como siempre eres", se rió Emmett.
Con quien me puso para que le dijera «que te mejores», y prometí llamarla para cualquier nuevo detalle de la graduación del instituto. Al final, para lograr que colgara, me vi obligada a apelar a mi necesidad de estudiar para los exámenes finales.

El temple de Edward era infinito. Esperó con paciencia durante toda la conversación, jugueteando con mi pelo y sonriendo cada vez que yo alzaba los ojos. Probablemente, era superficial fijarse en ese tipo de cosas mientras tenía tantos asuntos importantes en los que pensar, pero su sonrisa aún me dejaba sin aliento.

"No, eso no es superficial," Edward sonrió. Él parecía realmente disfrutar de escuchar eso.
Esme parecía estar pensando lo mismo.

Era tan guapo que en ocasiones me resultaba extremadamente difícil pensar en otra cosa, como las tribulaciones de Phil, las disculpas de Renée o la tropa enemiga de vampiros. La carne es débil.

"Entonces tal vez debería sonreír más a menudo," murmuró Edward, y sonrió, aunque sus ojos parpadearon por la preocupación ante la mención de los ejércitos de vampiros.

Me puse de puntillas para besarle en cuanto colgué. Me rodeó la cintura con los brazos y me llevó en volandas hasta la encimera de la cocina, ya que yo no hubiera podido llegar tan lejos. Eso jugó a mi favor, ya que enlacé mis brazos alrededor de su cuello y me fundí con su frío pecho.

El me apartó demasiado pronto, como de costumbre.

Hice un mohín de contrariedad. Edward se rió de mi expresión una vez que se hubo zafado de mis brazos y mis piernas. Se inclinó sobre la encimera a mi lado y me rozó los hombros con el brazo.

—Sé que me consideras capaz de un autocontrol perfecto y persistente, pero lo cierto es que no es así.

"Sí, claro," Emmett puso los ojos en blanco.

—Qué más quisiera yo. Suspiré.

"Ella no te cree tampoco, Eddy," Emmett se rió de verdad esta vez haciendo que Edward rodará los ojos. “Oh por favor, si no tuvieras control, este libro sería para mayores de dieciocho años hace mucho”
“Entonces agradezco mi control” dijo Edward haciendo comillas en el aire con la palabra control. “Nada sería más humillante que un libro erótico en tus manos”.
“Con mi Rose podríamos ser la banda sonora de algún libro erótico” Emmett estaba encantando con la idea. “Pondríamos de moda los audiolibros”
Rosalie no pudo evitar sonreírle a su marido, solo a él se le ocurría grabar sus gemidos para un audiolibro erótico.

Él hizo lo mismo y luego cambió de tema.

—Mañana después del instituto voy a ir de caza con Carlisle, Esme y Rosalie — anunció—. Serán sólo unas horas y vamos a estar cerca. Alice, Jasper y Emmett se las arreglarían para mantenerte a salvo si fuera necesario.

—¡Puaj! —refunfuñé. Mañana era el primer día de los exámenes finales y el instituto cerraba por la tarde. Tenía exámenes de Cálculo e Historia, los dos puntos débiles a la hora de conseguir la graduación, por lo que iba a estar casi todo el día sin él ni otra cosa que hacer que preocuparme—. Me repatea que me cuiden.
"Si lo dijeras de otra manera, ella podría ser feliz de quedarse conmigo", Alice miró a Edward.
"Lo siento," Edward se encogió de hombros.
—Es provisional —me prometió.

—Jasper va a aburrirse y Emmett se burlará de mí.

"¡No hay duda de eso!" Emmett se rió. “Mi cuñada me conoce bien”

—Van a portarse mejor que nunca.

—Vale —rezongué.

Entonces se me ocurrió que tenía otra alternativa distinta a los canguros—. Sabes..., no he estado en La Push desde el día de las hogueras.

Edward entrecerró los ojos ante eso.

Observé con cuidado su rostro en busca del menor gesto, pero sólo los ojos se tensaron levemente.
“Bueno, sus ojos tensaron mucho aquí", sonrió Emmett.
—. Allí estaría a salvo —le recordé.

Lo consideró durante unos instantes. —Es probable que tengas razón.

Mantuvo el rostro en calma, quizá estuviera demasiado impermeable para ser sincero. Estuve a punto de preguntarle si prefería que me quedara en casa, pero luego imaginé a Emmett tomándome el pelo a diestro y siniestro, razón por la que cambié de tema.
"Gracias," Edward miró a su hermano, quien se encogió de hombros.
—¿Ya tienes sed? —pregunté mientras estiraba la mano para acariciar la leve sombra de debajo de sus ojos.

Su mirada seguía siendo de un dorado intenso.

—En realidad, no. Parecía reacio a responder, y eso me sorprendió. Aguardé una explicación que me dio a regañadientes.

“Oh... por supuesto que no quieres que sepa esto", dijo Carlisle.

—Queremos estar lo más fuertes posible. Quizá volvamos a cazar durante el camino de cara al gran juego.

—¿Eso os dará más fuerza?

Estudió mi rostro, pero sólo halló curiosidad.
"¿Te preocupaba que le asustarla o algo así?" Emmett se rió.
"Supongo que sí", suspiró Edward.
"Pensé que ya lo había superad como hace dos libros," Alice su burlo. "No va a salir corriendo, no le importa lo que haces."

"Lo sé” Edward sonrió. “Deberías decirle eso al Edward de Eclipse”

—Sí —contestó finalmente—. La sangre humana es la que más vitalidad nos proporciona, aunque sea levemente. Jasper ha estado dándole vueltas a la idea de hacer trampas.

Todos se volvieron a mirar a Jasper y él comenzó a sentirse muy incómodo. "Que lo piense… no significa que vaya a hacerlo”

Es un tipo realista aunque la idea no le agrade, pero no la va a proponer. Conoce cuál sería la respuesta de Carlisle.

—¿Eso os ayudaría? —pregunté en voz baja.

—Eso no importa. No vamos a cambiar nuestra forma de ser.

"No, no lo haremos" Carlisle le sonrió Edward.

Puse mala cara. Si había algo que aumentara las posibilidades... Estaba favorablemente predispuesta a aceptar la muerte de un desconocido para protegerle a él. Me aborrecí por ello, pero tampoco era capaz de rechazar la posibilidad.

"Er... No sé si debo tomar eso como algo bueno o si debería estar molesto de que ella piense de esa forma," Edward frunció el ceño.

"Es sólo una idea... “dijo Esme. “Ella quiere que estés lo más seguro posible".

Él volvió a cambiar de tema. —He ahí la razón por la que son tan fuertes. Los neófitos están llenos de sangre humana, su sangre, que reacciona a la transformación. Hace crecer los tejidos, los fortalece. Sus cuerpos consumen de forma lenta esa energía y, como dijo Jasper, la vitalidad comienza a disminuir pasado el primer año.

—¿Cuánta fuerza tendré? Sonrió.

—Más que yo.

"¿Wow, en realidad está sonriendo sobre algo que tiene que ver con que sea un vampiro?" Preguntó Emmett, conmocionado.
“Parece que sí” Edward también estaba conmocionado.

—¿Y más que Emmett?

La sonrisa se hizo aún mayor. —Sí.
"Pfft, por favor” Emmett se mofó.
"¿Apostamos?" Jasper sonrió.

"Claro," dijo Emmett con la misma confianza de siempre. "Lo de siempre."

"Claro", Jasper estuvo de acuerdo, ya está pensando en lo que iba a hacer con el dinero que iba a ganar.
Alice podía ver destellos de algunos de los regalos para que ella ganaría con esta apuesta, pero aún nada estaba decidido, por eso solo eran destellos.

—Hazme el favor de echarle un pulso. Le conviene una cura de humildad.

Me eché a reír. Sonaba tan ridículo.

"Porque lo es, Bella," Emmett dijo confianzudo

Luego, suspiré y me dejé caer de la encimera. No podía aplazarlo por más tiempo.
Debía estudiar, y estudiar de verdad. Por fortuna, contaba con la ayuda de Edward, que era un tutor excelente y lo sabía absolutamente todo.

"Me parece que es bastante molesto... no excelente," murmuró Rosalie.

Suponía que mi mayor problema iba a ser concentrarme durante los propios exámenes. Si no me controlaba, iba a ser capaz de terminar escribiendo un ensayo sobre la historia de las guerras de los vampiros en el sur.

"Eso sería divertido", se rió Emmett.

"Pero no sería bueno," Edward gruñó.

"Caray, relájate... no es como si ella fuera a hacerlo", exclamó Emmett, mirando a Edward como si se hubiera vuelto loco, aunque esta vez la mayoría de la habitación estaba mirando a él de esa manera.

"Es sólo que no creo que sea bueno que ella demuestre saber demasiado cuando los Vulturi lleguen", murmuró Edward, rodando los ojos.

Me tomé un respiro para telefonear a Jacob. Edward pareció tan cómodo como cuando llamé a Renée y volvió a juguetear con mi pelo.
"¿Qué pasa con eso, Eddy?" Preguntó Emmett.
"Estoy tratando de ser comprensivo," Edward se encogió de hombros. "Su felicidad es lo primero..."
Mi telefonazo despertó a Jacob a pesar de que era bien entrada la tarde. Acogió con júbilo la posibilidad de una visita al día siguiente. La escuela de los quileute ya había concedido las vacaciones de verano, por lo que podía recogerme tan pronto como me conviniera. Me complacía mucho tener una alternativa a la de los canguros. Pasar el día en compañía de un amigo era un poquito más decoroso...

"Ahora, ¿no te gustaría haberle dicho eso de otra manera?" Alice sonrió.

"Sí" fue Edward todo tenía que decir al respecto.

...pero una parte de esa dignidad se perdió cuando Edward insistió en dejarme en la misma divisoria, como un niño que se confía a la custodia de sus tutores.

“Te estás viendo como un padre de nuevo", dijo Rosalie, aunque esta vez su voz no era crítica hacia Edward, más bien divertida.

"Estoy intentándolo con todas mis fuerzas..." Edward se quejó, "No sé cuánto más de comprensión puedo darle al cachorro."

"Lo sé Edward," Rosalie suspiró.

—Bueno, ¿cómo te han ido los exámenes? —me preguntó Edward durante el camino para darme conversación.

"Bueno, eso no va a ayudarla a no pensar en ti como una figura paterna", se rió Emmett.
“Es una pregunta totalmente normal” se quejó Edward.

—El de Historia era fácil, pero el de Cálculo, no sé, no sé. Me parece que tenía sentido, lo cual quiere decir que lo más probable es que me haya equivocado. Él se carcajeó.

—Estoy convencido de que lo has hecho bien, pero puedo sobornar al señor Varner para que te ponga sobresaliente si estás tan preocupada.

"¡Edward!" Esme reprendió.

"Sé que lo hizo bien, mamá," Edward sonrió: "Yo sólo estaba bromeando."

—Gracias, gracias, pero no.

Se echó a reír de nuevo, pero las carcajadas se detuvieron en cuanto doblamos la última curva y vio estacionado el coche rojo. Suspiró pesadamente.

—¿Pasa algo? —inquirí, ya con la mano en la puerta. Sacudió la cabeza.

—Nada. Entornó los ojos y clavó la mirada en el otro coche a través del parabrisas. Ya conocía esa mirada.

—No leas la mente de Jacob, ¿vale? —le acusé.

"Bueno, por supuesto que lo haré, no es mi culpa ", dijo Edward.

"Me pregunto qué está pensando el chucho," dijo Rosalie.

"No sabía que él  te importaba", bromeó Emmett y recibió una mirada con cejas arqueadas por parte de Rosalie.

"Acabo de pensar que tiene que ser malo para Edward reaccionar de la manera que acaba de hacer," Rosalie explicó, "sobre todo desde que ha estado tratando de restar importancia a sus verdaderos sentimientos alrededor de Bella últimamente."

—Resulta difícil ignorar a alguien que va pegando voces.

—Ah —cavilé durante unos segundos—. ¿Y qué es lo que grita? —inquirí en un susurro.

—Estoy absolutamente seguro de que va a contártelo él mismo —repuso Edward con tono irónico.

Le habría presionado sobre el tema, pero Jacob se puso a tocar el claxon. Sonaron dos rápidos bocinazos de impaciencia.

—Es un comportamiento descortés —refunfuñó Edward.

—Es Jacob. Suspiré y me apresuré a salir del coche antes de que hiciera algo que sacara de sus casillas a Edward.

Me despedí de él con la mano antes de entrar en Volkswagen Golf y desde lejos me pareció que los bocinazos

"Yo no creo que haya sido necesario tocar la bocina," Edward murmuró. Estaba empezando a parecer muy nervioso por lo que iba a ocurrir a continuación.

… o los pensamientos de Jacob le habían alterado de verdad, pero tampoco es que yo tuviera una vista de lince y cometía errores todo el tiempo.

"En realidad no", dijo Jasper y miró con recelo a su hermano.

Deseé que Edward se acercara, que ambos salieran de los coches y se estrecharan las manos como amigos, que fueran Edward y Jacob en vez de vampiro y licántropo.
"Eh... no creo que Edward y Jacob fueran amigos aunque no sean vampiro y licántropo", dijo Emmett en serio, pero él se reía al mismo tiempo.
Tenía la sensación de tener en las manos dos imanes obstinados y estar intentando acercarlos para obligarlos a actuar contra los dictados de la naturaleza.

Suspiré y entré en el coche de Jacob.

—Hola, Bella. El tono de Jake era normal, pero hablaba arrastrando las sílabas. Estudié su rostro mientras comenzaba a descender por la carretera de regreso a La Push, conduciendo algo más deprisa que yo, pero bastante más lento que Edward.

Jacob parecía diferente, quizás incluso enfermo. Se le cerraban los párpados y tenía el rostro demacrado. Llevaba el pelo desgreñado, con los mechones disparados en todas direcciones, hasta casi el punto de llegarle a la barbilla en algunos sitios.

—¿Te encuentras bien, Jacob?

—Sólo un poco cansado —consiguió decir antes de verse desbordado por un descomunal bostezo. Cuando acabó, preguntó—: ¿Qué quieres hacer hoy?

Le contemplé durante un instante. —Por ahora —sugerí—, vamos a dejarnos caer por tu casa —no tenía aspecto de tener cuerpo para mucho más que eso—. Ya montaremos en moto más tarde.

—Vale, vale —dijo. Y bostezó de nuevo.

Me sentí extraña al no encontrar a nadie en la casa. Entonces comprendí que consideraba a Billy como parte del mobiliario, siempre presente.

Emmett se rió entre dientes de eso.

—¿Dónde está tu padre?

—Con los Clearwater. Suele pasar mucho rato allí desde la muerte de Harry. Sue se siente un poco sola.
"Um ... Me pregunto si algo está pasando ahí," Emmett se rió entre dientes otra vez, moviendo las cejas.
Jacob se sentó en el viejo sofá, no mucho más grande que un canapé, y se arrastró dando tumbos para hacerme sitio.

—Ah, bien hecho. Pobre Sue.

—Sí... Ella está teniendo... —vaciló—. Tiene problemas con los chicos.

"¿Por qué él estaría allí?" Jaspe murmuró, estrechando sus ojos.

—Normal. Debe de ser muy duro para Seth y Leah haber perdido a su padre.

—Ajajá —coincidió él con la mente sumida en sus pensamientos.

Echó mano al mando a distancia y empezó a hacer zapping sin prestar la menor atención. Bostezó de nuevo.

—¿Qué te ocurre? Pareces un zombi, Jake.

"Aunque dudo de que sea tan malo como cuando ella era un zombie," Emmett se rió y hombros de Edward parecía encorvarse ante la mención de ese momento. “Oh hombre, supéralo, eso quedo un libro atrás”
Edward tenso sus lab
ios en una línea.

—Esta noche no he dormido más de dos horas, y la anterior, sólo cuatro —me dijo. Estiró sus largos brazos lentamente y pude oír chasquear las articulaciones mientras se flexionaba. Dejó caer el brazo izquierdo sobre el respaldo del sofá, detrás de mí, y reclinó la cabeza contra la pared. —Estoy reventado.

—¿Por qué no duermes? —le pregunté. Hizo un mohín.

—Sam tiene problemas. No confía en tus chupasangres y en lo que yo hablé con
Edward. He hecho turnos dobles durante las dos últimas semanas sin que nadie me haya ayudado, aun así, él no lo tiene en cuenta. Así que de momento voy por libre.
"Realmente no debería excederse de trabajo a sí mismo de esa manera," Esme se inquietó.
"Pero por lo menos se ve como uno de los lobos en los que uno confiaría," Emmett se rió entre dientes.
"Sí, ese es un buen punto," Carlisle sonrió.    
—¿Turnos dobles? ¿Y lo haces para vigilar mi casa? Jake, eso es una equivocación. Necesitas dormir. Estaré bien.

—Sí, claro... —de pronto, abrió un poco los ojos, más alerta—. Eh, ¿habéis averiguado quién estuvo en tu habitación? ¿Hay alguna novedad?

Ignoré la segunda pregunta.
"¿Por qué ignoró la segunda pregunta? Preguntó Emmett.
"No lo sé," Edward se encogió de hombros.
—No, aún no sabemos nada de mi... visitante.

—Entonces, seguiré rondando por ahí —insistió mientras se le cerraban los párpados.

—Jake... —comencé a quejarme.

—Eh, es lo menos que puedo hacer... Te ofrecí servidumbre eterna, recuerda, ser tu esclavo de por vida.

—¡No quiero un esclavo! No abrió los ojos.

—Entonces, ¿qué quieres, Bella?

—Quiero a mi amigo Jacob..., y no me apetece verle medio muerto, haciéndose daño por culpa de alguna insensatez...

—Míralo de este modo —me atajó—. Estoy esperando la oportunidad de rastrear a un vampiro al que se me permite matar, ¿vale?
"Bueno, si lo pones de esa manera... ", se rió Emmett.
"No creo que eso vaya a alejar a Bella de la preocupación", suspiró Edward.
No le contesté. Entonces, me miró, estudiando mi reacción.
—Estoy de broma, Bella.

No aparté la vista del televisor.

—Bueno, ¿y tienes algún plan especial para la próxima semana? Vas a graduarte.
Guau, qué bien —hablaba con voz apagada y su rostro, ya demacrado, estaba ojeroso cuando cerró los ojos, aunque en esta ocasión no era a causa de la fatiga, sino del rechazo. Comprendí que esa graduación tenía un significado especial para él, aunque ahora mis intenciones se habían trastocado.

—No tengo ningún plan «especial» —respondí cuidadosamente con la esperanza de que mis palabras le tranquilizaran sin necesidad de ninguna explicación más detallada. No quería abordar eso en aquel momento. Por un lado, él no tenía aspecto de poder sobrellevar conversaciones difíciles; y por otra, iba a percatarse de mis muchos reparos—. Bueno, debo asistir a una fiesta de graduación. La mía —hice un sonido de disgusto—. A Alice le encantan las fiestas y esa noche ha invitado a todo el pueblo a su casa. Va a ser horrible.

"Sesenta y cinco no es toda la ciudad," Alice rodó los ojos.

Abrió los ojos mientras yo hablaba y una sonrisa de alivio atenuó su aspecto cansado. —No he recibido ninguna invitación. Me siento ofendido —bromeó.
"Como si lo quisiera ahí," Alice se mofó.
"Puede que no tengas tu deseo" se rió Emmett. "Apuesto que Bella va a invitarlo".
"No creo que venga, aunque ella lo invité," Alice se encogió de hombros.
"¿Quieres apostar?" Emmett pidió.
"No particularmente", dijo Alice. "Apostar no es realmente lo mío..."
"¿En serio?" Emmett levantó una ceja. "¿Y nuestra apuesta anterior?"
"Oh, eso, no estaba apostando," Alice movió la mano "Sé que tengo razón,  pero en esto... tal vez tengas razón... "
Emmett la miro fijamente extrañado durante un segundo.
"¿Qué?" preguntó Alice.
"Pero eso es lo divertido de apuestas... no saber el resultado" explicó Emmett.
"Y por eso no me gusta apostar," Alice sonrió.
"Eres muy rara, enana", dijo Emmett, sacudiendo la cabeza.
—Considérate invitado. Se supone que es mi fiesta, por lo que estoy en condiciones de invitar a quien quiera.

—Gracias —contestó con sarcasmo mientras cerraba los ojos una vez más.

—Me gustaría que vinieras —repuse sin ninguna esperanza—. Sería más divertido, para mí, quiero decir.

"Yo podría encontrarlo entretenido también", se rió Emmett.

"¿Tú o el Emmett del libro?" Preguntó Jasper.

"Bueno, definitivamente yo, pero tal vez el Emmett del libro también lo hará," Emmett se rió entre dientes. "Depende de lo que haga el cachorro".

—Vale, vale... —murmuró—. Sería de lo más... prudente. Se puso a roncar pocos segundos después.

Pobre Jacob. Estudié su rostro mientras dormía y me gustó lo que vi, pues no estaba a la defensiva y había desaparecido todo atisbo de amargura. De pronto, apareció el chico que había sido mi mejor amigo antes de que toda esa estupidez de la licantropía se hubiera interpuesto en el camino. Parecía mucho más joven. Parecía mi Jacob.
Edward frunció el ceño ante eso. No le gustaba para nada esa línea de pensamiento.
Me acomodé en el sofá para esperar a que se despertara, con la esperanza de que durmiera durante un buen rato y recuperase el sueño atrasado. Fui cambiando de canal, pero no echaban nada potable, así que lo dejé en un programa culinario, sabedora de que yo nunca sería capaz de emular semejante despliegue en la cocina de Charlie. Mi amigo siguió roncando cada vez más fuerte, por lo que subí un poco el volumen de la tele.

Estaba sorprendentemente relajada, incluso soñolienta también. Me sentía más segura en aquella casa que en la mía, puede que porque nadie había acudido a buscarme a ese lugar. Me aovillé en el sofá y pensé en echar un sueñecito yo también. Quizá lo habría logrado, pero era imposible conciliar el sueño con los ronquidos de Jake.

Por eso, dejé vagar mi mente en lugar de dormir.

Había terminado los exámenes finales. La mayoría estaban tirados con la excepción de Cálculo, en el que aprobar o suspender estaba ahí, ahí, por los pelos. Mi educación en el instituto había concluido y no sabía cómo sentirme en realidad. Era incapaz de contemplarlo con objetividad al estar ligada al fin de mi existencia como mortal.

Todo el mundo tenía el ceño fruncido en esto, sobre todo Edward.

Me pregunté cuánto tiempo pensaba Edward usar su pretexto «no mientras tengas miedo». Iba a tener que ponerme firme alguna vez.

"Siempre y cuando funcione," dijo Edward, casi sonriendo, pero no duró mucho.

Pensándolo desde un punto de vista práctico, sabía que tenía más sentido pedirle a Carlisle que me transformara en el momento de recibir la graduación.
"Voy a tener que esperar un poco más que eso", dijo Carlisle. También él estaba tratando de sonreír, pero esa línea de pensamiento estaba poniendo un freno a estado de ánimo de todos.
Forks estaba a punto de convertirse en un pueblo tan peligroso como si fuera zona de guerra. No. Forks era ya zona de guerra, sin mencionar que sería una excusa perfecta para perderme la fiesta de graduación.
Emmett resopló ante eso.
Sonreí para mis adentros cuando pensé en la más trivial de las razones para la conversión, estúpida, sí, pero aun así, convincente.

Esta vez, Edward sonrío abiertamente divertido.

Pero Edward tenía razón. Todavía no estaba preparada.

No deseaba ser práctica. Quería que fuera él quien me transformara. No era un deseo racional, de eso no tenía duda. Dos segundos después de que cualquiera me mordiera y la ponzoña corriera por mis venas dejaría de preocuparme quién lo hubiera hecho, por lo que no habría diferencia alguna.
"Pero es romántico que piense de esta forma," Esme suspiró, y Edward estuvo de acuerdo con ella.
Resultaba difícil explicar en palabras, incluso a mí misma, por qué tenía tanta importancia. Guardaba relación con el hecho de que él hiciera la elección. Si me quería lo bastante para conservarme como era, también debería impedir que me transformara otra persona.
Edward suspiró ante eso.
"¿Qué?" Preguntó Jasper.
"De alguna manera tiene sentido cuando lo pone de esa manera," dijo Edward. "Pero todavía no me gusta la idea de..." se detuvo con un estremecimiento.
Era una chiquillada, pero quería que sus labios fueran el último placer que sintiera; aún más -y más embarazoso, algo que no diría en voz alta-, deseaba que fuera su veneno el que emponzoñara mi cuerpo. Eso haría que le perteneciera de un modo tangible y cuantificable.

"Pero ya lo eres Edward sacudió la cabeza.

"Ella quiere que envenenes su sistema, Eddy," rió Emmett.

"¡Cállate!" Edward gruñó.

Pero sabía que se iba a aferrar al plan de la boda como una garrapata. Estaba segura de que buscaba forzar una demora y se afanaba en conseguirla. Intenté imaginarme anunciando a mis padres que me casaba ese verano, y también a Ángela, Ben, Mike. No podía. No se me ocurría qué decir. Resultaría más sencillo explicarles que iba a convertirme en vampiro.

"Bueno, ellos no pensarían que fuera verdad, así que por supuesto sería mas fácil," dijo Alice. "Pero ellos lo superarán cuando les digas que te vas a casar con Edward."

Y estaba segura de que al menos mi madre, sobre todo si era capaz de contarle todos los detalles de la historia, iba a oponerse con más denuedo a mi matrimonio que a mi vampirización. Hice una mueca en mi fuero interno al imaginar la expresión horrorizada de Renée.

Entonces, tuve por un segundo otra visión: Edward y yo, con ropas de otra época, en una hamaca de un porche. Un mundo donde a nadie le sorprendería que yo llevase un anillo en el dedo, un lugar más sencillo donde el amor se encauzaba de forma simple, donde uno más uno sumaban dos.
"Me gusta ese mundo," Edward sonrió.
"Parece que ya está volviendo en sí," Alice le sonrió a Esme.
"Eso solo significa que estas viejo Edward” murmuró Emmett.
Jacob roncó y rodó de costado. Su brazo cayó desde lo alto del respaldo del sofá y me fijó contra su cuerpo.

"Perro estúpido," Edward murmuró, él estaba satisfecho con los pensamientos de Bella hasta que el chucho se interpuso como siempre.

¡Toma ya, cuánto pesaba! Y calentaba. Resultó sofocante al cabo de unos momentos.

Intenté salir de debajo de su brazo sin despertarle, pero me vi en la necesidad de empujarle un poquito y abrió los ojos bruscamente. Se levantó de un salto y miró a su alrededor con ansiedad.

—¿Qué? ¿Qué? —preguntó, desorientado.

—Sólo soy yo, Jake. Lamento haberte despertado.

Se giró para mirarme, parpadeando confuso. —¿Bella?

—Hola, dormilón.

—¡Jo, tío! ¿Me he dormido? Lo siento. ¿Cuánto tiempo he estado grogui?

—Unas cuantas horas por lo menos. He perdido la cuenta. Se dejó caer en el sofá, a mi lado.

“Realmente debe estar cansado para perder su tiempo libre con Bella” Emmett murmuro seguro.

—¡Vaya! Cuánto lo siento, Bella.

Le atusé ligeramente la melena en un intento de alisar un poco aquel lío. —No lo lamentes. Estoy contenta de que hayas dormido algo.

Bostezó y se desperezó. —Últimamente, soy un negado. No me extraña que Billy se pase el día fuera.  Estoy hecho un muermo.

—Tienes buen aspecto —le aseguré.

—Puaj, vamos fuera. Necesito dar un paseo por ahí o voy a quedarme frito otra vez.
—Vuelve a dormir, Jacob. Estoy bien. Llamaré a Edward para que venga a recogerme

"Sí... Estoy seguro de que eso hará que te escuche," Emmett se rió entre dientes.

Palmeé mis bolsillos mientras hablaba y descubrí que los tenía vacíos—. ¡Mecachis! Voy a tener que pedirte prestado el teléfono. Creo que me he dejado el mío en el coche. Comencé a enderezarme.
"Genial", se quejó Edward.
"¿Por qué te preocupas tanto?" Preguntó Emmett.
“No pasa nada," Edward se encogió de hombros, pero él parecía estar un poco demasiado tenso en estos momentos para que sólo sea eso.
"¿Qué pasa?" Preguntó Jasper.
"Yo no creo que me vaya a gustar lo que vendrá después," Edward se encogió de hombros, él ya se hacía una idea por el nombre del titulo.
—¡No! —insistió Jacob al tiempo que me aferraba la mano—. No, quédate. No puedo creerme que haya desperdiciado tanto tiempo.

Tiró de mí para levantarme del sofá mientras hablaba y abrió camino hacia el exterior, agachando la cabeza al llegar a la altura del marco de la puerta. Había refrescado de modo notable durante su sueño. El aire era anormalmente frío para aquella época del año. Debía de haber una tormenta en ciernes, pues parecíamos estar en febrero en lugar de mayo.

El viento helado pareció ponerle más alerta. Caminaba de un lado para otro delante de la casa, llevándome a rastras con él.

—Soy un idiota — murmuró para sí mismo.
"No puedo estar más de acuerdo", Rosalie sonrió.
"Sólo quieres estar de acuerdo conél," Emmett señaló a ella y ella le gruñó en respuesta.
—¿Qué te pasa? Sólo te has quedado dormido —me encogí de hombros.

—Quería hablar contigo. No me lo puedo creer...

—Pues habla ahora.

Jacob buscó mis ojos durante un segundo y luego desvió la mirada deprisa hacia los árboles. Casi daba la impresión de haber enrojecido, pero resultaba difícil de asegurarlo al tener la piel oscura.

De pronto, recordé lo que me había dicho Edward cuando vino a dejarme, que Jacob me diría lo que estaba gritando en su mente. Empecé a morderme el labio.

—Mira, planeaba hacer esto de un modo algo diferente —soltó una risotada, y pareció que se reía de sí mismo—. De un modo más sencillo —añadió—, preparando el terreno, pero... —miró a las nubes—. No tengo tiempo para preparativos...

Edward se tensó al igual que toda la familia.
“¿En serio va a hacer eso?” Emmett estaba falsamente emocionado, en realidad un poco disgustado. “Edward están por bajarte la novia”
“Cállate” siseo Edward.

Volvió a reírse, nervioso, aún caminábamos, pero más despacio.

—¿De qué me hablas? —inquirí. Respiró hondo.

—Quiero decirte algo que ya sabes, pero creo que, de todos modos, debo decirlo en voz alta para que jamás haya confusión en este tema.

Me planté y él tuvo que detenerse. Le solté de la mano y crucé los brazos sobre el pecho. De repente, estuve segura de lo que iba a decir y no quería saber lo que estaba preparando.

"Estoy seguro de que todos sabemos lo que está haciendo", dijo Emmett. Su voz no tenía su habitual tono de burla.

Edward parecía que acababa de sorber un limón en su vida humana.

Jacob frunció el ceño de modo que las cejas casi se tocaron, proyectando una profunda sombra sobre los ojos, oscuros como boca de lobo cuando perforaron los míos con la mirada.

—Estoy enamorado de ti, Bella

Edward dejó escapar un gruñido, ni siquiera podía argumentar algo.

"Ella realmente no debería ir allí todo el tiempo ahora que sabe cómo se siente," Esme suspiró. "En realidad no es bueno para él..."

Dijo con voz firme y decidida—. Te quiero, y deseo que me elijas a mí en vez de a él. Sé que tú no sientes lo mismo que yo, pero necesito soltar la verdad para que sepas cuáles son tus opciones. No me gustaría que la falta de comunicación se interpusiera en nuestro camino.

"Ese fue el final del capítulo," dijo Alice y Edward le arrebató el libro, la necesidad de saber lo que pasaba después era demasiado abrumante. No estaba seguro de si realmente podía manejar la lectura del siguiente capítulo, pero no había nada que lo detuviera ahora.






Hola *.*/

Aca estoy con otra tanda de actualizaciones, disculpen la demora, pero corregir y editar tampoco es fácil, ya que cuando traducía lo hacía automáticamente, y ahora debo tener mas cuidado, pero es mas rápido.

En fin, odio Eclipse… jajajjajaj ya lo saben, pero lo veo como: 


¡UN CAPITULO MENOS! 


Saludos.

Nos leemos pronto

Cary0605





3 comentarios:

Paulina dijo...

A leer el siguiente, gracias por el capitulo

roCiio dijo...

Creo que esta parte es de las pocas que me gusta de este libro!!Necesito el siguiente :)

Anónimo dijo...

Si a ti no te gusta Eclipse ten por seguro que lo que menos me gusta es Luna Nueva, aunque cuando lo leo suelo saltarme la parte en que los Cullen's se marchan, en pocas palabras la época zombie y en la cual pasa con Jacob grrrrr!!!!.

Pero bueno veamos como va el asunto en este capi, de seguro que a Edward, Esme, Emmett y Alice les gustó que Bella tuviera esos pensamientos para ellos, bueno en el caso de Edward era evidente que se preocuparía por el amor de su existencia, también apuesto a que si bien no fueron nombrados Rose, Jasper y Carlisle ellos estuvieron de acuerdo y felices por la preocupación a sus respectivas parejas, ganándose más el cariño de todos y unas cuantas volteretas de ojos jejeje!!!!.

Y ya Emmett sabe lo que le espera en el futuro cuando Bella se transforme y las apuestas corren a favor de Bella cuando le haga una competencia de pulso.

Pero ahora muero de las ganas de que subas pronto el siguiente capi ya que si bien saben del pulso post-transformación, por el momento se van a enterar de un esguince en la mano de Bella por intentar partirle la cara a un metamorfo jejeje!!! eso sí Emmett lo va a disfrutar mucho, aunque Edward siga como si hubiera chupado un limón pero de los más ácidos jejeje!!!!.

Y apuesto que Alice de por sí ya está planeando la fiesta que harán cuando se graduen, aunque puede intentar tal vez organizar más fiestas antes de la graduación y más cuando Edward está dispuesto a evitar la etapa zombie de Bella y no se marchará de su lado.

Nos estamos leyendo, besos y abrazos

SALESIA