Aviso: Los libros aquí transcriptos y los personajes pertenecen a Stephenie Meyer y la historia original “Reading Breaking Dawn” a Choices HP, yo solo la traduzco, todo esto es sin ánimos de lucro, solo por mero entretenimiento.
Traducción: Maryfer VC
Corrección: Cary0605
"Los hay que no entienden el concepto de «persona non grata»" leyó
Carlisle.
"Si, justo como el chucho,"
murmuró Rosalie.
Estaba a punto de quedarme dormido.
"Y entonces…BOOM,"
gritó Emmett riendo.
"Idiota," Rosalie lo
taladro con la mirada.
El bosque había pasado del negro al gris, ya que haría cosa de una hora
que el sol había asomado entre el velo de las nubes. Seth se había hecho una bola y se había quedado frito a eso de la
una. Yo le desperté al alba para hacer el relevo. Incluso a pesar de
haber pasado corriendo
toda la noche,
me había resultado
muy difícil calmar mi mente
desbocada lo suficiente para conciliar el sueño. El correteo rítmico de Seth
había ayudado lo
suyo.
Uno, dos tres,
cuatro. Uno, dos
tres, cuatro. Dum. Dum dum. Dum. El apagado rumor de sus
zarpas sobre la tierra reblandecida por la humedad había sonado una y otra vez mientras
efectuaba el amplio recorrido de la propiedad
de los Cullen.
Lo cierto es
que de tanto
pasar por los
mismos sitios ya
estábamos dejando una marca en el suelo.
"Bueno entonces detengan
eso... no queremos una senda," dijo Emmett.
Seth había tenido la mente en blanco, más allá de un borrón de color
gris o verde, mientras corría por el bosquecillo. Era muy apacible, y había
resultado de una gran ayuda, pues me permitió llenar la mente con las imágenes
de lo que
él veía en vez de
permitir que mis
propios recuerdos ocuparan una
posición central.
Y entonces, cuando
me hallaba semidormido,
un penetrante aullido
de Seth rompió la quietud de los
primeros momentos del amanecer.
"Más vale que no sea otra
falsa alarma," dijo Emmett.
"No..." dijo Esme en
desacuerdo. "No digas eso."
"Lo siento... solo digo que
el cachorro no debería darnos dos falsas alarmas,” Emmett trato de arreglarlo
pero Esme estaba ahora preocupada
Me levanté con
paso inseguro, pues
intenté empezar un
esprint con las
patas delanteras antes de haber afianzado las traseras. Corrí hacia el
lugar donde Seth se había quedado helado
al oír las pisadas de zarpas. Alguien
acudía corriendo hacia nosotros.
Muy buenos días, chicos.
"Mmm... Al menos eso no
suena como un ataque," dijo Emmett.
"Amm... ¿fue eso un dialogo
o un pensamiento? Preguntó Carlisle.
“Fue un pensamiento"," dijo
Jasper. "El cual ellos no deberían ser capaces de escuchar a menos que ese
lobo se hubiera unido a su manada…”
"Exacto," dijo Carlisle
por lo cual Esme se relajó un poco.
Seth soltó entre dientes un gemido de sorpresa.
¡Ay, Dios! ¡Lárgate, Leah!, gimió Seth.
Emmett empezó a reír. "Esa
debe ser la frase favorita del lobito.”
Me detuve al
llegar junto a
él, que ya
había echado la
cabeza hacia atrás, preparado para soltar otro aullido, en
esta ocasión para expresar su disconformidad.
Basta de ruido, Seth.
Vale. ¡Puf,
puf, puf! Gimoteó
un poco y dio
zarpazos en el
suelo, donde levantó grandes surcos.
Leah apareció al trote tras eludir los densos matorrales del sotobosque
gracias a su menudo cuerpo gris.
Hala, deja de lloriquear, Seth. No seas tan crío.
Le solté un
gruñido y pegué
las orejas a
la cabeza. Ella
retrocedió un paso
de inmediato.
¿Qué crees que estás haciendo, Leah?
La loba resopló con mala leche.
Me parece bastante
obvio, ¿no? Me
uno a esta
manada de mierda,
al grupo de los
renegados, al de los chuchos guardianes de los vampiros. Profirió por lo bajinis una risa sarcástica
"¿Ella nos odia?" preguntó
Emmett.
"Si," replicó Jasper.
"¿Entonces porque vino?"
cuestionó Emmett.
"Tal vez por su
hermano," Jasper se encogió de hombros.
"Creo que se necesitaría más
que eso,” dijo Emmett
“Es muy protectora con él,” le
recordó Esme
"Y él es el único lobo que
realmente le gusta,” añadió Alice
Ni de coña. Ya te estás largando por dónde has venido antes de que te
desjarrete un tendón.
Como si pudieras alcanzarme,
replicó la loba; me dedicó una ancha sonrisa.
¿Hacemos una carrera, oh, audaz líder?
Emmett resopló riendo.
Respiré hondo hasta llenar los pulmones tanto que se me marcaron los
costados hinchados. Luego, una vez que estuve seguro de que no iba a ponerme a
gritar, solté todo el aire de un soplo.
Seth, ve a tranquilizar a los Cullen, diles que sólo es la tonta de tu
hermana.
Lancé esa idea con la mayor hostilidad
posible. Yo
me haré cargo de esto.
Enseguida.
El chaval estaba feliz de poderse
quitar de en medio. Se desvaneció en dirección a la casa.
"Si, quien no quisiera estar
cerca de tú tonta hermana,” Se burló Emmett y Alice lo fulmino con la mirada “Tonta
y molesta hermana”.
Leah resolló y se inclinó hacia él con la pelambrera del lomo erizada.
¿Le vas a dejar ir solo al encuentro de los vampiros?
"Nosotros no vamos a
lastimar al cachorro,” dijo Emmett ofendido.
El pobre preferiría que ellos le echaran el guante antes que pasar otro
minuto contigo, estoy seguro.
Cierra esa bocaza, Jacob. Upa, lo siento, quería decir: cierra esa
bocaza, oh, el más poderoso de los machos Alfa.
Emmett se carcajeó de nuevo.
¿A qué diablos has venido?
¿Te crees que voy a quedarme sentada en casa mientras mi hermanito se
ofrece voluntario para ser un juguete de masticar para vampiros?
"¿Ves?, yo tenía razón,"
dijo Jasper.
"Sigo teniendo otra
razón," dijo Emmett, "porque ella debió haber llegado la noche
anterior si ese fuera el caso.
"Amm... buen punto," razonó
Jasper.
Seth no desea ni necesita tu protección. De hecho, nadie te quiere aquí.
Ay, ay, qué
disgusto tan grande,
nunca voy a
olvidarlo. ¡Ja!, estalló. Dime una
sola persona que me quiera cerca y me iré.
"Pobre niña," suspiró
Esme.
"Si ella no fuera tan
amargada todo el tiempo la gente podría quererla cerca," dijo Jasper.
Así que, después de todo, no has venido por causa de Seth, ¿verdad?
Por supuesto que sí. Intentaba hacerte caer en la cuenta de que ya sé
cómo es que nadie te quiere. Eso no es un incentivo, no sé si sabes a qué me
refiero.
Rechiné los dientes e intenté mantener enhiesta la cabeza.
¿Te ha enviado Sam?
No hubierais sido capaces de oírme si hubiera venido por orden de él. Ya
no le debo lealtad a Sam.
Presté especial atención
a los pensamientos
que iban entremezclados con
las palabras. Debía ser
capaz de ver
en aquéllos si
se trataba de
un movimiento de distracción o una estratagema, pero no
había nada de eso. Su afirmación era la pura verdad, una verdad renuente, casi
desesperada
“Bueno es lindo saber que tenemos
un tal dispuesto aliado de nuestro lado,” bromeó Emmett
"No me gusta," dijo
Jasper mientras fruncía el ceño, "pero sigue siendo de ayuda para nosotros
en este momento. Disminuye su número a siete… es una pelea equitativa ahora.
Entonces ¿ahora me
eres leal a
mí?, pregunté con
profundo sarcasmo.
Sí, sí, ya,
ya. Vale.
No es que tenga muchas alternativas. Juego con las cartas que me caen. Confía en mí, no estoy
disfrutando de esto más que tú.
Eso era mentira.
Había un tipo
de entusiasmo muy
agudo en su
mente. La situación le repateaba,
sí, pero también se estaba embarcando en algo muy anómalo.
Hurgué en su mente en busca de un motivo que me permitiera comprenderla.
La loba reaccionó
ante la intrusión
y se le
pusieron los pelos
de punta. Por lo
general, solía hacer luz de gas a Leah y jamás había intentado buscarle lógica
a sus actos.
Nos vimos interrumpidos por Seth, que venía devanándose los sesos
buscándole una explicación al
aspecto de Edward.
Leah soltó un
gañido, llena de
ansiedad. El recién llegado nos
ofreció la imagen del vampiro asomado a la misma ventana de la noche pasada. Su
rostro impasible no mostró reacción alguna ante las noticias. Era un semblante
huero y sin vida.
"Oh, Edward," suspiró Esme
poniendo la mano sobre él. Lucía peor sabiendo que Bella no estaba mejorando… y
que podría estar peor.
Uf, qué mala pinta tenía, dijo Seth para sus adentros. No reflejó ningún cambio ante mis palabras y
desapareció en el interior del edificio.
Seth
había vuelto derechito hacia nuestra posición. Leah se relajó un poco.
¿Qué ocurre?,
preguntó la loba. Ponme al día enseguida.
¿Y para qué...? Tú no te quedas.
De hecho, señor Alfa, me quedo. No vayas a pensarte que no he intentado
independizarme, pero tú mejor que nadie
sabes a la perfección que eso no es posible, y como da la impresión de que debo
pertenecer a alguien, pues te elijo a ti.
"Ah... ¿Eso no te hace
sentir especial?” pregunto Emmett con burla
"Él podría ordenarle que se
vaya," dijo Jasper.
"Pero no lo hará,"
argumentó Emmett. "No ordenes Alfa de parte del chucho,”
"Y es por eso que él está
por encima de ellos," bromeó Jasper.
Gracias, capitán Evidente. A mí eso me importa un bledo. Me quedo con
Seth.
Tampoco te gustan
los vampiros. ¿No
te parece que
existe un pequeño
conflicto de intereses?
Como si a ti te gustasen.
Pero yo me he comprometido con esa alianza, y tú no.
Pienso mantener las distancias. Puedo patrullar por el exterior, como
Seth.
¿Y se supone que debo fiarme de ti durante tus turnos?
Ella estiró el
cuello y se
sostuvo con las
puntas de los
dedos en un
intento de igualarme en altura
para poder mirarme a los ojos.
No voy a traicionar a mi manada.
Me entraron ganas de echar la cabeza hacia atrás y lanzar un buen aullido, tal y como había hecho antes
Seth.
Ésta no es
tu manada porque
ni siquiera es
una manada, pero
¿qué os pasa a los
Clearwater? ¿Por qué no podéis dejarme solo?
"Mala suerte perro," se
rió Emmett
Seth surgió de pronto desde detrás
de nosotros y se puso a
lloriquear, ofendido. Estupendo.
“Alguien está muy sensible” se
río Alice encontrando divertida la situación.
Pero te he sido útil, ¿no, Jake?
Tú solo no eres un estorbo, chaval, pero vais juntos en el trato, tú y
tu hermana, y la única forma que tengo
de librarme de
Leah es mandándote
a casa. ¿Puedes echarme la
culpa por querer que vuelvas a casa?
"Nop," Emmett rió muy
fuerte.
Puf, Leah, ¡lo estropeas todo!
Sí, lo sé, repuso ella.
Una enorme carga de desesperación lastraba ese pensamiento.
“Oh Leah, ella no lo está pasando
nada bien” suspiro Esme.
Sentí el dolor implícito en esas tres palabras tan breves, y era más de
lo que había supuesto. No quería sentir aquello. No deseaba sentirme mal por
ella. Los lobos no le habían concedido tregua, seguro, pero ella había acudido
a la manada con toda esa carga de amargura que tiznaba cada uno de sus pensamientos
y convertían su mente en una auténtica pesadilla.
Seth también se sintió culpable.
Jake, no vas a enviarme de vuelta, ¿verdad? Leah no es tan mala, de
veras, quiero decir, con su ayuda podemos extender el perímetro de vigilancia,
y eso deja la manada de Sam en siete unidades.
Sin ella, no
es posible que
lance un ataque
que nos sobrepase
en número. Probablemente,
convenga...
“Para eso están los hermanos” aprobó
Esme dándole una mirada Esme que estaba haciendo caras.
Sabes que no es mi deseo liderar una manada, Seth.
Pues entonces, no nos mandes, propuso Leah.
Resoplé. Estupendo. Hala, poneos a correr alrededor de la casa.
Éste es mi
lugar, Jake, intervino Seth. Me
caen bien esos
vampiros, los Cullen.
Los considero como si fueran personas y voy a protegerlos porque se
supone que ése es nuestro deber.
"Tú lo has dicho cachorro,"
Emmett sonrió de oreja a oreja.
Quizá sea tu lugar, chaval, pero no el de tu hermana, y ella va a ir
allí adonde tú vayas...
Me detuve en seco, porque me percaté de algo cuando estaba pronunciando
esas palabras, algo sobre lo que la recién llegada había procurado no pensar.
Leah no iba a cualquier sitio.
Creí que esto guardaba relación con Seth, pensé con aflicción.
Ella dio un respingo. He venido aquí a causa de Seth, por
supuesto.
"Te dije que había más que
solo el cachorro,” Emmett sonrió engreídamente.
"Entonces deberías haber
apostado conmigo,” Jasper le sonrió de vuelta
"Hmph," Emmett se
enfurruñó y cruzó los brazos.
Y para alejarte de Sam.
"Claro," dijo Esme.
"Ella querría eso.”
"Debió estar matándola el
estar cerca de él,” dijo Alice, “conociendo lo que pensaba de su prima…”
"Si, incluso estar cerca del
estúpido perro debe ser mejor que eso,” agregó Rosalie a pesar de que deseaba
que eso no estuviera pasando porque quería saber más acerca de la condición de
Bella y menos sobre temas de lobos.
Apretó con fuerza la mandíbula. No
he de explicarte mis razones, sólo debo atenerme a lo que digo. Pertenezco a tu
manada, Jacob, y punto.
Me alejé de ella entre gruñidos.
Mierda. Jamás iba
a sacármela de
encima. Por mucho
que me detestara
y por mucho que
le repateara tener
que proteger a
los Cullen, cuando
en realidad los aborrecía
tanto que sería
dichosa si fuéramos
a matarlos a
todos en ese
mismo instante, nada de
eso era comparable
con el sentimiento
que la embargaba
ante la posibilidad de librarse
de Sam.
“¿Así que tenemos una nueva
aliada?” Refunfuño Emmett.
“Así parece” asintio Jasper.
A Leah yo
no le gustaba
ni en pintura,
así que tampoco
era tan flipante que yo
deseara que se esfumase.
Ella amaba a Sam. Seguía queriéndole. Pero él también deseaba su
desaparición, y eso dolía más
de lo que
ella estaba dispuesta
a soportar ahora
que tenía otra alternativa.
"Eso es horrible," suspiró
Esme.
Leah iba a
aceptar cualquier opción,
aunque eso significara
tener que convertirse en el
perrillo faldero de los Cullen.
"Siempre quise un perrito,"
bromeó Emmett.
No sé yo si llegaría tan lejos, me atajó ella. Intentó conferir a su
pensamiento un tono agresivo y duro, pero había muchas fisuras en esa imagen de
firmeza. Estoy segura de que antes protagonizaría
unos cuantos intentos de suicidio.
"¿Unirse a nosotros es peor
que la muerte?" preguntó Emmett. "No creo que seamos tan malos."
Mira, Leah...
No, mira tú,
Jacob. Deja de
discutir conmigo, porque
esto no va a
hacer ningún bien a
nadie. Me mantendré apartada de tu camino, ¿vale? Haré todo lo que quieras,
excepto volver a la manada de Sam y ser la patética ex novia de la que él no
puede mantenerse lejos. Se sentó sobre los cuartos traseros y me
miró fijamente a los ojos. Si quieres que me vaya, vas a tener que obligarme.
Me tiré un minuto largo de mala leche y refunfuñando. Empezaba a sentir
cierta simpatía por Sam a pesar de cómo se había comportado con Seth y conmigo.
No me extrañaba que siempre estuviera dando órdenes. ¿De qué otro modo iba a
conseguir que se hicieran las cosas?
"Bien…duh," Jasper puso
los ojos en blanco.
¿Te enfadarías mucho conmigo si mato a tu hermana, Seth?
El aludido aparentó considerarlo durante un minuto largo.
Bueno, probablemente, sí.
“A pesar de no soportar a
nuestros hermanos, nos enojaríamos si los mataran” confirmo Emmett de acuerdo
con Seth.
Suspiré.
De acuerdo, entonces, señorita Hago-cuanto-se-me-antoja. ¿Por qué no
empiezas siendo de utilidad y nos
cuentas lo que
sepas? ¿Qué ocurrió
la noche pasada
después de nuestra marcha?
"Si, esa es una buena idea,"
dijo Jasper. Mientras más información tuvieran mejor para ellos.
Se armó un follón de aullidos, pero lo más probable es que oyerais esa
parte. Fueron tan fuertes que nos llevó un buen rato descubrir que ya no éramos
capaces de escuchar vuestros pensamientos.
Sam estaba... Las
palabras le fallaron,
pero no hacían
falta, pudimos verlo con
las mentes. Tanto
Seth como yo
nos encogimos.
Después de eso,
enseguida quedó claro que nos lo íbamos a tener que pensar dos veces.
Sam tenía planeado hablar con los ancianos a primera hora de la mañana. Se
suponía que íbamos a reunimos y trazar un plan de acción, pero me atrevo a
aventurar que él no tenía intención de lanzar un ataque inmediato, pues, llegados a este punto, tras vuestras
deserciones y con los vampiros sobre aviso, era un suicidio. No estoy segura de
sus planes, pero si yo fuera un chupasangre no merodearía solo por el bosque.
Se ha abierto la veda del vampiro.
¿Decidiste abrirte esta mañana?, le pregunté.
Pedí permiso para volver a casa y contarle a mi madre lo sucedido la
noche pasada, cuando nos dividimos para patrullar.
¡Mierda! ¿Se lo has contado a mamá?- aulló Seth.
Emmett se rió. "El
claramente parece asustado por eso."
"Lo está," dijo Esme.
"Ella debe estar muy preocupada... y ahora que Leah se ha unido también.
Pobre Sue."
"Sobrevivirá," djio
Emmett. "Ellos dicen que es fuerte."
"Eso no deja de hacer que se
preocupe," suspiró Esme.
Deja a un lado el rollo familiar un momento, Seth. Continúa, Leah.
Me tomé un
minuto para darle
vueltas a lo
ocurrido en cuanto
adopté forma humana, bueno, a decir verdad, me tomé toda
la noche. Apuesto a que los demás pensaron que me había dormido, pero había
mucho sobre lo que cavilar en todo aquello de dos manadas separadas con
dos mentes grupales
diferentes. Al final,
sopesé la seguridad
de Seth y
las... eh... restantes ventajas por un lado, frente a la
idea de convertirme en una traidora y
soportar el hedor a vampiro por
quién sabe cuánto tiempo. Ya conoces mi decisión, he dejé una nota a mi madre.
Supongo que lo oiremos de inmediato cuando Sam se entere...
La joven Clearwater alzó una oreja hacia el oeste.
Sí, lo imagino, coincidí.
Así que eso es todo. ¿Y qué hacemos ahora?, preguntó ella.
Leah y su hermano me miraron expectantes.
"Bueno tu eres el Alfa
ahora," se burló Jasper.
Ése era el tipo de cosas que no deseaba tener que hacer.
Por ahora nos limitaremos a estar ojo avizor. No podemos hacer ninguna
otra cosa. Lo más probable es que quieras echar una cabezada, Leah.
Tú tienes tanto o más sueño que yo.
Pero ¿no ibas a hacer lo que yo te dijera?
"Ha... Entonces no hables a
sus espaldas," Emmett rió por lo bajo.
Vale, hala, vas a hacer que me salgan canas, refunfuñó; luego, bostezó. Bueno, lo que sea, no me preocupa.
Voy a patrullar
la línea fronteriza,
Jake. No estoy
cansado, para nada. Seth tenía
tal alegría en el cuerpo porque no los hubiera obligado a volver a casa,
que no cesaba de hacer cabriolas de puro entusiasmo.
Sin duda, sin duda. Voy a hacer acto de presencia en casa de los Cullen.
Seth siguió el
sendero recién impreso en
la tierra reblandecida
por la humedad.
Leah le miró con gesto pensativo.
Tal vez un
par de rondas
antes de quedarme
sopa... Eh, Seth, ¿quieres ver
cuántos lametones soy capaz de darte?
¡No!
Emmett estallo en carcajadas “Estos
hermanos son geniales”
Leah se internó en los bosques a toda prisa en pos de su hermano. Aulló
por lo bajinis mientras sofocaba una risita.
Expresé mi descontento con un gruñido, fue en vano. Se acabaron el
silencio y la paz.
Leah lo estaba intentando siendo como era. Había reducido las mofas al
mínimo mientras recorría el circuito de patrulla, pero era imposible pasar por
alto esa actitud suya de estar
pagada de sí
misma. Me acordé
entonces del dicho
«dos son compañía». No se
aplicaba al caso. Yo, estando solo, ya tenía la mente bien ocupada; pero si
debíamos ser tres, me resultaba fácil pensar que hubiera preferido a cualquier
otro de la manada.
¿Y qué me dices de Paul? sugirió
ella.
“Cierto, no creo que le
agradara," dijo Emmett. "No desde que se imprimó en su hermana."
Quizá, concedí.
Ella se rió para sus adentros, demasiado nerviosa y acelerada como para
tomárselo a mal. Me pregunté cuánto le duraría el efecto positivo que le
provocaba saber que, desde ahora, podría evitar la compasión de Sam.
"No mucho," dijo Emmett.
"Estoy seguro que la enfadaras en poco tiempo."
"Una tarea fácil para él
perro," refunfuñó Rosalie.
Entonces, ése será mi objetivo, mostrarme menos chinche que Paul.
Emmett rió entre dientes. "Este
capítulo es muy divertido."
"Es un capítulo tonto" siseó
Rosalie. “No nos esta dando información sobre Bella”
Sí, prueba con eso.
Adopté forma humana cuando estuve a pocos metros del prado, a pesar de
que no había planeado pasar mucho tiempo como hombre en esa zona, pero
tampoco había contado con
tener a Leah
en mi cabeza.
Me puse los
raídos pantalones y
crucé el jardín.
La puerta se abrió antes de que pusiera el pie en las escaleras.
Carlisle salió a mi encuentro. Me sorprendió
que fuera él
en vez de Edward.
"Edward no se separará de
Bella si puede ayudarla” Alice puso los ojos en blanco. “Y viendo que está en
forma humana no es requerido.”
Llevaba escrito en el
semblante el cansancio
y la derrota.
El corazón se
me heló durante
un instante y renqueé, incapaz de decir ni mu.
— ¿Estás bien, Jacob? —preguntó el vampiro.
— ¿Bella ha...? —pregunté con voz estrangulada.
—Ella está... estable,
como la noche
pasada. ¿Te ha
asustado mi presencia?
Lo siento... Edward me anunció tu llegada en forma humana y he venido a
recibirte yo, pues él no quiere separarse de Bella ahora que está despierta.
Edward no se quería perder ni un minuto de la compañía de Bella, ya que
a ésta no le quedaba mucho tiempo de vida.
Edward tuvo un escalofrío.
Carlisle no lo verbalizó, pero la idea flotaba en el aire como si lo
hubiera hecho.
Habían pasado bastantes
horas desde que,
antes de mi
última patrulla, había logrado dormir algo, y fue entonces
cuando me vino el bajón. Me adelanté un
paso y me dejé caer sobre uno de los escalones del porche; apoyé la espalda en
la baranda.
Carlisle se sentó
en el mismo
escalón, descansando el
cuerpo sobre la
otra barandilla, con ese sigilo que únicamente está al alcance de los
vampiros.
—La noche pasada
no tuve ocasión
de darte las
gracias, Jacob. No
sabes cuánto aprecio tú...
compasión. Sé que tu propósito es proteger a Bella, pero estoy en deuda contigo por
la seguridad del
resto de mi
familia. Edward me
ha contado qué
has hecho...
—Ni lo mencione... —murmuré.
"Supongo que es algo que
realmente no quiere escuchar en este momento,” dijo Carlisle
—Como prefieras.
Permanecimos sentados en silencio. Era capaz de oír la conversación de
los demás en el interior del edificio. Escaleras arriba, Emmett, Alice y Jasper
hablaban en voz baja con tono serio. Esme tarareaba de forma disonante en otra
habitación.
Esme suspiró. Ella tenía que
estar más que preocupada de lo que ya sabía que estaba y ahora lo confirmaba.
Rosalie y Edward respiraban... No sabría explicar cuál era la aspiración
de cada uno, pero me sentía perfectamente capaz de distinguir ambas frente al
resuello trabajoso de Bella, cuyos latidos arrítmicos también podía escuchar.
Era como si el destino se hubiera propuesto obligarme a llevar a cabo
todo cuanto había prometido no
hacer en las
últimas veinticuatro horas.
Carlisle entrecerró los ojos a la
mención de eso y se preguntaba a qué se refería.
Y yo estaba haraganeando por allí, a la espera de
la noticia de su muerte.
No quise continuar escuchando. Hablar era mejor que oír.
— ¿Considera a Bella
una más de
la familia? —pregunté
a Carlisle. Había advertido algo
en su comentario
anterior, cuando me
había agradecido la
ayuda prestada al «resto de mi familia».
"Pues claro que es mi
familia," sonrió Carlisle. "Pienso así de ella ahora incluso antes de
conocerla,”
—Sí, la considero ya como otra hija más, una muy querida.
—Pero va a dejarla morir.
"Estoy seguro de que haré
todo lo posible para evitarlo,” dijo Carlisle. “Ella no va a morir,” añadió
firmemente.
Se quedó en
silencio durante tanto
rato que acabé
por alzar los
ojos. Su rostro reflejaba un enorme cansancio. Sabía
cómo se sentía.
—Me hago una idea de tu opinión a
este respecto —contestó al final—, pero
no puedo ignorar su voluntad. No sería correcto elegir por ella ni obligarla.
"No... Eso definidamente no
estaría bien," siseo Rosalie.
Me habría encantado cabrearme con él, pero me lo ponía difícil
"Carlisle... como logras que
sea tan difícil enojarse contigo," comentó Emmett sarcásticamente.
Era como si me estuviera
devolviendo mis propias
palabras, pero entremezcladas. Si
valían antes, ahora también, pero
resultaba más duro aceptarlo cuando Bella se estaba muriendo, y aun así... Me
acordé de cómo me sentía en el suelo, aplastado por la voz Alfa de Sam, sin
otra elección que
verme involucrado en el asesinato
de mi amada.
Sin embargo, no era
lo mismo. Sam se
equivocaba y Bella
amaba a las
criaturas indebidas.
"No, es exactamente lo mismo...
Bella está en lo correcto acerca de esto," empezó Rosalie con firmeza.
— ¿Cree
usted que tiene
alguna oportunidad de
conseguirlo? Como vampiro
y todo eso, quiero decir, no como humana. Bella me habló de Esme.
—Yo diría que
existe una posibilidad
razonable en ese
punto —respondió con sosiego—. He visto obrar milagros al
veneno del vampirismo, pero hay extremos que ni
siquiera eso es
capaz de superar.
El corazón de
Bella late ahora
con demasiado esfuerzo, si le
falla... No es mucho lo que voy a poder hacer por ella.
El corazón de la embarazada palpitó de forma agitada e irregular,
confiriendo un énfasis agónico a las palabras del médico.
Edward se encogió ante eso.
Quizás el planeta
había empezado a
invertirse. Eso justificaría
que ahora todo fuera lo contrario a cómo eran las cosas
durante el día anterior, y sería la explicación de por
qué confiaba en
lo que antes
me había parecido
lo más abominable
del mundo.
— ¿Qué le hace exactamente esa cosa?
—Pregunté con un hilo de voz—. La noche pasada se
encontraba mucho peor.
Miré por la
ventana y vi
los tubos y toda la parafernalia...
—El feto no
es incompatible con
el cuerpo. Demasiado
fuerte, eso sí,
pero es posible que ella pueda
soportarlo durante un tiempo. El mayor de los problemas es que la criatura no
le permite obtener el sustento necesario. El cuerpo de Bella rechaza
cualquier forma de
alimentación. Ahora, he
intentado aportarle nutrientes
por vía intravenosa, pero no los
asimila. La enfermedad se está acelerando. Observo al feto y también a ella, y
la veo morir de inanición una hora tras otra. No consigo detenerlo ni
ralentizarlo y tampoco me veo capaz de descubrir el propósito del feto.
La voz de fatiga se le quebró al final de la frase.
Carlisle negó con la cabeza.
"Lo siento."
"Lo estas intentando," dijo
Edward forzándose a sí mismo a ser optimista. Sonaba extraño viniendo de él. "Puedes
hacerte una idea."
"No lo entiendo," dijo
Rosalie. "El bebé debe saber que ella necesita nutrirse para sobrevivir…
para que ambos sobrevivan…. Debe tener instintos de supervivencia.
"Tienes razón... debe haber
algo que pueda hacer," suspiró Carlisle. "Solamente no sé qué.
Me embargaron los
mismos sentimientos del
día anterior, cuando
vi los trazos morados del vientre: rabia y algo de
locura.
Cerré las manos
hasta convertirlas en
puños a fin
de controlar los
temblores.
Odiaba a esa cosa que le hacía daño. No le bastaba con golpearla desde
dentro, no, ese monstruo también
debía matarla de
hambre. Probablemente, sólo
estaba buscando algo donde hincar el diente, una garganta para succionar
la sangre, y como todavía no tenía el tamaño suficiente para matar a nadie de
ese modo, se conformaba con irle absorbiendo la vida a Bella.
Yo podía decir al doctor Cullen qué quería: muerte y sangre, sangre y
muerte.
"¡Sangre!" dijo Carlisle
repentinamente emocionado. "Si el bebé es como nosotros..."
"¡Debe querer sangre!" finalizó
Rosalie.
"Entonces… ¿Eso significa
que Bella tiene que beber sangre?” dijo Emmett. “¡Como humana!”
"Creo que debería," dijo
Carlisle, "Si da resultado."
"Creerías que yo estaría de
acuerdo con eso pero suena simplemente enfermo," dijo Emmett.
"Es un poco inquietante
pensar en un humano haciendo eso," Jasper rió por lo bajo.
"Pero si eso salva al bebe..."
dijo Rosalie.
"Lo sé, lo sé," dijo
Emmett. "Todo está bien conmigo."
Edward de repente parecía tener
más esperanzas, su semblante cambio de un rictus de piedra a una pequeña
sonrisa.
Se me pusieron
los pelos como escarpias y
me subió la
temperatura de la
piel. Inspiré y espiré despacio en un intento de recuperar la calma.
—Me gustaría poder
formarme una idea
más precisa de
qué es exactamente
—susurró el doctor—,
pero el feto
está bien protegido.
He sido incapaz
de obtener imágenes ultrasónicas
del mismo, y dudo que exista forma de introducir una aguja en las membranas del
saco amniótico. De todos modos, Rosalie tampoco me dejaría intentarlo.
"Lo siento," dijo
Rosalie sabiendo que a Carlisle le gustaría tener algo en que pensar… un
problema para analizar y entonces no estar tan preocupado sobre eso.
"Está bien," suspiró
Carlisle pensando que le gustaría saber las respuestas a los cuestionamientos
del Carlisle del libro.
— ¿Una aguja...? —musité—. ¿Y qué utilidad tendría eso?
—Cuanto más sé
del embrión, me
hago una idea
más aproximada de sus
capacidades. Qué no daría yo por una simple muestra de líquido amniótico. Sólo
con saber el número de cromosomas....
—No le pillo, doctor. ¿Podría simplificarlo un poco?"
Emmett se rió.
“Tú no lo necesitas que lo simplifique para ti
también ¿O sí?" se burló Alice.
"Claro que no, Yo sé todos
sobre cromosomas y basura como esa," contesto Emmett molesto.
"Sin embargo fue difícil
explicarle sobre eso la primera vez," Rosalie sonrió con malicia mientras
los demás reían al ver a Emmett haciendo un mohín
Carlisle se rió
entre dientes, pero
había una nota
de agotamiento incluso
en sus carcajadas.
—De acuerdo. ¿Qué
sabes de biología?...
¿Has estudiado los
pares de cromosomas?
—Eso creo. Tenemos veintitrés, ¿no?
—Los humanos, sí.
Bizqueé.
— ¿Cuántos tiene usted?
—Veinticinco.
Clavé la mirada en los puños durante unos instantes.
— ¿Y qué significa eso?
—Llegué a creer
en un principio
que nuestras especies
eran completamente diferentes,
que guardaban menos relación que dos felinos tan dispares como un león de la
sabana y un
gato casero, pero
esta nueva vida,
bueno, sugiere que
desde el punto de
vista genético somos
más compatibles de
lo que supuse
—suspiró con tristeza—. No les
advertí porque lo ignoraba.
"Está bien Carlisle,"
dijo Edward al ver que Carlisle lucia triste por eso. "Sé que me habrías
advertido si hubieras pensado que era posible.
También yo suspiré. Había sido tan fácil odiar a Edward por semejante
ignorancia, y seguía aborreciéndole,
mientras que se me hacía muy cuesta arriba sentir lo mismo contra
Carlisle, tal vez porque las sombras de los celos no alcanzaban al doctor.
"Eso debe ser," se
burló Emmett.
—El número de cromosomas podría ayudarnos a saber si el feto está más
cerca de nuestra naturaleza o
de la suya,
y también sabríamos
qué esperar. —Luego,
se encogió de hombros—. Puede que no sirva de nada. Supongo que sólo
deseo tener algo que hacer, cualquier cosa.
—Me preguntó cómo serán mis cromosomas —musité al azar.
Volví a darle vueltas a las pruebas de esferoides y antidopaje para los
atletas de las olimpiadas. ¿Funcionaría conmigo un escáner de ADN?
"No, no lo haría. No tiene
caso hacer eso hasta donde yo sé,” dijo Carlisle. “Me gustaría que él supiera cuántos
cromosomas tienen los lobos.”
Carlisle tosió con timidez.
—Tienes veinticuatro pares de cromosomas, Jacob.
"Ah, gracias,” sonrió
Carlisle.
“Parece que lo sabes aún con su
falta de conocimiento" dijo Jasper.
Volví lentamente la cabeza para mirarle con fijeza y enarqué las cejas en gesto de muda pregunta. El
médico pareció avergonzado.
—Sentía... sentía una gran curiosidad. Me tomé la libertad de
averiguarlo cuando te traté el pasado mes de junio.
Lo estuve valorando durante un instante.
—Supongo que eso tendría que irritarme, pero no me importa.
—Lo siento, debí pedirte permiso.
—Está bien, doctor. No pretendía hacerme daño.
—No, te prometo que jamás tuve esa intención. Es sólo que... Bueno, tu
especie me parece fascinante.
"Si... más que fascinante,"
dijo Carlisle.
"Oh no, ahora hay dos
Carlisle emocionados acerca de algo," dijo Emmett. "Esto no puede ser
bueno."
El Carlisle en la sala trato de
controlar su emoción mientras todos los demás reían.
Vuestra divergencia genética con el género humano es de lo más
interesante. Casi mágica.
— ¡Abracadabra! —murmuré.
Ya estaba otro igual que Bella con toda esa monserga sobre la magia.
"No me molesta esa
comparación," sonrió Carlisle.
Carlisle soltó otra de sus risas lastradas por la fatiga.
Entonces escuchamos la voz de Edward en el interior de la casa y ambos
hicimos una pausa para enterarnos mejor.
—Vuelvo enseguida, Bella. Quiero hablar un momento con Carlisle. De
hecho, ¿te importaría acompañarme, Rosalie?
La voz de Edward sonaba diferente, era menos sepulcral, había en ella
una nota de vida, una chispa de algo, tal vez no se trataba exactamente de
esperanza, pero quizá sí el deseo de una ilusión.
"¿Y eso porque?" cuestionó
Emmett.
"No estoy seguro..."
Edward se encogió de hombros pero sabía lo que él Edward del libro tenía:
Esperanza
¿Crees
que tiene que ver con el pensamiento sobre la sangre? Pensó
Alice mientas que Edward asintió con la cabeza…
— ¿Qué ocurre, Edward? —preguntó Bella con voz ronca.
—No debes preocuparte de nada, cariño. Va a ser cosa de un segundo. ¿Vienes, Rose?
— ¿Esme? —Llamó la aludida—. ¿Puedes ocuparte de Bella por mí?
Percibí un susurro similar al de un soplo de viento cuando Esme bajó
corriendo por las escaleras, antes de contestar:
—Por supuesto.
Carlisle cambió de
posición y se
retorció mientras contemplaba
la puerta con expectación. Edward traspasó el umbral en
primer lugar, seguido de Rosalie, que le pisaba los talones. A su rostro le
sucedía lo mismo que a la voz, ya no era el de un muerto. Parecía intensamente
concentrado mientras que Rosalie le lanzaba miradas cargadas de recelo."
"Naturalmente… él obviamente
trama algo," dijo Rosalie.
Edward cerró la puerta detrás de él.
—Carlisle —empezó con un hilo de voz.
— ¿Sucede algo, Edward?
—Quizás hemos enfocado
esto de un
modo erróneo. Estaba
escuchando vuestra
conversación sobre las
intenciones del feto,
y Jacob ha
tenido una ocurrencia
de lo más interesante.
¿Yo? ¿Qué ocurrencia había tenido yo? Me había limitado a expresar mi
odio hacia la criatura. Al menos, no era el único en pensar de ese modo. Estaba
seguro de que él mismo las pasaba canutas para emplear un término tan suave
como «feto».
Rosalie lo taladró con la mirada.
"Parece que realmente pienso
que hay un monstruo ahí,” dijo Edward. No se había permitido a si mismo pensar
sobre eso. Los otros habían llenado su mente con la esperanza de que sería un
bebé, pero si fuera un monstruo…
"No debes empezar a pensar
de esa forma,” dijo Jasper enviando a Edward
una ola de tranquilidad. Lucia nervioso sobre el sentimiento que tenía
Edward.
"Cierto," suspiró
Edward.
—No lo hemos
abordado desde ese
ángulo —prosiguió Edward—.
Hemos intentado satisfacer las necesidades de Bella y su cuerpo lo está
aceptando tan «bien» como cualquiera de nosotros. Puede que debiéramos atender
antes los apetitos del... feto. Tal vez la ayudemos con más eficacia en ese
caso.
—No te sigo, Edward.
—Piénsalo un momento,
Carlisle. Si la
criatura tiene más
de vampiro que dé humano, ¿no te imaginas qué desea
fervientemente...? ¿Acaso no sabes qué le falta? Jacob lo adivinó.
“¿Porque no lo dices
directamente?,” Emmett puso los ojos en blanco. "El bebé necesita sangre."
"No lo sé," Edward se
encogió de hombros sabiendo que eso solo enfadaría a Emmett aún más.
¿Sí? Repasé la conversación
mantenida con el doctor y los pensamientos que me había reservado. Lo recordé
en el mismo instante en que Carlisle lo comprendió.
—Vaya —dijo con sorpresa—. ¿Crees que está... sediento?
Rosalie siseó para el cuello de su camisa, pero había abandonado todo recelo. Su rostro
repulsivamente hermoso estaba iluminado de alegría y había puesto unos ojos
como platos de puro entusiasmo.
"¿Qué quiere decir con
repulsivo?" silbó Rosalie mientras los demás intentaban no reírse
—Por supuesto —murmuró—, y,
Carlisle, tenemos guardada toda esa sangre del tipo O negativo para Bella. Es
una idea estupenda —añadió sin dirigirme la mirada.
—Mmm. —Carlisle se
llevó la mano
al mentón, sumido
en sus pensamientos—.
Me pregunto, en tal caso, ¿cuál sería la mejor forma de administrársela?
Rosalie meneó la cabeza.
—No tenemos tiempo
para mostrarnos creativos,
¿vale? Sugiero empezar
por el sistema tradicional
Emmett hizo una mueca a eso.
—Aguarda un minuto,
espera, espera —murmuré—.
¿Estás diciendo que
Bella beba... sangre?
"Creo que él está aún más
disgustado con esto que tu Em," se burló Alice.
—Ha sido idea tuya, chucho
—replicó Rosalie, que se mostró capaz de fruncirme el ceño sin mirarme.
"Ah...empiezas a ser
agradable con él," Emmett se burló.
"Dudo que él me haya
molestado en esa realidad," dijo Rosalie.
"Solo dale tiempo,"
Emmett rió.
La ignoré y observé a Carlisle. En sus ojos relucía el mismo juego de
posibilidades y esperanzas que
había visto en
el semblante
de Edward. Se
mordió los labios, absorto.
—Es sólo que resulta... —me detuve, incapaz de encontrar la palabra adecuada.
— ¿Monstruoso...? —Sugirió Edward—. ¿Repulsivo?
—Algo por el estilo.
—Pero ¿y si eso le ayuda? —preguntó en voz baja.
Sacudí la cabeza con furia.
— ¿Qué vais a hacer? ¿Meterle un tubo en la garganta?
—Tengo intención de consultar su opinión lo primero de todo, pero antes
quería pedirle el visto bueno a Carlisle.
Rosalie asintió.
—Ella va a estar dispuesta a hacer cualquier cosa si le dices que es en
beneficio del bebé, incluso aunque eso signifique que debamos alimentarlos a
través de un tubo.
"Te das cuenta de que eso te
hace parecer completamente despiadada," señaló Edward.
"No... Me hacer parecer
preocupada por el bebé," Rosalie lo taladró con la mirada.
"Sin ninguna consideración
por Bella," dijo Edward.
"Lo siento," suspiró
Rosalie.
Me di cuenta
de que la
Barbie iba a
propiciar cualquier cosa
que ayudara a la
viabilidad del pequeño monstruo succionador de vida en cuanto oí ese tono
meloso y sentimental con el que pronunció la palabra «bebé». ¿Iba de eso el
rollo? ¿Ese era el misterioso eslabón que las unía a ambas? ¿Quería el bebé
para ella?
"¿En serio no se pudo
imaginar eso antes?” Alice puso los ojos en blanco.
Vi con el rabillo del ojo el asentimiento de Edward. Supe que estaba
contestando a mis preguntas, simulando estar distraído y sin mirar en mi
dirección.
Caramba. Jamás se me habría pasado por la imaginación que una Barbie tan
fría y distante como ella tuviera un lado maternal. Tanto rollo de proteger a
la madre y... era muy probable que Rosalie metiera a la fuerza el tubo en la
garganta de Bella.
Edward frunció los labios en un seco gesto de tozudez. Supe que había
vuelto a acertar.
"¡Edward!" le siseo Rosalie
pero él solo se encogió de hombros, no podía hacer nada por las acciones del Edward
del libro.
—Bueno, no tenemos tiempo para sentarnos a debatir el tema
tranquilamente saltó Rosalie,
impaciente—. ¿Qué opinas, Carlisle? ¿Podemos intentarlo?
El interpelado respiró hondo y se puso en pie.
—Vamos a preguntárselo a Bella.
La Barbie sonrió con aire satisfecho, segura de salirse con la suya si
la decisión iba a someterse a consideración de la madre.
"Y en este caso... probablemente
esté en lo cierto," dijo Jasper.
Avancé a rastras por las escaleras y los seguí cuando se metieron en la
casa. No estaba seguro del todo acerca de mis motivos. Quizás era simple
curiosidad morbosa, pues todo parecía como una película de terror. Monstruos y
sangre por doquier.
O tal vez simplemente no era capaz de resistir otra brusca merma de mi
alijo, cada vez más pequeño.
Bella yacía en la cama de
hospital. Su vientre parecía una
montaña debajo de la sábana. El tono
descolorido y traslúcido de su piel le hacía parecer de cera. Podría pensarse
que estaba muerta de no ser por el sube y baja de su pecho, al ritmo de una
respiración poco profunda,
y de los
ojos, que siguieron
nuestro acercamiento con desgana y cautela.
El resto de los Cullen ya se hallaba junto a ella tras haber cruzado la
estancia con movimientos súbitos y rápidos. La escena daba mal fario. Me
acerqué sin prisa.
— ¿Qué ocurre? —preguntó Bella con un hilo de voz rasposa al tiempo que
alzaba una mano crispada para proteger aquel vientre suyo con forma de balón.
—Jacob ha sugerido
una idea de
posible utilidad —contestó
Carlisle. Podía haberme dejado fuera,
la verdad. Yo no había propuesto nada. Que le diera todo el mérito de la idea a
su esposo, el chupasangre, que era el autor de la ocurrencia—.
"Pero él no podría haberlo
hecho sin ti perrito," sonrió Emmett con malicia.
No va a ser agradable, pero...
—... ayudará al bebé —se apresuró
a interrumpirle Rosalie—. Hemos pensado en una forma mejor de alimentarle.
Bueno, quizá...Bella movía las pestañas y luego
empezó a reír entre dientes, lo cual acabó en un estallido de tos.
— ¿Algo no agradable...? —murmuró—. Vaya, menudo cambio, ¿no?
Miró el tubo de su brazo y volvió a toser.
Edward tuvo que sonreír al débil
intentó de Bella por mantener su luz… por seguir bromeando.
La Barbie se rió con ella.
Padecía grandes dolores y a juzgar por la pinta, le quedaban pocas horas
de vida, y aun con
todo, gastaba bromas.
Bella era así: siempre
procuraba suavizar las situaciones y facilitarle las cosas a
todo el mundo.
"Siempre es bueno bromear en
situaciones como esa,” agregó Emmett
"Al menos ella no es una
idiota como otros,” murmuró Rosalie
El marido sorteó a Rosalie sin el menor atisbo de comicidad en su gesto
de intensa gravedad. Eso me gustaba. Saber que lo estaba pasando peor que yo
ayudaba, aunque sólo fuera un poco. Le tomó la mano con la que no protegía la
tripa hinchada.
—Bella, mi amor,
te vamos a
pedir que hagas
algo monstruoso y repulsivo
—le espetó Edward, utilizando los mismos adjetivos calificativos que me
había sugerido a mí hacía un momento.
"Genio... vaya manera de
hacer que ella quiera esto," Rosalie puso los ojos en blanco.
"Le di una advertencia
honesta ¿O no?" preguntó Edward. "No tienes mucho de qué preocuparte...
Estoy seguro de que ella va a darte lo que quieres."
Bueno, al menos se lo decía clarito y sin venderle humo.
Su respiración poco profunda se aceleró.
— ¿Cómo de malo?
—Creemos que las preferencias alimentarias del feto podrían ser más
propias de nuestra naturaleza que de la tuya. Sospechamos que está sediento.
Ella parpadeó.
—Oh. Oh.
—Tu estado se
deteriora rápidamente, bueno,
el de los
dos. No hay
tiempo que perder y debemos poner
en marcha esto del modo más digerible posible. La manera más rápida de
comprobar la teoría es que...
—... beba sangre
—concluyó ella en
un susurro. Hizo
un breve asentimiento,
ya que no le quedaban fuerzas más que para mover un poco la cabeza—. Puedo
hacerlo, así voy practicando para el futuro, ¿eh?"
"No exactamente," dijo
Emmett. "Pero al menos cuando seas vampiro te va a gustar."
Los labios exangües de la embarazada se estiraron hasta formar una débil
sonrisa mientras miraba a Edward. Él no se la devolvió.
Rosalie empezó a dar golpecitos en el suelo con la puntera del zapato.
El sonido resultaba de lo más irritante. Me pregunté cómo reaccionaría si la
estampaba contra la pared en ese mismo momento.
"Nunca tendrías la oportunidad
perro," Rosalie siseo. "Te detendría incluso antes de que dieras un
paso."
—Bueno, ¿quién quiere traerme un oso pardo? —bromeó Bella."
Emmett rió entre dientes. "Ja,
prefiere mis gustos que los tuyos,”
Carlisle y Edward intercambiaron una rápida mirada. Rosalie dejó el
zapateo.
— ¿Qué pasa...? —preguntó Bella.
—La prueba será más efectiva si obramos por la vía rápida —contestó el
doctor.
—Si lo que el feto desea es sangre
—le explicó Edward—, no va a ser sangre de animal.
—Tú no vas a notar la diferencia, Bella —la animó Rosalie—. No le des
vueltas.
Ella puso unos ojos como platos.
— ¿Quién...? —preguntó con un suspiro, y su mirada revoloteó hacia mí.
Emmett reía muy fuerte.
"Bueno eso no me importaría,"
dijo Rosalie, "pero dudo que eso sea bueno para el bebé”.
—No he venido aquí como donante, Bells —refunfuñé—. Además, lo que esa
cosa busca es sangre humana, y dudo que la mía le sirva
—Disponemos de sangre
—le informó Rosalie,
dejándome con la
palabra en la boca y actuando como si yo no estuviera
allí—. Teníamos esas reservas para ti, sólo por si acaso. No te preocupes de
nada en absoluto. Todo va a salir bien. Tengo un buen pálpito, Bella. Creo que
el bebé estará mucho mejor.
Ella recorrió el vientre con la mano
—Bueno —repuso con voz áspera—, tengo hambre, y apuesto a que él
también —intentó hacer otra gracia—.
Adelante, será mi primer acto vampírico
"Eso es todo," dijo
Carlisle pasándole el libro a Rosalie.
10 comentarios:
Waaaa!!! Que emocion!!! una de mis partes favoritas!!! Seguire esperando!! Gracias por la traduccion a Maryfer VC y a ti por la correccion!!!
Oh nena que emoción. Se acerca mi parte favorita de todo el libro desde la perspectiva de Jacob, cuando Edward escucha los pensamientos del bebe.
Me alegre mucho entrar al blog como siempre y encontrar otro nuevo capitulo.
Te quiero nena, y gracias por traducirlo.
Si, genial!! Continua pronto!!!!
Lo amo, por favor sigue pronto que ya faltan pocos capitulos para que empiece mi parte favorita :P
vamos que leah no es mi persona favorita... pero era necesario ser tan pesado con ella??? jacob es un bruto!!!
me encanta leer las ocurrencias de emmet el siempre tratanto de ver el lado divertido de las cosas jajaja me encanta!!! pero edward sufriendo ahhhh yo con gusto lo iria a consolar y consentir un poquitin para que mejore su animo jajajaj
gracias por el capitulo espero leerte pronto!!
Sigue pronto!!!! cada vez se pone mejor!!!!!
Gracias por hacer este trabajo tan buenoXD
El perro como que es medio borde, ¿no?
Gracias por el capítulo. Esperando el próximo.
Saludos
Gracias por el capítulo. Esperando el próximo.
Saludos
cada cuando subes un capitulo de la historia alguien que me diga porfavor
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