Aviso: Los libros aquí
transcriptos y los personajes pertenecen a Stephenie Meyer y la historia
original “Reading Eclipse” a Choices HP, yo solo la traduzco, todo
esto es sin ánimos de lucro, solo por mero entretenimiento.
Traducido
por: Esme
Corregido
por: Cary0605
—No puedes hablar en serio
—dije el miércoles por la tarde—. ¡Te
has vuelto loca!
—Di lo que quieras de mí —replicó Alice—, pero no se suspende la
fiesta.
"¿Realmente pensó que algo como esto podría
pararme?" Alice sonrió.
"Es un..."
Edward comenzó a decir, pero Alice le miró.
“Parece que no tienes algo que decir en este
asunto", Emmett se rió entre dientes.
La miré fijamente, con ojos tan desorbitados por la incredulidad que
pensé que se me salían de las cuencas y caían sobre la bandeja de la comida.
—¡Venga, Bella, tranquila! No hay razón para no celebrarla. Además,
ya están enviadas las invitaciones.
—Tú... estás... tocada... del... ala... como... una cabra —farfullé.
"Sí... eso lo resume todo," Emmett se carcajeo
recibiendo miradas molestas.
—Encima, ya te he comprado mi regalo —me recordó—. Basta con
abrirlo.
"Tienes que decirle de todas las personas que
invitaste” Emmett estaba mas que encantado con esto de la fiesta "No
olvides mencionarlo."
"Quiero que venga,
Em," Alice rodó los ojos, "No la asustaré."
Hice un esfuerzo para conservar la calma.
—Una fiesta es lo menos apropiado del mundo con la que se nos viene
encima.
—Lo más inmediato es la graduación, y dar una fiesta es tan
apropiado que casi parece pasado de moda.
"Entonces ¿por qué quieres
hacerlo? Nunca haces algo que este pasado de moda", preguntó Edward.
"Porque es una fiesta,"
dijo Alice, mirándolo con incredulidad.
"Cierto," Edward se rió
entre dientes. "Por un segundo olvidé con quién estaba hablando".
—¡Alice!
Ella suspiró e intentó ponerse seria.
—Nos va a llevar un poco de tiempo poner en orden las cosas
pendientes. Podemos aprovechar el compás de espera para celebrarlo. Vas a
graduarte en el instituto por primera y única vez en la vida. No volverás a ser
humana, Bella. Esta oportunidad es irrepetible.
"Y eso también", sonrió
Alice.
"Eso podría ser así, pero
¿tienes que hablar de ello en la cafetería? No es apropiado." Edward gruñó.
"Honestamente Edward, ¿crees
que alguno de ellos incluso me escucha?" Alice rodo los ojos.
Edward, que había permanecido en silencio durante nuestra pequeña
discusión, le lanzó a su hermana una mirada de advertencia y ella le sacó la
lengua. Su tenue voz jamás se había dejado oír por encima del murmullo de voces
de la cafetería y en cualquier caso, nadie comprendería el significado oculto
detrás de sus palabras.
—¿Qué es lo que hemos de poner en orden? —pregunté, negándome a
cambiar de tema.
"No es una sorpresa", se rió Emmett y Edward
sonrió.
—Jasper cree que un poco de ayuda nos vendría bien —respondió Edward
en voz baja—. La familia de Tanya no es nuestra única alternativa. Carlisle
está intentando averiguar el paradero de algunos viejos amigos y Jasper ha ido
a visitar a Peter y Charlotte. Ha sopesado incluso la posibilidad de hablar con
María…
"NO!"
Alice gritó, mirándolo con las cejas fruncidas.
"Eh... esta bien,"
Jasper tartamudeó incómodamente.
Pero a nadie le apetece involucrar a los sureños— Alice se
estremeció levemente.
"¿Cómo uno puede
estremecerse levemente?" Emmett se mofó.
"No sé", Alice se
encogió de hombros.
No iba a sernos difícil convencerlos de que echaran una mano
—prosiguió—, pero ninguno queremos recibir visitas desde Italia.
—Pero esos amigos... Esos amigos no son «vegetarianos», ¿verdad? —protesté,
utilizando en tono de burla el apodo con el que los Cullen se designaban a sí
mismos.
—No —contestó Edward, súbitamente inexpresivo.
"¿Por qué?" Dijo
Emmett.
"No quiero que vengan
aquí", dijo Edward.
"Pero si nos ayudan..."
Jasper respondió, confundido.
"Sería bueno, pero aun así
no me gusta la idea de ellos en cualquier lugar cerca de Bella," explicó
Edward.
—¿Los vas a traer a Forks?
—Son amigos —me aseguró Alice—. Todo va a salir bien, no te
preocupes. Luego, Jasper debe enseñarnos unas cuantas formas de eliminar
neófitos...
"Será divertido," Jasper asintio cuando
Emmett aplaudió.
Al oír eso,
una sonrisilla iluminó el rostro de Edward y los ojos le centellearon.
"Parece que Eddy está a la
espera de las lecciones también," Emmett se rió entre dientes.
"O la idea de poner fin a lo
que está amenazando a Bella", agregó Edward.
Sentí una punzada en el
estómago, que parecía repleto de esquirlas de hielo.
—¿Cuándo os marcháis? —pregunté con voz apagada.
La idea de que alguno no regresara me resultaba insoportable.
—¿Cuándo os marcháis? —pregunté con voz apagada.
La idea de que alguno no regresara me resultaba insoportable.
Esme, Alice y Rosalie se estremecieron.
"Bien, nos estamos…” dijo Emmett y obtuvo un
golpe de su esposa y su hermana.
¿Qué pasaba si era Emmett,
tan valeroso e inconsciente que jamás tomaba la menor precaución?
"No te preocupes, yo también
soy fuerte e imposible de atrapar," Emmett se rió, pero Rosalie estaba
mirando a su marido con una expresión de preocupación; como si ella estaba de
acuerdo con lo que Bella acababa de decir.
¿Y si era Esme, tan dulce y maternal que ni siquiera la imaginaba luchando?
Todo el mundo se
estremeció ante esa idea. Esme realmente no era una para la lucha, y nadie le
gusta la idea de su estar ahí.
¿Y si caía Alice, tan minúscula
y de apariencia tan frágil?
"La minúscula y frágil
Alice," Emmett se rió entre dientes y fue golpeado duramente por la
'frágil' Alice. "¡Ay!"
"Sabes que no soy
débil", resopló Alice.
¿Y si...? No podía pensar su nombre ni sopesar la posibilidad.
—Dentro de una semana —replicó Edward con indiferencia.
Los fragmentos de hielo se agitaron de forma muy molesta en mi estómago
y de repente sentí náuseas.
—Te has puesto verde, Bella
—comentó Alice.
"Sí, de preocuparse por nosotros otra vez,"
Emmett rodó los ojos.
"Es lo normal," Esme se inquietó.
Edward me rodeó con el brazo y me estrechó con fuerza contra su
costado.
—Va a ir bien, Bella. Confía en mí, tranquila.
¡Y un
cuerno!, pensé en mi fuero interno.
Confiaba en él, pero era yo quien se iba a quedar sentada en la retaguardia,
preguntándome si la razón de mi existencia iba o no a regresar.
"Hmm... supongo que tiene
razón en eso," dijo Alice, mirando a Edward. No hay manera de que tu podrías tolerar eso si los papeles se
invirtieran.
Edward no respondió. La mirada en
sus ojos parecía transmitir tanto que sabía que era cierto y que él sabía que
nunca dejaría que Bella lo hiciera.
Fue entonces cuando se me ocurrió que quizá no fuera necesario que
me sentara a esperar. Una semana era más que de sobra.
—Estáis buscando ayuda —anuncié despacio.
—Sí. —Alicia ladeó la cabeza al percibir un cambio de tono en mi
voz. La miré sólo a ella cuando hice mi sugerencia con un hilo de voz poco más
audible que un susurro.
—Yo puedo ayudar.
De repente, Edward se envaró
y me sujetó con más fuerza. Espiró con un siseo.
"Argh", se quejó
Edward. "¿Ella siempre tiene que pensar en eso?"
"No te preocupes, Edward, no
lo dejaré pasar esta vez," Alice negó con la cabeza.
—En realidad, eso sería de poca utilidad. —Fue Alice quien respondió
sin perder la calma.
—¿Por qué? —repliqué. Detecté una nota de desesperación en mi voz—.
Ocho es mejor que siete y da tiempo de sobra.
—No hay suficientes días para que puedas ayudarnos —repuso ella con
aplomo. ¿Recuerdas la descripción de los jóvenes que hizo Jasper? No serías
buena en una pelea. No podrías controlar tus instintos y eso te convertiría en
un blanco fácil, y Edward resultaría herido al intentar protegerte.
Alice se cruzó de brazos, satisfecha de su irrefutable lógica. Estaba en lo cierto.
Emmett se rió entre dientes. "Puedo imaginarlo revoloteando
alrededor de ella, tratando de protegerla de todo..."
Edward rodó sus ojos a la imagen en la mente de
Emmett.
Siempre se ponía así cuando tenía razón. Me hundí en el asiento
cuando se vino abajo mi fugaz ilusión. Edward, que estaba a mi lado, se relajó
y me habló al oído.
—No mientras tengas miedo —me recordó.
"Eso no era miedo... ella
estaba tratando de proteger a su familia", dijo Emmett.
"Sigue siendo miedo,"
Edward respondió con su voz molestamente engreída que no había utilizado mucho
en estos últimos días. "Además ella nunca tiene miedo de si misma."
"Lo que sea," Emmett
gruñó, odiando el tono casi tanto como el hecho de que Edward siempre tenía
razón.
—Ah —comentó Alice con rostro carente de expresión, pero luego se
volvió hosca—: Odio las cancelaciones en el último minuto, y ésta rebaja la lista
de asistentes a la fiesta a sesenta y cinco.
"Por lo tanto, puedo ver que
sólo va a ser una pequeña reunión", Alice frunció el ceño.
"No creo que eso sea lo que
Bella piense," Emmett y Edward comenzaron a reír.
—¡Sesenta y cinco! —los ojos se me salieron de las órbitas otra vez.
Yo no tenía tantos amigos, es más, ¿conocía a tanta gente?
—¿Quién ha cancelado su asistencia? —preguntó Edward, ignorándome.
—Renée.
"Oh, eso es muy malo,"
Esme suspiró, "Seguro que ella quería estar allí para la graduación de
Bella."
—¿Qué? —exclamé con voz entrecortada.
—Iba a acudir a tu fiesta de graduación para darte una sorpresa,
pero algo ha salido mal. Encontrarás un mensaje suyo en el contestador cuando
llegues a casa.
Me limité a disfrutar de la sensación de alivio durante unos
instantes. Ignoraba qué le había salido mal a mi madre, pero fuera lo que
fuera, le guardaba gratitud eterna. Si ella hubiera venido a Forks ahora..., no
quería ni imaginarlo, me hubiera estallado la cabeza.
"Supongo que tiene razón en
eso," dijo Esme, sin dejar de mirar un poco triste por
la noticia.
La luz del contestador parpadeaba cuando regresé a casa. Mi
sensación de alivio volvió a aumentar cuando oí describir a mi madre el accidente
de Phil en el campo de béisbol. Se enredó con el receptor mientras hacía una demostración
de deslizamiento y se rompió el fémur, por lo que dependía de ella por completo
y no le podía dejar solo. Mi madre seguía disculpándose cuando se acabó el
tiempo del mensaje.
"Me sorprende
que no llamó de nuevo para continuar pidiendo disculpas," Emmett se rió
entre dientes.
—Bueno, ahí va una —suspiré.
—¿Una? ¿Una qué? —inquirió Edward.
—Una persona menos por la que preocuparse de que la maten la semana
próxima
—puso los ojos en blanco—. ¿Por qué Alice y tú no os tomáis en serio
este asunto? —Exigí saber—. Es grave. Él sonrió.
—Confianza.
—Genial —refunfuñé.
Descolgué el auricular y marqué el número de Renée a sabiendas de
que me aguardaba una larga conversación, pero también preveía que no iba a
tener que participar mucho.
Me limité a escuchar y asegurarle cada vez que me dejaba meter baza
que no estaba decepcionada ni enfadada ni dolida. Ella debía centrarse en
ayudar a la recuperación de Phil,
"En otras palabras, eres como siempre eres", se rió Emmett.
Con quien me puso para que le dijera «que te mejores», y prometí
llamarla para cualquier nuevo detalle de la graduación del instituto. Al final,
para lograr que colgara, me vi obligada a apelar a mi necesidad de estudiar
para los exámenes finales.
El temple de Edward era infinito. Esperó con paciencia durante toda
la conversación, jugueteando con mi pelo y sonriendo cada vez que yo alzaba los
ojos. Probablemente, era superficial fijarse en ese tipo de cosas mientras
tenía tantos asuntos importantes en los que pensar, pero su sonrisa aún me
dejaba sin aliento.
"No, eso no es
superficial," Edward sonrió. Él parecía realmente disfrutar de escuchar
eso.
Esme parecía
estar pensando lo mismo.
Era tan guapo que en ocasiones me resultaba extremadamente difícil
pensar en otra cosa, como las tribulaciones de Phil, las disculpas de Renée o
la tropa enemiga de vampiros. La carne es débil.
"Entonces tal
vez debería sonreír más a menudo," murmuró Edward, y sonrió, aunque sus
ojos parpadearon por la preocupación ante la mención de los ejércitos de
vampiros.
Me puse de puntillas para besarle en cuanto colgué. Me rodeó la
cintura con los brazos y me llevó en volandas hasta la encimera de la cocina,
ya que yo no hubiera podido llegar tan lejos. Eso jugó a mi favor, ya que enlacé
mis brazos alrededor de su cuello y me fundí con su frío pecho.
El me apartó demasiado pronto, como de costumbre.
Hice un mohín de contrariedad. Edward se rió de mi expresión una vez
que se hubo zafado de mis brazos y mis piernas. Se inclinó sobre la encimera a
mi lado y me rozó los hombros con el brazo.
—Sé que me consideras capaz de un autocontrol perfecto y
persistente, pero lo cierto es que no es así.
"Sí,
claro," Emmett puso los ojos en blanco.
—Qué más quisiera yo. Suspiré.
"Ella no te cree tampoco,
Eddy," Emmett se rió de verdad esta vez haciendo que Edward rodará los
ojos. “Oh por favor, si no tuvieras control, este libro sería para mayores de
dieciocho años hace mucho”
“Entonces agradezco mi control”
dijo Edward haciendo comillas en el aire con la palabra control. “Nada sería más
humillante que un libro erótico en tus manos”.
“Con mi Rose podríamos ser la
banda sonora de algún libro erótico” Emmett estaba encantando con la idea. “Pondríamos
de moda los audiolibros”
Rosalie no pudo evitar sonreírle a
su marido, solo a él se le ocurría grabar sus gemidos para un audiolibro erótico.
Él hizo lo mismo y luego cambió de tema.
—Mañana después del instituto voy a ir de caza con Carlisle, Esme y
Rosalie — anunció—. Serán sólo unas horas y vamos a estar cerca. Alice, Jasper
y Emmett se las arreglarían para mantenerte a salvo si fuera necesario.
—¡Puaj! —refunfuñé. Mañana era el primer día de los exámenes finales
y el instituto cerraba por la tarde. Tenía exámenes de Cálculo e Historia, los
dos puntos débiles a la hora de conseguir la graduación, por lo que iba a estar
casi todo el día sin él ni otra cosa que hacer que preocuparme—. Me repatea que me
cuiden.
"Si lo dijeras de otra manera, ella podría ser
feliz de quedarse conmigo", Alice miró a Edward.
"Lo siento," Edward se encogió de hombros.
—Es provisional —me prometió.
—Jasper va a aburrirse y Emmett se burlará de mí.
"¡No
hay duda de eso!" Emmett se rió. “Mi cuñada me conoce bien”
—Van a portarse mejor que nunca.
—Vale —rezongué.
Entonces se me ocurrió que tenía otra alternativa distinta a los canguros—.
Sabes..., no he estado en La Push desde el día de las hogueras.
Edward entrecerró los
ojos ante eso.
Observé con cuidado su rostro en busca del menor gesto, pero sólo
los ojos se tensaron levemente.
“Bueno, sus ojos tensaron mucho aquí", sonrió
Emmett.
—. Allí estaría a salvo —le recordé.
Lo consideró durante unos instantes. —Es probable que tengas razón.
Mantuvo el rostro en calma, quizá estuviera demasiado impermeable
para ser sincero. Estuve a punto de preguntarle si prefería que me quedara en
casa, pero luego imaginé a Emmett tomándome el pelo a diestro y siniestro,
razón por la que cambié de tema.
"Gracias," Edward miró a su hermano, quien
se encogió de hombros.
—¿Ya tienes sed? —pregunté mientras estiraba la mano para acariciar
la leve sombra de debajo de sus ojos.
Su mirada seguía siendo de un dorado intenso.
—En realidad, no. Parecía reacio a responder, y eso me sorprendió. Aguardé una explicación
que me dio a regañadientes.
“Oh... por supuesto
que no quieres que sepa esto", dijo Carlisle.
—Queremos estar lo más fuertes posible. Quizá volvamos a cazar
durante el camino de cara al gran juego.
—¿Eso os dará más fuerza?
Estudió mi rostro, pero sólo halló curiosidad.
"¿Te preocupaba que le asustarla o algo
así?" Emmett se rió.
"Supongo que sí", suspiró Edward.
"Pensé que ya lo había
superad como hace dos libros," Alice su burlo. "No va a salir
corriendo, no le importa lo que haces."
"Lo sé” Edward sonrió. “Deberías
decirle eso al Edward de Eclipse”
—Sí —contestó finalmente—. La sangre humana es la que más vitalidad
nos proporciona, aunque sea levemente. Jasper ha estado dándole vueltas a la
idea de hacer trampas.
Todos se volvieron a mirar a
Jasper y él comenzó a sentirse muy incómodo. "Que lo piense… no significa
que vaya a hacerlo”
Es un tipo realista aunque la idea no le agrade, pero no la va a
proponer. Conoce cuál sería la respuesta de Carlisle.
—¿Eso os ayudaría? —pregunté en voz baja.
—Eso no importa. No vamos a cambiar nuestra forma de ser.
"No, no lo haremos"
Carlisle le sonrió Edward.
Puse mala cara. Si había algo que aumentara las posibilidades...
Estaba favorablemente predispuesta a aceptar la muerte de un desconocido para
protegerle a él. Me aborrecí por ello, pero tampoco era capaz de rechazar la
posibilidad.
"Er... No sé si debo tomar
eso como algo bueno o si debería estar molesto de que ella piense de esa
forma," Edward frunció el ceño.
"Es sólo una idea... “dijo
Esme. “Ella quiere que estés lo más seguro posible".
Él volvió a cambiar de tema. —He ahí la razón por la que son tan
fuertes. Los neófitos están llenos de sangre humana, su sangre, que reacciona a
la transformación. Hace crecer los tejidos, los fortalece. Sus cuerpos consumen
de forma lenta esa energía y, como dijo Jasper, la vitalidad comienza a
disminuir pasado el primer año.
—¿Cuánta fuerza tendré? Sonrió.
—Más que yo.
"¿Wow, en
realidad está sonriendo sobre algo que tiene que ver con que sea un
vampiro?" Preguntó Emmett, conmocionado.
“Parece que sí”
Edward también estaba conmocionado.
—¿Y más que Emmett?
La sonrisa se hizo aún mayor. —Sí.
"Pfft, por favor” Emmett se mofó.
"¿Apostamos?" Jasper
sonrió.
"Claro," dijo Emmett
con la misma confianza de siempre. "Lo de siempre."
"Claro", Jasper estuvo
de acuerdo, ya está pensando en lo que iba a hacer con el dinero que iba a
ganar.
Alice podía ver destellos de
algunos de los regalos para que ella ganaría con esta apuesta, pero aún nada
estaba decidido, por eso solo eran destellos.
—Hazme el favor de echarle un pulso. Le conviene una cura de
humildad.
Me eché a reír. Sonaba tan ridículo.
"Porque lo es,
Bella," Emmett dijo confianzudo
Luego, suspiré y me dejé caer de la encimera. No podía aplazarlo por
más tiempo.
Debía estudiar, y estudiar de verdad. Por fortuna, contaba con la
ayuda de Edward, que era un tutor excelente y lo sabía absolutamente todo.
"Me parece que es bastante
molesto... no excelente," murmuró Rosalie.
Suponía que mi mayor problema iba a ser concentrarme durante los
propios exámenes. Si no me controlaba, iba a ser capaz de terminar escribiendo
un ensayo sobre la historia de las guerras de los vampiros en el sur.
"Eso sería divertido",
se rió Emmett.
"Pero no sería bueno,"
Edward gruñó.
"Caray, relájate... no es
como si ella fuera a hacerlo", exclamó Emmett, mirando a Edward como si se
hubiera vuelto loco, aunque esta vez la mayoría de la habitación estaba mirando
a él de esa manera.
"Es sólo que no creo que sea
bueno que ella demuestre saber demasiado cuando los Vulturi lleguen",
murmuró Edward, rodando los ojos.
Me tomé un respiro para telefonear a Jacob. Edward pareció tan
cómodo como cuando llamé a Renée y volvió a juguetear con mi pelo.
"¿Qué pasa con eso, Eddy?" Preguntó Emmett.
"Estoy tratando de ser comprensivo," Edward
se encogió de hombros. "Su
felicidad es lo primero..."
Mi telefonazo despertó a Jacob a pesar de que era bien entrada la
tarde. Acogió con júbilo la posibilidad de una visita al día siguiente. La escuela
de los quileute ya había concedido las vacaciones de verano, por lo que podía
recogerme tan pronto como me conviniera. Me complacía mucho tener una
alternativa a la de los canguros. Pasar el día en compañía de un amigo era un
poquito más decoroso...
"Ahora, ¿no te gustaría
haberle dicho eso de otra manera?" Alice sonrió.
"Sí" fue Edward todo
tenía que decir al respecto.
...pero una parte de esa dignidad se perdió cuando Edward insistió
en dejarme en la misma divisoria, como un niño que se confía a la custodia de
sus tutores.
“Te estás viendo como un padre de
nuevo", dijo Rosalie, aunque esta vez su voz no era crítica hacia Edward, más
bien divertida.
"Estoy intentándolo con
todas mis fuerzas..." Edward se quejó, "No sé cuánto más de
comprensión puedo darle al cachorro."
"Lo sé Edward," Rosalie
suspiró.
—Bueno, ¿cómo te han ido los exámenes? —me preguntó Edward durante
el camino para darme conversación.
"Bueno, eso no va a ayudarla
a no pensar en ti como una figura paterna", se rió Emmett.
“Es una pregunta totalmente
normal” se quejó Edward.
—El de Historia era fácil, pero el de Cálculo, no sé, no sé. Me
parece que tenía sentido, lo cual quiere decir que lo más probable es que me
haya equivocado. Él se carcajeó.
—Estoy convencido de que lo has hecho bien, pero puedo sobornar al
señor Varner para que te ponga sobresaliente si estás tan preocupada.
"¡Edward!" Esme
reprendió.
"Sé que lo hizo bien,
mamá," Edward sonrió: "Yo sólo estaba bromeando."
—Gracias, gracias, pero no.
Se echó a reír de nuevo, pero las carcajadas se detuvieron en cuanto
doblamos la última curva y vio estacionado el coche rojo. Suspiró pesadamente.
—¿Pasa algo? —inquirí, ya con la mano en la puerta. Sacudió la
cabeza.
—Nada. Entornó los ojos y clavó la mirada en el otro coche a través
del parabrisas. Ya conocía esa mirada.
—No leas la mente de Jacob, ¿vale? —le acusé.
"Bueno, por supuesto que lo
haré, no es mi culpa ", dijo Edward.
"Me pregunto qué está
pensando el chucho," dijo Rosalie.
"No sabía que él te importaba", bromeó Emmett y recibió
una mirada con cejas arqueadas por parte de Rosalie.
"Acabo de pensar que tiene
que ser malo para Edward reaccionar de la manera que acaba de hacer,"
Rosalie explicó, "sobre todo desde que ha estado tratando de restar
importancia a sus verdaderos sentimientos alrededor de Bella últimamente."
—Resulta difícil ignorar a alguien que va pegando voces.
—Ah —cavilé durante unos segundos—. ¿Y qué es lo que grita? —inquirí
en un susurro.
—Estoy absolutamente seguro de que va a contártelo él mismo —repuso
Edward con tono irónico.
Le habría presionado sobre el tema, pero Jacob se puso a tocar el
claxon. Sonaron dos rápidos bocinazos de impaciencia.
—Es un comportamiento descortés —refunfuñó Edward.
—Es Jacob. Suspiré y me apresuré a salir del coche antes de que
hiciera algo que sacara de sus casillas a Edward.
Me despedí de él con la mano antes de entrar en Volkswagen Golf y
desde lejos me pareció que los bocinazos
"Yo no creo que haya sido necesario
tocar la bocina," Edward murmuró. Estaba empezando a parecer muy nervioso
por lo que iba a ocurrir a continuación.
… o los pensamientos de Jacob le habían alterado de verdad, pero
tampoco es que yo tuviera una vista de lince y cometía errores todo el tiempo.
"En realidad no",
dijo Jasper y miró con recelo a su hermano.
Deseé que Edward se acercara, que ambos salieran de los coches y se
estrecharan las manos como amigos, que fueran Edward y Jacob en vez de vampiro
y licántropo.
"Eh... no creo que Edward y Jacob fueran amigos
aunque no sean vampiro y licántropo", dijo Emmett en serio, pero él se
reía al mismo tiempo.
Tenía la sensación de tener en las manos dos imanes obstinados y
estar intentando acercarlos para obligarlos a actuar contra los dictados de la
naturaleza.
Suspiré y entré en el coche de Jacob.
—Hola, Bella. El tono de Jake era normal, pero hablaba arrastrando
las sílabas. Estudié su rostro mientras comenzaba a descender por la carretera
de regreso a La Push, conduciendo algo más deprisa que yo, pero bastante más
lento que Edward.
Jacob parecía diferente, quizás incluso enfermo. Se le cerraban los
párpados y tenía el rostro demacrado. Llevaba el pelo desgreñado, con los
mechones disparados en todas direcciones, hasta casi el punto de llegarle a la
barbilla en algunos sitios.
—¿Te encuentras bien, Jacob?
—Sólo un poco cansado —consiguió decir antes de verse desbordado por
un descomunal bostezo. Cuando acabó, preguntó—: ¿Qué quieres hacer hoy?
Le contemplé durante un instante. —Por ahora —sugerí—, vamos a
dejarnos caer por tu casa —no tenía aspecto de tener cuerpo para mucho más que
eso—. Ya montaremos en moto más tarde.
—Vale, vale —dijo. Y bostezó de nuevo.
Me sentí extraña al no encontrar a nadie en la casa. Entonces
comprendí que consideraba a Billy como parte del mobiliario, siempre presente.
Emmett se rió entre
dientes de eso.
—¿Dónde está tu padre?
—Con los Clearwater. Suele pasar mucho rato allí desde la muerte de
Harry. Sue se siente un poco sola.
"Um ... Me pregunto si algo está pasando ahí,"
Emmett se rió entre dientes otra vez, moviendo las cejas.
Jacob se sentó en el viejo sofá, no mucho más grande que un canapé,
y se arrastró dando tumbos para hacerme sitio.
—Ah, bien hecho. Pobre Sue.
—Sí... Ella está teniendo... —vaciló—. Tiene problemas con los
chicos.
"¿Por qué él estaría
allí?" Jaspe murmuró, estrechando sus ojos.
—Normal. Debe de ser muy duro para Seth y Leah haber perdido a su
padre.
—Ajajá —coincidió él con la mente sumida en sus pensamientos.
Echó mano al mando a distancia y empezó a hacer zapping sin prestar
la menor atención. Bostezó de nuevo.
—¿Qué te ocurre? Pareces un zombi, Jake.
"Aunque dudo de que sea tan
malo como cuando ella era un zombie," Emmett se rió y hombros de Edward
parecía encorvarse ante la mención de ese momento. “Oh hombre, supéralo, eso
quedo un libro atrás”
Edward tenso sus lab
ios en una línea.
—Esta noche no he dormido más de dos horas, y la anterior, sólo
cuatro —me dijo. Estiró sus largos brazos lentamente y pude oír chasquear las
articulaciones mientras se flexionaba. Dejó caer el brazo izquierdo sobre el
respaldo del sofá, detrás de mí, y reclinó la cabeza contra la pared. —Estoy
reventado.
—¿Por qué no duermes? —le pregunté. Hizo un mohín.
—Sam tiene problemas. No confía en tus chupasangres y en lo que yo
hablé con
Edward. He hecho turnos dobles durante las dos últimas semanas sin
que nadie me haya ayudado, aun así, él no lo tiene en cuenta. Así que de momento voy
por libre.
"Realmente no debería excederse de trabajo a sí
mismo de esa manera," Esme se inquietó.
"Pero por lo menos se ve como uno de los lobos en
los que uno confiaría," Emmett se rió entre dientes.
"Sí, ese es un buen punto," Carlisle sonrió.
—¿Turnos dobles? ¿Y lo haces para vigilar mi casa? Jake, eso es una
equivocación. Necesitas dormir. Estaré bien.
—Sí, claro... —de pronto, abrió un poco los ojos, más alerta—. Eh,
¿habéis averiguado quién estuvo en tu habitación? ¿Hay alguna novedad?
Ignoré la segunda pregunta.
"¿Por qué ignoró la segunda pregunta? Preguntó
Emmett.
"No lo sé," Edward se encogió de hombros.
—No, aún no sabemos nada de mi... visitante.
—Entonces, seguiré rondando por ahí —insistió mientras se le
cerraban los párpados.
—Jake... —comencé a quejarme.
—Eh, es lo menos que puedo hacer... Te ofrecí servidumbre eterna,
recuerda, ser tu esclavo de por vida.
—¡No quiero un esclavo! No abrió los ojos.
—Entonces, ¿qué quieres, Bella?
—Quiero a mi amigo Jacob..., y no me apetece verle medio muerto,
haciéndose daño por culpa de alguna insensatez...
—Míralo de este modo —me atajó—. Estoy esperando la oportunidad de
rastrear a un vampiro al que se me permite matar, ¿vale?
"Bueno, si lo pones de esa manera... ", se rió Emmett.
"No creo que eso vaya a alejar a Bella de la
preocupación", suspiró Edward.
No le contesté. Entonces, me
miró, estudiando mi reacción.
—Estoy de broma, Bella.
No aparté la vista del televisor.
—Bueno, ¿y tienes algún plan especial para la próxima semana? Vas a
graduarte.
Guau, qué bien —hablaba con voz apagada y su rostro, ya demacrado,
estaba ojeroso cuando cerró los ojos, aunque en esta ocasión no era a causa de
la fatiga, sino del rechazo. Comprendí que esa graduación tenía un significado
especial para él, aunque ahora mis intenciones se habían trastocado.
—No tengo ningún plan «especial» —respondí cuidadosamente con la
esperanza de que mis palabras le tranquilizaran sin necesidad de ninguna
explicación más detallada. No quería abordar eso en aquel momento. Por un lado,
él no tenía aspecto de poder sobrellevar conversaciones difíciles; y por otra,
iba a percatarse de mis muchos reparos—. Bueno, debo asistir a una fiesta de
graduación. La mía —hice un sonido de disgusto—. A Alice le encantan las
fiestas y esa noche ha invitado a todo el pueblo a su casa. Va a ser horrible.
"Sesenta y cinco
no es toda la ciudad," Alice rodó los ojos.
Abrió los ojos mientras yo hablaba y una sonrisa de alivio atenuó su
aspecto cansado. —No he recibido ninguna invitación. Me siento ofendido
—bromeó.
"Como si lo quisiera ahí," Alice se mofó.
"Puede que no tengas tu deseo" se rió
Emmett. "Apuesto que Bella va a invitarlo".
"No creo que venga, aunque ella lo invité,"
Alice se encogió de hombros.
"¿Quieres apostar?" Emmett pidió.
"No particularmente", dijo Alice.
"Apostar no es realmente lo mío..."
"¿En serio?" Emmett levantó una ceja. "¿Y
nuestra apuesta anterior?"
"Oh, eso, no estaba apostando," Alice movió
la mano "Sé que tengo razón, pero en
esto... tal vez tengas razón... "
Emmett la miro fijamente extrañado durante un segundo.
"¿Qué?" preguntó Alice.
"Pero eso es lo divertido de apuestas... no saber
el resultado" explicó Emmett.
"Y por eso no me gusta apostar," Alice
sonrió.
"Eres muy rara, enana", dijo Emmett,
sacudiendo la cabeza.
—Considérate invitado. Se supone que es mi fiesta, por lo que estoy
en condiciones de invitar a quien quiera.
—Gracias —contestó con sarcasmo mientras cerraba los ojos una vez
más.
—Me gustaría que vinieras —repuse sin ninguna esperanza—. Sería más
divertido, para mí, quiero decir.
"Yo podría encontrarlo
entretenido también", se rió Emmett.
"¿Tú o el Emmett del libro?"
Preguntó Jasper.
"Bueno, definitivamente yo,
pero tal vez el Emmett del libro también lo hará," Emmett se rió entre
dientes. "Depende de lo que haga el cachorro".
—Vale, vale... —murmuró—. Sería de lo más... prudente. Se puso a
roncar pocos segundos después.
Pobre Jacob. Estudié su rostro mientras dormía y me gustó lo que vi,
pues no estaba a la defensiva y había desaparecido todo atisbo de amargura. De
pronto, apareció el chico que había sido mi mejor amigo antes de que toda esa
estupidez de la licantropía se hubiera interpuesto en el camino. Parecía mucho
más joven. Parecía mi Jacob.
Edward frunció el ceño ante eso. No le gustaba para
nada esa línea de pensamiento.
Me acomodé en el sofá para esperar a que se despertara, con la
esperanza de que durmiera durante un buen rato y recuperase el sueño atrasado.
Fui cambiando de canal, pero no echaban nada potable, así que lo dejé en un
programa culinario, sabedora de que yo nunca sería capaz de emular semejante
despliegue en la cocina de Charlie. Mi amigo siguió roncando cada vez más
fuerte, por lo que subí un poco el volumen de la tele.
Estaba sorprendentemente relajada, incluso soñolienta también. Me
sentía más segura en aquella casa que en la mía, puede que porque nadie había
acudido a buscarme a ese lugar. Me aovillé en el sofá y pensé en echar un
sueñecito yo también. Quizá lo habría logrado, pero era imposible conciliar el
sueño con los ronquidos de Jake.
Por eso, dejé vagar mi mente en lugar de dormir.
Había terminado los exámenes finales. La mayoría estaban tirados con
la excepción de Cálculo, en el que aprobar o suspender estaba ahí, ahí, por los
pelos. Mi educación en el instituto había concluido y no sabía cómo sentirme en
realidad. Era incapaz de contemplarlo con objetividad al estar ligada al fin de
mi existencia como mortal.
Todo el mundo tenía el ceño
fruncido en esto, sobre todo Edward.
Me pregunté cuánto tiempo pensaba Edward usar su pretexto «no mientras
tengas miedo». Iba a tener que ponerme firme alguna vez.
"Siempre y
cuando funcione," dijo Edward, casi sonriendo, pero no duró mucho.
Pensándolo desde un punto de vista práctico, sabía que tenía más
sentido pedirle a Carlisle que me transformara en el momento de recibir la
graduación.
"Voy a tener que esperar un poco más que
eso", dijo Carlisle. También él estaba tratando de sonreír, pero esa línea
de pensamiento estaba poniendo un freno a estado de ánimo de todos.
Forks estaba a punto de convertirse en un pueblo tan peligroso como
si fuera zona de guerra. No. Forks era ya zona de guerra, sin mencionar que
sería una excusa perfecta para perderme la fiesta de graduación.
Emmett resopló ante eso.
Sonreí para mis adentros cuando pensé en la más trivial de las razones
para la conversión, estúpida, sí, pero aun así, convincente.
Esta vez, Edward sonrío abiertamente
divertido.
Pero Edward tenía razón. Todavía no estaba preparada.
No deseaba ser práctica. Quería que fuera él quien me transformara.
No era un deseo racional, de eso no tenía duda. Dos segundos después de que
cualquiera me mordiera y la ponzoña corriera por mis venas dejaría de
preocuparme quién lo hubiera hecho, por lo que no habría diferencia alguna.
"Pero es romántico que piense de esta
forma," Esme suspiró, y Edward estuvo de acuerdo con ella.
Resultaba difícil explicar en palabras, incluso a mí misma, por qué
tenía tanta importancia. Guardaba relación con el hecho de que él hiciera la
elección. Si me quería lo bastante para conservarme como era, también debería impedir
que me transformara otra persona.
Edward suspiró ante eso.
"¿Qué?" Preguntó Jasper.
"De alguna manera tiene sentido cuando lo pone de
esa manera," dijo Edward. "Pero todavía no me gusta la idea de..."
se detuvo con un estremecimiento.
Era una chiquillada, pero quería que sus labios fueran el último
placer que sintiera; aún más -y más embarazoso, algo que no diría en voz alta-,
deseaba que fuera su veneno el que emponzoñara mi cuerpo. Eso haría que le
perteneciera de un modo tangible y cuantificable.
"Pero ya lo eres Edward
sacudió la cabeza.
"Ella quiere que envenenes
su sistema, Eddy," rió Emmett.
"¡Cállate!" Edward
gruñó.
Pero sabía que se iba a aferrar al plan de la boda como una
garrapata. Estaba segura de que buscaba forzar una demora y se afanaba en conseguirla.
Intenté imaginarme anunciando a mis padres que me casaba ese verano, y también
a Ángela, Ben, Mike. No podía. No se me ocurría qué decir. Resultaría más
sencillo explicarles que iba a convertirme en vampiro.
"Bueno, ellos no pensarían
que fuera verdad, así que por supuesto sería mas fácil," dijo Alice.
"Pero ellos lo superarán cuando les digas que te vas a casar con
Edward."
Y estaba segura de que al menos mi madre, sobre todo si era capaz de
contarle todos los detalles de la historia, iba a oponerse con más denuedo a mi
matrimonio que a mi vampirización. Hice una mueca en mi fuero interno al
imaginar la expresión horrorizada de Renée.
Entonces, tuve por un segundo otra visión: Edward y yo, con ropas de
otra época, en una hamaca de un porche. Un mundo donde a nadie le sorprendería
que yo llevase un anillo en el dedo, un lugar más sencillo donde el amor se
encauzaba de forma simple, donde uno más uno sumaban dos.
"Me gusta ese mundo," Edward sonrió.
"Parece que ya está volviendo en sí," Alice le
sonrió a Esme.
"Eso
solo significa que estas viejo Edward” murmuró Emmett.
Jacob roncó y rodó de costado. Su brazo cayó desde lo alto del
respaldo del sofá y me fijó contra su cuerpo.
"Perro estúpido,"
Edward murmuró, él estaba satisfecho con los pensamientos de Bella hasta que el
chucho se interpuso como siempre.
¡Toma ya, cuánto pesaba! Y calentaba. Resultó sofocante al cabo de
unos momentos.
Intenté salir de debajo de su brazo sin despertarle, pero me vi en
la necesidad de empujarle un poquito y abrió los ojos bruscamente. Se levantó
de un salto y miró a su alrededor con ansiedad.
—¿Qué? ¿Qué? —preguntó, desorientado.
—Sólo soy yo, Jake. Lamento haberte despertado.
Se giró para mirarme, parpadeando confuso. —¿Bella?
—Hola, dormilón.
—¡Jo, tío! ¿Me he dormido? Lo siento. ¿Cuánto tiempo he estado
grogui?
—Unas cuantas horas por lo menos. He perdido la cuenta. Se dejó caer
en el sofá, a mi lado.
“Realmente debe estar
cansado para perder su tiempo libre con Bella” Emmett murmuro seguro.
—¡Vaya! Cuánto lo siento, Bella.
Le atusé ligeramente la melena en un intento de alisar un poco aquel
lío. —No lo lamentes. Estoy contenta de que hayas dormido algo.
Bostezó y se desperezó. —Últimamente, soy un negado. No me extraña
que Billy se pase el día fuera. Estoy hecho
un muermo.
—Tienes buen aspecto —le aseguré.
—Puaj, vamos fuera. Necesito dar un paseo por ahí o voy a quedarme
frito otra vez.
—Vuelve a dormir, Jacob. Estoy bien. Llamaré a Edward para que venga
a recogerme
"Sí... Estoy
seguro de que eso hará que te escuche," Emmett se rió entre dientes.
Palmeé mis bolsillos mientras hablaba y descubrí que los tenía
vacíos—. ¡Mecachis! Voy a tener que pedirte prestado el teléfono. Creo que me
he dejado el mío en el coche. Comencé a enderezarme.
"Genial", se quejó Edward.
"¿Por qué te preocupas tanto?" Preguntó
Emmett.
“No pasa nada," Edward se encogió de hombros,
pero él parecía estar un poco demasiado tenso en estos momentos para que sólo
sea eso.
"¿Qué
pasa?" Preguntó Jasper.
"Yo no creo que me vaya a gustar lo que vendrá
después," Edward se encogió de hombros, él ya se hacía una idea por el
nombre del titulo.
—¡No! —insistió Jacob al tiempo que me aferraba la mano—. No,
quédate. No puedo creerme que haya desperdiciado tanto tiempo.
Tiró de mí para levantarme del sofá mientras hablaba y abrió camino
hacia el exterior, agachando la cabeza al llegar a la altura del marco de la
puerta. Había refrescado de modo notable durante su sueño. El aire era anormalmente
frío para aquella época del año. Debía de haber una tormenta en ciernes, pues
parecíamos estar en febrero en lugar de mayo.
El viento helado pareció ponerle más alerta. Caminaba de un lado
para otro delante de la casa, llevándome a rastras con él.
—Soy un idiota — murmuró para sí mismo.
"No puedo estar más de acuerdo", Rosalie
sonrió.
"Sólo quieres estar de acuerdo conél,"
Emmett señaló a ella y ella le gruñó en respuesta.
—¿Qué te pasa? Sólo te has quedado dormido —me encogí de hombros.
—Quería hablar contigo. No me lo puedo creer...
—Pues habla ahora.
Jacob buscó mis ojos durante un segundo y luego desvió la mirada
deprisa hacia los árboles. Casi daba la impresión de haber enrojecido, pero resultaba
difícil de asegurarlo al tener la piel oscura.
De pronto, recordé lo que me había dicho Edward cuando vino a
dejarme, que Jacob me diría lo que estaba gritando en su mente. Empecé a
morderme el labio.
—Mira, planeaba hacer esto de un modo algo diferente —soltó una
risotada, y pareció que se reía de sí mismo—. De un modo más sencillo —añadió—,
preparando el terreno, pero... —miró a las nubes—. No tengo tiempo para
preparativos...
Edward se tensó al
igual que toda la familia.
“¿En serio va a hacer
eso?” Emmett estaba falsamente emocionado, en realidad un poco disgustado. “Edward
están por bajarte la novia”
“Cállate” siseo
Edward.
Volvió a reírse, nervioso, aún caminábamos, pero más despacio.
—¿De qué me hablas? —inquirí. Respiró hondo.
—Quiero decirte algo que ya sabes, pero creo que, de todos modos,
debo decirlo en voz alta para que jamás haya confusión en este tema.
Me planté y él tuvo que detenerse. Le solté de la mano y crucé los
brazos sobre el pecho. De repente, estuve segura de lo que iba a decir y no
quería saber lo que estaba preparando.
"Estoy seguro de que todos
sabemos lo que está haciendo", dijo Emmett. Su voz no tenía su habitual
tono de burla.
Edward parecía que acababa de
sorber un limón en su vida humana.
Jacob frunció el ceño de modo que las cejas casi se tocaron,
proyectando una profunda sombra sobre los ojos, oscuros como boca de lobo
cuando perforaron los míos con la mirada.
—Estoy enamorado de ti, Bella
Edward dejó escapar un gruñido,
ni siquiera podía argumentar algo.
"Ella realmente no debería
ir allí todo el tiempo ahora que sabe cómo se siente," Esme suspiró.
"En realidad no es bueno para él..."
Dijo con voz firme y decidida—. Te quiero, y deseo que me elijas a
mí en vez de a él. Sé que tú no sientes lo mismo que yo, pero necesito soltar
la verdad para que sepas cuáles son tus opciones. No me gustaría que la falta
de comunicación se interpusiera en nuestro camino.
Hola *.*/
Aca estoy con otra tanda de actualizaciones, disculpen la demora, pero corregir y editar tampoco es fácil, ya que cuando traducía lo hacía automáticamente, y ahora debo tener mas cuidado, pero es mas rápido.
En fin, odio Eclipse… jajajjajaj ya lo saben, pero lo veo como:
¡UN CAPITULO MENOS!
Saludos.
Nos leemos pronto
Cary0605
3 comentarios:
A leer el siguiente, gracias por el capitulo
Creo que esta parte es de las pocas que me gusta de este libro!!Necesito el siguiente :)
Si a ti no te gusta Eclipse ten por seguro que lo que menos me gusta es Luna Nueva, aunque cuando lo leo suelo saltarme la parte en que los Cullen's se marchan, en pocas palabras la época zombie y en la cual pasa con Jacob grrrrr!!!!.
Pero bueno veamos como va el asunto en este capi, de seguro que a Edward, Esme, Emmett y Alice les gustó que Bella tuviera esos pensamientos para ellos, bueno en el caso de Edward era evidente que se preocuparía por el amor de su existencia, también apuesto a que si bien no fueron nombrados Rose, Jasper y Carlisle ellos estuvieron de acuerdo y felices por la preocupación a sus respectivas parejas, ganándose más el cariño de todos y unas cuantas volteretas de ojos jejeje!!!!.
Y ya Emmett sabe lo que le espera en el futuro cuando Bella se transforme y las apuestas corren a favor de Bella cuando le haga una competencia de pulso.
Pero ahora muero de las ganas de que subas pronto el siguiente capi ya que si bien saben del pulso post-transformación, por el momento se van a enterar de un esguince en la mano de Bella por intentar partirle la cara a un metamorfo jejeje!!! eso sí Emmett lo va a disfrutar mucho, aunque Edward siga como si hubiera chupado un limón pero de los más ácidos jejeje!!!!.
Y apuesto que Alice de por sí ya está planeando la fiesta que harán cuando se graduen, aunque puede intentar tal vez organizar más fiestas antes de la graduación y más cuando Edward está dispuesto a evitar la etapa zombie de Bella y no se marchará de su lado.
Nos estamos leyendo, besos y abrazos
SALESIA
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