Aviso: Los libros aquí transcriptos y los personajes pertenecen a Stephenie Meyer y la historia original “Reading Eclipse” a Choices HP, yo solo la traduzco, todo esto es sin ánimos de lucro, solo por mero entretenimiento.
Traducido por: Jesiri Zerimar
Corregido por: Cary0605
—He
visto... —Alice comenzó en tono ominoso. Edward le dio un codazo en las
costillas que ella esquivó limpiamente.
"Muy mal, Edward," Alice sonrió
con suficiencia.
—Vale
—refunfuñó—. Es Edward el que quiere que lo haga, pero intuyo que te
encontrarás en más dificultades si soy yo quien te da la sorpresa.
"¿Que estas planeando, enana?"
Emmett pregunto evidentemente muy emocionado.
"No lo sé, pero creo que será algo muy
bueno," dijo Alice sonriendo.
Caminábamos
hacia el coche después de clase y yo no tenía la menor idea de a qué se
refería.
—¿Y
por qué no me lo dices en cristiano? —requerí.
—No
te comportes como una niña. Sin rabietas, ¿eh?
Emmett sonría con anticipación para este
punto.
—Creo
que me estás asustando.
—Tú...,
bueno, todos nosotros, vamos a tener una fiesta de graduación. Nada del otro
mundo ni que deba preocuparte lo más mínimo, pero he visto que te iba a dar un
ataque si intentaba hacer una fiesta sorpresa —ella bailoteó de un lado a otro
mientras Edward intentaba atraparla para despeinarla—.
"Eso no va a pasar," Alice dijo su
típica voz cantarina.
"¿Le estás organizando una fiesta?"
Emmett se rió. "Eso tiene que ser peor que baile de graduación para ella,
toda la atención que recibirá la frustrara."
"Genial", se quejó Edward.
"Nunca he tenido una fiesta de graduación
antes", dijo Alice de repente, emocionada. "Piensa en las decoraciones
que podría utilizar... y el..."
"Pobre Bella, ella va a estar totalmente
abrumada," Jasper suspiró.
"Hey... ¿de qué lado estás?" Alice lo
miró.
"Siempre del tuyo," Jasper le sonrió.
"Yo sólo me identifico con los sentimientos de Bella hacia las
fiestas."
Y
Edward ha dicho que te lo debía decir, pero no será nada, te lo prometo.
Suspiré
profundamente.
—¿Serviría
de algo que intentara discutir?
"No. ¡Es un hecho!", dijo Alice.
"Sí, no hay que parar a la pequeña duende, una
vez que se pone así", se rió Emmett. "¿Te das cuenta de que falta un
año y medio para eso?, ¿no?"
"Mmm," bufó Alice “Es muy poco tiempo
para planearlo”
.—En
absoluto.
—De
acuerdo, Alice. Iré, y odiaré cada minuto que esté allí, lo prometo.
—¡Así
me gusta!
"Ella dijo que va a odiarlo" dijo Edward
entrecerrando los ojos a su hermana.
"Ella dijo que estará ahí", Alice se
encogió de hombros. "Eso es todo lo que necesitaba oír."
A
propósito, a mí me encanta mi regalo. No debías haberte molestado.
"Eso es realmente molesto, sabes," dijo
Jasper. "Nunca se te puede sorprender."
"Pero aún así, inténtalo," Alice le
sonrió. "Además, siempre me sorprendes, Jazz... Sólo que no cuando realmente
me das el regalo."
Con eso ella recibió un casto beso en los labios.
—¡Alice, pero si no lo tengo!
—Oh,
ya lo sé, pero lo tendrás.
Espoleada
por el pánico, me devané los sesos e intenté recordar si había decidido alguna
vez comprarle algo para la graduación. Debía de haber sido así para que ella lo
hubiera podido ver.
—Sorprendente
—intervino Edward—. ¿Cómo algo tan pequeño puede ser tan insoportable?
Alice
se echó a reír.
—Es un talento natural.
"No es uno de los mejores", Edward rió.
"¡Hello! Estoy aquí" le miro Alice.
“Y yo también” Jasper le frunció el ceño
—
¿No podrías haber esperado unas cuantas semanas para decírmelo? —pregunté
enfurruñada—. Ahora estaré preocupada mucho más tiempo.
Alice
me frunció el ceño.
—Bella
—dijo con lentitud—, ¿tú sabes qué día es hoy?
—
¿Lunes?
Puso
los ojos en blanco.
—Sí,
lunes... Estamos a día cuatro.
Me
tomó del codo, me hizo dar media vuelta y me dejó frente a un gran póster
amarillo pegado en la puerta del gimnasio. Allí, en marcadas letras negras,
estaba la fecha de la graduación. Faltaba una semana exacta a contar desde ese
día.
Edward se puso rígido ante eso.
"Va a estar bien, Edward," Esme lo
tranquilizo.
"Sí, Eddy, ella sólo se convertirá en vampiro...
no es el fin del mundo," Emmett sonrió.
"Pero..." Edward comenzó, mirándolos con
ojos dolidos.
"Lo sabemos," Alice dijo, "Pero no
se puede cambiar lo que viene en estos libros... así que lidia con eso."
"Cierto" Edward frunció el ceño, sin
dejar de lucir sombrío.
—
¿Estamos a cuatro? ¿A cuatro de junio? ¿Estás segura?
Nadie
contestó. Alice sacudió la cabeza con pesar, simulando decepción, y Edward
enarcó las cejas.
—
¡No puede ser! Pero ¿cómo es posible?
Intenté
contar hacia atrás los días en mi cabeza, pero era incapaz de comprender cómo
habían transcurrido tan deprisa.
De
pronto, no sentí las piernas. Parecía que alguien me las hubiera cortado. Sin
saber cómo, en la vorágine de aquellas semanas de tensión y ansiedad, en medio
de toda mi obsesión por el tiempo…, el tiempo había desaparecido. Había perdido
mi momento para revisarlo todo y hacer planes. Se me había pasado el tiempo.
Esta vez los ojos de Edward estaban
estrechos y su ceño parecía más molesto que dolido "Ella no está
lista."
“Mi niña” gimió Esme, “No puedes
convertirla sino esta lista”.
“Gracias” Edward dijo con fervor.
Y
no estaba preparada.
“Exacto” Edward sonreía, aunque un resquicio de su corazón
se sentía un poco dolido por tal cosa.
No
sabía cómo hacer frente a todo aquello. No sabía cómo despedirme de Charlie y
de Renée, de Jacob. No sabía cómo afrontar el hecho de dejar de ser humana.
Sabía
exactamente lo que quería, pero de repente, me daba terror conseguirlo.
En
teoría, ansiaba, a veces con entusiasmo, que llegara la ocasión de cambiar la
mortalidad por la inmortalidad. Después de todo, era la clave para permanecer
con Edward para siempre. Por mi parte, estaba el hecho de que enemigos
conocidos y desconocidos pretendían darme caza. Convenía que no me quedara
mirando, indefensa y deliciosa, a la espera de que me capturase cualquiera de
ellos.
"No deberías pensar en la última," Edward
frunció el ceño. "Y tampoco importa. Tú estarías conmigo para siempre de
cualquier manera..."
En
teoría, todo esto tenía sentido...
...
pero en la práctica, ser humana era toda la experiencia que yo tenía. El futuro
que se extendía a partir del cambio se me antojaba como un enorme abismo oscuro
del cual no sabría nada hasta que saltara dentro de él.
Esté
simple dato, la fecha de ese día, tan obvia que probablemente había estado
reprimiéndola de forma inconsciente, se había convertido en el momento límite
que había estado esperando con impaciencia, pero a la vez, era una cita con el
escuadrón de fusilamiento.
Edward se estremeció y los demás lo miraban
cautelosos, incluso Emmett. Una cosa era que ella no estuviera lista, pero
saber que estaba aterrorizada de su transformación parecía mucho más ominoso.
De
un modo lejano, percibí cómo Edward me abría la puerta del coche, cómo Alice
parloteaba desde el asiento trasero y cómo golpeteaba la lluvia contra el
cristal delantero. El pareció darse cuenta de que sólo estaba allí en cuerpo y
no intentó hacerme salir de mi abstracción. O quizá lo hizo y yo no me di
cuenta.
Terminamos
en casa al final del trayecto. Edward me condujo al sofá y se sentó junto a mí
mientras yo contemplaba por la ventana la tarde gris de llovizna e intentaba
descubrir cuándo se había esfumado mi resolución. ¿Por qué sentía tanto pánico?
Sabía que la fecha final se acercaba, ¿por qué me asustaba ahora que ya había
llegado?
"Es el último paso que tiene que
superar", dije Carlisle, pensativo. "En realidad, estoy feliz de que
ella está pensando de esta manera..."
"¿Por qué?" Edward le miró. "Ella está
aterrorizada."
"Y ella debe estarlo", explicó Carlisle.
"Esto es algo importante en su vida... er ... un evento que cambia la
existencia. Estaba preocupado antes de que estuviera tomándolo muy a la ligera.
Que sólo iba a pegarse tenazmente a su decisión porque hizo a su mente
decidirse hace mucho tiempo. O porque ella pensó que era una debilidad en
nuestra familia o una amenaza para ti... pero ahora está realmente pensando en
ello, en todas las consecuencias de su decisión y todo lo que gana con ello.
"
"¿Crees que va a cambiar de opinión?"
Edward preguntó, sonando esperanzado.
"Es difícil decirlo" Carlisle suspiró.
"Ella tiene que mirar profundamente dentro de sí misma y ver lo que
realmente quiere..."
"Entonces ella todavía querrá cambiar,"
Alice dijo con confianza, "porque ella te quiere más que a nada"
"Mmm... le dije que me tendría de cualquier
manera" Edward frunció el ceño.
“La única manera
en que esto realmente funciona es si ella es un vampiro,” Alice pensó para
Edward. “Especialmente en estos libros,
aunque sabes que sería bueno...” él le dio una mirada de muerte en ese
punto... “tu sabes que no voy a cambiar
de mentalidad, no puedo. Pero hay que ver, en esta realidad, por lo menos, que es
necesario que cambie... con el modo que piensa y los Vulturi por ahí... sabes
que es una amenaza, incluso si no quieres admitirlo. Así que, al final, ella decidirá
estar contigo como un vampiro.”
No
sé cuánto tiempo me dejó mirar hacia la ventana en silencio, pero la lluvia
desaparecía en la oscuridad cuando al final la situación le superó, puso sus
manos frías sobre mis mejillas y fijó sus ojos dorados en los míos.
—
¿Quieres hacer el favor de decirme lo que estás pensando antes de que me vuelva
loco? —
“¿Mas de lo que ya estás?" pregunto Emmett
arqueando su peluda ceja.
“Eso debe de ser muy duro para mí", dijo
Edward con un gemido, "Sabiendo que ella está tan preocupada y sin saber
por qué... o cómo ayudarla"
¿Qué
le podía decir, que era una cobarde? Busqué las palabras adecuadas. El
insistió—: Tienes los labios blancos, habla de una vez, Bella.
Exhalé
una gran cantidad de aire. ¿Cuánto tiempo había estado conteniendo la
respiración?
—La
fecha me ha pillado con la guardia baja —susurré—. Eso es todo.
El
esperó, con la cara llena de preocupación y escepticismo.
Intenté
explicarme.
—No
estoy segura de qué hacer ni de qué le voy a decir a Charie ni qué... ni
cómo... —la voz se me quebró.
—Entonces,
¿todo esto no es por la fiesta?
"Honestamente, Edward, no crees que estaría tan
preocupada por una estúpida fiesta," dijo Alice.
"No", dijo Edward. "Pero puedo
ayudarla a relajarse o distraerla al menos, si lo menciono"
Torcí
el rostro.
—No,
pero gracias por recordármelo.
La
lluvia repiqueteaba con más fuerza en el tejado mientras él intentaba leer mi
rostro.
—No
estás preparada —murmuró.
“Exacto” Edward estaba de acuerdo consigo mismo.
“¿Alguien más cree que Edward es un rarito por estar de
acuerdo consigo mismo?” Emmett como siempre interrumpiendo,.
—Sí
lo estoy —mentí de manera automática, una reacción refleja. Estaba segura de
que él sabría lo que ocultaba, así que inspiré profundamente y le dije la
verdad—. Debo estarlo.
—No
debes estar de ninguna manera.
Sentí
cómo el pánico ascendía a la superficie de mis ojos mientras musitaba los
motivos.
—Victoria,
Jane, Cayo, quienquiera que hubiera estado en mi habitación...
—Razón
de más para esperar.
"Bueno, eso no tiene ningún sentido",
dijo Emmett.
"¡Ella no va a cambiar por miedo!" Edward
estallo.
"Ya se eso", dijo Emmett, rodando los
ojos, "Pero eso no significa que sea una razón para esperar. No debería tener
ningún impacto en su decisión...”
"Pero si puede," dijo Edward obstinadamente,
dejando que el asunto se olvidara.
—
¡Eso no tiene sentido, Edward!
Apretó
las manos con más fuerza contra mi rostro y habló con deliberada lentitud.
—Bella.
Ninguno de nosotros tuvo ninguna oportunidad. Ya has visto lo que ocurrió...,
especialmente a Rosalie. Todos hemos luchado para reconciliarnos con algo que
no podemos controlar. No voy a dejar que suceda del mismo modo en tu caso. Tú
has de tener tu oportunidad de escoger.
—Yo
ya he efectuado mi elección.
“Escucha a Bella” señalo Alice.
—Tú
crees que has de pasar por todo esto porque pende una espada sobre tu cabeza.
Ya nos ocuparemos de los problemas y yo cuidaré de ti —juró—. Cuando haya
pasado todo y no exista nadie que te obligue a hacerlo, entonces podrás decidir
si quieres unirte a mí, si aún lo deseas, pero no por miedo. No permitiré que
nada te fuerce a hacerlo.
"Bien dicho, Edward", Carlisle sonrió.
"Sí, eso debería ayudarla a llegar al fondo de
sus sentimientos y ver lo que realmente quiere más rápido", sonrió Alice.
—Carlisle
me lo prometió —cuchicheé, llevándole la contraria por costumbre—. Después de
la graduación.
“Pero no lo haría en contra de su voluntad, y más si veo que
no esta lista” aseguro Carlisle.
—No
hasta que estés preparada —repuso con voz segura—. Y desde luego, no mientras
te sientas amenazada.
No
contesté. No tenía fuerzas para discutirle; en ese momento, no parecía
encontrar por ningún lado mi resolución.
—Venga,
venga —me besó la frente—. No hay de qué preocuparse.
Me
eché a reír con una risa temblorosa.
—Nada
salvo una sentencia inminente.
—Confía
en mí.
—Ya
lo hago.
Siguió
observando mi cara, esperando que me tranquilizara.
—¿Puedo
preguntarte algo?
—Lo
que quieras.
Me
mordí el labio mientras me lo pensaba y luego le pregunté algo distinto de lo
que me preocupaba.
"Dudo que me engañe," Edward sonrió.
"Pero estoy segura que dejaras que te
distraiga durante unos minutos," Alice sonrió también.
—¿Qué
le voy a regalar a Alice para su graduación?
Se
rió por lo bajo.
—Según
Alice, parece como si fueses a comprar entradas para un concierto para nosotros
dos.
—¡Eso
era! —me sentí tan aliviada que casi sonreí—. El concierto de Tacoma. Vi un
anuncio en el periódico la semana pasada y pensé que sería algo que le
gustaría, ya que dijiste que era un buen cd.
“Oh, es genial” Edward sonrio.
—Es
una gran idea. Gracias.
—Espero
que no estén agotadas.
—Es
la intención lo que cuenta. Debía de saberlo.
"Es importante para mí también... es
lo que veo, después de todo," sonrió Alice.
Suspiré.
—Había
algo más que querías preguntarme —continuó él.
Fruncí
el ceño.
—Pues
sí que hilas fino tú.
—Tengo
un montón de práctica leyendo tus expresiones. Pregúntame.
Edward sonrió, él también quería tener práctica en leer esas
emociones.
Cerré
los ojos y me recliné contra él, escondiendo mi rostro contra su pecho.
—Tú
no quieres que yo sea vampiro.
—No,
no quiero —repuso con suavidad, y entonces esperó un poco—, pero ésa no es la
cuestión —apuntó después de un momento.
—Bueno,
me preocupaba saber... cómo te sentías respecto a ese asunto.
—¿Estás
preocupada? —resaltó la palabra con sorpresa.
"Si, preocupada, ¡eEes un idiota!"
Alice siseo. "¿Piensas que puedes ser venenoso contra ella de ser un
vampiro y que no se preocupe por lo obvio?"
"¿Lo obvio?" Preguntó Edward.
"Tu no deseándola por siempre, Eddy",
dijo Emmett. "Incluso yo puedo ver eso. Por supuesto, es sólo porque creo
que está siendo ridícula acerca de eso, pero aún así..."
"Bueno, eso no es así," Edward gruñó.
"No somos a los que tienes que
convencer," dijo Esme. "Si este problema siempre surge en nuestra
realidad, tú tienes que asegurarte que ella sabe cómo te sientes, Edward. Dile
cómo te sientes y nunca tendrá duda."
"Correcto", suspiró Edward.
—¿Me
dirás la verdad? La verdad completa, sin tener en cuenta mis sentimientos. Él
dudó durante un minuto.
“Aghh” Edward gruño frustrado.
—Si
respondo a tu pregunta, ¿me explicarás entonces por qué lo preguntas?
Asentí,
con el rostro aún escondido. Inspiró profundamente antes de responder.
—Podrías
hacerlo mucho mejor, Bella. Ya sé que tú crees que tengo alma, pero yo no estoy
del todo convencido, y arriesgar la tuya...—
"¿No estás convencido del todo?" Carlisle
sonrió y Edward lo miró atónito. "Lo que significa que en realidad estás
empezando a pensar que es posible."
"Yo..." Edward tartamudeó, incapaz de
decir nada y Carlisle continuó leyendo.
Sacudió
la cabeza muy despacio—. Para mí, permitir eso, dejar que te conviertas en lo
que yo soy, simplemente para no perderte nunca, es el acto más egoísta que
puedo imaginar. En lo que a mí se refiere, es lo que más deseo en el mundo,
pero deseo mucho más para ti. Rendirme a eso me hace sentirme como un criminal.
Es la cosa más egoísta que haré nunca, incluso si vivo para siempre.
Alice frunció el ceño ante eso. Nunca había
entendido de dónde venía más que en ese momento, pero, al final, ella nunca creyó
en este tema del alma entera y sabía que todo sería mejor cuando Bella
cambiara.
»Es
más, si hubiera alguna forma de convertirme en humano para estar contigo, no
importa su precio, lo pagaría feliz.
Me
quedé sentada allí, muy quieta, absorbiendo todo eso.
Edward
pensaba que estaba siendo egoísta.
Sentí
cómo la sonrisa se extendía lentamente por mi rostro.
—Así
que... no es que temas que no te guste lo mismo cuando sea diferente, es decir,
cuando no sea suave, cálida y no huela igual. ¿Realmente querrás quedarte
conmigo sin importarte en lo que me convierta?
"¿Está bromeando?" se mofó Edward.
"Me gustaría que a ella no le importaran estas cosas."
"Y dudo que realmente eches de menos la
mayoría de esas cosas", dijo Emmett, "Sobre todo el olor."
"Sinceramente, Edward, tu garganta debe estar
permanentemente en llamas al estar tan cerca de ella todo el tiempo," dijo
Jasper. "Sería un gran alivio finalmente no tener que lidiar con eso y
finalmente llegar a disfrutar de estar cerca de ella."
"Eso es verdad," Edward estuvo de
acuerdo, "pero estoy seguro de que hay un montón de cosas que voy a
extrañar de su ser humano. Yo ya no voy a escucharla hablar en sueños… y voy a
extrañar mirar sus ojos castaños... "
"Entonces vas a tener que encontrar cosas
nuevas que te gusten de ella cuando ella sea un vampiro," Alice le sonrió.
Él
soltó el aire de un golpe.
—¿Lo
que te preocupa es que no me gustaras luego? —inquirió. Entonces, antes de que
pudiera contestar, empezó a reír—. Bella, para ser una persona bastante
intuitiva, a veces puedes resultar de un obtuso...
"Sí, las cosas obvias", se rió Emmett.
"Es difícil para ella ver esas."
"Es más a sí misma," Edward sonrió y
frunció el ceño al mismo tiempo. "Nunca se ve a sí misma o a su poder
sobre mí."
Sabía
que él pensaría que era una tontería, pero yo me sentí aliviada. Si él
realmente me quería podría soportar cualquier cosa... de algún modo. De pronto,
la palabra «egoísta» me pareció una palabra hermosa.
"Te lo dije," Alice sonrió con aire de
suficiencia. "Te quiere y eso es todo lo que le importa a ella."
—No
creo que te des cuenta de lo fácil que sería para mí, Bella —me dijo con un
cierto eco de humor aún en su voz—, sobre todo porque no tendría que estar
concentrado todo el tiempo para no matarte. Desde luego, habrá cosas que echaré
de menos. Ésta, por ejemplo...
Me
miró a los ojos mientras me acariciaba la mejilla y sentí cómo la sangre se
apresuraba a colorear mi piel.
"Ah, sí, su sonrojo," dijo Edward.
"Voy a disfrutar viendo eso."
Se
rió amablemente.
—Y
el latido de tu corazón —continuó, más serio pero aún sonriendo un poco—. Lo
considero el sonido más maravilloso del mundo. Estoy tan sintonizado con él,
que juraría que puedo oírlo desde kilómetros de distancia. Pero nada de eso
importa. Esto —dijo, tomando mi rostro entre sus manos—. Tú. Eso es lo que yo
quiero. Siempre serás mi Bella, sólo que un poquito más duradera.
Emmett se rió particularmente fuerte en eso.
Suspiré
y dejé que mis ojos se cerraran satisfechos, descansando allí, entre sus manos.
—Y
ahora, ¿me contestarás una pregunta tú a mí? ¿La verdad completa, sin tener en
cuenta mis sentimientos? —preguntó.
—Claro
—le contesté sin dudar, con los ojos bien abiertos por la sorpresa. ¿Qué
querría saber ahora?
"Creí que a estas alturas ya había aprendido a
nunca responder ‘por supuesto’ a una de tus preguntas," dijo Alice,
sacudiendo la cabeza.
"Edward es honesto con ella. Ella debería
hacer lo mismo", dijo Esme. "Realmente tienen que hablar así el uno al
otro."
Él
recitó las palabras muy despacio.
—No
quieres ser mi esposa.
"Oh... supongo que tendrá que
responder sinceramente a esto," Alice sonrió. "Hará más fácil para ti
hacer que ella quiera casarse contigo en nuestra realidad."
"Te
dije que sería algo bueno" Esme sonrió, mirándolo igual de esperanzada que
lo estaba Alice.
“No, Bella, no respondas a eso", dijo Emmett. “¡Aguarda hasta
el final del libro!"
De
pronto, mi corazón se detuvo; después, rompió a latir desaforadamente. Sentí un
sudor frío en la parte de atrás del cuello y las manos se me quedaron heladas.
Él
esperó, observando y evaluando mi reacción.
—Eso
no es una pregunta —susurré al final.
“Gracias Bella” se carcajeo Emmett.
Él
bajó la mirada, y sus pestañas proyectaron largas sombras sobre sus pómulos.
Dejó caer las manos de mi rostro para cogerme la helada mano izquierda. Jugó
con mis dedos mientras hablaba.
—Me
preocupa cómo te sientes al respecto.
Intenté
tragar saliva.
—De
todas formas, no es una pregunta —insistí.
Emmett volvió a reírse.
"Tú sabes que no vas a salirte con la
tuya," Alice giró los ojos.
"De todos modos... sigue siendo
divertido," Emmett siguió riéndose.
—Por
favor, Bella.
—¿La
verdad? —inquirí formando las palabras con los labios.
—Claro.
Podré soportarla, sea lo que sea.
Inspiré
muy hondo.
—Te
vas a reír de mí.
“¿Por qué?” Edward estaba al borde de su asiento.
Sus
ojos llamearon en mi dirección, sorprendidos.
—¿Reírme?
No puedo imaginar por qué.
—Verás
—murmuré, y después suspiré. Mi cara pasó del blanco al escarlata, ardiendo
repentinamente del disgusto—. ¡Vale, está bien! Estoy segura de que esto te va
a sonar como una especie de chiste, pero ¡es la verdad! Es sólo que... me da...
tanta vergüenza —le confesé y escondí el rostro en su pecho otra vez.
"Correcto, es tan embarazoso estar casada con
este idiota", se rió Emmett picando a su hermano con el dedo.
"Emmett!" Esme lo miró y dejó de reír de
inmediato. "No quiero saber de ti, de ninguno de ustedes, hasta que
escuchemos las razones de Bella."
"Está bien," Emmett acordó era obvio que
Esme en realidad quería escuchar la razón de Bella para no querer casarse con
Edward.
Se
hizo una gran pausa.
—No
te sigo.
Eché
la cabeza hacia atrás y le miré. El pudor me hizo lanzarme, ponerme
beligerante.
—No
quiero ser una de esas chicas, Edward. ¡De esas que se casan justo al acabar el
instituto, como una muchacha de pueblo que se queda alucinada por su novio!
¿Sabes lo que van a pensar los demás? ¿Te das cuenta de en qué siglo estamos?
¡La gente ya no se casa a los dieciocho! ¡Al menos no la gente lista,
responsable y madura! ¡No quiero ser una chica de esas! Yo no soy así... —la
voz se me apagó y fue perdiendo fuerza.
Edward arrugó las cejas en sus pensamientos,
luciendo un poco decaído en eso.
"No te preocupes, Edward, ella lo hará,"
dijo Esme, poniendo su mano sobre su hombro. "Es sólo un estereotipo que
ella tiene que superar... te ama más de lo que le importa lo que piensen los
demás."
"Lo sé.... en realidad no es tan malo,"
Edward dijo, "Es sólo la forma en que lo dijo. ‘¿Te das cuenta que siglo
es este?’... Yo sólo pensaba qué diferentes son las cosas ahora."
"¿Significa esto que puedo hablar de
nuevo?" Preguntó Emmett.
Esme suspiró, "supongo".
El
rostro de Edward era imposible de leer mientras pensaba en mi respuesta.
—¿Eso
es todo? —preguntó finalmente.
Yo
parpadeé.
—¿Es
que te parece poco?
—¿No
es que estés más entusiasmada por ser... inmortal que por mí?
"¿Y tú crees que ella estaba loca por pensar así?"
Alice se burlo. "¿Cuándo ella alguna vez se preocupa por eso?"
"No sé lo que piensa, Alice," Edward
gruñó. "Y ella rechazó mi propuesta como si nada..."
"Bueno, fue una propuesta horrible..."
dijo Alice.
"De verdad deberías haberlo hecho mejor que
eso," dijo Esme. “Sigo pensando en qué deberías tomar clases con tu
hermano”
“Si, podemos empezar de nuevo” sugirió Emmett.
“Emmett” Esme lo miro.
"Lo siento," dijo Edward ", pero ese
no era el punto. El punto es que ella me rechazó, pero todavía quiere vivir
eternamente... No sé, tengo que haberme preocupado."
"Idiota," dijo Alice, sacudiendo la cabeza.
Y
entonces, aunque había predicho que él se reiría de mí, fui; la que tuvo el
ataque de risa histérica.
“Esa es mi chica” sonrió Alice.
—¡Edward!
—jadeé entre paroxismos de risitas—. ¡Anda! ¡Yo siempre... pensé... que tú eras
mucho más... listo que yo!
Todos estaban riéndose ahora, la tensión se había
distendido una vez mas, y Emmett ni siquiera había dicho algo.
Me
cogió entre sus brazos y sentí que se estaba riendo conmigo.
—Edward
—repetí, haciendo un pequeño esfuerzo para hablar con absoluta claridad—. No
tengo ningún interés en vivir para siempre si no es contigo. No querría ni
siquiera vivir un día más si no es contigo.
“¿Eso es suficientemente claro?” pregunto Alice sarcásticamente,
pero con una gran sonrisa, al igual que Edward que asintió suspirando con
alivio.
“Aun no puedo creer que realmente hayas estado conteniendo
el aliento” dijo Rosalie sorprendida.
—Bueno,
es un alivio —comentó.
—Aunque...
eso no cambia nada.
—Ya,
pero es estupendo saberlo, de todos modos. Y ahora veo tu punto de vista,
Bella, ya lo creo que sí, pero me gustaría mucho que intentaras ver las cosas
desde el mío.
Ya
estaba más tranquila, así que asentí y luché por no fruncir el ceño.
Sus
ojos dorados se volvieron hipnóticos al clavarse en los míos.
—Ya
ves, Bella, yo siempre he sido un chico «de esos»; ya que un hombre en mi
mundo. No iba buscando el amor, qué va, estaba demasiado entusiasmado con la
perspectiva de convertirme en soldado. No pensaba en otra cosa que en esa
imagen idealizada de la gloria de la guerra que nos vendían entonces los
eventuales reclutadores, pero si yo hubiera encontrado... —efectuó una pausa y
ladeó la cabeza—.
"¿Por qué te detuviste ahí?" Preguntó
Emmett. "Ese es un extraño lugar para parar."
"En realidad no," dijo Edward con una
amplia sonrisa, sabiendo lo que iba a decir.
—Iba a decir que si hubiera encontrado a alguien, pero eso no
sería cierto, si te hubiera encontrado a ti, no tengo ninguna duda de lo que
hubiera hecho. Yo era de esa clase de chicos que tan pronto como hubiera
descubierto que tú eras lo que yo buscaba me habría arrodillado ante ti y
habría intentado por todos los medios asegurarme tu mano. Te hubiera querido
para toda la eternidad, incluso aunque la palabra no tuviera entonces las
mismas connotaciones que ahora.
Esme y Alice sonrieron radiantes a Edward, e
incluso Rosalie le dio una pequeña sonrisa.
Me
dedicó de nuevo su sonrisa torcida.
Le
miré con los ojos abiertos de par en par hasta que se me secarón.
—Respira,
Bella.
Me
recordó, sonriente; y yo tomé aire.
—¿No
lo ves, aunque sea un poquito, desde mi lado?
Y
durante un segundo, pude. Me vi a mí misma con una falda larga y una blusa de
cuello alto anudada con un gran lazo, y el pelo recogido sobre la cabeza. Vi a
Edward vestido de forma muy elegante con un traje y un ramo de margaritas,
sentado a mi lado en el balancín de un porche.
Edward sonrió con cariño a la imagen.
"Mira, esta charla realmente le ayudara a
entender," dijo Esme, sonriendo también con cariño
Sacudí
la cabeza y tragué. Estaba sufriendo un flash-back
al estilo de Ana de las Tejas Verdes.
—La
cosa es, Edward —repuse con voz temblorosa, eludiendo la pregunta—, que en mi
mente, matrimonio y eternidad no son conceptos mutuamente exclusivos ni
inclusivos. Y ya que por el momento estamos viviendo en mi mundo, quizá sea
mejor que vayamos con los tiempos, no sé si sabes lo que quiero decir.
—Pero
por otro lado —contraatacó él—, pronto habrás dejado atras estos tiempos. Así
que, ¿por qué deben afectar tanto en tu decisión lo que, al fin y al cabo, son
sólo las costumbres transitorias de una cultura local?
"Idiota", dijo Alice, sonriendo
Apreté
los labios.
—¿Te
refieres a Roma?
"Eso es Bella, mantén eso," se rió Emmett.
Se
rió de mí.
—No
tienes que decir sí o no hoy, Bella, pero es bueno entender las dos posturas,
¿no crees?
—¿Así
que tu condición...?
—Sigue
en pie. Yo comprendo tu punto de vista, Bella, pero si quieres que sea yo quien
te transforme...
—Chan
cha cha chan, chan cha cha chan...
Tarareé
la marcha nupcial entre dientes,
“Chan cha cha chan, chan cha cha chan” canturreo Emmett
tomando la mano de rose y levantándolos para dar una corta demostración de
baile, cuando ellos se sentaron, Rose sonreía radiante.
“Y así es como se hace” sonrió Emmett “Deberías empezar a
practicar, también te puedo dar clases”
“Mi madre me enseño bien” Edward rodo los ojos, pero aun así
sonreía.
aunque
a mí me parecía más bien una especie de canto fúnebre.
“Que aguafiestas” se quejo Emmett.
El
tiempo fluyó mucho más deprisa de lo previsto.
Pasé
en blanco aquella noche, y de pronto había amanecido y la graduación me miraba
a la cara de tú a tú. Se me había acumulado un montón de material pendiente
para los exámenes finales y sabía que no me daría tiempo de hacer ni la mitad
en los días restantes.
Charlie
ya se había ido cuando bajé a desayunar. Se había dejado el periódico en la
mesa, lo cual me recordó que debía hacer algunas compras. Esperé que el anuncio
del concierto todavía estuviera; necesitaba el número de teléfono para
conseguir aquellas estúpidas entradas. No parecía un regalo fuera de lo común
ahora que ya sabían que iba a hacérselo, aunque claro, intentar sorprender a
Alice no había sido una idea brillante.
"No, no lo es," Alice sonrió a su marido
Quería
pasar las hojas para irme directamente a la sección de espectáculos, pero un
titular en gruesos caracteres negros captó mi atención. Sentí un
estremecimiento de miedo conforme me inclinaba para leer la historia de primera
página.
SEATTLE ATERRORIZADA POR LOS
ASESINATOS
"Genial" Edward gimió. "Así que parece
que el vampiro de Seattle... o vampiros, todavía están allí."
"Lo que significa que los Vulturi no han
venido", dijo Carlisle, "Y que no podían haber sido los que estaban
en la habitación de Bella."
"Todavía no estoy tan seguro de eso",
dijo Edward. "Parece que las cosas están peor en Seattle... esto no es
bueno."
Ha pasado menos de una década
desde que la ciudad de Seattle fuera el territorio de caza del asesino en serie
más prolífico de la historia de los Estados Unidos, Gary Ridgway, el Asesino de
Río Verde, condenado por la muerte de 48 mujeres.
"Ellos piensan que es un asesino en serie...?"
Jasper sacudió la cabeza. "No entiendo por qué los Vulturi no he venido a
detener esto todavía".
Edward gruñó ante eso.
"Sólo quiero decir, si fuera esto en serio...
si está en noticias como esta..." dijo Jasper, sin dejar de sacudir la
cabeza. "Deberían haber llegado ya."
Ahora, una atribulada Seattle debe
enfrentarse a la posibilidad de que podría estar albergando a un monstruo aún
peor.
"Sí, lo es sin duda", dijo Emmett.
"No sé si atemorizante, "dijo Rosalie,
sus ojos fríos. "Creo que el monstruo humano es en realidad más horrible,
pero no es tan peligroso."
La policía no considera la
reciente racha de crímenes y desapariciones como obra de un asesino en serie. Al
menos, no todavía. Se muestran reacios a creer que semejante carnicería sea
obra de un solo individuo. Este asesino ‑si es, de hecho, una sola persona‑
podría ser responsable de 39 homicidios y desapariciones sólo en los últimos
tres meses. En comparación, la orgía de los 48 asesinatos perpetrados por
Ridgway se dispersó en un periodo de 21 años. Si estas muertes fueran
atribuidas a un solo hombre, entonces estaríamos hablando de la más violenta
escalada de asesinatos en serie en la historia de América.
La policía se inclina por la
teoría de que se trata de bandas criminales dado el gran número de víctimas y
el hecho de que no parece haber un patrón reconocible en la elección de las
mismas.
Desde Jack el Destripador
“Wow” se sorprendió Emmett “Realmente están asustados”
a Ted Bundy, los objetivos de los
asesinos en serie siempre han estado conectados entre sí por similitudes en
edad, género, raza o una combinación de los tres elementos. Las víctimas de
esta ola de crímenes van desde los 15 años de la brillante estudiante Amanda
Reed, a los 67 del cartero retirado Ornar Jenks. Las muertes relacionadas
incluyen a casi 18 mujeres y 21 hombres. Las víctimas pertenecen a razas
diversas: caucasianos, afroamericanos, hispanos y asiáticos.
La selección parece efectuada al
azar y el motivo no parece otro que el mismo asesinato en sí.
Entonces, ¿por qué no se descarta
aún la idea del asesino en serie?
Hay suficientes similitudes en el
modus operandi de los crímenes como para crear fundadas sospechas. Cada una de
las víctimas fue quemada hasta el punto de ser necesario un examen dental para
realizar las identificaciones. En este tipo de incendios suele utilizarse algún
tipo de sustancia para acelerar el proceso, como gasolina o alcohol; sin
embargo, no se han encontrado restos de ninguna de estas sustancias en el lugar
de los hechos. Además, parece que todos los cuerpos han sido desechados de
cualquier modo, sin intentar ocultarlos.
Aún más horripilante es el hecho
de que, la mayoría de las víctimas, muestran evidencias de una violencia
brutal. Lo más destacable es la aparición de huesos aplastados, al parecer como
resultado de la aplicación de una presión tremenda. Según los forenses, dicha
violencia fue ejercida antes del momento de la muerte, aunque es difícil estar
seguro de estas conclusiones, considerando el estado de los restos.
Existe otra similitud que apunta a
la posibilidad de un asesino en serie: no ha sido posible hallar ninguna pista
en la investigación de los crímenes. Aparte de los restos en sí mismos, no se
ha encontrado ni una huella ni la marca de un neumático ni un cabello extraño.
No hay testigos ni ningún tipo de sospechoso en las desapariciones.
Además, también son dignas de
análisis las desapariciones en sí mismas. Ninguna de las víctimas es lo que se
podría haber considerado un objetivo fácil. No eran vagabundos sin techo, que
se desvanecen con facilidad y de los que raramente se denuncian sus
desapariciones. Las víctimas se han esfumado de sus hogares,
Desde la cuarta planta de un
edificio de apartamentos e incluso desde un gimnasio y una celebración de boda.
El caso más sorprendente es el del boxeador aficionado de 30 años Robert Walsh,
que entró en el cine para ver una película con la chica con la que se habia
citado; pasados unos cuantos minutos de la sesión, la mujer se dio cuenta de
que no se encontraba en su asiento. Su cuerpo se halló apenas tres horas más
tarde, cuando los bomberos acudieron para apagar un incendio producido dentro
de un contenedor de basuras, a unos treinta kilómetros de distancia de la sala
cinematográfica.
Otro rasgo común en la serie de
asesinatos: todas las víctimas desaparecieron durante la noche.
¿Y cuál es la característica más
alarmante? La progresión. Seis de los homicidios se cometieron en el primer
mes, once en el segundo. Sólo en los últimos diez días se han producido ya
veintidós asesinatos. Y la policía no se encuentra más cerca de descubrir al
responsable ahora, de lo que lo estaba cuando se halló el primer cuerpo
carbonizado.
Las evidencias son
contradictorias, los hechos espantosos. ¿Se trata de una nueva banda criminal o
de un asesino en serie en estado de actividad salvaje? ¿O quizás es algo más
que la policía no se atreve a imaginar?
Sólo hay un hecho irrefutable:
algo terrible acecha en Seattle.
Carlisle leyó esto lo más rápido que
pudo mirando cada vez más horrorizado mientras más leía.
"Tienes razón, Jazz... los Vulturi deberían
haberlo detenido antes de que llegara a este punto", dijo Edward.
"Esto está peligrosamente cerca de la exposición de nuestro mundo."
"Sí," Jasper estuvo de acuerdo, pero parecía
que su mente estaba en otra parte ahora.
"Tenemos que ir y encargarnos de este problema
antes que algo ocurra", dijo Emmett con una sonrisa de anticipación.
"Sabes que esto no está sucediendo de verdad,
¿no?" Rosalie le señaló.
"¿Qué piensas?" Edward preguntó,
entrecerrando los ojos a Jasper y lo que fuera que estaba pensando.
"No estoy seguro... pero hay ciertos patrones
que son muy familiares para mí," dijo Jasper.
"¿De qué estás hablando?" Preguntó
Emmett.
"Él piensa que alguien está haciendo un
ejército de neófitos," Edward respondió, "pero ¿por qué iba a hacer
eso?"
"No sé," Jasper frunció el ceño, a pesar
de que parecía que tenía una idea, una que Edward no parecía gustarle más de lo
que él lo hacía.
Carlisle decidió que lo mejor era simplemente
seguir leyendo; era probable que la historia iba a estar de acuerdo con lo que
estaban pensando, y que iba a obtener las respuestas allí con mayor rapidez.
Me
llevó tres intentos leer la última frase y me di cuenta de que el problema eran
mis manos, que temblaban.
—¿Bella?
Tan
concentrada como estaba, la voz de Edward, aunque tranquila y no del todo
inesperada, me hizo jadear y darme la vuelta.
Permanecía
apoyado en el marco de la puerta, con las cejas alzadas. Y de pronto estaba ya
a mi lado, cogiéndome la mano.
—¿Te
he sobresaltado? Lo siento, tendría que haber llamado.
—No,
no —me apresuré a responder—. ¿Has visto esto? —le señalé el periódico.
Una
arruga le cruzó la frente.
—Todavía
no he leído las noticias de hoy, pero sé que se está poniendo cada vez peor.
Vamos a tener que hacer algo... enseguida.
"Bien," Emmett sonrió, pero todos los
demás estaban tristes y sumidos en sus pensamientos.
Aquello
no me gustó ni un pelo. Odiaba que ninguno de ellos asumiera riesgos, y quien o
lo que fuera que se encontraba en Seattle estaba empezando a aterrorizarme de
verdad. Aunque la idea de la llegada de los Vulturis me asustaba casi lo mismo.
—¿Qué
dice Alice?
—Ése
es el problema —su ceño se acentuó—. No puede ver nada...,
"¿Por qué no?" Alice frunció el ceño.
"Yo debería ser capaz de ver eso."
"No sé," Edward dijo, "pero eso sólo
hace las cosas mucho peor."
"Gracias" susurró Alice.
aunque
hemos estado tomando decisiones una media docena de veces para ver qué pasa.
Está perdiendo la confianza. Siente que se le escapan demasiadas cosas en estos
días, que algo va mal, que quizás esté perdiendo el don de la visión.
“Oh por dios, no” gimió Alice, Jasper inmediatamente paso un
brazo por sus hombros.
“No creo que eso suceda” le susurro él al oído.
Abrí
los ojos de golpe.
—¿Y
eso puede suceder?
—¿Quién
sabe? Nadie ha hecho jamás un estudio, pero la verdad es qué lo dudo. Estas
cosas tienden a intensificarse con el tiempo. Mira a Aro y Jane.
—Entonces,
¿qué es lo que va mal?
—Creo
que la profecía que se cumple por sí misma. Estamos esperando que Alice vea
algo para actuar, y ella no visualiza nada porque no lo haremos en realidad
hasta que ella vea algo. Ése es el motivo por el que no nos ve.
"Hm... tal vez eso es todo," dijo Alice
pensativa y más que un poco esperanzada "Nunca hemos tenido una situación
como ésta, después de todo..."
Jasper apretó mas su brazo en torno a ella.
Quizá debamos actuar a ciegas.
Me
estremecí.
—No.
—¿Tienes
muchas ganas hoy de ir a clase? Sólo nos quedan un par de días para los
exámenes finales y dudo que nos vayan a dar nada nuevo.
“¿Estas pensando en faltar a clases?” Emmett estaba sorprendido.
“Eso parece” Edward estaba igual.
—Creo
que puedo vivir un día sin el instituto. ¿Qué vamos a hacer?
—Vamos
a hablar con Jasper.
Otra
vez Jasper. Era extraño. En la familia Cullen, Jasper estaba siempre en el
límite, participaba en las cosas sin ser nunca el centro de ellas.
"¡Oye!" Jasper se contrario enojado.
"Tiene algo de razón, amor. No te gusta estar
en el centro de las cosas," Alice sonrió.
Había
asumido sin palabras que en realidad estaba allí sólo por Alice.
"Bueno, eso no es cierto", Jasper frunció
el entrecejo en esta ocasión.
Carlisle, sin embargo, estaba sonriendo y luego
leyó la siguiente línea.
Tenía
la intuición de que seguiría a Alice a donde fuera,
"Bueno, eso es cierto," Alice le sonrió y
él no pudo evitar la sonrisa que apareció en su rostro.
pero
que este estilo de vida no había sido decisión suya. El hecho de que estuviera
menos comprometido con ello que los demás era probablemente la razón por la cual
le costaba más asumirlo.
"Mmm," Jasper resopló.
"No parece como que te conozca muy bien",
Alice frunció el ceño.
"A excepción de su amor por ti," Esme
señaló con una sonrisa.
"Me imagino que Jasper no está mucho tiempo
alrededor de ella", explicó Edward, "con todo lo que pasó..."
"No, yo no lo estaría," Jasper bajó la
cabeza. "Sólo deseo que no piense de esa manera."
"No te preocupes, estoy seguro que ella te comprenderá
mejor pronto," animó Alice.
"Correcto," Jasper suspiró.
De
cualquier modo, nunca había visto a Edward sentirse dependiente de Jasper. Me
pregunté otra vez qué quería decir cuando se refería a su «pericia». Realmente
no es que supiera mucho sobre la historia de Jasper, salvo que venía de algún
lugar del sur antes de que Alice le encontrara. Por alguna razón, Edward solía
evitar cualquier pregunta sobre su hermano más reciente, y a mí siempre me
había intimidado ese alto vampiro rubio, que tenía el aspecto perturbador de
una estrella de cine, como para preguntarle directamente.
Jasper parecía estar aún más deprimido por eso, Alice
tomó su mano apoyándolo, pues ella era la única que podía calmar sus nervios.
Cuando
llegamos a casa de los Cullen, nos encontramos con Carlisle, Esme y Jasper
viendo las noticias con mucho interés, aunque el sonido era tan bajo que me
pareció casi ininteligible. Alice estaba sentada en el último escalón de las
enormes escaleras, con el rostro entre las manos y aspecto desanimado. Mientras
entrábamos, Emmett asomó por la puerta de la cocina, con un aspecto totalmente
relajado. Nada alteraba jamás a Emmett.
"¡No!" Emmett se rió. "Parece que
ella me entiende bien."
"Sí, porque eso es un desafío," bromeó
Rosalie y Emmett hizo un mohín.
—Hola,
Edward. ¿Qué? ¿Escaqueándote, Bella? —me dedicó su ancha sonrisa.
—Hemos
sido los dos —le recordó Edward.
Emmett
se echó a reír.
—Ya,
pero ella es la primera vez que va al instituto. Quizá se pierda algo.
Edward
puso los ojos en blanco, pero, por lo demás, ignoró a su hermano favorito.
"¡Hey!" dijo Jasper al mismo tiempo que
decía Emmett, "¡Sí!"
"Er... eso ha sido sólo Bella diciendo
eso," dijo Edward a Jasper.
"Pero yo soy tu favorito, Eddy," dijo
Emmett dando a Edward unas palmaditas en la espalda.
"No por el momento, no lo eres," Edward
gruñó.
“Eso significa que soy yo” Jasper sonreía.
“Envidioso” Emmett le saco la lengua al puro estilo
niño de cinco años… quizás de tres.
Le
entregó el periódico a Carlisle.
—¿Has
visto que ahora están hablando de un asesino en serie? —preguntó.
Carlisle
suspiró.
—Dos
especialistas han debatido esa posibilidad en la CNN durante toda la mañana.
—No
podemos dejar que esto continúe así.
—Pues
vamos ya —intervino Emmett, lleno de entusiasmo repentino—. Me muero de
aburrimiento.
"Emmett!" Rosalie siseó y Esme parecía
preocupada ante la idea.
"Er... Lo siento," dijo Emmett,
encogiéndose de hombros. Él no iba a cambiar de opinión.
Un
siseo bajó las escaleras desde el piso de arriba.
—Ella
siempre tan pesimista —murmuró Emmett para sí mismo.
Edward
estuvo de acuerdo con él.
—Tendremos
que ir en algún momento.
Rosalie
apareció por la parte superior de las escaleras y bajó despacio. Tenía una
expresión serena, indiferente.
Carlisle
sacudía la cabeza.
—Esto
me preocupa. Nunca nos hemos visto envueltos en este tipo de cosas. No es
asunto nuestro, no somos los Vulturis.
“Podemos ser mejor que ellos” dijo Emmett “Podríamos ser la
realeza Cullen, incluso tenemos un escudo familiar” y levanto su brazalete como
si los demás no lo conocieran.
“Solo a ti se te ocurren esas cosas” Rose le sonrió
queriendo pellizcar uno de sus hoyuelos.
—No
quiero que los Vulturis deban aparecer por aquí —comentó Edward—. Eso nos
concede mucho menos tiempo para actuar.
—Y
todos esos pobres inocentes humanos de Seattle... —susurró Esme—. No está bien
dejarlos morir de ese modo.
—Ya
lo sé —Carlisle suspiró.
—Oh
—intervino Edward de repente, volviendo ligeramente la cabeza para mirar a
Jasper—. No lo había pensado. Claro, tienes razón, ha de ser eso. Bueno, eso lo
cambia todo.
"¿Qué?" Emmett pregunto entre
dientes.
"Los neof..." Jasper comenzó
rodando los ojos.
"Él lo sabe", se quejó Edward
también rodando los rojos
No fui la única que le miró confundida, pero debí de ser la única que no
le miró algo enojada.
—Creo
que es mejor que se lo expliques a los demás —le dijo Edward a Jasper—. ¿Cuál
podría ser el propósito de todo esto? —Edward comenzó a pasearse de un lado a
otro, mirando el suelo y perdido en sus pensamientos.
Yo
no la había visto levantarse, pero Alice estaba allí, a mi lado.
—¿De
qué habla? —le preguntó a Jasper—. ¿En qué estás pensando?
Jasper
no pareció contento de convertirse en el centro de atención. Dudó, intentando
interpretar cada uno de los rostros que había en el salón, ya que todo el mundo
se había movido para escuchar lo que tuviera que decir y entonces sus ojos se
detuvieron en mí.
—Pareces
confusa —me dijo, con su voz profunda y muy tranquila.
No
era una pregunta. Jasper sabía lo que yo sentía al igual que sabía lo que
sentían todos los demás.
—Todos
estamos confusos —gruñó Emmett.
Todo el mundo rió entre dientes ante eso.
—Podrías
darte el lujo de ser un poco más paciente —le contestó Jasper—. Ella también
debe entenderlo. Ahora es uno de nosotros.
Sus
palabras me tomaron por sorpresa. Especialmente por el poco contacto que había
tenido con él a partir de que intentara matarme el día de mi cumpleaños. No me
había dado cuenta de que pensara en mí de este modo.
Jasper simplemente bajó la cabeza otra vez
en esa frase, sobre todo al recordar que había intentado matarla.
"Pienso que lo que le dijiste la hace
feliz " dijo Alice dulcemente "Eso es lo que tú piensas acerca de
ella."
"Sí," dijo Jasper, luciendo un poco menos
sombrío.
—
¿Cuánto es lo que sabes sobre mí, Bella? —inquirió.
"No mucho," sonrió Emmett.
"Parece que vas a hablarle de su pasado,"
dijo Edward. "Creo que ella te entenderá mucho mejor a partir de
ahora."
Emmett
suspiró teatralmente y se dejó caer sobre el sofá para esperar con impaciencia
exagerada.
—No
mucho —admití.
Jasper
miró a Edward que levantó la mirada para encontrarse con la suya.
—No
—respondió Edward a sus pensamientos—. Estoy seguro de que entiendes por qué no
le he contado esa historia, pero supongo que debería escucharla ahora.
"Ya sabes, para tratar de convencerla de que
convertirse en un vampiro es una cosa mala, no se utiliza en realidad los
elementos disuasorios disponibles contigo" dijo Rosalie. "Nuestras
historias podrían probablemente ayudarte con eso."
"Sí, bueno no son historias realmente
felices", dijo Edward. "No es algo que yo quiero que ella sepa."
"Cierto” dijo Rosalie. "Tal vez no eres
tan opuesto a la idea de su cambio como dices que eres."
"No, lo soy," Edward frunció el ceño.
Jasper
asintió pensativo y después empezó a enrollarse la manga de su jersey de color
marfil sobre el brazo.
Le
observé, curiosa y confusa, intentando entender el significado de sus actos.
Sostuvo la muñeca bajo la lámpara que tenía al lado, muy cerca de la luz de la
bombilla y pasó el dedo por una marca en relieve en forma de luna creciente que
tenía sobre la piel pálida.
Me
llevó un minuto comprender por qué la forma me resultaba tan familiar.
—Oh
—exclamé, respirando hondo cuando me di cuenta—. Jasper, tienes una cicatriz
exactamente igual que la mía.
Emmett no pudo evitar soltar una risita.
Alcé
la mano, con la marca en forma de media luna más nítida contra mi piel de color
crema que contra la suya, más parecida al alabastro.
Jasper
sonrió de forma imperceptible.
—Tengo
un montón de cicatrices como la tuya, Bella.
“No asustes a la chica Jazz” Esta vez Emmett si se río
abiertamente. “Jasper el Frankenstein”
“Emmett” Esme lo reprendió severamente.
“Me voy a aburriiiir” se quejo “Ya se me esta historia.”
Esme solo alzo la ceja indicándole que se callara para que
su esposo pudiera leer.
El
rostro de Jasper era impenetrable cuando se arremangó la fina manga del jersey.
Al principio, mis ojos no pudieron entender el sentido de la textura que tenía
la piel allí. Había un montón de medias lunas curvadas que se atravesaban unas
con otras formando un patrón, como si se tratara de plumas, que sólo eran
visibles, al ser todas blancas, gracias a que el brillante resplandor de la
lámpara hacía que destacaran ligeramente al proyectar pequeñas sombras
delineando los contornos. Entonces comprendí que el diseño estaba formado por
medias lunas individuales como la de mi muñeca.
Miré
de nuevo mi pequeña cicatriz solitaria y recordé cómo habia sufrido. Vi de
nuevo la forma de los dientes de James, grabada para siempre en mi piel.
Entonces,
tragué con dificultad el aire, y le miré.
—Jasper,
¿qué fue lo que te pasó?
"Bueno, parece que ella está preocupada por
ti" Esme sonrió.
"Yo no esperaría nada
menos de ella," Jasper le devolvió la sonrisa.
"Ese fue el final del capítulo," dijo
Carlisle, entregando el libro a Rosalie.
Y este es el final
del capítulo, espero que les haya gustado, a mi particularmente me ayudo a
entender : POR QUE CARAJOS NO QUERÍA CASARSE CON TREMENDO BOMBOM
VIOLABLE COMO EDWARD QUE LA AMA TANTO??? Jajajjaja y pensándolo bien, yo tampoco me hubiera casado a los 18
por muy enamorada que haya estado, y ahora tengo 21, así que… *Aplausos para
Bella*
Muchas gracias a
Jesiri por su cooperación a que Leyendo Eclipse se terminará de una buena vez
¬¬
En fin, un capitulo
menos para llegar a Leyendo Amaneces que es lo que todos queremos, cierto?
3 comentarios:
Ahora mi gozo es mayor otro capitulo mas
Bueno es bastante comprensible que no se quiera casar recien saliendo del colegio (sí más que una locura la sola idea de matrimonio a esa edad), pero siempre me pareció bastante tonta la idea del matrimonio en comparación a saber que al convertirse sería un compromiso mucho mayor a la idea de una boda, total el matrimonio se disuelve por el divorcio pero .... cómo deshaces una transformación vampírica??? ni que lo hicieras con una transfusión de sangre jejeje!!!!.
Y por fin va a conocer Bella la historia de Jasper, además que esto es lo que ayudará a que Bella y Jasper afiancen la relación jejeje!!!! las historias de lobos son chancay de a veinte en comparación con las historias de vampiros.
SALESIA
Gracias por subirlo y por darme la oportunidad de traducir... Un pasito más para llegar a amanecer!!! Yupi!!!
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