Aviso: Los libros aquí transcriptos y los personajes pertenecen a Stephenie Meyer y la historia original “Reading Breaking Dawn” a Choices HP, yo solo la traduzco, todo esto es sin ánimos de lucro, solo por mero entretenimiento.
Traducción: Cary0605
A la espera de que empiece de una vez la maldita pelea. “leyó Rosalie con una mueca a medida que las
palabras salían de su boca”
“Que titulo tan propio del
chucho” se rio Emmett.
—Caray, Paul, ¿no te mola tu casa?
"Así que, ¿vas a seguir
leyendo a pesar de todo?" Emmett preguntó inocentemente.
Todo lo que obtuvo fue otra
mirada de su amada esposa.
El tío se limitó a sonreírme sin hacer amago de moverse. Siguió tirado
en mi sofá, mientras contemplaba un
estúpido partido de béisbol en mi destartalada tele. Luego, con deliberada lentitud, extrajo una patata
de la bolsa que tenía encima de la tripa y
se la metió en la boca.
—Podrías traerte las cosas para picar, ¿no?
Crunch, crunch.
—No —contestó sin dejar de masticar—. Tu hermana me dio luz verde para que me sirviera cuanto me
apeteciera.
Hice un esfuerzo
para que la
voz no delatara
las muchas ganas
que tenía de atizarle un buen mamporro.
"Este es un capítulo
estúpido," Rosalie siseó. "Queremos saber lo que está pasando con
Bella."
"Estoy seguro que está
bajo tu protección", dijo Edward uniformemente. "Ella tiene que estar
bien..."
“Además el cachorro la
encontrará muy pronto", dijo Emmett.
Otra mirada.
"Bueno, la verdad es
que estoy a gusto con este capítulo" Emmett se rió entre dientes.
"Todavía no entiendo
por qué demonios esto tiene que estar desde el punto de vista del chucho,"
Rosalie siseó.
"Tal vez hay una razón importante",
Emmett le sonrió.
"¿Como qué?"
Preguntó Rosalie, molesta.
"No lo sé", Emmett
se encogió de hombros, "Pero sería una lectura aburrida si el chucho no se
reúne con Bella, algo importante va a pasar”
"Hasta ahora no veo
nada de importancia en leer a los chuchos," Rosalie rodo los ojos.
—Pero ahora Rachel no anda por aquí, ¿verdad?
No funcionó. Él
se percató de mis
intenciones e introdujo
detrás de la
nuca la bolsa, que crujió cuando
la apretujó contra el cojín. Las patatas fritas se rompieron en pedacitos con gran
estrépito. Paul cerró las manos hasta
convertirlas en puños y los alzó cerca
del rostro, imitando el gesto de un púgil.
—Venga, atrévete, chaval. No necesito la protección de Rachel.
Le bufé.
—Ya, como si no te pegaras a ella a la menor oportunidad.
"Espero que eso no sea cierto",
dijo Emmett. "Ocultarse detras una mujer... eso es simplemente
incorrecto."
"Y sexista,"
regañó Alice.
"Lo siento, quería
decir que esconderse detrás de alguien en una pelea está mal", dijo
Emmett, realmente serio.
"Eso está mejor",
sonrió Alice.
“Basta de interrumpir,
quiero terminar este capítulo lo más rápido posible” siseo Rosalie.
Paul soltó una carcajada, bajó los puños y se recostó en el sofá.
—No voy a lloriquearle a ninguna chica. Si tienes la potra de
atizarme, eso queda entre nosotros, aunque tendría que ser recíproco, ¿vale?
Semejante invitación era todo un detalle. Simulé venirme abajo, como
si hubiera cambiado de idea.
—Vale.
Él fijó los ojos en la pantalla de la tele...
... y yo arremetí.
Me supo a
gloria el crujido
de su nariz
cuando le metí
el puñetazo. Intentó agarrarme, pero me
zafé antes de
que pudiera atraparme,
llevándome la bolsa
de Doritos con la mano izquierda.
—Me has roto las napias, ¡idiota!
—Esto queda entre nosotros, ¿no, Paul?
Puse lejos la bolsa de patatas y me di la vuelta. El agredido estaba
recolocando el tabique de su
nariz para que
no se le
quedara torcido y
la hemorragia se
había detenido.
"Bastante rapido",
dijo Carlisle.
No daba la impresión de haber sangrado después de limpiarse los
labios y el mentón. Profirió un taco y soltó un respingo cuando empujó el
cartílago.
—Eres un suplicio, Jacob, te lo juro, debería pasar más tiempo con
Leah.
"¡Oh, no ... no digas
eso", dijo dramáticamente Emmett.
—¡Uy, caramba! Apuesto a que Leah se sentirá feliz de saber que vas
a pasar más de tu valioso tiempo con ella. Se pondrá más contenta que unas
castañuelas.
—Olvida que he dicho eso.
Emmett se rió de eso; era
tan fácil enfurecer a la manada.
—Pues claro, hombre, no me chivaré.
—Uf —gruñó; luego, se reclinó sobre el sofá y frotó los restos de
sangre del cuello de la camisa—. Eres rápido, chico. Eso he de concedértelo.
A continuación, centró su atención en el estúpido partido.
Me quedé allí de pie como un pasmarote y luego salí pitando hacia mi
habitación, murmurando tonterías sobre abducciones alienígenas.
"¿Abducciones alienígenas?"
Dijo Emmett. "¿Qué?"
Nadie parecía interesado lo
suficiente como para preocuparse por eso.
En los viejos
tiempos, podías contar
con Paul para
armar una bronca
de campeonato en cualquier
momento, ni siquiera
necesitabas pegarle, bastaba
una palabrita más fuerte de la cuenta.
"Eso es verdad. Él fue
el que trató de atacar a Bella y casi llega a las manos conmigo," dijo
Emmett. "Él debe estar domesticado."
No hacía falta mucho para sacarle de sus casillas. El muy tarugo
tenía que volverse
un blandengue ahora
que me moría de ganas
por disfrutar de una pelea como Dios manda, de esas en las que
lo rompes casi todo y pones el resto patas arriba.
Como si no fuera bastante malo que se hubiera producido otra
imprimación en la manada, porque,
en realidad, eso dejaba
las cosas en
cuatro a diez. ¿Cuándo
iba a detenerse esa locura? ¡Por el amor de Dios, según los mitos, las
imprimaciones eran casos esporádicos! Tanto amor predestinado y a
primera vista me daba asco.
"Es un pensamiento escalofriante,"
murmuró Rosalie dejando de leer apenas un segundo.
¿Tenía que ser mi hermana? ¿Debía ser Paul?
"Eso tiene que ser
duro," dijo Emmett. "Él sabe lo que Paul está pensando... no quiero
estar en sus zapatos."
Mi principal preocupación
cuando Rachel regresó del estado de Washington, al
final del semestre
de verano —la
muy sabelotodo se
había graduado antes
de tiempo— consistía en lo duro que me iba a resultar guardar el secreto
con ella cerca.
No estaba habituado a andarme
con tapujos en mi propia
casa. Eso me hizo sentir una
corriente de verdadera simpatía hacia tíos como Embry y Collin, cuyos padres no tenían ni idea de su
condición de licántropos. La madre de Embry pensaba que el pobre estaba pasando por la
clásica etapa rebelde de
la pubertad. A la mínima
se tiraba al suelo y se ponía a olisquear, pero claro, él no podía
evitarlo.
"Eso tiene que ser duro
para los dos," dijo Esme, preocupada como siempre, a pesar de que la mayor
parte de su preocupación iba dirigida hacia Edward, Bella y el bebé.
Ella acudía a su cuarto
todas las madrugadas, y siempre
lo encontraba vacío; luego,
le montaba un pollo de cuidado y él no decía ni mu, y así hasta el
día siguiente. Quisimos hablar con Sam
para que la madre estuviera en el ajo y
Embry tuviera un respiro, pero él aseguró que no le importaba.
El secreto era demasiado importante.
"Pero también lo es su
familia", dijo Esme, esta vez más preocupada. "Su madre tiene que
estar muy preocupada por él."
Claro, por eso
me estaba preparando
yo, para proteger
el secreto; y mira
por dónde, Paul se
encuentra con Rachel
en la playa
a los dos
días de que
ella haya vuelto a casa, y
¡zaca! ¡Otro amor verdadero
al canto! No guardas secretos
cuando encuentras a tu media naranja y puedes soltarle toda esa
información sobre hombres lobo.
Rachel se enteró
de la historia
completa y yo
de que Paul
iba a ser mi
cuñado algún día. La
perspectiva no le
hacía demasiado tilín
a mi padre,
aunque lo sobrellevaba lo
mejor posible. Por
supuesto, ahora se
escapaba a casa
de los Clearwater más de lo
habitual. La verdad, yo no tenía muy claro que saliera ganando en el cambio. Se
libraba de Paul, sí, pero tenía Leah para hartarse.
"Bueno, su ira no va
dirigida a Billy, por lo que no debe ser tan malo como tener a ese lobo
perezoso en su sofá” Emmett se rió entre dientes.
¿Si me alcanzara un balazo en
la sien me mataría o sólo dejaría un revoltijo que luego habría que limpiar?
"Depende de dónde te
dispares y el tiempo que realmente te lleve sanar," Carlisle frunció el
ceño, "pero habría un daño permanente."
Me tiré sobre
la cama. Estaba
reventado, pues no
había pegado ojo
desde mi última patrulla,
pero sabía que
no iba a conciliar el
sueño. Tenía un
embrollo demasiado grande en la sesera. Los pensamientos revoloteaban
dentro de mi cabeza como enjambres de abejas desorientadas, que además zumbaban
como tales. De vez en cuando incluso me
provocaban punzadas. Y
esos pensamientos no
dejaban de acosarme ni un
momento.
Esta espera iba a volverme loco. Habían transcurrido ya cuatro
semanas. "¿Cuatro semanas?" Rosalie pregunto realmente
molesta. "¿Cuánto ha avanzado el embarazo?
"No te preocupes
nena... vamos a averiguar pronto", dijo Emmett, tratando de calmarla, pero
era más probable que el don de Jasper la ayudara.
Esperaba haber tenido noticias de uno u otro modo. Me tiraba las
noches en vela, imaginando qué forma adoptarían.
Fantaseaba con la llamada del sollozante Charlie mientras nos decía
que Bella y su esposo habían muerto en
un accidente. ¿Un
avión estrellado?... Eso era demasiado difícil de amañar, a menos que
las sanguijuelas no tuvieran escrúpulos en sacrificar a un montón de
testigos inocentes para
darle autenticidad a la farsa;
pero ¿por qué iban a tenerlos?
"Él sigue teniendo una
pésima impresión sobre nosotros," susurró Alice.
"Es sólo un pensamiento
desesperado... por supuesto que siempre saldremos perdiendo", dijo Jasper.
"Y pensara en algo peor",
dijo Emmett alegremente. "Por lo menos eso alegrara mas la lectura”
“¿Admites que es aburrido
leer al chucho?” Rosalie enarco una ceja.
“En estos momentos sí”
Emmett asintió casi con decepción.
Quizás utilizaran una avioneta, lo más probable era que tuviesen una
de la que pudieran prescindir.
"No... no tenemos” Emmett
hizo un mohín.
¿O acaso el asesino volvería solo a casa tras fracasar en su intento
de convertirla en uno de ellos?
Edward se estremeció ante
eso.
Quizá ni siquiera
hubieran llegado muy lejos. Tal vez la había hecho cachitos tan pequeños como las patatas de la bolsa de Doritos,
Varias personas sisearon con
eso.
con esa conducción suya tan alocada, mientras la
llevaba a cualquier sitio. Porque a él
la vida de ella le importaba
menos que su propio placer...
Esta vez todos gruñeron con
ira; Edward había demostrado una y otra vez que no era cierto.
La historia iba a ser
dramática. Bella moriría de alguna forma terrible, víctima de un asaltante que
se había equivocado, asfixiada durante la cena o a consecuencia de un accidente
de tráfico, como mi madre. Era tan habitual. Sucedía todos los días.
¿La traería a casa? ¿La enterraría aquí como muestra de deferencia
hacia Charlie?
Se trataría de una ceremonia con el féretro cerrado, por supuesto.
El ataúd de mamá estaba muy bien claveteado.
Mi única esperanza era que él regresara a Forks, que se me pusiera a
tiro.
"Hm ... tengo la
sensación de una lucha que se avecina," Emmett sonrió.
"Él no va a conseguir molestarme”
dijo Edward. "No voy a tener la energía o la voluntad de luchar."
También podía ocurrir
que no se
supiera nada. Quizá Charlie
telefoneara a mi padre para
preguntarle si sabía algo del doctor Cullen, pues un día había dejado de
presentarse en el
trabajo. La casa
estaría abandonada y
nadie contestaría cuando llamaran a los teléfonos. Algunos
programas de chichinabo incluirían ese misterio en la parrilla de noticias y
especularían con la posibilidad de un crimen abyecto.
Era posible que
la enorme casa
blanca acabara quemada
hasta los cimientos, quedando atrapados
todos los miembros
de la familia,
aunque para realizar
esa jugada iban a necesitar ocho cuerpos que a grandes rasgos tuvieran
las dimensiones adecuadas.
"Saben, me gustaría que
dejara de pensar que vamos por ahí matando gente," dijo Esme.
"Él tiene un cerebro
limitado," Jasper sacudió la cabeza. "Pensando siempre de manera
trágica..."
“Es un niño” Alice rodo los
ojos como si eso lo explicara todo.
El incendio tendría
que carbonizarlos hasta
dejarlos irreconocibles e imposibilitar incluso
el recurso a los registros
dentales para una
posible identificación.
No iba a
dejarme engañar por
ninguna de esas
tretas, pero resultaría
difícil encontrarlos si ellos
no querían. Yo
disponía de todo
el espacio del mundo
para buscar, por descontado, y cuando tienes tiempo a espuertas, puedes
ir mirando todas las pajitas del pajar hasta descubrir cuál es la aguja.
"Sí... pero en este
caso la aguja podría moverse, por lo que tendría que comprobar el mismo paja
varias veces", dijo Emmett.
En ese preciso momento no me
hubiera importado deshacer
un almiar entero, pues de ese modo tendría, al menos,
algo que hacer. Me reventaba saber que tal vez estuviera desperdiciando mi ocasión
y que mi pasividad
podría dar tiempo
a los chupasangres para escapar,
si es que era ése su plan.
Podíamos ir esa misma noche y matar a todos cuantos encontráramos.
"Puedes intentarlo...
pero eso sólo daría como resultado a tus hermanos… dañados” dijo Emmett, corrigiendo
la última palabra por la mirada que recibió de Esme.
Me encantaba ese plan. Estaba seguro de que si yo me cargaba a algún
miembro del aquelarre, Edward lo sabría
y vendría a por mí en busca de venganza, y de ese modo yo
tendría una oportunidad
de acabar con
él. No iba
a permitir que
mis hermanos le derrotaran en manada, sería algo entre él y yo, y que
ganara el mejor.
"Por lo tanto, es un
chucho suicida," dijo Emmett.
Pero Sam no querría ni oír el plan. «Nosotros vamos a respetar el tratado,
que sean ellos quienes lo violen», me diría. Y total, eso sólo porque no
teníamos prueba alguna de que los
Cullen hubieran hecho
algo malo. Por ahora.
Todos sabíamos que
era inevitable que lo hicieran, y
Bella estaba a punto de regresar convertida en uno de ellos o de no
regresar. Fuera como
fuera, habrían tomado una vida
humana y
eso marcaría el comienzo del juego.
"¿Por qué tiene que
buscar pelea todo el tiempo?" Esme suspiró.
"Porque él está herido...",
dijo Carlisle, envolviendo sus brazos alrededor de ella.
"Y porque es
divertido", agregó Emmett inútilmente. "Yo sé que no te gusta eso,
pero sé que los lobos disfrutan de la lucha tanto como yo."
"Simplemente no es
correcto", Esme frunció el ceño miserablemente.
Paul se puso
a rebuznar como
un borrico en
la otra habitación. Debía de haber puesto
una comedia o
tal vez echaran
algún anuncio divertido.
Lo que fuera. Me sacaba de mis casillas.
Pensé en romperle otra vez la nariz, pero no quería pelearme con él.
En realidad, no.
Intenté escuchar otra
cosa: el susurro
del viento en
los árboles, cuya
sonoridad guardaba poca relación con la apreciada por los oídos humanos.
Había un millón de voces en el viento que yo era incapaz de oír en mi forma de
hombre.
"Conviértete y vuelve a
marcharte” Rosalie siseó.
"Entonces tendríamos
que leer sobre eso", dijo Emmett.
"No, el libro volvería
al punto de vista de Bella," respondió Rosalie.
Pero tenía un sentido del oído muy aguzado. Podía escuchar
los motores de los coches cuando doblaban la última
curva, más allá de los árboles,
desde la
cual era posible ver la playa y la silueta de las islas, las rocas y el
inmenso océano azul que se prolongaba hasta el horizonte. A los polis de La
Push les encantaba emboscarse por allí e hincharse a poner multas, ya que,
por lo general, los
turistas no reparaban en las señales
indicadoras de velocidad de
los arcenes, y
era obligatorio circular muy despacio.
"Argh, eso es
simplemente grosero", dijo Emmett, odiando cualquier trampa, porque él generalmente
caía en esos controles.
"A mí me parecer
correcto," Edward sonrió brevemente, sabiendo que era todo lo que
necesitaba decir para molestar a su hermano.
Escuché las voces procedentes de la playa
en las inmediaciones
de la tienda
de recuerdos, el cascabeleo de la campanilla cada vez que se abría y se
cerraba la puerta y el repiqueteo de la caja registradora al imprimir cada
tiket de compra.
"Su oído en forma
humana es sorprendentemente bueno", dijo Carlisle.
También percibí el arrullo de la marea mientras barría las rocas de
la playa, y los gritos de los niños cuando el agua helada de las olas se les
echaba encima demasiado deprisa para poder retirarse, y las quejas de
las madres sobre las ropas
empapadas.
Entonces, reparé en una voz familiar...
Aguzaba el oído con gran
intensidad cuando la
repentina carcajada del jumento de Paul hizo que me incorporara en la
cama casi del todo.
"Sí, ese es el problema
cuando estás escuchando a hurtadillas ", dijo Emmett.
—Pírate de mi casa —rezongué.
Sabedor de que no me prestaba la menor atención, me apliqué yo el
cuento. Abrí la ventana con un golpe seco y me encaramé al alféizar para
marcharme sin tener que volver a
ver a Paul. La tentación
iba a ser demasiado
grande. Si le echaba
la vista encima, iba a atizarle de nuevo, y Rachel ya se iba a enfadar
bastante. Vería la sangre de su camisa y me echaría las culpas sin necesidad de más pruebas, y
estaría en lo cierto, claro, pero
tendría que aguantarse.
"Es bastante molesto
cuando la gente salta a sacar conclusiones," Emmett terminó por él y sabía
exactamente cómo se sentía. Él siempre era culpado por todo... y con justa razón,
en la mayoría de los casos.
Bajé a la playa dando un paseíllo con las manos en los bolsillos.
Nadie se molestó en dedicarme una segunda mirada cuando crucé el sucio garaje
de First Beach. Eso era una de las cosas más chulas del verano: a nadie le
importaba si sólo vestías unos pantalones cortos.
Seguí el sonido de la voz conocida y no tardé en toparme con Quil.
Se hallaba en el extremo sur de la medialuna de
la playa a fin de evitar lo más grueso del mogollón de turistas. Ahí lo
tenías, borbotando un torrente de advertencias:
—Fuera del agua,
Claire.
Rosalie se estremeció ante
eso. Antes ya había sido bastante malo cuando se hablaba de la estúpida imprimación,
pero esto era mucho peor. Esta relación era inquietantemente repugnante... ¡Ella
era sólo un bebé por el amor de Dios!
Vamos, no, no.
Eh. Muy bonito, señorita.
¿De veras quieres oír cómo me
grita Emily? Pues no voy a traerte a la playa nunca más si no... ¿Ah, sí? No... Uf. Esto te parece divertido, ¿a que
sí? ¡Ja, ja! ¿Y
quién se
ríe ahora? ¿Eh, eh?
Cuando llegué hasta él, Quil aferraba por el tobillo a
la niña de la risa
tonta. La pequeña sostenía un cubo en una mano; tenía los pantalones
hechos una sopa y una colosal mojadura en el frontal de la camiseta.
—Cinco pavos a favor de la chica —dije.
—Hola, Jake.
Claire pegó un alarido y arrojó el cubo a los pies de Quil.
—Abajo, abajo.
Él la depositó con sumo cuidado en la arena. La pequeña vino a gatas
hasta mí y se aferró a mi pierna.
—Tito Yei.
—¿Cómo te lo estás pasando, Claire?
—Quil está mojado.
—Ya lo veo. ¿Dónde está tu mamá?
—Ido, ido, sa ido —canturreó Claire—. Claire con Quil tooodo el día. No quiero volver a casa nunca.
Rosalie estaba sacudiendo la
cabeza. ¡Todo era muy incorrecto!
Esme suspiró también. Sería
horrible que una madre escuchara decir eso.
Me dejó y se marchó corriendo hacia Quil. Éste la alzó en vilo y se la puso sobre los hombros.
—Tiene toda la pinta de que
alguien acaba de cumplir la temible
cifra de los dos años...
—Tres —me corrigió Quil—. Te perdiste la
fiesta temática. Tocó de
princesas. La cría me hizo llevar una
corona y Emily tuvo la ocurrencia de que podían probar su nueva
caja de maquillaje conmigo.
"Apuesto a que le gusta
eso", se rió Emmett. "Habría sido divertido ver."
—Vaya, de veras lamento no haber estado para verlo.
—No te preocupes.
Emily ha hecho
fotos. De hecho,
he salido de
lo más favorecido.
"Chico raro," dijo
Emmett, todavía riendo, aunque no era tan divertido si el afectado estaba de
acuerdo con tal cosa.
—Menudo primo estás hecho.
—Claire se lo
ha pasado en
grande —repuso él
con un encogimiento
de hombros—, y de eso se trataba.
Puse los ojos en blanco. Resulta duro estar cerca de gente con la
imprimación, con independencia del estado de la relación, ya estuviera a punto
de culminar el enlace, como Sam, o ya fuera
una niñera vejada
como Quil. Irradiaban
una paz y una
serenidad que daban verdadera vomitera.
Rosalie asintió con la cabeza
en acuerdo, pero se estremeció por el hecho de estar acuerdo con el chucho.
Claire chilló sobre los hombros de Quil y señaló al suelo.
—Quiero una piedra bonita, piedra bonita, para mí, para mí.
—¿Cuál, pequeña? ¿La roja?
—No, roja no.
Quil se dejó caer de rodillas. La niña pegó un chillido y le tiró de
los cabellos como si fueran las riendas de los caballos.
—¿La azul?
—No, no, no —cantó la niña, encantada con el nuevo juego.
Lo más raro de todo es que Quil se lo estaba pasando pipa, tanto o
mejor que ella.
Él no tenía
esa cara de
tantos padres turistas
que llevan escrito
en el rostro
la pregunta: «¿cuándo es
la hora de
siesta?». En la
vida había estado
delante de un padre de verdad tan encantado de jugar a cualquier tontería. Yo había visto a Quil jugar al cucú
durante una hora entera sin aburrirse.
"Él está tratando de
decir que la imprimación es más fuerte que el amor de un padre" Rosalie
siseó.
"Tal vez... y parece
que este asunto se está mencionando mucho..." comenzó Emmett.
"El perro callejero,
obviamente, no sabe lo que está hablando", susurró Edward, no quería oír
lo que fuera que Emmett iba a decir. "Nada de lo que ha estado diciendo ha
sido preciso."
Y ni siquiera podía reírme de él por eso. Le envidiaba demasiado.
Edward y Rosalie sisearon.
"Él quiere su propio beb..."
Emmett comenzó y fue golpeado
rápidamente por los dos vampiros. Por suerte, se le dio un golpe desde ángulos
opuestos por lo que no fue a volar en cualquier lugar "Está bien, lo entiendo", puso mala
cara frunciendo el ceño tanto a Rose como a Edward mientras se frotaba ambos
golpes.
Aunque también pensaba que iba a tener que chuparse sus buenos
catorce años de celibato hasta que Claire le igualara en edad, ya que lo bueno
de ser hombre lobo es que no envejeces.
Pero todo aquel
tiempo de espera
no parecía molestarle ni una
pizca.
—¿Ni siquiera se te pasa por la cabeza tener citas, Quil?
—¿Eh...?
—No, no, tú no —cacareó Claire.
—Ya sabes, salir con chicas reales, quiero decir, sólo por ahora,
¿vale? Sólo para las noches libres de tus obligaciones de niñera.
Quil se quedó boquiabierto y me miró fijamente.
"Voy a tomar eso como
un no", dijo Emmett con cautela, pero no le pasó nada.
—¡Piedra bonita, piedra
bonita! —gritó Claire
en cuanto él
dejó de ofrecerle alternativas, y empezó a golpearle
en la cabeza con los puñitos.
—Perdona, Claire, ¿y qué te parece esa preciosidad purpúrea?
—No —dijo entre risas.
—Por favor te lo pido, dame una pista, niña.
La pequeña se lo pensó un segundo.
—Verde —dijo al fin.
"Tendría que haberle
preguntado primero," Emmett sonrió.
Quil repasó las
rocas con la
mirada, estudiándolas. Eligió
cuatro piedras con diferentes tonalidades de verde y se las
ofreció.
—¿La cojo?
—Sí.
—¿Cuál?
—Todas, todas.
La chiquilla ahuecó las palmas y
él dejó caer las piedrecillas en el
cuenco de las manos. Ella soltó
una carcajada y de inmediato le golpeó con las chinas en la cabeza.
Él hizo una exagerada mueca de dolor, se puso
en pie y echó a andar de vuelta
al aparcamiento. Debía de preocuparle que ella cogiera frío con las ropas mojadas.
Era peor que cualquier madre paranoica y sobreprotectora.
"Pero no peor que
Eddy," Emmett se rió. Jasper y Alice resoplaron ante eso.
“Edward será un padre
espectacular” aseguro Esme con una sonrisa timida.
—Perdona si antes
he estado un
poco agresivo con
lo de las
tías, colega —me disculpé a su
regreso.
—Nada, nada, está bien —repuso él—. Me ha pillado desprevenido, eso
es todo. No había pensado en ello.
—Apuesto a que ella
entendería que tú, ya sabes, mientras ella
crece... No iba a picarse porque tengas una vida mientras
ella lleve pañales.
"No estoy tan seguro de
eso", dijo Esme. "Sobre todo si la imprimación funciona como dicen.
Por supuesto, si lo es, él nunca querría estar con nadie más..."
"¿Podemos por favor
dejar de hablar de la imprimación, por favor?" dijo Edward con la mayor
calma posible, pero aún así se podía sentir la tensión en su voz. Él realmente tenía
un mal presentimiento acerca de esto.
"Lo siento” Esme
suspiró.
—Ya, lo sé, lo sé, estoy seguro de que lo comprendería.
No dijo nada más.
—Pero tú no vas a hacerlo, ¿a qué no? —aventuré.
—No se me pasa por la chaveta, ni lo imagino —contestó con un hilo
de voz—. Es sólo que... no veo a nadie más de ese modo, ya sabes, no veo a las chicas, ya no, no veo sus rostros.
—Pues si a eso le unes lo de la coronita y el maquillaje... no sé,
no sé, quizá Claire vaya a tener que preocuparse de otro género de
competidores.
Emmett se rió de eso.
Quil soltó una carcajada y emitió un sonido de besitos en mi
dirección.
—¿Estás libre el viernes, Jacob?
—Qué más quisieras tú —repliqué, y le puse mala cara—. Sí, supongo
que sí.
Vaciló un segundo antes de preguntar:
—¿Se te ha ocurrido salir con
chicas? —suspiré.
"Sí, ir a una estúpida cita
con alguien y desaparecer de nuestra
vida” dijo Rosalie.
Bueno, al fin y al cabo, yo
había abierto esa puerta—. Ya sabes, Jake, quizá deberías pensar en tener una
vida.
Lo decía en serio y con tono compasivo, lo cual empeoraba todo un
poco más.
—Tampoco yo veo las caras de las chicas, Quil, no las veo.
"Porque ni siquiera
estas buscando," Rosalie siseó.
"Él sólo quiere estar
triste, supongo," dijo Alice.
"Bueno, eso está bien,
siempre y cuando se mantenga miserables lejos de nosotros", dijo Rosalie.
"No es bueno decir eso
Rose” Esme reprendió.
"Él causó mucho dolor
innecesario en el último libro," fue lo que dijo Rosalie pero no dijo nada
más sobre este tema.
Él exhaló también.
En ese instante
se alzó un
aullido en el
corazón del bosque,
demasiado lejos y demasiado bajo para que ningún oído
humano lo percibiera por encima del sonido de las olas.
—Maldición, ahí está Sam —murmuró Quil al tiempo que extendía las
manos para tocar a Claire, como si quisiera asegurarse de que seguía
allí—. ¡Y no sé dónde está su madre!
—Voy a ver
de qué se
trata. Si-te-necesitamos, te-lo-haré-saber —farfullé
las palabras muy deprisa, articulándolas todas mal—. Oye, ¿por qué
no la
llevas a casa de los Clearwater?
Sue y Billy pueden hacerse cargo de ella en caso de apuro, y tal vez ellos conozcan el paradero de la
madre...
—Vale. Venga, Jake, vete ya.
Salí pitando en
línea recta hacia
el bosque en
lugar de seguir
el sucio sendero cubierto de malezas. Aparté violentamente
la línea de madera
flotante acumulada por la marea y
me abrí paso a través de las matas de brezo sin dejar de correr. Noté los
desgarrones en la piel conforme las espinas se clavaban en ella, pero los ignoré.
Los rasguños se habrían curado antes de que llegara a los árboles.
Atajé por detrás de la tienda y me lancé como una bala hacia la
autovía, donde un conductor me avisó
haciendo sonar la
bocina. Una vez
estuve a salvo
entre los árboles, alargué
la zancada a
fin de correr
todavía más deprisa. La
gente no me hubiera quitado la vista de encima si yo hubiera estado en
campo abierto, pues una persona normal
era incapaz de correr a
tanta velocidad. A veces
especulaba con lo divertido que sería participar en una
carrera, en una de las pruebas de
clasificación de los juegos olímpicos o algo por el estilo. Estaría guay ver
las caras de pasmarotes de las estrellas del atletismo cuando los batiera a
todos, salvo que estaba convencido de que en los análisis antidopaje acabarían
encontrando algo realmente chungo en mi sangre.
"Me pregunto si eso es
cierto", dijo Carlisle. "Tiene sentido que habría algo diferente
allí, pero de nuevo, no estoy seguro de que apareciera en una prueba de
esteroides."
Derrapé para frenar en
cuanto llegué al bosque
cerrado, libre de carreteras y de casas, para quitarme los pantalones. Los lié
con movimientos rápidos y
prácticos y los até a
mi tobillo con
un cordel de
cuero. Comencé a
transformarme incluso
mientras terminaba los
nudos. Una oleada
de fuego me
recorrió la columna, provocándome espasmos
en brazos y
piernas. La metamorfosis
sucedió en un instante. La quemazón fluyó por todo mi
cuerpo y yo sentí esa llama que hacía de mí algo más.
Puse más fuerza
en cada una
de mis pesadas
patas al pisar
el suelo cubierto por la tupida
vegetación y enderecé el lomo todo lo posible.
El cambio de fase
estaba chupado cuando me hallaba tan
centrado como en ese
momento. El mal genio
ya no me daba
problemas y nada me
sacaba de quicio,
a menos que a alguien se le ocurriera mentarlo, claro.
"Esa es una frase
estúpida," dijo Emmett, y él lo sabría. "Quiero decir, mi
temperamento no me molesta, excepto cuando estoy loco."
"Creo que significa que
él no va a transformarse a causa de su mal genio", dijo Carlisle.
Recordé la broma de mal gusto
de la boda durante medio segundo.
"Hey," gruñó Alice
y Esme miró el libro con desagrado mal disimulado. "No fue una boda con bromas."
La furia me dominó de tal modo que
el cuerpo se me descontroló. La rabia hizo mella en mí y sufrí
convulsiones y fiebre
alta. Pero no logré transformarme y matar al monstruo que se hallaba a pocos metros de
mí.
"Si él estaba tan cerca...
entonces ¿por qué no se convirtió?" Preguntó Carlisle. "No era sólo
la ira que podría causar que él cambie. ¿Había algo le impedía hacerlo?
Ciertamente Jacob habría tenido miedo de lastimar a Bella... y que habría
ocurrido sin importar cuáles fueron los resultados. ¿Podría ser esa la razón
por la cual se detuvo?"
Había resultado de lo más confuso. Me moría de ganas de matarle,
pero temía herirle a ella, y ya
puestos, también a mis amigos.
Luego, cuando al
fin fui capaz
de transformarme, llegó
la orden del
jefe de la manada. El edicto del líder. Habría matado
allí mismo al asesino si aquella noche no hubiera estado Sam, si únicamente
hubieran aparecido Quil y Embry...
Me fastidió cuando Sam hizo
prevalecer la ley de ese modo. Odiaba la sensación de no tener elección, de estar
obligado a obedecer.
De repente, fui
consciente de que
ya tenía audiencia.
No estaba solo
en mis pensamientos.
Siempre a tu bola, pensó Leah.
"Ella es quien habla",
dijo Emmett.
Sí, pero no hay
doblez en ello, Leah, repliqué.
"El chucho es realmente
molesto," Rosalie gruñó.
Dejadlo, niños, nos ordenó Sam.
Permanecimos en silencio.
Noté la reacción
molesta de Leah
ante la palabra «niños». Andaba tan quisquillosa como
de costumbre. Sam optó por fingir que no se daba cuenta.
¿Dónde están Quil
y Jared?
Quil tiene a
Claire. La va a llevar a casa de los Clearwater.
Bien. Sue se hará
cargo de ella.
Jared va de camino
a la de Kim, informó Embry. Existen muchas posibilidades de que no te haya
oído.
Un sordo gruñido de queja recorrió
la manada. También yo me quejé. Cuando al fin Jared
se dignase aparecer,
seguiría todavía con la mente
puesta en Kim,
y a ninguno nos apetecía una
repetición de todo lo que habían hecho hasta ese momento.
"Ah... pobres cachorros,"
Emmett se rió.
Sam se sentó sobre los
cuartos traseros y soltó otro alarido
que rasgó el aire. Era una señal, y también una orden.
La manada se había reunido a escasos kilómetros de mi posición.
Corrí a grandes zancadas por el tupido bosque en dirección hacia ella. Leah,
Embry y Paul también se esforzaban por
llegar cuanto antes. Leah estaba tan cerca que iba a oír sus pasos de un momento a otro.
Continuamos nuestro avance en paralelo, pero evitamos correr juntos.
"No... seguro que no
quiere correr con ella” Emmett se rió entre dientes.
Bueno, no vamos a
estar esperándole todo el día. Deberá darnos alcance luego.
¿Qué pasa?, quiso saber Paul.
Hemos de hablar.
Ha ocurrido algo.
Sentí una vacilación en los
pensamientos de Sam respecto a mí, y no únicamente en él, también en los de Seth,
los de Collin y también en los de
Brady. Los chavales nuevos, Collin y Brady, habían ido de patrulla con Sam
ese mismo día, por lo que debían
de estar al tanto de cuanto él supiera. No sabía por qué Seth ya se encontraba
ahí, y estaba en el ajo. No era su turno.
"Parece que Seth es el
motivo de la reunión", dijo Carlisle. "Significa que la información
que esperamos esta por venir”
"Genial," dijo
Rosalie, un poco molesta por la fuente pero esperanzada por saber de Bella.
Diles lo que has
oído, Seth.
Apreté el paso,
deseando estar ahí
presente. Escuché cómo
Leah aceleraba su carrera. A ella le reventaba que la
dejaran atrás, pues no reivindicaba otro mérito que el de ser el miembro más
rápido de la manada.
Iguala esto,
tarado, siseó; y entonces echó a correr de verdad.
"Hmm..." dijo
Rosalie, pensando que a ella podría terminarle gustando Leah si iba a tener que
escuchar cosas desde el punto de vista de la estupidez del chucho por mucho más
tiempo.
Hundí las uñas en el barro y me propulsé hacia delante.
Sam no parecía estar de humor para soportar nuestras majaderías de
costumbre.
Jake, Leah, eh,
parad un poquito.
Ninguno de los dos aminoramos el paso.
Sam gruñó, pero lo dejó correr.
¿Seth?
Charlie ha estado
telefoneando a casa hasta que ha encontrado a Billy.
Sí, yo hablé con
él, añadió Paul.
El júbilo corrió por mis venas cuando escuché mencionar el nombre de
Charlie. Ya estaba. La espera
había terminado. Corrí
todavía más deprisa,
obligándome a respirar, a pesar
de que me noté súbitamente sin resuello.
¿Cuál de las posibles historias iba a ser?
El jefe de policía
estaba fuera de sus cabales. Supongo que Edward y Bella llegaron a casa la
semana pasada y...
El movimiento de mi pecho se ralentizó.
Ella estaba viva, o al menos no estaba muerta-muerta.
Hasta ahora no me había dado cuenta de la diferencia que aquello
podía significar para mí. Comprendí que, durante todo aquel
tiempo, la había dado por muerta.
Vi que nunca había creído que Edward la trajera de vuelta con vida, pero eso no
debería haberme importado, porque sabía qué iba a suceder a continuación.
"Pero sí importa",
dijo Esme.
"Y no tienes idea de lo
que vendrá después," Emmett se rió entre dientes.
"Aún así... ¿por qué
llamamos a Charlie? Eso no tiene sentido", dijo Jasper. Esta era una
situación que debía manejarse con discreción.
Sí, tío,
y ahora vienen
las malas noticias. Charlie habló
con ella y
tenía muy mala voz. Bella le dijo que se encontraba muy enferma; luego
se puso Carlisle y le explicó que la joven había contraído
en Sudamérica una
enfermedad de lo más extraña,
y que se
hallaba en cuarentena. Charlie se
puso como un energúmeno cuando le advirtió que ni siquiera él podía verla.
Insistió en que quería verla sin importarle la posibilidad de contagiarse, pero
Carlisle no dio su brazo
a torcer: nada de
visitas. Le explicó
a Charlie que el
caso era grave,
pero que estaba haciendo cuanto
estaba en su mano. Charlie se lo ha estado guardando durante días, y sólo al
final ha llamado a Billy. Le ha dicho que hoy tenía peor voz.
"¿Qué está pasando?"
Carlisle frunció el ceño.
"Ella está
embarazada," Emmett sonrió.
Carlisle puso los ojos.
"Quiero decir ¿por qué estamos haciendo esto? No tiene sentido preocupar a
Charlie como esto."
"Puede que nosotros no
queramos, pero alguien sí," ofreció Edward.
"¿Crees que Bella
quería que nosotros le llamáramos?", dijo Carlisle. Eso tenía sentido.
"¿Pero no se da cuenta de que lo lastimaría más en el final?"
"Lo dudo", dijo
Edward.
Se hizo un
profundo silencio en
nuestras mentes cuando Seth
hubo concluido. Todos
comprendimos.
Así que Bella iba a morir a
causa de esa enfermedad, al menos hasta donde sabía Charlie. ¿Le
dejarían ver el
cadáver de tez
nivea, perfectamente inmóvil
y sin respirar? No
le permitirían tocar el cadáver
a fin de
que no pudiera
apreciar la dureza de los músculos. Los vampiros iban a tener que esperar hasta que ella fuera
capaz de
refrenarse y no matar
ni a Charlie
ni a los
demás asistentes al
funeral.
"No sería un tiempo demasiado
largo," dijo Jasper. "Siempre y cuando ella no respirara... aunque
por supuesto los latidos del corazón sería algo a lo que habría que entrenarla
antes.
“Jasper, por favor” pidió
Edward.
¿Cuánto tiempo podía ser necesario?
¿La enterrarían? ¿Saldría ella por
sus propios medios o la sacarían del ataúd los propios chupasangres?
El resto de los lobos respondieron con un silencio sepulcral a mis
especulaciones.
Yo era capaz de ahondar en este tema mucho más que cualquier otro.
Leah y yo entramos en el calvero prácticamente a la vez, aunque ella
estaba segura de haberme ganado
por medio hocico. La
loba se sentó
sobre los cuartos
traseros junto a su hermano mientras que yo me dirigía a ocupar mi
lugar a la derecha de Sam. Paul se giró a fin de
hacerme espacio en mi sitio.
He vuelto a ganar, pensó Leah, pero apenas la
oí...
... pues me preguntaba por
qué era el
único que estaba
ya preparado sobre
las cuatro patas. Tenía erizada la pelambrera de los hombros a causa de
la impaciencia.
Bueno, ¿y a qué
estamos esperando?, pregunté.
Nadie dijo nada, pero noté el zumbido de su vacilación.
Oh, vamos, venga,
¡han roto el tratado!
No tenemos prueba
alguna, quizás esté enferma de verdad...
"Eso es algo difícil de
creer", se rió Emmett.
"Pero es lo más cercano
a la verdad", dijo Esme. A ella no le estaba gustando este capítulo en
absoluto.
¡Por favor!
Vale, de acuerdo,
la evidencia es circunstancial, y muy probable, pero aun así... Jacob... El pensamiento de Sam se
ralentizó y vaciló. ¿Estás seguro de que es éste tu deseo? ¿Es lo correcto de veras? Todos sabemos que ése
era el empeño de Bella.
Esme dejó escapar un
suspiro. No iban a atacar, no con Sam en contra de ello.
El tratado no
hacía mención alguna a las preferencias de la víctima, Sam.
¿Es una víctima de
verdad? ¿Tú la consideras como tal?
¡Sí!
No son nuestros
enemigos, Jake, terció Seth.
"No, realmente no lo
somos” Carlisle estuvo de acuerdo.
¡Cierra la boca, niño! Que sientas una adoración enfermiza por
esa sanguijuela, como
si fuera un héroe,
no cambia la
ley. Son nuestros
adversarios. Están en
nuestro territorio. Acabemos con
ellos. Me importa un bledo si hace tiempo te lo pasaste bien luchando junto a
él.
Bueno, ¿y qué vas
a hacer cuando Bella luche a su lado, Jacob? ¿Eh...?, preguntó Seth.
"Ah, un cachorro
inteligente", dijo Emmett. "Por supuesto que Bella lucharía a nuestro
lado”
"Ella trataría de detener
la pelea", dijo Edward aunque no le gustara ese pensamiento.
Ya no será Bella.
"No es así de simple y él
lo sabe", dijo Esme.
¿Y vas a ser tú
quien acabe con ella?
Di un respingo. Fui incapaz de evitarlo.
No, no
vas a ser
tú, ¿a qué
no? Y entonces,
¿qué? ¿Vas a
guardarle rencor eterno
a quienquiera que lo haga?
"Sí... eso es lo que va
a pasar," dijo Emmett.
Yo no voy a...
Claro, seguro que
no... No estás preparado para esta lucha, Jacob.
Emmett le aplaudió a Seth.
El instinto me superó y me agazapé, listo para dar un brinco, sin
dejar de gruñir al lobo de carnes magras y pelaje color arena que me aguardaba
al otro lado del círculo.
"Oye, no vuelques tu
enojo con el cachorro," Emmett siseo. "El hecho de que él tenga
razón, no significa que tengas que atacarlo."
"Realmente deberías
seguir tu propio consejo," Jasper sonrió.
¡Jacob!, me conminó Sam. Seth, anda, cierra la boquita un rato.
El interpelado asintió con su enorme cabeza lobuna.
Maldita sea,
¿qué me he perdido?, pensó Quil, que venía corriendo
a toda prisa al lugar de la reunión. He oído algo del telefonazo de Charlie...
Estábamos a punto
de marcharnos, le contesté.
"En realidad no... ¿No
estabas escuchando?" Emmett se rió entre dientes.
¿Por qué no te
pasas por la casa de Kim y traes a Jared del cuello? Vamos a necesitar el
concurso de todos.
Ven aquí sin
desviarte, Quil, ordenó Sam. Todavía no hemos
decidido nada.
Gruñí.
Jacob, he de
pensar qué conviene más a la manada. Debo elegir el mejor curso posible para la
protección de todos. Los tiempos han cambiado desde que los ancestros sellaron
el acuerdo, y la verdad, no creo que los
Cullen vayan a hacernos daño alguno. Además,
también estamos seguros de que no
van a quedarse por aquí mucho tiempo. Lo más probable es que se larguen una vez
que hayan contado su historia, y entonces nuestras vidas volverán a la
normalidad.
"Bueno, eso es
ciertamente agradable de escuchar," dijo Carlisle, hablando sobre el hecho
de que Sam creía que su familia no era un peligro para ellos.
¿Normalidad?
Ellos se
defenderán si los atacamos, Jacob.
¿Tienes miedo?
¿Estás preparado
para perder a un hermano?
Hizo una pausa.
¿Y a una
hermana?, añadió como un pensamiento que acababa de ocurrírsele.
No temo a la
muerte.
"Pero eso no es lo que pregunto,"
dijo Esme.
"Y hay cosas peores que
la muerte", agregó Edward.
Me consta, Jacob. Lo único que pongo en tela de
juicio es la validez de tu criterio en este asunto.
Miré fijamente los ojos negros de Sam.
¿Pretendes honrar
el tratado de nuestros padres o no?
Honro a la manada.
Hago lo mejor para ella.
Cobarde.
"No es cobardía"
Esme susurró. "Estar siempre en busca de una pelea no está bien."
Se le tensaron los músculos del hocico y me enseñó los dientes.
Ya basta, Jacob.
Esto te sobrepasa.
El tono de
la voz mental
de Sam cambio
para adoptar un
extraño timbre conminatorio imposible de desobedecer. La voz del Alfa, el
cabecilla de la manada.
Buscó con la mirada a todos y cada uno de los lobos dispuestos en
círculo.
La manada no
va a atacar
a los Cullen
sin provocación previa.
El espíritu del
tratado persiste, ya que no suponen daño alguno para nuestro pueblo ni
para la gente de Forks. Bella Swan
ha efectuado una
elección consciente y
estaba informada. No
vamos a castigar
a nuestros antiguos aliados por culpa de esa preferencia.
"Bueno, eso es un
problema," dijo Emmett. "Me pregunto qué harán cuando se enteren del
bebe”
"No lo sé", dijo
Esme, de repente preocupada.
"¿Podrías mantener la boca
cerrada durante un segundo?" Jasper suspiró y envió una ola de calma a
Esme.
"No," Emmett se
encogió de hombros.
Escucha, escucha
eso, pensó Seth con entusiasmo.
Creo haberte dicho
que te calles, Seth.
Oh. Perdona, Sam.
¿A dónde te crees
que vas, Jacob?
Abandoné el círculo en dirección levante a fin de poder darle la
espalda.
Voy a despedirme
de mi padre. Al parecer, no tiene sentido que siga pudriéndome aquí por más
tiempo.
"Es como un bebé",
dijo Emmett. "Él no consigue lo que quiere así que se va”
"Una vez más... no eres
quien para hablar," Jasper se rió entre dientes.
"Yo no huyo,"
Emmett hizo un mohín.
Ay, Jake... ¡No lo
hagas otra vez!
Cállate, Seth, pensaron varias voces al
unísono.
No queremos que te
marches, me dijo Sam, dulcificando el tono anterior.
Doblega mi
voluntad para evitar mi marcha, Sam. Conviérteme en un esclavo.
"Eso no parece justo",
dijo Esme, "que un Alfa pueda tener ese tipo de poder sobre ellos."
"Es la única manera de
que una manda de este tipo pueda funcionar. Alguien tiene que ser
responsable", dijo Carlisle. "Siempre y cuando el Alfa no abuse de
poder."
Sabes que no voy a
hacerlo.
En tal caso, no
queda nada más que decir.
Me alejé de ellos a la carrera,
intentando con todas mis
fuerzas no pensar en mi siguiente movimiento. En vez de eso, me
concentré en los
recuerdos de mis meses lobunos, cuando abandoné tanto el lado humano que
fui más lobo que hombre: vivir el momento,
comer en caso de
tener apetito, dormir cuando
estaba fatigado, beber
cuando me daba
sed, y correr,
correr por correr.
Deseos simples y
respuestas sencillas a estímulos
simples. El dolor
se administra mejor cuando
uno habita en formas elementales. El calvario del
hambre. El suplicio de pisar el hielo con las patas.
El daño infligido por unas garras cuando la presa conserva las
fuerzas intactas. Cada dolor tenía una respuesta simple, una acción clara para
poner fin al sufrimiento.
“Puedes irte, nadie te
extrañaría” Rosalie murmuro pero sin dar pie a algún comentario de Esme.
Nada que ver con la forma humana.
Necesitaba mantener en privado mis pensamientos, por lo cual adopté
la forma de hombre en cuanto estuve lo bastante cerca de mi casa como para
llegar a ella de una carrera.
Desanudé los pantalones y me los enfundé. Luego, eché a correr hacia
el edificio.
Lo había logrado. Había ocultado mis pensamientos y ahora era
demasiado tarde para que Sam pudiera detenerme, pues ya no le resultaba posible
escucharme.
"Oh, va a venir por su
cuenta", dijo Emmett. "Buena suerte con eso."
"No le va a gustar lo
que ve," dijo Jasper. "De ningún modo."
"Y definitivamente no
nos va a gustar lo que piense " Rosalie siseó.
Edward se mantuvo callado
como veía haciendo en todo el capitulo, de solo pensar en lo que se venía tenía
ganas de gritar.
Sam había formulado una regla muy clara: la manada no iba a atacar a
los Cullen.
De acuerdo.
Sin embargo, no había dicho nada en contra de una actuación en
solitario.
No, la manada no iba a realizar ataque alguno ese día.
Pero yo sí.
"Bueno, eso es el final
del capítulo," dijo Rosalie, feliz de entregar el libro a Emmett.
Aburrido!!! jajajjajajaj yo también me lleve un chasco como Rosalie cuando quise saber que pasaba con el embarazo!
Pues... solo eso.
Espero les haya gustado y no se hayan dormido.
Saludos.
Cary0605
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22 comentarios:
me encanta que estes actualizando la historia...
pero porque diablos tenia que ser desde el punto de vista del idiota de jacob????
porque no desde el punto de vista de edward? en serio que es desagradable...
pero en fin gracias por actualizar!
No fuiste la unica, yo tambien odie esa parte desde el punto de vista de Jacob, al igual que en luna nueva donde sale puro el perro ese.
Gracias por actualizar.
Espero que salgamos muy pronto de este segundo libro y entremos en el tercero que es el que mas me gusta :D
Si definitivamente a Rosalie no le ha gustado para nada leer desde el punto de vista de Jacob y yo también he pensado mucho con éste libro de que al final Meyer se pasó al lado canino jejeje!!!.
Además con el comentario que ha hecho Emmett sobre que a cada rato se nombra la imprimación, pues el golpe que ha recibido por parte de Edward y Rosalie deja en claro de que a ellos dos también les parece extraño que toquen ese punto constantemente, tanto así que el pobre de Edward ya se está temiendo algo malo y que relaciona a su bebé con Jacob jejeje!!!!.
Apuesto a que cuando las cosas se aclaren del porqué tanto la imprimación en la historia, todo el mundo va a desear de que hubiera sido Seth y no Jake quien se tuviera que imprimar o en todo caso de seguro que se van a mudar antes de que Jacob pueda ver embarazada a Bella al menos eso haría Rosalie y en esto la secundan todos incluso el futuro padre.
Me alegra que hayas actualizado y de paso aprovecho a mandarles a todos un gran saludo por fiestas, que lo pasen en compañía de sus seres queridos
SALESIA
Me demore en teminar el capitulo dos dias, me dio mucho, mucho sueño, nos leemos.
Gracias por actualizar!!!
A la expectativa de más!!
Cuando continuaras con la historia?? Cuentanos si estas teniendo algun percanse
Porfa dinos si segiras actualizando
queda tan poco es el ultimo libro
Hola! Me fascina la historia! Cuando la continuas? :3
Gracias Cary! Espero que actualices pronto :-) queremos seguir leyendo XD
Hola! Me encanta la historia, espero que actualices pronto. Gracias.
Hola!
Me encanta la historia,es genial, estoy de acuerdo contigo en que este capitulo es algo aburrido.
Sigue pronto por favor,quiero saber que pasa.
Saludos :)
Querida Cary: espero que actualices prontito y no nos mantengas en vilo por más tiempo. Sé que tienes tu vida y tus cosas que hacer, como todo el mundo, pero eres la única en el mundo que tiene esta historia en su poder para traducirla y eso hace que mucha gente como yo te ande presionando para que actualices. Por favor, no quiero que sientas eso cuando leas este comentario, pero de veras que deseo que subas un nuevo capítulo pronto.
Un beso.
Que lindo, aunque a mi tampoco me gusta el punto de vista de Jacob XD
Espero actualices pronto, saludos
Hola!! Llevo leyendo la historia sin parar desde anoche a las 12 hasta ahora (estoy en clase) ¡y por fin he llegado!
A mi al principio no me gustaba el punto de vista de Jacob, pero al final acabó gustándome, me parece divertido y ocurren cosas interesantes. Pero creo que en el caso de esta historia no mola, sobre todo porque queremos ver a Rennesme.
¡Espero que actualices pronto!
Otra cosa, me gustaría pedirte algo (y no sé si los demás estarán de acuerdo conmigo, pero bueno): estaba leyendo otra vez Amanecer, la parte de Jacob, y repito, hay muchas cosas interesantes, pero tal vez podrías ir al último capítulo de Jake (el nacimiento) y luego seguir con Bella, porque a muchos nos gustaría seguir la historia.
Aunque me gustaría saber lo que piensan en el pasado sobre eso de que Edward pueda leerle la mente al bebé...
Eso es todo. ¡Gracias por tu trabajo!
oye chica, ya es marzo, casi abril del 2015, porfi, continua el libro 2, te lo ruego.
por cierto, chices hp ya termino toda la historia y tambien sol de medianoche?
Xfa continua con el libro plis o si lo tienes xfa mandame el lonk plis ☺kiero seguir leyendo esto!!!!
cuando vas a actualizar
Hola tal vez seria bueno que no nos dejara colgadas asi Cary x fis danos una Idea de como va el libro.... asi nos relajamos un poco. Somos tus fans y esperamos mucho que actualices sino sucedera pronto adviertenos x q ya no aguanto massss. Gracias
Ahhhhh ya casi un año!!!
Te extrañamos, me gusta mucho la historia te suplico de rodillas que la continúes!!
Aunque sea da señales de humo
🥺🙏🙏😪😪😪
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