lunes, 25 de marzo de 2013

Evasión


Disclaimer: Los libros aquí transcritos y los personajes pertenecen a Stephenie Meyer y la historia original “Reading Eclipse” a Choices HP, yo solo la traduzco, todo esto es sin ánimos de lucro, solo por mero entretenimiento.



Evasión leyó Emmett.
"No me gusta el titulo", Edward frunció el ceño, pero Emmett se encogió de hombros y continuó leyendo.
Era extraño, pero me sentía optimista mientras caminaba desde la clase de Español a la cafetería, y no se debía sólo a que fuese cogida de la mano del ser más perfecto del planeta, aunque sin duda, esto también contaba.
Quizá se debía a que mi sentencia se había cumplido y volvía a ser una mujer libre otra vez.
"Creo que la libertad tiene un buen efecto en ella", sonrió Alice.
O quizá no tenía que ver del todo conmigo. Más bien podía ser la atmósfera de libertad que se respiraba en todo el campus. Al instituto se le estaba acabando la cuerda, y en concreto para los veteranos, había una evidente emoción en el aire.
Teníamos la libertad tan cerca que casi podíamos tocarla, degustarla. Había signos por todas partes. Los pósters se apelotonaban en las paredes de la cafetería y las papeleras mostraban un colorido despliegue de folletos que rebosaban los bordes: notas para recordar comprar el anuario y tarjetas de graduación; plazos para encargar togas, sombreros y borlas; pliegos de argumentos en papel fluorescente de los de tercero haciendo campaña para delegados de clase; ominosos anuncios adornados con rosas para el baile de fin de curso de ese año.
"Deberías llevarla al baile de nuevo, Eddy", se rió Emmett.
"Estoy seguro de que intentaría matarme incluso antes de mencionar la palabra baile", se rió Edward.
El gran baile era el fin de semana siguiente, pero le había hecho prometer a Edward firmemente que no me haría pasar por aquello otra vez. Después de todo, yo ya había tenido esa experiencia humana.
"Y para ella, una vez es suficiente para toda una vida" rió Emmett.
No, seguramente lo que me hacía sentirme tan ligera era mi reciente libertad personal. El final del curso no me resultaba tan placentero como parecía serlo para el resto de los estudiantes. En realidad, me ponía al borde de las náuseas cuando pensaba en ello. De todos modos, intentaba no hacerlo.
"Entonces deja de ser tan terca, Bella," Edward frunció el ceño. Estaba claro que no le gustaba el esfuerzo que estaba haciendo ella por convertirse en vampiro.
Pero era difícil escapar a un tema tan de actualidad como la graduación.
—¿Habéis enviado ya vuestras tarjetas? —preguntó Angela cuando Edward y yo nos sentamos en nuestra mesa. Se había recogido el cabello marrón claro en una improvisada coleta en vez de su habitual peinado liso, y había un brillo casi desquiciado en sus ojos.
Alice y Ben estaban allí ya también, uno a cada lado de Angela. Ben estaba concentrado leyendo un cómic, con las gafas deslizándosele por la pequeña nariz. Alice escudriñó mi soso conjunto de téjanos y camiseta de manera que me hizo sentir cohibida.
"Bueno, deberías... eso suena horrible," dijo Alice, sacudiendo la cabeza.
"Estoy seguro de que ella se ve hermosa", sonrió Edward.
Probablemente estaba urdiendo ya otro cambio de imagen. Suspiré. Mi actitud indiferente ante la moda era una espina constante en su costado.
"Bueno, todo el mundo tiene sus defectos... Puedo vivir con ello", dijo Alice. "Además, me gustan los retos".
Si la dejara, me vestiría a diario ‑puede que hasta varias veces al día‑ como si fuera una muñeca de papel en tres dimensiones y tamaño gigante.
—No —le contesté a Angela—. No hay necesidad, la verdad. Renée ya sabe que me gradúo. ¿Y a quién más se lo voy a decir?
—¿Y tú qué, Alice?
Ella sonrió.
—Ya está todo controlado.
—Qué suerte —suspiró Angela—. Mi madre tiene primos a miles y espera que las manuscriba una por una. Me voy a quedar sin mano. No puedo retrasarlo más y sólo de pensarlo...
—Yo te ayudaré —me ofrecí—. Si no te importa mi mala caligrafía.
Seguro que a Charlie le gustaría esto. Vi sonreír a Edward por el rabillo del ojo. También a él le gustaba la idea, seguro, de que yo cumpliera las condiciones de Charlie sin implicar a ningún hombre lobo.
"Sí... me gusta eso", sonrió Edward.
Angela parecía aliviada.
—Eres un encanto. Me pasaré por tu casa cuando quieras.
—La verdad es que preferiría pasarme por la tuya si te va bien. Estoy harta de estar en la mía. Charlie me levantó el castigo anoche —sonreí ampliamente mientras anunciaba las buenas noticias.
—¿De verdad? —me preguntó Angela, con sus siempre amables ojos castaños iluminados por una dulce excitación—. Creía que habías dicho que era para toda la vida.
—Me sorprende aún más que a ti. Estaba segura de que, al menos, tendría que terminar el instituto antes de que me liberara.
—¡Vaya, eso es estupendo, Bella! Hemos de salir por ahí para celebrarlo.
"Oh... sí, nos lo debe!" Alice dijo. "Hay tantas cosas que podemos hacer...”
"No creo que Bella vaya a querer hacer ninguna de ellas", sonrió Edward, al escuchar algunas de esas cosas en la mente de Alice.
En respuesta ella le saco la lengua.
—No te puedes hacer idea de lo bien que me suena eso.
—¿Y qué podríamos hacer? —caviló Alice, con su rostro iluminándose ante las distintas posibilidades. Las ideas de Alice generalmente eran demasiado grandiosas para mí y leí en sus ojos justo eso, cómo entraba en acción su tendencia a llevar las cosas demasiado lejos.
—Sea lo que sea lo que estés pensando, Alice, dudo que pueda disfrutar de tanta libertad.
Emmett se echó a reír y Alice puso mala cara.
—Si estás libre, lo estás, ¿no? —insistió ella.
—Estoy segura de que aun así hay límites, como por ejemplo, las fronteras de los Estados Unidos.
"Hm ... bueno aun así me deja muchas opciones para elegir", dijo Alice.
Angela y Ben se echaron a reír, pero Alice hizo una mueca, realmente disgustada.
—Y entonces, ¿qué vamos a hacer esta noche? —insistió de nuevo.
—Nada. Mira, vamos a darle un par de días hasta que comprobemos que no va de guasa. Además, de todas formas, estamos entre semana.
—Entonces, lo celebraremos este fin de semana —el entusiasmo de Alice era incontenible.
"Luzco bastante emocionada... debo haber tenido una visión de esto," dijo Alice.
"Quizás  la decisión de Charlie no fue lo suficiente como para desencadenar una visión” dijo Emmett molestándola” y no creo Eddy te lo haya contado",
"Dudo que haya  tenido suficiente tiempo para decirle a nadie", sonrió Edward.
—Seguro —repuse, pensando aplacarla con eso. Yo sabía que no iba a hacer nada demasiado descabellado; resultaba más fiable tomarse las cosas con calma con Charlie. Darle la oportunidad de apreciar lo madura y digna de confianza que me había vuelto antes de pedirle ningún favor.
"Pero yo tengo vía libre ¿recuerdas? " dijo Alice sonriendo. "Puedo hacer que te de permiso para celebrar".
Angela y Alice empezaron a charlar evaluando las distintas posibilidades; Ben se unió a la conversación, apartando sus tebeos a un lado. Mi atención se dispersó. Me sorprendía darme cuenta de que el tema de mi libertad de pronto no me parecía, tan gratificante como se me antojaba hacía sólo unos minutos.
"Pobre Bella", se rió Emmett.
Cuando empezaron a discutir sobre qué cosas podíamos hacer en Port Angeles o quizás en Hoquiam, empecé a sentirme contrariada.
No me llevó mucho tiempo descubrir de dónde procedía mi agitación.
Desde que me despedí de Jacob Black en el bosque contiguo a mi casa, me veía agobiada por la invasión persistente e incómoda de una imagen mental concreta. Se introducía en mis pensamientos de vez en cuando, como la irritante alarma de un reloj programado para sonar cada media hora, llenándome la cabeza con la imagen de Jacob contraída por la pena. Éste era el último recuerdo que tenía de él.
Edward frunció el ceño ante eso.
"Es una lástima, Eddy... ella está pensando en otro hombre", se rió Emmett.
“Cállate” dijo casi gruñendo.
Cuando la molesta visión me invadió otra vez, supe exactamente por qué no me sentía satisfecha con mi libertad. Porque era incompleta.
"Argh", gruñó Edward.
Sí, desde luego, yo podía ir a cualquier sitio que quisiera, excepto a La Push, para ver a Jacob. Le fruncí el ceño a la mesa. Tenía que haber algún tipo de terreno intermedio.
"Realmente no deberías controlarla tanto," Rosalie miró a Edward fijamente.
"Creo que es peligroso", dijo Edward. Y por lo visto, no tengo ni la más mínima idea cuanto Bella necesita ver a su… amigo."
—¿Alice? ¡Alice!
La voz de Angela me sacó de mi ensueño. Sacudía enérgicamente mi mano frente al rostro de Alice, inexpresivo y con la mirada en trance.
"Estas teniendo una visión", dijo Edward, tensando un poco.
"Parece que si y debe ser una grande o no me habría dejado que me afecta de esa manera," Alice frunció el ceño también.
Alice tenía esa expresión que yo conocía tan bien, una expresión capaz de enviar un ramalazo de pánico a través de mi cuerpo. La mirada ausente de sus ojos me dijo que estaba viendo algo muy distinto, pero tanto o más real que la escena mundana que se desarrollaba en el comedor que nos rodeaba. Algo que estaba por venir, algo que ocurriría pronto. Sentí cómo la sangre abandonaba mi rostro.
"Supongo que ella piensa que esa es una visión feliz", se rió Emmett.
"Ella está tomando esto en serio como debería haberlo hecho desde un principio", susurró Edward.
Entonces Edward rió, un sonido relajado, muy natural. Angela y Ben se volvieron para mirarle, pero mis ojos estaban trabados en Alice, que se sobresaltó de pronto, como si alguien le hubiera dado una patada por debajo de la mesa.
"Lo siento," se disculpó Edward, sabiendo que había hecho justamente eso..
"Está bien", Alice se encogió de hombros.
—¿Qué, te has echado un siestecita, Alice? —se burló Edward.
Alice volvió en sí misma.
—Lo siento, supongo que me he adormilado.
"¿Pensando en Jazzy,? Emmett se rió y Alice rodo sus ojos.
—Echarse un sueñecito es mejor que enfrentarse a dos horas más de clase —comentó Ben.
Alice se sumergió de nuevo en la conversación mucho más animada que antes, tal vez en exceso; entonces, vi cómo sus ojos se clavaban en los de Edward, sólo por un momento, y cómo después volvían a fijarse en Angela antes de que nadie se diera cuenta. Edward parecía tranquilo mientras jugueteaba absorto con uno de los mechones de mi pelo.
"Debe ser muy serio entonces," Carlisle frunció el ceño.
Esperé con ansiedad la oportunidad de preguntarle en qué consistía la visión de su hermana, pero la tarde transcurrió sin que estuviéramos ni un minuto a solas...
...lo cual me pareció raro, casi se me antojó deliberado.
"Y ahora vas a intentar evadirla", dijo Jasper. "No sé si eso es una buena idea."
"No quiero que se preocupe", dijo Edward.
"Bueno, obviamente no estás teniendo éxito con eso", criticó Jasper. "Ella va a notar que algo está pasando... ella ya sospecha, por lo que se dará cuenta de todo lo que hagas de una manera diferente. Y sólo vas a hacer que se preocupe más."
"¿Por qué tiene que ser tan perceptiva?", suspiró Edward.
Tras el almuerzo, Edward acomodó su paso al de Ben para hablar de unos deberes que yo sabía que ya había terminado. Después, siempre nos encontrábamos con alguien entre clases, aunque lo normal hubiera sido que hubiéramos tenido unos minutos para nosotros, como solía ocurrir. Cuando sonó el último timbre, Edward eligió entablar conversación con Mike Newton, de entre todos los que se encontraban por allí,
“¿En serio?” pregunto Edward “¿Soy idiota o qué?”
"Eres muy malo ocultándole secretos", se rió Emmett. "¿Qué razón tendrías alguna vez en la vida para hablar con Mike?"
acompasando su paso al de Mike mientras éste se dirigía al aparcamiento. Yo les seguía, dejando que él me remolcase.
Escuché, llena de confusión, cómo Mike contestaba las inusualmente amables preguntas de Edward. Al parecer, Mike había tenido problemas con su coche.
—...así que lo único que hice fue cambiarle la batería —decía en este momento. Sus ojos iban y venían con cautela y rapidez del rostro de Edward al suelo. El pobre Mike estaba tan desconcertado como yo.
“Como todos” canturreo Emmett.
—¿Y no serán quizá los cables? —sugirió Edward.
"No trates de ayudarlo, Edward," se mofó Rosalie. "No sabes nada de coches".
"Sé que algunas cosas", Edward se encogió. "Y no tiene nada de malo si le doy un mal consejo."
"Por lo menos sabes cómo cambiar la batería," continuo Rosalie mofándose mientras rodaba sus ojos.
—Podría ser. La verdad es que no tengo ni idea de coches —admitió Mike—. Necesito que alguien le eche una ojeada, pero no me puedo permitir llevarlo a Dowling.
Abrí la boca para sugerir a mi mecánico, pero la cerré de un golpe. Mi mecánico estaba muy ocupado esos días, andando por ahí en forma de lobo gigante.
"Además, no creo que sea quiera ayudar a Mike, así como nuestro caritativo hermano," Emmett se rió.
—Yo sí tengo alguna idea. Puedo echarle una ojeada, si quieres —le ofreció Edward—. En cuanto deje a Alice y Bella en casa.
"Realmente no quieres hablar con ella", dijo Jasper. "Me pregunto qué tan grave fue la visión".
Mike y yo miramos a Edward con la boca abierta.
—Eh... gracias —murmuró Mike cuando se recobró—. Pero me tengo que ir a trabajar. A lo mejor algún otro día.
"Un movimiento inteligente", murmuró Rosalie. “Debe haber notado que no sabes nada de autos”
—Cuando quieras.
—Nos vemos —Mike se subió a su coche, sacudiendo la cabeza incrédulo.
El Volvo de Edward, con Alice ya dentro, estaba sólo a dos coches del de Mike.
—¿De qué va todo esto? —barboté mientras Edward me abría la puerta del copiloto.
—Sólo intentaba ayudarle —repuso Edward.
Y en ese momento, Alice, que esperaba en el asiento de atrás, comenzó a balbucear a toda velocidad.
—Realmente no eres tan buen mecánico, Edward. Sería mejor que permitieras a Rosalie echarle una ojeada esta noche, por si quieres quedar bien con Mike; no vaya a darle por pedirte ayuda, ya sabes.
"Parece que también estas en el plan de distraer a Bella", sonrió Emmett.
"O alguien me amenazo para distraerla," dijo Alice, con el ceño fruncido. "Estoy de acuerdo con Jasper, sea lo que sea, sería mejor si se lo dijeras a Bella."
"Si realmente creyeras eso, le habrías dicho tu misma", señaló Edward.
“No voy a meterme en sus asuntos de pareja” dijo Alice encogiéndose de hombros.
Aunque lo que estaría divertido de verdad sería verle la cara si fuera Rosalie la que se ofreciera... Bueno, tal vez no sería muy buena idea, teniendo en cuenta que se supone que está al otro lado del país, en la universidad. Cierto, sería una mala idea. De todas formas, supongo que podrás apañarte con el coche de Mike. Total, lo único que te viene grande es la puesta a punto de un buen coche deportivo italiano, requiere más finura.
"No... eso no es cierto", dijo Rosalie, sacudiendo la cabeza.
"Tengo que seguir hablando, ¿no?" Alice se encogió de hombros.
Y hablando de Italia y de los deportivos que robé allí, todavía me debes un Porsche amarillo. Y no sé si quiero esperar hasta Navidades para tenerlo...
"Definitivamente no quiero esperar tanto tiempo", dijo Alice, sonriéndole a Emmett.
"Si yo no estoy autorizado a molestarte, entonces tú tampoco", Emmett hizo un mohín.
"Okey," murmuró Alice.
Después de un minuto, dejé de escucharla, dejando que su voz rápida se convirtiera sólo en un zumbido de fondo mientras me armaba de paciencia.
Me daba la impresión de que Edward estaba intentando evitar mis preguntas. Estupendo. De todos modos, pronto estaríamos a solas. Nada más era cuestión de tiempo.
"Ella tiene razón, no podre evitarla por mucho tiempo", Edward frunció el ceño. "Parece que estoy pensando en algo que decirle."
"¿Así que vas a mentirle?" Esme preguntó, luciendo decepcionada. Una cosa es evitarla, y otra muy distinta es mentirle.
"No lo sé", suspiró Edward, no le gustaba la mirada que su madre le estaba dando.
También él parecía estar dándose cuenta del asunto. Dejó a Alice al comienzo del acceso a la finca de los Cullen, aunque llegados a este punto, casi creí que la iba a llevar hasta la puerta y luego a acompañarla dentro.
Cuando salió, Alice le dirigió una mirada perspicaz. Edward parecía completamente relajado.
"Ves... yo sólo quiero que le digas la verdad", dijo Alice con aire de suficiencia, sabiendo exactamente lo que la Alice del libro estaba pensando.
—Luego nos vemos —le dijo; y después, aunque de forma muy ligera, asintió.
"O quizás estaba diciéndote que necesitas hablar con ella," Alice frunció el ceño, sabiendo que Edward no lo haría.
Alice se volvió y desapareció entre los árboles.
Estaba tranquilo cuando le dio la vuelta al coche y se encaminó hacia Forks. Yo esperé, preguntándome si sacaría el tema por sí mismo. No lo hizo, y eso me puso tensa. ¿Qué era lo que había visto Alice a la hora del almuerzo? Algo que no deseaba contarme, así que intenté pensar en un motivo por el que le gustaría mantener el secreto. Quizá sería mejor prepararme antes de preguntar. No quería perder los nervios y hacerle pensar que no podía manejarlo, fuera lo que fuera.
Así que continuamos en silencio hasta que llegamos a la parte trasera de la casa de Charlie.
—Esta noche no tienes muchos deberes —comentó él.
—Aja —asentí.
—¿Crees que me permitirá entrar otra vez?
—No le ha dado ninguna pataleta cuando has venido a buscarme para ir al instituto.
"Estoy seguro de que Charlie me envió unos cuando pensamientos ", dijo Edward.
Sin embargo, estaba segura de que Charlie se iba a poner de malas bien rápido en el momento en que llegara a casa y se encontrara con Edward allí. Quizá sería buena idea que preparara algo muy especial para la cena.
Una vez dentro, me encaminé hacia las escaleras seguida por Edward. Se recostó sobre mi cama, y miró sin ver por la ventana, completamente ajeno a mi nerviosismo.
"Muy poco probable", dijo Edward.
"Entonces, ¿qué estás haciendo?" Jasper preguntó con suspicacia.
"Aun estoy pensando que debo decirle," dijo Edward. "Tiene que ser bueno y bien pensado para engañar a Bella."
Esme entrecerró los ojos a Edward, quien deliberadamente evito su mirada.
Guardé mi bolso y encendí el ordenador. Tenía pendiente un correo electrónico de mi madre y a ella le daba un ataque de pánico cuando tardaba mucho en contestarle. Tabaleé con los dedos sobre la mesa, mientras esperaba a que mi decrépito ordenador comenzara a encenderse resollando; golpeaba el tablero de forma entrecortada, mostrando mi ansiedad.
De pronto, sentí sus dedos sobre los míos, manteniéndolos quietos.
—Parece que estás algo nerviosa hoy, ¿no? —murmuró.
Levanté la mirada, intentando soltar una contestación sarcástica, pero su rostro estaba más cerca de lo que esperaba. Sus ojos pendían apasionados a pocos centímetros de los míos, y notaba su aliento frío contra mis labios abiertos. Podía sentir su sabor en mi lengua.
"Así que piensas que deslumbrarla es la mejor manera de distraerla esta vez?" Emmett se rió entre dientes.
"Bueno, es una buena distracción para ambos", dijo Edward con una sonrisa.
Ya no podía acordarme de la respuesta ingeniosa que había estado a punto de soltarle. Ni siquiera podía recordar mi nombre.
No me dio siquiera la oportunidad de recuperarme.
Si fuera por mí, me pasaría la mayor parte del tiempo besando a Edward.
Edward sonrió avergonzado, él también pensaba lo mismo.
No había nada que yo hubiera experimentado en mi vida comparable a la sensación que me producían sus fríos labios, Eran duros como el mármol, pero siempre tan dulces al deslizarse sobre los míos.
"¿En que piensas Eddy?" Emmett se rió entre dientes, ya que Edward tenía una mirada perdida.
Por lo general, no solía salirme con la mía.
"Es una lástima, Eddy". Emmett largo una risotada.
Así que me sorprendió un poco cuando sus dedos se entrelazaron dentro de mi pelo, sujetando mi rostro contra el suyo. Tenía los brazos firmemente asidos a su cuello y hubiera deseado ser más fuerte para asegurarme de que podría mantenerlo prisionero así para siempre. Una de sus manos se deslizó por mi espalda, presionándome contra su pecho pétreo con mayor fuerza aún. A pesar de su jersey, su piel era tan fría que me hizo temblar, aunque más bien era un estremecimiento de placer, de felicidad,
“Wow Eddy” volvió a reírse Emmett “Te tenias bien guardaditos esos movimientos eh”
“Nuestro hermano esta creciendo” se burlo Jasper.
razón por la cual sus manos me soltaron.
Ya sabía que tenía aproximadamente tres segundos antes de que suspirara y me apartara con destreza, diciendo que había arriesgado ya mi vida lo suficiente para una tarde. Intenté aprovechar al máximo mis últimos segundos y me aplasté contra él, amoldándome a la forma de su cuerpo. Reseguí la forma de su labio inferior con la punta de la lengua; era tan perfecto y suave como si estuviera pulido y el sabor...
Edward estaba empezando a sentirse un poco incómodo ya que Emmett se rió en voz alta.
¿No es genial leer un buen libro en familia? Alice le sonrió también. Edward entrecerró los ojos, pero ella no se detuvo ahí, y estoy segura de que sólo va a ser más intenso a medida que el libro avance…
Apartó mi cara de la suya, rompiendo mi fiero abrazo con facilidad, probablemente, sin darse cuenta siquiera de que yo estaba empleando toda mi fuerza.
Se rió entre dientes una vez, con un sonido bajo y ronco. Tenía los ojos brillantes de excitación, esa fogosidad que era capaz de disciplinar con tanta rigidez.
—Ay, Bella —suspiró.
—Se supone que tendría que arrepentirme, pero no voy a hacerlo.
—Y a mí tendría que sentarme mal que no estuvieras arrepentida, pero tampoco puedo.
“Así me gusta, nada de vergüenzas hermanito” se rio Emmett.
 Quizá sea mejor que vaya a sentarme a la cama.
Espiré, algo mareada.
—Si lo crees necesario...
El esbozó esa típica sonrisa torcida y se zafó de mi abrazo.
"Ambos están calientes, deberían dejarse llevar", se rió Emmett. “Y sobretodo, sería una buena manera de distraerla, ni se acordaría que Alice tubo una visión”
“Emmett eso no pasará” se enojo Edward.
Sacudí la cabeza unas cuantas veces, intentando aclararme y me volví al ordenador. Se había calentado y ya había empezado a zumbar; bueno, más que zumbar, parecía que gruñía.
—Mándale recuerdos de mi parte a Renée.
—Sin problema.
Leí con rapidez el correo de Renée, sacudiendo la cabeza aquí y allá ante algunas de las chifladuras que había cometido. Estaba tan divertida como horrorizada, exactamente igual que cuando leí su primer correo. Era muy propio de mi madre olvidarse de lo mucho que le aterrorizaban las alturas hasta verse firmemente atada a un paracaídas y a un instructor de vuelo.
Emmett se rió de eso. "Me gusta mucho esta familia... son todos muy gracioso!"
Estaba un poco enfadada con Phil, con el que llevaba casada ya casi dos años, por permitirle esto. Yo habría cuidado mejor de ella, aunque sólo fuera porque la conocía mucho mejor.
Me recordé a mí misma que había que dejarles seguir su camino, darles su tiempo. Tienes que permitirles vivir su vida...
"Así es, debes dejar que tu hija digo madre viva su vida", se rió Emmett. “Bella es toda una madre con su propia madre”
Había pasado la mayor parte de mis años cuidando de Renée, intentando con paciencia disuadirla de sus planes más alocados, suportando con una sonrisa aquellos que no conseguía evitar. Siempre había sido comprensiva con mamá porque me divertía, e incluso había llegado a ser un poquito condescendiente con ella. Observaba sus muchos errores y me reía en mi fuero interno. La loca de Renée.
"Ciertamente parece que ella es la madre en la relación", señaló Carlisle. "Sé que fue mencionado mucho antes en Crepúsculo, pero esto ayuda a explicar por qué ella parece mucho más adulta de lo que es."
"Parece como si hubiera sido una buena madre", dijo Esme con cierta tristeza y Rosalie fruncía el ceño ante ese comentario. "La forma en que se hizo cargo de su madre..."
No me parecía en nada a mi madre. Más bien era introspectiva y cautelosa, una chica responsable y madura. Al menos así era como me veía a mí misma, ésa era la persona que yo conocía.
Con la sangre aún revuelta corriéndome por el cerebro por los besos de Edward, no podía evitar pensar en el más perdurable de los errores de mi madre. Tan tonta y romántica como para casarse apenas salida del instituto "Argh", gruñó Edward y Esme suspiró.
Emmett, por otra parte, se reía a carcajada limpia.
"Ella va a entrar en razón", dijo Esme, tratando de animarse a sí misma tanto como a Edward.
con un hombre al que no conocía apenas, y poco después, un año más tarde, trayéndome a mí al mundo. Ella siempre me aseguraba que no se había arrepentido en absoluto, que yo era el mejor regalo que la vida le había dado jamás.
"Y lo eres," Esme dijo con confianza.
"Tú eres el mejor regalo que cualquier persona podría conseguir", añadió Edward.
Y a pesar de todo, no paraba de insistirme una y otra vez que la gente lista se toma el matrimonio en serio. Que la gente madura va a la facultad y termina una carrera antes de implicarse profundamente en una relación. Renée sabía que yo no sería tan irreflexiva, atontada y boca como ella había sido...
Edward inclinó la cabeza de nuevo.
"En estos momentos tu apuesta no tiene mucho futuro enana", se rió Emmett.
"Ya veremos", dijo Alice con aire de suficiencia, el libro recién comenzaba.
Apreté los dientes y me concentré en contestar su mensaje.
Volví a leer su despedida y recordé entonces por qué no había querido responderle antes.
«No me has contado nada de Jacob desde hace bastante tiempo —había escrito—. ¿Por dónde anda ahora?».
"¿No pueden dejarla un momento en paz con ese tema?” Edward gimió. "Ella ya se siente mal."
Seguro que Charlie le había insinuado algo.
Suspiré y tecleé con rapidez, situando la respuesta a su pregunta entre dos párrafos menos conflictivos.
Supongo que Jacob está bien. Hace mucho que no le veo; ahora suele pasarse la mayor parte del tiempo con su pandilla de amigos de La Push.
"Mejor dicho, con la manada", gruñó Emmett.
Con una sonrisa irónica para mis adentros, añadí el saludo de Edward e hice clic en la pestaña de «Enviar».
No me había dado cuenta de que él estaba de pie y en silencio detrás de mí hasta que apagué el ordenador y me aparté de la mesa. Iba a empezar a regañarle por haber estado leyendo sobre mi hombro, cuando me percaté de que no me prestaba atención. Estaba examinando una aplastada caja negra de la que sobresalían por una de sus esquinas varios alambres retorcidos, de un modo que no parecía favorecer mucho su buen funcionamiento, fuera lo que fuera. Después de un instante, reconocí el estéreo para el coche que Emmett, Rosalie y Jasper me habían regalado en mi último cumpleaños.
"Oh, cierto, ella destruyo nuestro regalo", Emmett hizo un mohín Emmett.
Se me habían olvidado esos regalos, que se escondían tras una creciente capa de polvo en el suelo de mi armario.
—¿Qué fue lo que le hiciste? —preguntó, con la voz cargada de horror.
—No quería salir del salpicadero.
—¿Y por eso tuviste que torturarlo?
—Ya sabes lo mal que se me dan los cacharros. No le hice daño a conciencia.
Sacudió la cabeza, con el rostro oculto bajo una máscara de falsa tragedia.
—¡Lo asesinaste!
Me encogí de hombros.
—Si tú lo dices...
"Vaya... es tan agradable escuchar como aprecia el regalo que le dimos", dijo Emmett, aún haciendo pucheros, tanto Rosalie como Jasper rodaron los ojos.
—Herirás sus sentimientos si llegan a verlo algún día —continuó—. Quizá haya sido una buena idea que no hayas podido salir de casa en todo este tiempo. He de reemplazarlo por otro antes de que se den cuenta.
—Gracias, pero no me hace falta una cosa tan lujosa.
—No es por ti por lo que voy a instalar uno nuevo.
"Es verdad... todo es por este bebé", dijo Rosalie, señalando a su marido, que estaba haciendo una mueca.
Suspiré.
—No es que disfrutaras mucho de tus regalos el año pasado —dijo con voz contrariada. De pronto, empezó a abanicarse con un rectángulo de papel rígido.
No contesté, temiendo que me temblara la voz. No me gustaba recordar mi desastroso dieciocho cumpleaños,
Tanto Edward y Jasper se pusieron rígido.
con todas sus consecuencias a largo plazo, y me sorprendía que lo sacara a colación. Para él, era un tema incluso más delicado que para mí.
"Es cierto," Edward frunció el ceño.
—¿Te das cuenta de que están a punto de caducar? —me preguntó, enseñándome el papel que tenía en las manos. Era otro de los regalos, el vale para billetes de avión que Esme y Carlisle me habían regalado para que pudiera visitar a Renée en Florida.
"Vas a hacer que se vaya a casa de su madre?" Preguntó Alice.
"Eso parece", dijo Edward.
"Oh..." Esme dijo, aflojando un poco su mirada decepcionada. "Supongo que si vas a tener que mentirle, este es el mejor resultado que podía esperar".
Hice una inspiración profunda y le contesté con voz indiferente.
—No. La verdad es que me había olvidado de ellos por completo.
Su expresión mostraba un aspecto cuidadosamente alegre y positivo. No había en ella ninguna señal de emoción de ningún tipo cuando continuó.
—Bueno, todavía queda algo de tiempo. Ya que te han liberado y no tenemos planes para este fin de semana, porque no quieres que vayamos al baile de graduación... —sonrió abiertamente—, ¿por qué no celebramos de este modo tu libertad?
Tragué aire, sorprendida.
—¿Yendo a Florida?
—Dijiste algo respecto a que tenías permiso para moverte dentro del territorio de EEUU.
"Era una broma", sonrió Emmett.
"Bueno, ella debería haber sido más clara al respecto", Edward se encogió de hombros..
"Yo iba a decirle lo mismo para salir a celebrar", dijo Alice, "Pero parece que Edward me ganó."
Le miré fijamente, con suspicacia, intentando ver adonde quería ir a parar.
—¿Y bien? —insistió—. ¿Nos vamos a ver a Renée o no?
—Charlie no me dejará jamás.
—No puede impedirte visitar a tu madre. Es ella quien tiene la custodia.
—Nadie tiene mi custodia. Ya soy adulta.
Su sonrisa relampagueó brillante.
—Exactamente.
"Oh, Edward no hagas eso," Esme lo reprendió, de repente frunció el ceño de nuevo.
"¿Qué voy a hacer?" Edward preguntó, mirándola.
“Sabes que vas a hacer, la harás pelear con su padre” su tono era triste, no de desaprobación esta vez.
Después de unos segundos Edward suspiró.
"Odio cuando hacen eso," Emmett resopló, siempre le molestaba cuando alguien hablaba a Edward a través de sus pensamientos y no la compartían con el resto de la familia.
Lo pensé durante un minuto antes de decidir que no valía la pena luchar por esto. Charlie se pondría furioso, no porque fuera a ver a Renée, sino porque Edward me acompañara. Charlie no me hablaría durante meses y probablemente terminaría encerrada otra vez. Era mucho más inteligente no intentarlo siquiera. Quizá dentro de varias semanas, en plan de regalo de graduación o algo así.
Pero la idea de volver a ver a mi madre ahora, y no dentro de unas semanas, era difícil de resistir. Había pasado mucho tiempo desde que la había visto, y mucho más aún desde que la había visto en una situación agradable. La última vez que había estado con ella en Phoenix, me había pasado todo el tiempo en una cama de hospital. Y la última vez que ella me había visitado yo estaba más o menos catatónica. No eran precisamente los mejores recuerdos míos que le podía dejar.
"No, realmente no lo son," Esme frunció el ceño, sus pensamientos estaban en conflicto, lo que Edward estaba haciendo estaba mal, pero Bella necesitaba ver a su madre.
Y a lo mejor, si veía lo feliz que era con Edward, le diría a mi padre que se lo tomara con algo más de calma.
Edward inspeccionó mi rostro mientras deliberaba.
Suspiré.
—No podemos ir este fin de semana.
—¿Por qué no?
—No quiero tener otra pelea con Charlie. No tan pronto después de que me haya perdonado.
Alzó las cejas a la vez.
—Este fin de semana me parece perfecto —susurró.
Yo sacudí la cabeza.
—En otra ocasión.
—Tú no has sido la única que ha pasado todo este tiempo atrapada en esta casa, ¿sabes? —me frunció el ceño.
"Mala elección de táctica", dijo Jasper.
"Sí, Edward, todo el mundo sabe que estar con Bella, es el único lugar donde quieres estar", sonrió Emmett.
La sospecha volvió. No solía comportarse de ese modo. El nunca se ponía tan testarudo ni tan egoísta. Sabía que andaba detrás de algo.
"Testarudo", Rosalie, Emmett, Jasper y Alice lo reprendieron al unisonó..
"Hey," Edward hizo un puchero.
—Tú puedes irte donde quieras —le señalé.
—El mundo exterior no me apetece sin ti —puse los ojos en blanco ante la evidente exageración—. Estoy hablando en serio insistió él.
—Pues vamos a tomarnos el mundo exterior poco a poco, ¿vale? Por ejemplo, podemos empezar yéndonos a Port Angeles a ver una película...
Él gruñó.
—No importa. Ya hablaremos del asunto más tarde.
—No hay nada de qué hablar.
Se encogió de hombros.
"Eres tan molesto cuando estás así", dijo Rosalie.  
—Así que vale, tema nuevo —seguí yo. Casi se me había olvidado lo que me preocupaba desde el almuerzo. ¿Había sido ésa su intención?.
"Sí," respondió Edward inmediatamente.
"Y todo apunta a que va a ocurrir este fin de semana", observó Carlisle. "Al ver lo insistente que estas por sacarla de casa."
—¿Qué fue lo que Alice vio esta mañana?
Mantuve la mirada fija en su rostro mientras hablaba, midiendo su reacción.
Su expresión apenas se alteró; sólo se aceraron ligeramente los ojos de color topacio.
—Vio a Jasper en un lugar extraño, en algún lugar del sudoeste, cree ella, cerca de su... antigua familia, pero él no tenía intenciones conscientes de regresar —suspiró—. Eso la tiene preocupada.
"Bueno, eso sería preocupante", dijo Alice, con el ceño fruncido. Esme estaba fulminando con la mirada Edward otra vez por mentirle a Bella con algo como eso.
"Eso no es lo que viste", le dijo Jasper.
"Lo sé, pero no me gusto escuchar algo como eso", dijo Alice.
—Oh —aquello no era lo que yo esperaba, para nada, pero claro, tenía sentido que Alice estuviera vigilando el futuro de Jasper. Era su compañero del alma, su auténtica media naranja..., aunque su relación no iba ni la mitad de bien que la de Emmett y Rosalie.
"En eso tienes razón... nadie se compara a nosotros", se rió Emmett con aire de suficiencia.
"Por demostrar su amor a todo mundo, no significa que sea más fuerte que el nuestro”  dijo Jasper igual con igual aire de suficiencia, él sabía de sentimientos después de todo.
—¿Y por qué no me lo has dicho antes?
—No era consciente de que te hubieras dado cuenta —contestó.
Emmett resopló ante eso.
"Ángela estaba agitando la mano delante de mis ojos", dijo Alice con incredulidad. "Es obvio que ella se hubiera dado cuenta, ¿no puedes inventar algo creíble?"
"Estoy tratando de actuar indiferente", dijo Edward.
—De cualquier modo, tiene poca importancia.
Advertí con tristeza que mi imaginación estaba en ese momento fuera de control. Había tomado una tarde perfectamente normal y la había retorcido hasta que pareciera que Edward estaba empeñado en ocultarme algo. Necesitaba terapia.
"¿Estás contento ahora, Edward?" Esme le preguntó, mirándolo nuevamente.
"Ella está a salvo", murmuró Edward, pero él realmente no se veía feliz, no aprobaba lo que él estaba haciendo en el libro, pero la seguridad de Bella era primero.
Bajamos las escaleras para hacer nuestras tareas, sólo por si acaso Charlie regresaba temprano. Edward acabó en pocos minutos, y a mí me costó un esfuerzo enorme hacer los de cálculo, hasta que decidí que había llegado el momento de preparar la cena de mi padre. Edward me ayudó, poniendo caras raras ante los alimentos crudos, ya que la comida humana le resultaba repulsiva.
"Te compadezco", dijo Emmett, haciendo una mueca.
Hice filete Stroganoff con la receta de mi abuela paterna, porque quería quedar bien con él. No era una de mis favoritas, pero seguro que a Charlie le iba a gustar...
Llegó a casa de buen humor. Incluso prescindió de su rutina de mostrarse grosero con Edward.
Éste no quiso acompañarnos a la mesa, tal y como acostumbraba. Se oyó el sonido de las noticias del telediario nocturno desde el salón, aunque yo dudaba de que Edward les prestara atención de verdad.
"Claro que si", dijo Edward. "Puedo hacer muchas cosas al mismo tiempo"
Después de meterse entre pecho y espalda tres raciones, Charlie puso los pies sobre una silla desocupada y se palmeó satisfecho el estómago hinchado.
—Esto ha estado genial, Bella.
—Me alegro de que te haya gustado. ¿Qué tal el trabajo?
Había estado tan concentrado comiendo que no me había sido posible empezar antes la conversación.
—Bastante tranquilo. Bueno, en realidad, casi muerto de tranquilo. Mark y yo hemos estado jugando a las cartas buena parte de la tarde —admitió con una sonrisa—. Le gané, diecinueve manos a siete. Y luego estuve hablando un rato por teléfono con Billy.
Intenté no variar mi expresión.
—¿Qué tal está?
—Bien, bien. Le molestan un poco las articulaciones.
—Oh. Qué faena.
—Así es. Nos ha invitado a visitarle este fin de semana.
"¿Es eso lo que viste?" Emmett preguntó Alice.
"No pude haber visto eso", se quejó Alice. "No puedo ver a los lobos..."
"Oh, cierto se rió Emmett en voz alta y Alice lo fulminó con la mirada.
"Esa es sólo otra razón para que yo no quiera que ella esté este fin de semana en Forks", dijo Edward.
También había pensado en invitar a los Clearwater y a los Uley. Una especie de fiesta de finales...
—Aja —ésa fue mi genial respuesta, pero, ¿qué otra cosa iba decir? Sabía que no se me permitiría asistir a una fiesta de licántropos, aun con vigilancia parental. Me pregunté si a Edward le preocuparía que Charlie se diera una vuelta por La Push.
"¿Y bien?", le preguntó Carlisle, luciendo interesado por la respuesta también.
"No estoy seguro", frunció el ceño Edward. "Es menos probable que Charlie le diga algo a los lobos que les caiga mal y entren en fase..., así que no hay mucho peligro, tampoco es como que pueda prohibirle que vaya a La Push."
O quizá supondría que, como mi padre iba a pasar la mayor parte del tiempo con Billy, que era sólo humano, no estaría en peligro.
"Y eso tambien", sonrió Edward.
Me levanté y apilé los platos sin mirarle. Los coloqué en el seno y abrí el agua. Edward apareció silenciosamente y tomó un paño para secar.
Charlie suspiró y dejó el tema por el momento, aunque me imaginé que lo volvería a sacar de nuevo cuando estuviéramos a solas. Se levantó con esfuerzo y se dirigió camino de la televisión, exactamente igual que cualquier otra noche.
—Charlie —le apeló Edward, en tono de conversación.
Charlie se paró en mitad de la pequeña cocina.
—¿Sí?
—¿Te ha dicho Bella que mis padres le regalaron por su cumpleaños unos billetes de avión, para que pudiera ir a ver a Renée?
"Oh, Edward," suspiró Esme, luciendo triste de nuevo.
"Ella quiere ver a su madre," Edward se defendió en ese momento.
"No es por eso que lo estás haciendo y lo sabes", dijo Esme empezando a enojarse.
"Pero eso no quiere decir que no sea verdad, ella extraña a su madre", dijo Edward.
"Sabes lo que vas a provocar," Esme frunció el ceño.
"¿Qué va a provocar?" Preguntó Emmett, pero nadie le respondió.
Se me cayó el plato que estaba fregando. Saltó de la encimera y se estampó ruidosamente contra el suelo. No se rompió, pero roció toda la habitación, y a nosotros tres, de agua jabonosa. Charlie ni siquiera pareció darse cuenta.
—¿Bella? —preguntó con asombro en la voz.
Mantuve los ojos fijos en el plato mientras lo recogía.
—Ah, si, es verdad.
Charlie tragó saliva ruidosamente y entonces sus ojos se entrecerraron y se volvieron hacia Edward.
—No, jamás lo mencionó.
—Ya —murmuró Edward.
—¿Hay alguna razón por la que hayas sacado el tema ahora? —preguntó Charlie con voz dura.
"Oh, vas a hacer que Charlie enloquezca, ¿verdad?" Emmett dijo. "Y enloquecerá tambien ..."
Edward se encogió de hombros.
—Están a punto de caducar. Creo que Esme podría sentirse herida si Bella no hace uso de su regalo...,
Esme estaba mirando a Edward con tanta furia que se estremeció un poco, obviamente no le había gustaba que él la utilizará como una excusa para hablar mentirle a Bella y que ella peleara con su padre.
"Lo siento," dijo Edward.
aunque ella no ha dicho nada del tema.
Miré a Edward, incrédula.
Charlie pensó durante un minuto.
—Probablemente sea una buena idea que vayas a visitar a tu madre, Bella. A ella le va a encantar. Sin embargo, me sorprende que no me dijeras nada de esto.
—Se me olvidó —admití.
El frunció el ceño.
—¿Se te olvidó que te habían regalado unos billetes de avión?
"Bueno, ella tenía otras cosas en su mente en ese momento", dijo Alice, con el ceño fruncido.
—Aja —murmuré distraídamente, y me volví hacia el fregadero.
—Creo haberte oído decir que están a punto de caducar, Edward —continuó Charlie—. ¿Cuántos billetes le regalaron tus padres?
—Uno para ella..., y otro para mí.
El plato que se me cayó ahora aterrizó en el fregadero, por lo que no hizo mucho ruido. Escuché sin esfuerzo el sonoro resoplido de mi padre. La sangre se me agolpó en la cara, impulsada por la irritación y el disgusto. ¿Por qué hacía Edward esto? Muerta de pánico, miré con fijeza las burbujas en el fregadero.
"Estás en problemas Eddy", se rió Emmett. “Alguien dormirá en el sofá esta noche”
"Ellos estaban empezando a llevarse mejor", suspiró Esme. “No era necesario que pelearán”
—¡De eso ni hablar! —bramó Charlie palabra a palabra, en pleno ataque de ira.
—¿Por qué? —preguntó Edward, con la voz saturada de una inócente sorpresa—. Acabas de decir que sería una gran idea que fuera a ver a su madre.
Charlie le ignoró.
—¡No te vas a ir a ninguna parte con él, señorita! —aulló. Yo me giré bruscamente en el momento en que alzaba un dedo amenazador.
"Y ella ni siquiera es la que trajo el tema a colación", dijo Jasper, sacudiendo la cabeza.
La ira me inundó de forma automática, una reacción instintiva a su tono.
—No soy una niña, papá. Además, ya no estoy castigada, ¿recuerdas?
—Oh, ya lo creo que sí. Desde ahora mismo.
—Pero ¿por qué?
—Porque yo lo digo.
—¿Voy a tener que recordarte que ya tengo la mayoría de edad legal, Charlie?
—¡Mientras estés en mi casa, cumplirás mis normas!
"Eso no va a funcionar en ella", se rió Emmett. "Parece que vas a salirte con la tuya, Eddy".
“Deja de reírte Emmett, esto no tiene nada de gracioso” lo regaño Esme “Si Bella va a convertirse, lo que menos necesita es pelearse con su padre.
Mi mirada se volvió helada.
—Si tú lo quieres así... ¿Deseas que me mude esta noche o me vas a dar algunos días para que pueda llevarme todas mis cosas?
El rostro de Charlie se puso de color rojo encendido. Me sentí mal por haber jugado la carta de marcharme de casa. Inspiré hondo e intenté poner un tono más razonable.
—Yo he asumido sin quejarme todos los errores que he cometido, papá, pero no voy a pagar por tus prejuicios.
Charlie farfulló, pero no consiguió decir nada coherente.
—Tú ya sabes que yo sé que tengo todo el derecho de ver a mamá este fin de semana. Dime con franqueza si tendrías alguna objeción al plan si me fuera con Alice o Angela.
"No, él está objetando porque vas con Eddy", se rió Emmett.
—Son chicas —rugió, asintiendo.
—¿Te molestaría si me llevara a Jacob?
"¿Tenía que traerlo a la conversacion?" Edward gimió.
"En realidad," dijo Carlisle. "Yo pienso que Charlie solo dejaría ir a Bella con Jacob, si tuviera que elegir un chico."
"¿Eso me tiene que hacer sentir mucho mejor?", gruñó Edward de nuevo.
“No, pero es la realidad, no has hecho mucho por ganarte a tu suegro” le contesto Carlisle.
Escogí a Jacob sólo porque sabía que mi padre le prefería, pero rápidamente deseé no haberlo hecho; Edward apretó los dientes con un crujido audible.
Mi padre luchó para recomponerse antes de responder.
—Sí —me dijo con voz poco convencida—. También me molestaría.
—Eres un maldito mentiroso, papá.
—Bella...
—No es como si me fuera a Las Vegas para convertirme en corista o algo parecido. Sólo voy a ver a mamá —le recordé—. Ella tiene tanta autoridad sobre mí como tú —me lanzó una mirada fulminante—. ¿O es que cuestionas la capacidad de mamá para cuidar de mí? —
“Bueno, eso parecía al principio del capítulo," dijo Emmett.
Charlie se estremeció ante la amenaza implícita en mi pregunta—. Creo que preferirás que no le mencione esto —le dije.
—Ni se te ocurra —me advirtió—. Esta situación no me hace nada feliz, Bella.
—No tienes motivos para enfadarte.
El puso los ojos en blanco, pero parecía que la tormenta había pasado ya.
"No ha sido tan malo", dijo Edward, mirando tímidamente al Esme.
"Podría haber sido peor", admitió Esme, "Pero yo realmente hubiera deseado que no sea necesario que tuvieran esta pelea..."
"Lo sé... lo siento", suspiró Edward.
Me volví para quitarle el tapón al fregadero.
—He hecho las tareas, tu cena, he lavado los platos y no estoy castigada, así que me voy. Volveré antes de las diez y media.
—¿A dónde vas? —su rostro, que casi había vuelto a la normalidad, se puso otra vez de color rojo brillante.
—No estoy segura —admití—, aunque de todos modos estaremos en un radio de poco más de tres kilómetros, ¿vale?
Gruño algo que no sonó exactamente como su aprobación, pero salió a zancadas de la habitación. Como es lógico, la culpabilidad comenzó tan pronto como sentí que había ganado.
—¿Vamos a salir? —preguntó Edward, en voz baja, pero entusiasta.
Me volví y lo fulminé con la mirada.
—Sí, quiero tener contigo unas palabritas a solas.
"Estas en verdaderos problemas ahora", se rió Emmett.
Él no pareció muy aprensivo ante la idea, al menos no tanto como supuse que lo estaría.
"Argh", gruñó Emmett en eso. "Eso significa que seguirás siendo un presumido, porque crees que hiciste lo correcto".
Esperé hasta que nos encontramos a salvo en su coche.
—¿De qué va esto? —le exigí saber.
—Sé que quieres ir a ver a tu madre, Bella. Hablas de eso en sueños. Y además parece que con preocupación.
"¿Es eso cierto?" Esme preguntó, entrecerrando los ojos.
"No lo sé", dijo Edward, esperaba que fuera cierto por su bien, mentir sobre eso, le traería mas problemas con Esme.
—¿Eso he hecho?
Él asintió.
—Pero lo cierto es que te comportas de una forma muy cobarde con Charlie, así que he intervenido por tu bien.
—¿Intervenido? ¡Me has arrojado a los tiburones!
"Por lo menos no dijo a los lobos", se rió Emmett.
"Por supuesto que no, ella si piensa antes de hablar", agregó Alice riendo también.
Puso los ojos en blanco.
—No creo que hayas estado en peligro en ningún momento.
—Ya te dije que no me apetecía enfrentarme a Charlie.
—Nadie ha dicho que debas hacerlo.
Le lancé otra mirada furibunda.
—No puedo evitarlo cuando se pone en plan mandón. Debe de ser que me sobrepasan mis instintos naturales de adolescente.
El se rió entre dientes.
—Bueno, pero eso no es culpa mía.
"Sí lo es, sabías exactamente como ella iba a reaccionar", susurró Esme.
Me quedé mirándolo fijamente, especulando. El no pareció darse cuenta, ya que su rostro estaba sereno mientras miraba por el cristal delantero. Había algo que no cuadraba, pero no conseguí advertirlo. O quizás era otra vez mi imaginación, que iba por libre del mismo modo que lo había hecho esa misma tarde.
—¿Tiene que ver esta necesidad urgente de ir a Florida con la fiesta de este fin de semana en casa de Billy?
Dejó caer la mandíbula.
—Nada en absoluto. No me importa si estás aquí o en cualquier otra parte del mundo; de todos modos, no irías a esa fiesta.
Se comportaba del mismo modo que Charlie lo había hecho antes, justo como si estuvieran tratando con un niño malcriado. Apreté los dientes con fuerza sólo para no empezar a gritar. No quería pelearme también con él.
"¿De verdad quieres ser comparado con su padre, Edward?" Rosalie le preguntó. "Debes de dejar de darle ordenes, ella es tu novia."
"Creí que me apoyabas en que no viera a los lobos” dijo Edward.
"Mmm", resopló Rosalie.  “Simplemente no me gusta la forma en que quieres controlarla, terminara por escaparse si sigues acorralándola."
Suspiró y cuando habló de nuevo su tono de voz era cálido y aterciopelado.
—Bueno, ¿y qué quieres hacer esta noche? —me preguntó.
—¿Podemos ir a tu casa? Hace mucho tiempo que no veo a Esme.
Esme no pudo evitar la sonrisa que fue a su rostro ante la mención de que Bella quería verla.
El sonrió.
—A ella le va a encantar, sobre todo cuando sepa lo que vamos a hacer este fin de semana.
Gruñí al sentirme derrotada.
Tal y como había prometido, no nos quedamos hasta tarde. Y no me sorprendió ver las luces todavía encendidas cuando aparcamos frente a la casa. Imaginé que Charlie me estaría esperando para gritarme un poco más.
—Será mejor que no entres —le advertí a Edward—. Sólo conseguirás empeorar las cosas.
—Tiene la mente relativamente en calma —bromeó él. Su expresión me hizo preguntarme si había alguna otra gracia adicional que me estaba perdiendo. Tenía las comisuras de la boca torcidas, luchando por no sonreír.
"Oh... Me pregunto que será," dijo Emmett, sonriendo con anticipación.
—Te veré luego —murmuré con desánimo.
Él se carcajeó y me besó en la coronilla.
—Volveré cuando Charlie esté roncando.
La televisión estaba a todo volumen cuando entré. Por un momento consideré la idea de pasar a hurtadillas.
—¿Puedes venir, Bella? —me llamó Charlie, chafándome el plan.
Arrastré los pies los cinco pasos necesarios para entrar en el salón.
—¿Qué hay, papá?
—¿Te lo has pasado bien esta noche? —me preguntó. Se le veía comodo. Busqué un significado oculto en sus palabras antes de contestarle.
—Si —dije, no muy convencida.
—¿Qué habéis hecho?
Me encogí de hombros.
—Hemos salido con Alice y Jasper. Edward desafió a Alice al ajedrez
"Ah," Alice puso mala cara, pero Edward estaba sonriendo.
y yo jugué con Jasper.
Jasper sonrió, eso significaba que su relación estaba bien, había estado temeroso de que las cosas estuvieran tensas entre ellos después de lo ocurrido.
Me hundió.
Sonreí. Ver jugar al ajedrez a Alice y Edward era una de las cosas más divertidas que había visto en mi vida. Se sentaban allí, inmoviles, mirando fijamente el tablero, mientras Alice intentaba preveer los movimientos que él iba a hacer, y a su vez él intentando escoger aquellas jugadas que ella haría en respuesta sin que pasaran por su mente. El juego se desarrollaba la mayor parte del tiempo en sus mentes y creo que apenas habían movido dos peones cuando Alice, de modo repentino, tumbó a su rey y se rindió. Todo el proceso transcurrió en poco más de tres minutos.
"Oh, eso fue un juego largo, entonces," dijo Emmett, eso sólo hizo que los pucheros de Alice aumentara, eso significaba que había sido un partido reñido.
Charlie pulsó el botón de silencio en la tele, algo inusual.
—Mira, hay algo que necesito decirte.
“Que será” también pregunto Jasper curioso.
Frunció el ceño y me pareció verdaderamente incómodo. Me senté y permanecí quieta, esperando. Nuestras miradas se encontraron un instante antes de que él clavara sus ojos en el suelo. No dijo nada más.
—Bueno, ¿y qué es, papá?
Suspiró.
—Esto no se me da nada bien. No sé ni por dónde empezar...
Esperé otra vez.
—Está bien, Bella. Este es el tema —se levantó del sofá y comenzó a andar de un lado para otro a través de la habitación, sin dejar de mirarse los pies todo el tiempo.
Emmett estaba leyendo esta parte realmente rápido, era obvio por el comportamiento de Charlie, que fuera lo que fuese, iba a ser entretenido.
—Parece que Edward y tú vais bastante en serio, y hay algunas cosas con las que debes tener cuidado. Ya sé que eres una adulta, pero todavía eres joven, Bella, y hay un montón de cosas importantes que tienes que saber cuando tú... bueno, cuando te ves implicada físicamente con...
Si Edward pudiera, estaría tan rojo como un tomate, se veía bastante menos pálido de lo que normalmente era, ya que sus hermanos se reían estruendosamente, temía por las paredes de cristal que temblaban.
"No sé por cuál de ellos siento más lástima", se rió Carlisle. "Me alegro de no tener deberes paternales de que preocuparme..."
Tanto Rosalie y Alice hicieron muecas y Edward fue incluso capaz de sonreír un poco.
—¡Oh no, por favor, por favor, no! —le supliqué, saltando del asiento—. Por favor, no me digas que vas a intentar tener una charla sobre sexo conmigo, Charlie.
“Tarde Bella, ya lo está haciendo” se rio Emmett.
El miró con fijeza al suelo.
—Soy tu padre y tengo mis responsabilidades. Y recuerda que yo me siento tan incómodo como tú en esta situación.
—No creo que eso sea humanamente posible. De todos modos, mamá te ha ganado por la mano desde hace lo menos diez años. Te has librado.
"Reneé  hablo de de sexo con ella cuando tenía ocho años... ¿no es que un poco temprano para eso?" Carlisle murmuró, pero la risa ahogada de Emmett, junto con sus intentos de leer, casi le ahogaban.
—Hace diez años tú no tenías un novio —murmuró a regañadientes. No me cabía duda de que estaba batallando con su deseo de dejar el tema. Ambos estábamos de pie, contemplándonos los zapatos para evitar tener que mirarnos a los ojos.
—No creo que lo esencial haya cambiado mucho —susurré, con la cara tan roja como la suya. Esto llegaba más allá del séptimo circulo del infierno; y lo hacía peor el hecho de que Edward sabía lo que me estaba esperando. Ahora, no me sorprendía que hubiera parecido tan pagado de sí mismo en el coche.
"No estás tan presumido ahora, ¿no?", se rió Jasper y Edward estaba pellizcando el puente de la nariz, él también lucía avergonzado.
—Sólo dime que ambos estáis siendo responsables —me suplicó Charlie, deseando con toda claridad que se abriera un agujero en el suelo que se lo tragara.
—No te preocupes, papá, no es como tú piensas.
"Eso no es lo que Eddy cree", se rió Emmett.
"No seas ridículo. Eso nunca va a suceder", dijo Edward.
"Claro que sí," dijo Emmett sonriendo. "Una vez que Bella sea un vampiro, estoy seguro de que ustedes van a..."
Edward había casi sonrió por un segundo antes de que él frunciera el ceño y parecía bastante enfadado. "Ella no se convertirá... no en esta realidad."
Pero tú si quieres, Alice pensó, sonriendo a su hermano.
—No es que yo desconfíe de ti, Bella; pero estoy seguro de que no me vas a contar nada sobre esto, y además sabes que en realidad yo tampoco quiero oírlo. De todas formas, intentaré tomarlo con actitud abierta, ya sé que los tiempos han cambiado.
Reí incómoda.
—Quizá los tiempos hayan cambiado, pero Edward es un poco chapado a la antigua. No tienes de qué preocuparte.
"Sí, porque él era chapado a lo nuevo cuando era joven", se rió Emmett.
"Eso termino ni siquiera existe", se burló Alice pero Emmett se encogió de hombros.
Charlie suspiró.
—Ya lo creo que sí —murmuró.
—Ugh —gruñí—. Realmente desearía que no me obligaras a decirte esto en voz alta, papá. De verdad. Pero bueno... Soy virgen aún y no tengo planes inmediatos para cambiar esta circunstancia.
Emmett se rió más fuerte, por supuesto, ya que juzgar por la mueca en el rostro de Edward, él había estada pensando en algunas cosas muy interesantes también.
Ambos nos moríamos de vergüenza, pero Charlie se tranquilizó. Pareció creerme.
—¿Me puedo ir ya a la cama? Por favor.
—Un minuto —añadió.
—¡Vale ya, por favor, papá! ¡Te lo suplico!
—La parte embarazosa ya ha pasado, te lo prometo —me aseguró.
“Oh” se lamento Emmett mientras Edward suspiraba aliviado.
Me aventuré a mirarle y me sentí agradecida al ver que parecía más relajado, y que su rostro había recuperado su tonalidad natural. Se hundió en el sofá, suspirando con alivio al ver que ya se había acabado la charla sobre sexo.
—¿Y ahora qué pasa?
—Sólo quería saber cómo iba la cosa del equilibrio.
—Oh. Bien, supongo. Hoy Angela y yo hemos hecho planes. Voy a ayudaría con sus tarjetas de graduación. Para chicas, nada más.
—Eso está bien. ¿Y qué pasa con Jake?
"¿No puede dejar al lobo fuera de esto?" Edward dijo con más dureza de lo que normalmente lo habría hecho, ya que sus nervios estaban un poco bastante estresados.
Suspiré.                                                                                                      
—Todavía no he resuelto eso, papá.
—Pues sigue intentándolo, Bella. Sé que harás las cosas bien. Eres una buena persona.
"Genial... eso solo pondrá más presión sobre ella", gruñó Edward.
Estupendo. Entonces, ¿era una mala persona si no conseguía arreglar las cosas con Jake? Eso era un golpe bajo.
“Muy bajo” afirmo Edward.
—Vale, vale —me mostré de acuerdo. Esta respuesta automática casi me hizo sonreír, ya que era una réplica que se me había pegado de Jacob. Incluso estaba empleando ese mismo tono condescendiente que él solía usar con su padre.
Edward frunció el ceño ante eso, ahora resultaba que se le habían pegado cosas del chucho.
Charlie sonrió ampliamente y volvió a conectar el sonido del televisor. Se dejó caer sobre los cojines, complacido por el trabajo que había llevado a cabo esa noche. En un momento estuvo sumergido de nuevo en el partido.
—Buenas noches, Bella.
—¡Hasta mañana! —me despedí, y salté camino de las escaleras.
Edward ya hacía rato que se había ido y lo más probable es que estuviera de vuelta cuando mi padre se hubiera dormido. Seguramente, estaría de caza o haciendo lo que fuera para matar el rato, así que no tenía prisa por cambiarme de ropa y acostarme. No me sentía de humor para estar sola, pero desde luego no iba a bajar las escaleras dispuesta a pasar un rato en compañía mi padre, por si acaso había algún otro asunto relativo al tema de la educación sexual que se le hubiera olvidado tocar antes;
“Debería bajar, esos temas son importantes para una señorita” rio Emmett.
me estremecí.
Así que gracias a Charlie me encontraba nerviosa y llena de ansiedad. Ya había hecho las tareas y no estaba tan sosegada como para ponerme a leer o simplemente a escuchar música. Estuve pensando en llamar a Renée para informarle de mi visita, pero entonces me di cuenta de que era tres horas más tarde en Florida y que ya estaría dormida.
Podía llamar a Angela, supuse.
Pero de pronto supe que no era con Angela con quien quería ni con quien necesitaba hablar.
"Oh, muy bien", gruñó Edward.
Miré con fijeza hacia el oscuro rectángulo de la ventana, mordiéndome el labio. No sé cuánto tiempo permanecí allí considerando los pros y los contras; los pros: hacer las cosas bien con Jacob, volviendo a ver otra vez a mi mejor amigo, comportándome como una buena persona; y los contras, provocar el enfado de Edward. Tardé unos diez minutos de reflexión en decidir que los pros eran más válidos que los contras.
"Así que yo no le permito ser una buena persona", Edward frunció el ceño.
“Bueno, desde su punto de vista si” dijo Jasper “Ella cree hacer lo correcto en ver al chucho, y tu no se lo permites, es decir, le prohíbes hacer lo correcto”
A Edward sólo le preocupaba mi seguridad y yo sabía que realmente no había ningún problema por ese lado.
"Oh, no creo que esa sea su única preocupación", bromeó Jasper.
"Cállate", susurró Edward.
El teléfono no sería de ninguna ayuda; Jacob se había negado a contestar mis llamadas desde el regreso de Edward. Además, yo necesitaba verle, verle sonreír de nuevo de la manera en que solía hacerlo. Si quería conseguir alguna vez un poco de paz espiritual, debía reemplazar aquel horrible último recuerdo de su rostro deformado y retorcido por el dolor.
“Si tan solo fuera tan fácil” suspiro Edward.
Disponía de una hora aproximadamente. Podía echar una carrera rápida a La Push y volver antes de que Edward se percatara de mi marcha. Ya se había pasado mi toque de queda, pero seguro que a Charlie no le iba a importar mientras no tuviera que ver con Edward. Sólo había una manera de comprobarlo.
Edward entrecerró los ojos ante eso.
Abarré la chaqueta y pasé los brazos por las mangas mientras corría escaleras abajo.
Charlie apartó la mirada del partido, suspicaz al instante.
—¿Te importa si voy a ver a Jake esta noche? —le pregunté casi sin aliento—. No tardaré mucho.
Tan pronto como mencioné el nombre de Jake, el rostro de Charlie se relajó de forma instantánea con una sonrisa petulante.
"Eso es muy injusto", se quejó Edward.
"Vas a tener que aprender a lidiar con eso", sonrió Emmett.
No parecía sorprendido en absoluto de que su sermón hubiera surtido efecto tan pronto.
—Para nada, Bella. Sin problemas. Tarda todo lo que quieras.
—Gracias, papá —le dije mientras salía disparada por la puerta.
Como cualquier fugitivo, no pude evitar mirar varias veces por encima de mi hombro
“Porque sabe que está haciendo algo malo” refunfuño Edward.
“Algo malo para ti querrás decir” se rio Emmett.
mientras me montaba en mi coche, pero la noche era tan oscura que realmente no hacía falta. Tuve que encontrar el camino siguiendo el lateral del coche hasta llegar a la manilla.
Mis ojos comenzaban apenas a ajustarse a la luz cuando introduje las llaves en el contacto. Las torcí con fuerza hacia la izquierda, pero en vez de empezar a rugir de forma ensordecedora, el motor sólo emitió un simple clic. Lo intenté de nuevo con los mismos resultados.
Y entonces, una pequeña porción de mi visión periférica me hizo dar un salto.
—¡¡Aahh!! —di un grito ahogado cuando vi que no estaba sola en la cabina.
"Yo sabía lo que Bella iba a intentar ", dijo Alice.
"No podía dejar que sea tan fácil para ella", dijo Edward.
"Probablemente habría sido mejor si no le dieras un ataque al corazón" reprendió Esme.
"Debo haber estado muy preocupaso," dijo Edward, y luego se encogió de hombros.
Edward estaba sentado, muy quieto, un punto ligeramente brillante en la oscuridad, y sólo sus manos se movían mientras daba vueltas una y otra vez a un misterioso objeto negro. Lo miró mientras hablaba.
"¿Ves?, sé lo suficiente sobre los coches para dejarlo sin funcionar", dijo Edward con aire de suficiencia.
"Estoy muy impresionada", dijo Rosalie, rodando sus ojos.
—Me llamó Alice —susurró.
¡Alice! Maldita sea. Se me había olvidado contemplarla en mis planes. Él debía de haberla puesto a vigilarme.
—Se puso nerviosa cuando tu futuro desapareció de forma repentina hace cinco minutos.
"Hm... No me gusta el sonido de eso", dijo Alice, con el ceño fruncido “Si tu futuro desaparece, es porque tu existencia llego a su fin...
"A mí tampoco me gusta", Edward frunció el ceño. "Si pudieras verlos, las cosas serían mas fáciles".
"Estoy muy apenada por no poder ayudarte," susurró Alice con voz envenenada, aunque sólo una parte de ella iba dirigida a Edward.
Las pupilas, dilatadas ya por la sorpresa, se agrandaron más aún.
—Ella no puede visualizar a los licántropos, ya sabes —me explicó en el mismo murmullo bajo—. ¿Se te había olvidado? Cuando decides mezclar tu destino con el suyo, tú también desapareces. Supongo que no tenías por qué saberlo, pero creo que puedes entender por qué eso me hace sentirme un poco... ¿ansioso? Alice te vio desaparecer y ella no podía decirme si habías venido ya a casa o no. Tu futuro se perdió junto con ellos.
»Ignoramos por qué sucede esto. Tal vez sea alguna defensa natural innata
"Teoría interesante", dijo Carlisle.
"Dudo que eso sea todo," dijo Edward. "Es algo más grande que una simple defensa para un solo vampiro."
"Y Edward es capaz de leerlos, asi que no son inmunes a lod dones de todos los vampiros", agregó Jasper.
—hablaba ahora como si lo hiciera consigo mismo, todavía mirando la pieza del motor de mi coche mientras la hacia girar entre sus manos—. Esto no parece del todo creíble, máxime si se considera que yo no tengo problema alguno en leerles la mente a los hombres lobo. Al menos los de los Black. La teoría de Carlisle es que esto sucede porque sus vidas están muy gobernadas por sus transformaciones. Son más una reacción involuntaria que una decisión. Son tan completamente impredecibles que hacen cambiar todo lo que les rodea. En el momento en que cambian de una forma a otra, en realidad, ni existen siquiera. El futuro no les puede afectar...
"Yo no creo que lo haya redactado así", Carlisle frunció el ceño. "Sin embargo, yo estaba pensando más en sus reacciones involuntarias".
Atendí a sus cavilaciones sumida en un silencio sepulcral.
—Arreglaré tu coche a tiempo para ir al colegio en el caso de que quieras conducir tú misma —me aseguró al cabo de un minuto.
“No creo que eso pase” dijo Emmett.
Con los labios apretados, saqué las llaves y salté rígidamente fuera del coche.
—Cierra la ventana si no quieres que entre esta noche. Lo entenderé —me susurró justo antes de que yo cerrara de un portazo.
Entré pisando fuerte en la casa, cerrando esta puerta también de un portazo.
—¿Pasa algo? —inquirió Charlie desde el sofá.
—El coche no arranca —mascullé.
—¿Quieres que le eche una ojeada?
—No, volveré a intentarlo mañana.
—¿Quieres llevarte mi coche?
"¡Deje de ser tan persistente!" Edward gruñó de nuevo.
Se suponía que yo no debía conducir el coche patrulla de la policía. Charlie debía de estar en verdad muy desesperado porque fuera a La Push. Probablemente tan desesperado como yo.
—No. Estoy cansada —gruñí—. Buenas noches.
Pateé mi camino escaleras arriba y me fui derecha a la ventana. Empujé el metal del marco con rudeza y se cerró de un golpe, haciendo que temblaran los cristales.
Edward bajó la cabeza, realmente se lo merecía, pero eso no disminuía la tristeza que sintió, y Emmett se detuvo por unos segundos, tratando de no reírse.
"¿Ese fue el final del capítulo?" Rosalie preguntó con impaciencia.
"No", se rió Emmett mientras leía la última línea.
Miré con fijeza el trémulo y oscuro cristal durante largo rato, hasta que se quedó quieto. A continuación, suspiré y abrí la ventana lo máximo posible.
"Idiota" Edward dijo, mirando a su hermano, pero Emmett se reía junto a Alice, Jasper y Rosalie.
"Ahora si es el final", dijo Emmett, entregando el libro a Esme.

Hola^^
Como están? Les gusto el capitulo? Merezco comentarios? Espero que si, en lo personal, para mi estos son capítulos introductorios al drama, asi que no hay mucha acción, asi que espero que aun asi les haya gustado J
Paso a contestar los comentarios:
-Ires: Gracias por tus buenos deseos, eso es lo que todos me dicen, que todo es por algo, y francamente, parece que si es por algo, espero que no, o sino las cosas se pondrán muy feas, jajajjaja
-Elsii Stw: Graciaaaas! Es bueno saber que tengo una lectora fiel, creo que eres una de las originales desde que empezó todo esto, jajajaja y pues que bueno que te gusten las reacciones de Edward, es tan tierno celosito, no?
-vcullen: que mala suerte lo de la luz! Suele pasar cuando uno menos lo espera!  Gracias por tus abrazos consoladores, no soy de recibir afecto, como que me molesta, pero bueno una no es de piedra, y saber que ni uno de mis disque amigos me haya preguntado por el tema, como que dolio, asi que agradezco tus buenos deseos J
-SALESIA: Hola amiga^^ tanto tiempo, y nada de cargos de conciencia, si he estado ausente mas de dos meses, deje de lado el fic para ponerme al 100% en mis estudios, pero no sirvió de mucho, ya que aun asi desaprobé :/ y pues no soy muy devota a lo religioso, quizás ese es mi error, me falta un poco de fé, ósea soy católica, pero me perdi en el camino cuando mi abuela falleció, y pues no he vuelto a creer como antes, no se si me explico bien? He avanzado mucho en todo este tiempo en mis creencias, peeeero, no del todo :P  y pues en cuanto al capítulo, eso es lo bueno de que Eddy lea, sabrá enmendar el sinfín de errores que cometió, y si si si , bella y Jacob leerán sol de medianoche, espero tanto llegar a esa parteeeeee, ajajjajajja ambos tendrán mucho que explicar. Ah y pues aun no me dan fecha de los próximos exámenes, asi que repaso todos los días para no olvidar todo lo que estudie en esos meses…
-Nerukilla: No tienes nada que agradecer, al contrario, gracias por leerme, y esperar por mis actualizaciones, a pesar de que soy muy impuntual :P lo mismo digo, cuídate, y mordiscos para ti!
-Babi: Hola^^ gracias por tus buenos deseos, y pues lamentablemente al estar en casa de mis padres, el internet es limitado, y como estare una laaaarga temporada con ellos, estare medio desaparecida de las redes sociales, pero aun asi  me hare tiempito para charlar contigo de vez en cuando!
-Lorria: Hola^^ te conozco??? Jajajjaja pero si eres mi pariente perdida!!! Jajajajajja es bueno saber que te gusto mi regalo de cumpleaños, ya que conseguir un Edward de chocolate fue un poco difícil, y como lo iba a mandar a Guatemala???? Todo un lio esto de vivir en distintos países, jajajjaja mens mal que es en el mismo continente! Nos leemos mas tarde donde siempre, ya que andas de vacaciones! :D que las disfutes!!!
-Anónimo 1: No te preocupes, sono muy mal, pero no me ofende ni nada, jajajjajja creo que lo que toda lectora quiere es que la escritora tenga mas tiempo y actualice mas rápido, lo digo porque también soy lectora, y es lo que mas quiero xD asi que todo bien, lo de subir mas de un capitulo, no estoy segura, pero si sere mas constante en las actualizaciones J, ah y porfis, deja tu Nick o nombre, lo que prefieras, asi no te contesto como anónimo :P
-Anónimo 2: Gracias por tus buenos deseos, yo también espero que me vaya bien en los próximos exámenes, aunque eso igual signifique que ya perdi un año, pero bueno, ya paso, es increíble cómo me hacen bien sus ánimos J que bueno que te guste el capitulo, esos significa que no se notaron mis malos ánimos, jajajjajaja ah y tambien, porfa la próxima vez deja tu Nick o nombre, lo que prefieras, asi no te contesto como anónimo :p

Y eso es todo por hoy, nos leemos el lunes siguiente, o quizás el martes ya que el domingo celebramos las pascuas! Jajajajjaja asi que FELICES PASCUAS adelantada para todos y todas, y ojo con el chocolate! Nah mentira, a atiborrarse de chocolate, que es bueno para el corazón!
Nos leemos el otro lunes.
Saludos.
Cary0605